De: tus mamá y papá. Con mucho amor y cariño para nuestra niña.
Esa era la dedicatoria. Mis manos temblaban y las lágrimas inundaban mis ojos, hasta el punto de que apenas podía distinguir las letras de la dedicatoria. Me paré de la cama y pude ver que Blake seguía sentado en el capo del carro, pero su expresión era seria y tenía los brazos cruzados sobre su pecho. Regresé donde estaba sentada y abrí el segundo sobre. Había unas cuantas fotos, las cuales puse a un lado. Tenía en mis manos dos hojas, les eché una ojeada superficial y reconocí la letra de mi mamá y mi papá. Sonreí. Por años había
El hombre, el demonio a su lado estaba sonriendo, mientras me miraba. Algo caliente, empezó a fluir dentro de mí. Ira, coraje, rabia viva, resentimiento. Cada una de estas empezaba a acaparar cada parte de mí, volví mi mirada al pequeño cuerpo sin vida de mi hermanita, lo que hizo que cada emoción negativa se incrementara exponencialmente. Me sentía abrumada, sentía que me estaba quemando por dentro y que necesitaba sacarlo todo, necesitaba liberarlo. Olas de energía empezaban a irradiar de mí. La expresión del sujeto cambio por sorpresa, y luego llegó a tocar un poco el miedo.—Charlotte, cariño, déjanos encargarno
Mire a Lidia expectante por lo que iba a decir. Estaba a punto de decirle que no me importaba y que iba a encontrar la manera de volver a la tierra donde Blake, antes de que él perdiera la cabeza y se pusiera en peligro, pero ella continuó hablando—Sin embargo, si tu relación con él llega hasta ese punto, deberías ser capaz de comunicarte con él de alguna manera, ¿no locrees?El link, pensé. Aquel pensamiento no había siquiera cruzado por mi cabeza —Inténtalo. Recuerda la primera vez que intentaste conectar con tu mamá y tu papá —comentó Lidia a mi lado. Cerré los ojos y busqué el recuerdo e
Media hora fue lo que se demoró la pequeña en alistarse, pensé que le tomaría algo más porque había visto parte de su ropa regada, pero no fue así. Treinta minutos después de habernos mandado al infierno, salió de su habitación con la maleta que había traído de su casa a un lado y un bolso del otro. Ella era obviamente mucho más grande que su maleta, pero me parecía que si intentaba levantarla se iba a caer con todo. Dejé que se adelantara un poco, me acerqué a ella y le di un ligero beso en los labios, lo que produjo que una pequeña corriente danzara por mis labios. Cuando me alejé de ella y por la distracción exitosa, logré quitarle la maleta con mi mano libre y empecé a caminar más rápido. Llegamos al banco y luego de identificarnos, le informaron que solo se le permitía entrar a ella. Me regresó a ver, me preocupaba dejarla sola en un momento como este, pero no creo que teníamos otra alternativa.—No abriré nada ahí. Lo sacaré y regresaré —prometió. Me quedé en la parte de afuera ahogándome en frustración. Podía sentir como se estaba sintiendo la pequeña, mientras pasaba por la puerta y se alejaba de mí. Varias emociones pasaron a través de ella y no tenía idea lo que estabapasando,pero tenía que ser paciente.Unos 10 minutos después, vi a la pequeña salir. Su expresiónCapítulo 37
—Blake —repetí, porque nadie me contestaba, pero sabía que había algo ahí, que alguien estaba ahí. Yo podía jurar que era él, pero no me respondía. —Blake, soy yo. Sé que estás ahí, puedo sentirlo. Dime algo —añadí.—¿Charlotte? —dijo una voz masculina familiar. Era él. Había logrado llegar a él. Lo que sentíamos el uno por el otro era tan fuerte, que habíamos logrado formar el vínculo. —¿Charlotte eres tú? ¿cómo estás? ¿Dónde carajos estás? Te he estado buscando como un loco ¿cómo es que estás usando e
Eran casi las 5 de la tarde y estaba sudando como nunca en mi vida lo había hecho. Las nuevas habilidades estaban tomando toda mi energía, sin mencionar que toda mi fuerza. La falta de entrenamiento todos estos años me estaban pasando factura de una manera brutal. Miré a Lidia, quien estaba tan fresca como una lechuga. En nada parecía que había estado soltando sus poderes por aquí y por allá, sin mencionar que nos había traído a través del portal y había esquivado cada uno de los intentos de habilidades demoniacas. Se movía sigilosamente alrededor, sino fuese porque podía apenas sentir sus pensamientos y emociones, era como si no estuviese aquí, cuando se perdía de mi vista. Mis
Terminé de bañarme y de quitarme toda la arena que tenía encima. El aroma a azufre al fin se había ido, aunque bueno me habíaprácticamenteacostumbrado a él, a esta altura. Pensé en David y en cómo no se había ni inmutado con ese aroma. Me preguntaba si de verdad sabía tan poco, como que solo éramos simples demonios con habilidades adicionales. Le dije a Lidia que confiaría en ellos, solo por mi madre, pero no terminaba de hacerlo. Las cosas parecían demasiado normales y bonitas, no me lo creía ni un poco.La ropa que me había prestado Lidia me quedaba bastante grande, el tamaño de las mangas y el largo del pantalón
Se paró frente a mí y puso sus brazos frente a él. La última vez que había peleado con él estaba limitada por mi collar. Mi velocidad y fuerza era tan reducidas que la verdad me daba vergüenza pensar en aquello, sin mencionar que no tenía recuerdos de mi peleando o ese tipo de cosas y aún si recordaba no tenía las habilidades para hacer algo al respecto.Sonreí. Esperaba que pasara lo que Lidia dijo, sobre que el cuerpo recordaba fuera cierto. Su velocidad sobrepasó los límites humanos y estoy seg