Pasó el resto de la mañana con la mente turbada, siendo atormentada en cada instante con los recuerdos del infierno que había vivido cuando era una Ward, en otras palabras, cuando era una prisionera dentro de su propia familia, se había prometido no abrir ese cajón escondido en un recóndito rincón de su memoria, pero las palabras de Sebastian se repetían una y otra vez, sacudiendo el cajón ‘‘¿Tu madre no estaba ahí cuando más la necesitabas?’’ y una risa irónica se escapó de sus labios mientras una lágrima descendía por su mejilla.-Hasta en eso saliste victorioso, Pratt-. Se dijo en voz baja mientras las lágrimas seguían humedeciendo sus mejillas, las palabras de Sebastian dolían el doble porque aunque Emmaline y Candance eran malas personas, al menos una de ellas cumplía con su rol de madre.Observó las fotos que él había colgado en su sala de estar y como era de esperar solo eran sobre los miembros de la perfecta familia Pratt, ‘‘Es cuestión de tiempo para que te des cuenta que no
‘‘Deplorable, infame, desleal’’ Katherine no contaba con el mismo nivel de imaginación que Lukas para las injurias pero sí para leer bien su expresión corporal, Luka no había desviado ni un segundo su mirada tras escuchar como Reese emitía aquella última frase, a diferencia del resto, las acciones de Lukas rara vez se veían incentivadas por los sentimientos, como si sus emociones hubiesen muerto el mismo día que perdió a su familia dejando en él solo rabia y rencor.Había entre ellos más puntos comunes que divergencias, eran los miembros más jóvenes al momento que formaron la alianza y la diferencia de tres años entre ambos facilitó el contacto, hasta el punto que ella representaba a la hermana mayor que él había perdido y Katherine veía en él facetas que le recordaban a Evelyn.-Lo siento, pero no pienso entretenerme en este absurdo juego de cazar fantasmas-. Se puso de pie con rapidez haciendo que la silla se tambaleara hacia un lado en el proceso, no le importaba quedarse ahí para
Pasó cada minuto del trayecto insultando entre dientes el terrible tráfico de Santa Helena, el calor y la humedad no hacía más que empeorar su intolerancia a los claxones de los demás vehículos, estaba empezando a convencerse que incluso la gran metrópoli de New Castle representaba un desafío menor para su paciencia.-Cambia esa cara, pronto te acostumbrarás a este lugar, por más que te resistas todos acabamos haciéndolo-. Escuchó que decía su amigo Lincoln con su característico tono apaciguador.Era fácil para él decirlo, se había adecuado tanto al despreocupado estilo de vida de la costa que parecía oriundo de Santa Helena, incluso su piel se había tornado del tono trigueño que predominaba en la gente del lugar resaltando sus ojos celestes y cabellera cobriza.-Me encantaría saber cuánto tiempo te tomó controlar las ganas de atropellar a estos conductores imprudentes-. Replicó Sebastian con acidez viendo como nuevamente otro vehículo obviaba la señal de alto provocando que tuviera q
Sebastian solo tuvo que mover los hilos adecuados para lograr obtener la membresía especial de la casa roja, hacía tiempo que había enterrado las viejas pasiones de la carne y aunque tras aquella puerta estaban las fantasías más oscuras lo único que le despertaba emoción semejante era verla a ella. Solo necesitaba evocar su memoria para que la furia le cubriera el rostro de un rojo intenso la máscara disimulaba lo que sus ojos eran incapaces de ocultar, estaba seguro que quien cruzara miradas con él no tardaría en arrepentirse de aquel casual encuentro, sus manos jugaban con la copa vacía sobre la superficie de la mesa tratando de hacer más tolerable la espera. Una joven morocha se acercó y rellenó el recipiente con Chardonay, lucía demasiado joven pero posiblemente la máscara contribuía a esa ilusión, la escasa luz no permitía apreciar con mayor nitidez sus facciones el único detalle distintivo que tenía era el colgante de cuervo y se percató que no era parte del conjunto porque el
Aún seguían a una peligrosa distancia cuando la puerta se abrió de golpe, Katherine agradeció que se tratase de su asistente quien difícilmente comentaría con otras personas aquella comprometedora situación, su presencia bastó para que él se alejara y sabía que él también peligraba, si alguien se enteraba de que uno de los hombres más influyentes de la región visitaba un lugar como ese sería suficiente para enterrar su reputación. -Lo siento caballero, pero Monique no forma parte de la clase de entretenimiento que usted busca-. Soltó Leia viendo como un discreto tono rojizo cubría las mejillas del hombre.Leia reconocía que inicialmente le causó cierta impresión la cercanía entre ellos, la electrizante química que ambos desprendían era tan evidente que borraba la posibilidad de que se tratase de un interés unidireccional, prácticamente lucían como dos antiguos amantes que habían dejado su relación inconclusa.Aunque se tratara de un encuentro consensuado la simple presencia del hombr
Escuchó la línea caerse al otro lado del teléfono y tuvo que contener el deseo de lanzar el teléfono al otro lado de la sala de estar, como si eso bastara para alejar a Katherine de su mente, "Tú no eres así, esto es lo que ella busca sembrar en ti nuevamente la duda" se repitió hasta cansarse como si en cada intento disminuía la ira que flameaba en su interior. Enfrentarse a ella fue realmente el resultado de una decisión precipitada y apenas podía creer la conversación que había sostenido con Katherine, a cada paso que intentaba avanzar ella lo obligaba a retroceder dos, cuando empezó a sentir el dolor en los nudillos fue entonces que se percató del gesto que inconscientemente estuvo haciendo y cuando al fin sus manos recobraron su color las movió un poco para aminorar el malestar. "Sabías desde un inicio que ella daría pelea, así que no pienses en retroceder" se dijo así mismo, apenas había movido la primera pieza del juego por lo que no debía apresurarse en concluir que ya todo
Llegó a su departamento poco después tras haber cenado algo en compañía de Leia, quien para su fortuna no volvió a mencionar nada sobre Sebastian. Encendió inmediatamente la luz de la habitación y se quitó el cárdigan gris que llevaba puesto, debía colocarse algo más cómodo para empezar adelantar en la misión, pero su mente estaba tan agotada que le hacía imposible continuar con todo lo que debía investigar; ya había terminado de recopilar toda la información personal e itinerario de su nuevo objetivo Cole Ellis, solo quedaba el encuentro con los demás miembros para decidir lo que harían.Siguió al pue de la letra su rutina de dormir, se lavó el rostro, cepilló sus dientos, se colocó una bata de satén rojo, se hidrató con dos vasos se agua y tomó su pastilla para dormir, esperaba que eso bastara para poder descansar pero no guardaba muchas esperanzas de que funcionara, sin embargo cerró los ojos y se sumergió en el mundo de los sueños."M*****a sea, mírame" vociferó una voz gutural, p
Bastó estrechar la mano de Audrey James para recordar cuando su vida solía ser más sencilla y divertida, habían sido buenos amigos durante su época de secundaria y ahora, doce años después eran dos completos desconocidos. -Escuché que te casaste-. Aquella fue la frase que capturó su atención y se sintió culpable por no haber escuchado nada de lo que había precedido a aquellas palabras. -Así es, pero ella falleció en un accidente años atrás-. Le costó pronunciar aquello, sobre todo porque nada había sido real. -Lo lamento tanto, no tenía idea, mi más sentido pésame-. Mencionó Audrey llena de culpa. Tan pronto mencionó su matrimonio notó la expresión de desolación en el rostro de Sebastian, colocó su mano derecha sobre su hombro en señal de apoyo y al sentir la calidez que desprendía su piel no pudo evitar que se despertaran en ella sentimientos que creía olvidados. -Descuida, no es algo que me guste recordar-. Esas palabras fueron totalmente honestas. Sebastian luchaba cada día p