Narra Loreley. Cuando llegamos a la hacienda, Alfonso se encontraba totalmente ebrio, y con cada paso que daba tambaleaba de un lado a otro al mismo tiempo que intentaba tocarme, y sentía que cada parte de mí que él lograba tocar me dejaba sucia. Me asqueaba percibir su tacto tanto que ansiaba morir en ese preciso momento. Entonces empecé a evadir su toque, pero era imposible porque el malnacido estaba empeñado en manosear todo mi cuerpo y sin importar lo recia que sea yo él duplica mi fuerza por mucho. —Te quiero hacer el amor Loreley, no soporto que me trates como lo haces ahora, necesito que mi esposa vuelva a ser la mujer que era antes de que ese muerto de hambre viniera a arruinarlo todo. Aplasté los labios para no puntualizar porque no debía tratar de utilizar ese calificativo para intentar insultar la existencia de Fernando, ya que claro quedó que puede ser un calculador, pero no un hombre insignificante y de clase baja como Alfonso siempre lo señalaba; no obstante, mejor
Narra Loreley. Ahora no quería despertar, sin embargo, de un momento a otro Fernando desapareció de mi alucinación o sueño, puesto que no sabía de qué manera debía nombrar lo que me estaba pasando. Volví a mi realidad una vez que abrí los ojos quedándome pasmada en cuanto sentí a Alfonso a mi lado totalmente desnudo, restregando su hombría entre mis glúteos y con sus dedos dentro de mi cavidad vaginal. —¡Aléjate desgraciado! — le exigí removiendo sin tener idea de cómo me había desnudado o de cuando vino a este dormitorio. Con su otra mano me tenía abrazada y con una pierna subida sobre las mías inmovilizaba mi cuerpo. —Coopera amor. Mira nada más lo húmeda que estás por mi— celebraba un triunfo que claramente no le pertenece y me irrita saber que me encontraba excitada por el sueño que he tenido y él estaba aprovechando para regocijarse y sentirse muy macho cuando no me provoca más que asco. —Tú nunca has logrado ponerme tan cachonda, no hagas fiestas con piñatas ajenas. No nec
Narra Loreley. Una semana había pasado desde que salí de mi infierno, aún recuerdo todos los obstáculos que me puso Alfonso para dejarme ir, pero claro, como no ponerlo si me traicionó como el desgraciado que es, y yo caí redonda en su trampa, aunque no pude ver lo obvio igual no me quedaría a su lado. Aun conociendo sus mañas creí que simplemente me dejaría ir sin más y ahora los días con mi niño están contados, y aunque me encuentro lejos de chihuahua, eso no es impedimento para que el servicio infantil me quite a mi niño. Todavía revivo el momento en que iba sacando mi equipaje y el de mi hijo de esa hacienda, Alfonso se acercó a nosotros, unió sus manos y empezó a aplaudir mientras berreaba como animal: —¡Bravo, bravo, bravo!, la mujer se siente super poderosa y volverá al rodeo con su amante. Te advierto que ese hombre nunca te tomara en serio, y perderás la oportunidad que te estoy dando de volver a casarnos— fingió estar pensativo y agregó: —Piénsalo Loreley si sales de aquí
Narrador.Loreley se quedó con el aliento helado al ver que ese hombre parado enfrente suyo es la causa de que cada noche tenga sueños eróticos y a la vez el causante de un dolor sórdido que no desaparece de su pecho y odió en ese instante encontrarlo atractivo a pesar de que Fernando solo debe provocarle odio y desagrado por lo perverso que ha sido con ella. Y su subconsciente le jugaba una mala broma al hacerle notar que Fernando se ve hermoso con esos flequillos que caen sobre su frente y esa actitud fría que demuestra.«¿Qué hace él aquí?», inquirió en silencio; una pregunta que para empezar debía hacérsela a él, y cuando al fin fue capaz de poner en orden sus pensamientos.«Esta mujer no conoce de límites, de seguro quiere plata e investigó mi dirección», pensó Fernando suponiendo que Loreley estaba ahí para sacarle dinero e instintivamente se pasó la mano por la pequeña cicatriz que se le creó luego del gran golpe que ella le dio la última vez que se vieron.Fernando volvió a re
Fernando Alcántara es el playboy más cotizado de México, su capacidad para embaucar mujeres y llevarlas a la cama lo hacen el soltero más cotizado y buscado por féminas que desean pasar un buen rato probando suerte con el millonario. Acostumbrado a derrochar en grande como el desvergonzado que le vale un comino lo que diga su padre, crea un gran alboroto en su propio casino. Su padre cansado de que su heredero no sea capaz de mantener la buena reputación de la familia y siga siendo la comidilla de la alta sociedad y el centro de atención de los paparazzi; le da un ultimátum…: —toma el control de la vicepresidencia de la empresa, o lo deshereda y deja a cargo de esta al jefe corporativo.Enfadado por la coacción de su progenitor; decide casarse sabiendo que si contraía matrimonio con una mujer de inferior estatus al suyo, la junta directiva no aceptaría que él tomara el liderazgo de la empresa, pero su locura no le salió tan bien como esperaba, ya que la mujer con quien firma un acuerd
Narrador.Mirándose al espejo estaba Fernando, mientras intentaba poner debidamente su corbata, fastidiado por no lograr contener la impaciencia, soltó un bufido de pura molestia y era que hoy después de un largo tiempo la volvería a ver, y la venganza que ha estado esperando con anhelo ha empezado.—Loreley …, te haré pagar con sangre el dolor que he sentido por culpa de tu maldito amor— sentenció con la vista fija al espejo como si ella se encontrara frente a él, pero a la vez muy molesto con su propio reflejo, odiaba verse a sí mismo y pensar en lo estúpido que fue al enamorarse de alguien que no merecía su amor; después de haber tenido a tantas hembras entre sus brazos y no dejarse hechizar de esa manera tan fácil como le fue a Loreley conquistar a un libertino innato como lo es él. —No volveré a caer en tus juegos, juro que esta vez no lo logrará, ni, aunque me supliques te dejaré entrar en mi corazón— masculló rompiendo el espejo con su puño cerrado antes de que su mente le jug
Narrador.Fernando pasó por alto el sonrojo de Itziar y se dedicó a mirar por el gran ventanal de cristal, como siempre sumido en sus más profundos pensamientos. “Loreley” era lo único para lo que tenía cabeza, a pesar de sus fuertes ocupaciones. Como ahora que debía volver a abrir el casino que su padre en medio de su enfado le había hecho cerrar, por el hecho de que le retiro todo el fondo financiero que tenía para mantenerlo a flote, pero las cosas no suceden para mal porque en esta ocasión ya su mente de joven libertino e inmaduro ha cambiado y en vez de derrochar su fortuna en mujeres, coches y noches de fiestas locas, piensa en hacer crecer su propio negocio sin apegarse al familiar, puesto que de los errores se aprende y tener que ir a fingir ser un empleado a un lugar como esa hacienda lo hizo ver que el mundo no era un cuento de colores como siempre creyó, sino que la vida es real y es bastante difícil para quien no valora lo que tiene.Itziar vio su espalda ancha y no se li
Narrador.Mostrándose a la altura, Fernando saludaba a todos los presentes, aceptando las felicitaciones de cada uno de los clientes. Sin dejar de mirar a Alfonso y Loreley con furia por destruirlo en ese momento, pero sabía que debía mantener la calma porque debía mostrarse arrogante y soberbio para hacerle ver tanto a ella como a él que no logran humillarlo y que siempre fue un juego para él. Aunque sí sintió el desprecio de ella cuando lo golpearon y le dijeron las palabras que ella le mandó a decir.Recuerdo:— Esta es la respuesta de la patrona— dijo el hombre y luego se acercó a él. Agarró bruscamente la moña sedosa de Fernando y casi desprendiéndole el cabello de la coronilla. Le susurró imitando el tono de voz de Loreley, pero sin dejar de reírse con burla, — que iluso eres pobre infeliz, pensaste que una mujer como la patrona dejaría a don Alfonso por irse con un pobre diablo como tú que no eres capaz de darle un digno plato de comida de esos a los que ella está acostumbrada.