Sentí una mano acariciar suavemente mi rostro. Mantuve mis ojos cerrados, tratando de recordar y pensar de quién era la mano. Inhalé y sentí un olor familiar inundarme, su loción era realmente exquisita, cualquiera que fuese. Luces anaranjadas provenientes de algún lugar de la habitación, empezaban a llegar a mis ojos, a través de mis párpados.
—Sé que estás despierta, pequeña. Pude sentir el cambio en tus emociones—dijo Blake. Abrí uno de mis ojos y vi una mano frente a mis ojos.
—¿Qué haces?—pregunté con una voz adormilada.
—La luz estaba llegando directamente a tus ojos, por lo que estoy intentando taparla, pero fallando magistralmente.
Luego de desayunar, empecé de nuevo con mi sesión de estudio. Me comuniqué con mis profesores y recibí una respuesta afirmativa por parte de todos, por lo que ahora no tenía impedimento para volver al pasado y encontrar al menos una razón de porqué había olvidado tantas cosas. Sin mencionar que quitaría el peso de no ser una persona normal. Aunque con mi habilidad de que los poderes de los ángeles y demonios no funcionaran en mí, ya dejaba de ser normal. Me llenaba de incertidumbre lo que podría contener la caja fuerte, pero me emocionaba lo que podría encontrar, ya que podría ser cualquier cosa.Durante la mañana, Blake venía a intentar entretenerme de vez en cuando, me alegraba tenerlo cerca, pero representaba una gran distracción, cuando le daba el mínimo de chance, por lo que mantuve mi mirada siempre sobre los libros, documentos y la computadora q
—Oye, estaba planeando tomar una ducha—renegué, porque de verdad la estaba necesitando. Estar todo el día sentada, estudiando me había estresado un poco, necesitaba relajarme bajo el agua. Sin mencionar que por la falta de movimiento y el hecho de que me habían explotado en el gimnasio en la mañana, estaba haciendo que mis músculos renegaran cuando me movía o cuando me apretaban, que era justamente lo que estaba haciendo Blake con sus brazos alrededor de mí.—¿En serio? Vamos, me gusta la idea—dijo, tomándome de la muñeca y jalándome hacia su habitación. Quedé en trance un segundo sin darme cuenta de lo que sus palabras significaban.—¡¿Qué?! —chillé. Intentando soltar su agarre, pero fallando debido a mi falta de fuerza, agregué—: No hay manera en este mundo de que eso suceda.—&iques
Una mujer alta y rubia, un cuerpo perfecto y tonificado, vestida apenas con un top deportivo y unos shorts cortos, los cuales dejaban muy poco a la imaginación, estaba a su lado. Su mano estaba descansando sobre los bíceps de Blake, y los tocaba subiendo y bajando lentamente. Muy amistosamente para mi gusto. Se reía de manera muy coqueta de algo que Blake estaba diciendo.Como había pasado una vez hace un par de días, sentí la ira empezar a surgir y mi estómago revolverse con una sensación caliente. Blake miró en mi dirección casi enseguida, seguramente notando el cambio de mi emoción. Una sonrisa divertida apareció en sus labios, lo que hizo que mi amargura se incrementara. ¿Qué carajos significa esa sonrisa? Ignorando que se encontraba ahí y sin ganas de seguir presenciando la escena de la tipa y Blake, me dirigí directamente donde el chico que me había ent
Tenía exámenes de lunes a miércoles. Rendí la mayoría de ellos durante los primeros dos días, sin mayores novedades, dejándome solo uno para el miércoles. Debido a que Blake y Stefan insistían en que tenía que pasar con ellos, la oficina se había convertido básicamente en mi zona de estudio. Había llevado libros y varias hojas donde había hecho apuntes importantes en algún momento durante todos estos días. Blake se encargaba de llevarme a la universidad y después de pasar horas convenciéndolo que no era necesario esperar por mí hasta que saliera y de que le prometiera que intentaría estar siempre acompañada, se rindió. Le avisaría con 30 minutos de antelación para que pasara por mi y me llevara al departamento de Stefan, o la oficina. Este último porque algunos profesores habían definido como hora de exa
Pensé que íbamos a manejar hasta mi ciudad natal, porque al menos eso era lo que yo pensaba hacer. Estaba básicamente resignada a estar postrada todo un día. Sin embargo, al parecer Stefan y Blake tenían planes completamente diferentes. Habían comprado 3 vuelos y no se habían siquiera preocupado en avisarme que habían hecho. Según yo, saldríamos en la mañana del día siguiente, por lo que cuando llegué delkickboxingy me encontré con Blake y Stefan diciendo que el vuelo salía en dos horas, casi perdí la cabeza. Uno, porque nunca antes había subido a un avión; dos, porque no había traído mi pasaporte; tres, porque usualmente, deberías estar con cierta antelación en el aeropuerto, pero nosotros llegaríamos casi justo a tiempo y todo por mi culpa. El segundo problema, se había r
Terminamos de comer, me puse un calentador, una camisa y salimos del hotel en dirección al banco central de la ciudad. Mis nervios incrementaban notablemente, conforme nos acercábamos al banco. La mano de Blake descansaba sobre mi mano, mientras manejaba, apretándola ligeramente, asumo que tratando de hacerme tranquilizar. Sin embargo, yo sabía bien que su gesto no haría nada para aliviar cómo me sentía, pero no dudé en darle una sonrisa de agradecimiento por su apoyo. No sabía de otra manera de agradecerle.Cuando llegamos al banco y luego de identificarme, me mostraron donde estaban las cajas de seguridad. Notifiqué mi intención de vaciar la caja fuerte y devolverla, pero ellos m
De: tus mamá y papá. Con mucho amor y cariño para nuestra niña. Esa era la dedicatoria. Mis manos temblaban y las lágrimas inundaban mis ojos, hasta el punto de que apenas podía distinguir las letras de la dedicatoria. Me paré de la cama y pude ver que Blake seguía sentado en el capo del carro, pero su expresión era seria y tenía los brazos cruzados sobre su pecho. Regresé donde estaba sentada y abrí el segundo sobre. Había unas cuantas fotos, las cuales puse a un lado. Tenía en mis manos dos hojas, les eché una ojeada superficial y reconocí la letra de mi mamá y mi papá. Sonreí. Por años había
El hombre, el demonio a su lado estaba sonriendo, mientras me miraba. Algo caliente, empezó a fluir dentro de mí. Ira, coraje, rabia viva, resentimiento. Cada una de estas empezaba a acaparar cada parte de mí, volví mi mirada al pequeño cuerpo sin vida de mi hermanita, lo que hizo que cada emoción negativa se incrementara exponencialmente. Me sentía abrumada, sentía que me estaba quemando por dentro y que necesitaba sacarlo todo, necesitaba liberarlo. Olas de energía empezaban a irradiar de mí. La expresión del sujeto cambio por sorpresa, y luego llegó a tocar un poco el miedo.—Charlotte, cariño, déjanos encargarno