Sebastian solo tuvo que mover los hilos adecuados para lograr obtener la membresía especial de la casa roja, hacía tiempo que había enterrado las viejas pasiones de la carne y aunque tras aquella puerta estaban las fantasías más oscuras lo único que le despertaba emoción semejante era verla a ella.
Solo necesitaba evocar su memoria para que la furia le cubriera el rostro de un rojo intenso la máscara disimulaba lo que sus ojos eran incapaces de ocultar, estaba seguro que quien cruzara miradas con él no tardaría en arrepentirse de aquel casual encuentro, sus manos jugaban con la copa vacía sobre la superficie de la mesa tratando de hacer más tolerable la espera.Una joven morocha se acercó y rellenó el recipiente con Chardonay, lucía demasiado joven pero posiblemente la máscara contribuía a esa ilusión, la escasa luz no permitía apreciar con mayor nitidez sus facciones el único detalle distintivo que tenía era el colgante de cuervo y se percató que no era parte del conjunto porque el resto de las mujeres llevaban el cuello descubierto.Las manos de las chicas empezaron a temblar y un poco del vino se derramó sobre su chaqueta, era más que probable que haya sido su mirada curiosa la que haya desencadenado tal reacción y eso solo le despertó más preguntas.Un hombre se percató al instante del error de la joven y en cuestión de segundos se apresuró a llegar a su mesa, al igual que todos en la sala llevaba una máscara que dejaba expuesta su barbilla y en ella había una verruga hiperpigmentada, sus labios se tornaron en una incómoda sonrisa mostrando unos dientes amarillentos.-Señor, disculpe la falta de prolijidad de la jovencita, me aseguraré que algo como esto no vuelva a repetirse, permítame su chaqueta-. La voz del caballero era tan desagradable como la manera en que se dirigía a la chica.-Lo siento mucho, cumpliré diligentemente con el castigo que usted me imponga-. La morena le había dado una respuesta automática carente de emoción alguna que solo le generó un nudo en la garganta lo turbio que era todo en la casa roja.Solo así recordó la clase de dinámica que había en esta sección del lugar, no era muy dado a esa clase de juegos eróticos pero debía pretender con tal de evitar levantar sospechas.-Me basta con que la pieza quede como estaba originalmente, seré considerado al ser tu primera ofensa-. Sebastián nunca se había sentido tan miserable de tratar así a otra persona y aún más al percatarse del miedo en los ojos de aquella chica.-Agradezco su indulgencia, seré más meticulosa la próxima vez, señor-. Sebas le respondió con un gesto de asentimiento y ambos desaparecieron con su chaqueta.Aún faltaban unos minutos para que el show iniciara y recorrió el lugar tratando de encontrar algún rostro conocido entre los presentes, pero no obtuvo el resultado esperado y rápido comprendió porqué había sido tan complicado conseguir una membresía, nadie podía identificarlo en aquel lugar y un peligroso pensamiento alcanzó su mente "¿Qué clase de pervertidos se escondían bajo esas máscaras? ¿Qué clase de fantasías estaban buscando satisfacer en un sitio como este?", un escalofrío recorrió su cuerpo tan solo de pensar en las posibilidades.Sus latidos incrementaron su velocidad a medida que el telón se abría dejando ver un enorme piano blanco que contrastaba con la decoración negra y roja del lugar, su flagrante figura surgió tras el instrumento, su piel trigueña brillaba al contacto con los reflectores y vio obligado a enfocar bien su mirada para distinguir bien sus facciones era imposible ignorar aquellos orbes verdes, la nariz delgada y sus mejillas suaves que parecían delineadas con pincel y sus labios carnosos que lo tentaban a recorrer cada curva con avasalladora pasión.No habían ojos que se atraviesen darle más atención a cualquier otra cosa que no fuese a ella y fue con su melodiosa voz que terminó por robarse el aliento de los presentes, solo así recordó que Katherine era una mentira, un producto preformado hecho a medida para él, alguien que nunca existió.Esa mujer había irrumpido en su vida y había fingido ser alguien más por una razón que desconocía por completo, había hecho lo posible por ganarse su corazón para dejarlo hecho trizas, ansiaba saber quien era ese súcubo y que la había llevado a mentirle de esa manera.En otras circunstancias podría pensar que fue por dinero pero ella no dudó un instante antes de firmar el acuerdo prenupcial, no fue por estatus ya que habían mantenido su matrimonio fuera del ojo público y la posibilidad de que ella trabajase para la competencia era más descabellada que el resto porque el negocio familiar había triplicado su valor e influencia; mientras su mente se enfocaba en buscar una explicación la frustración iba incrementando apoderándose de cada molécula de su ser.Cuando sus ojos esmeralda finalmente se encontraron con los suyos sintió como cada vello de su cuerpo se erizaba, no era una respuesta física mediada por la rabia, ni todo el resentimiento que sentía podía exterminar la pasión que se apoderaba de él cada vez que hacía contacto visual con ella, percibió en su rostro un leve cambio de expresión que le bastó para saber que ella fue capaz de reconocerlo incluso usando el absurdo accesorio que le cubría dos tercios de la cara.Katherine siguió interpretando su acto y aún con la decena de bailarinas alrededor la atracción principal era ella; solo el sonido de los aplausos lo hizo percatarse de que ya había finalizado, se puso de pie con sutileza desapareciendo en la oscuridad mientras se dirigía hacia el camerino de la estrella, la recóndita ubicación del mismo había hecho que fuese inútil tener a alguien custodiando el lugar y él no pudo evitar sentirse más agradecido.El lugar contaba con poca iluminación, siendo solo la zona dedicada al maquillaje y vestuario la que tenía las luces encendidas, optó por esperarla en aquel sillón de cuero junto al minibar y lo que pasara a partir de ahí no era parte de su plan pero esperaba contar con la suficiente objetividad como para lograr un avance.El sonido de los detalles metálicos de su vestido avisaron de su presencia, Katherine entró y cerró con seguro, estaba seguro que ella ya se había dado cuenta de que él estaba ahí.Katherine se colocó frente al espejo y empezó a retirarse el maquillaje, esperaba borrar de su mente aquellos ojos zafiro, de tan solo pensar en la posibilidad de que aquel hombre fuese Sebastian hacía que sus piernas temblaran, las cosas empezaban a complicarse y su presencia allí arruinaría sus planes, la probabilidad se convirtió en certeza cuando se percató de una figura moviéndose entre las sombras.-Luces demasiado bien para estar muerta-. Sus palabras no tuvieron el impacto que esperaba, ella se detuvo a mitad del movimiento con mucha calma y se giró hacia él.-El descanso eterno es algo rejuvenecedor deberías intentarlo-. Fue lo que alcanzó a responder ella con un tono jocoso, la vida nunca la habría preparado para encontrarse con Sebastian nuevamente, creyó haber dado cierre a esa etapa al ver el rotundo fracaso de su misión previa.Él salió de entre las sombras como una pantera, a medida que se acercaba se hacía más evidente la diferencia de altura entre ambos y su expresión dura denotaba que aquel no era un encuentro cordial, aún así no se sintió amenazada porque lo conocía como la palma de su mano sabía que decisión tomaría en cada escenario.Pero esto se escapaba totalmente de lo que había estudiado sobre Sebastian Pratt, si él había llegado desde Seven springs hasta Santa Helena específicamente para dar con ella había sido motivado por la ira más que por el dolor.Estaba tan cerca que percibía el calor que emanaba de su cuerpo, ella se apoyó en el mostrador y notó como su mirada la recorría hasta detenerse en su escote.-Veo que tratas de esconder todo lo que pueda ser distintivo de tu aspecto-. Comentó él aún con la mirada fija y Katherine supo que se refería a las pecas que tenía en todo el cuerpo y que en ese momento estaban cubiertas con maquillaje.-Al igual que tú querido, lo último que me imaginé es que te esconderías bajo esa máscara para cumplir una fantasía sadomasoquista-. Katherine consiguió lo que quería, la ira podía ser un medio efectivo para sacar información.No le sorprendió que él acortara aún más la distancia tan deprisa que parecía estar a punto de abalanzarse sobre su presa pero ella no era tan fácil de cazar y prefería optar por la astucia más que por la fuerza física así que dejó que se acercara tanto como él quisiera, el Sebastian que conocía jamás le tocaría un pelo pero este hombre era una versión menos predecible de su esposo.Estaba tan cerca de ella que sentía su aliento cálido chocar contra su garganta, su mano estaba cerca del cuello, logró contener el impulso de rodearlo, "No soy un monstruo y no empezaré a hacerlo sin importar lo que hayas hecho" pensó con resignación, trató de bajar la mano pero ella lo impidió con un movimiento sorpresivo y fue la propia Katherine quien colocó su mano alrededor de su cuello.-No sabía que te gustaba el juego rudo, querido-. Provocarlo era la única manera en la que podía hacerlo hablar, contaba con enojarlo lo suficiente como para saber qué lo había traído allí, el intenso rencor en sus ojos azules le confirmaban que no había sido por diversión, todo parecía tan calculado que era poco probable que ese encuentro haya sido casual y debía saber si su presencia podía poner en riesgo su misión.Él se zafó de su agarre y tomó su mentón con algo de fuerza.-Lloré un ataúd vacío, sufrí la muerte de alguien que no existe-. Dijo Sebastian mientras revivía la pérdida de la mujer que tanto había amado.No obtuvo el resultado esperado y ver el dolor que había en sus ojos le provocó algo que no sentía hace mucho tiempo, olvidaba el amargo sabor de boca que la culpa solía causarle y no pudo evitar sentirse vulnerable, en su vida no había lugar para ninguna emoción, no podía darse ese lujo mucho menos si se trataba del hijo de su peor enemiga.Agradecía que lo único que compartía Sebastian con su madre era el apellido, era el único de los tres hermanos que no había heredado aquellos gélidos ojos negros, ni su piel blanca como porcelana, agradecía ver su cabellera ónix en lugar del tono dorado característico de Candace, era gratificante no tener un recordatorio constante de aquel horrendo ser humano, pero no era inmune a su atractivo, era difícil resistir la tentación de unir sus labios con los suyos y se cuestionó porqué aún después de tanto tiempo seguía siendo débil ante él.-Si te pidiera disculpas por lo que hice sería deshonesto de mi parte, los motivos que me llevaron a acercarme a ti podrían hacerte mucho más daño que mi muerte-. Katherine debía evitar que él se acercara demasiado, era un terreno peligroso incluso para él, no se encontraba a salvo ni en su propia familia.-¿Crees que algo podría herirme más que descubrir que todo esto fue una farsa?-. Sebastian había pensado en voz alta y cuando se percató de la rebeldía de su lengua ya era demasiado tarde para detenerla, fueron vanos sus intentos de no mostrar cuanto lo afectaba.Había acortado la distancia lo suficiente como para sentir el calor de su boca, si acaba con los milímetros de distancia podría saborear la dulzura de sus labios, pero eso significaba a la vez que se rendiría ante ella y Katherine lo tendría en sus manos nuevamente.-No lo entenderías, hice esto por algo más grande que tú y yo, es lo único que puedo decirte, no sé si este encuentro haya sido una casualidad pero no podemos volver a vernos, Sebastian-. Katherine hizo un esfuerzo adicional por no fijar su mirada en sus labios porque tan pronto como hiciese eso no podría frenar la tentación.-No tan rápido querida, nada de esto fue accidental y esta no será la última vez que nos encontraremos, pronto desearás conocer verdaderamente el descanso eterno-. Sus palabras fueron pronunciadas con tanta frialdad que la hicieron estremecer.Aún seguían a una peligrosa distancia cuando la puerta se abrió de golpe, Katherine agradeció que se tratase de su asistente quien difícilmente comentaría con otras personas aquella comprometedora situación, su presencia bastó para que él se alejara y sabía que él también peligraba, si alguien se enteraba de que uno de los hombres más influyentes de la región visitaba un lugar como ese sería suficiente para enterrar su reputación. -Lo siento caballero, pero Monique no forma parte de la clase de entretenimiento que usted busca-. Soltó Leia viendo como un discreto tono rojizo cubría las mejillas del hombre.Leia reconocía que inicialmente le causó cierta impresión la cercanía entre ellos, la electrizante química que ambos desprendían era tan evidente que borraba la posibilidad de que se tratase de un interés unidireccional, prácticamente lucían como dos antiguos amantes que habían dejado su relación inconclusa.Aunque se tratara de un encuentro consensuado la simple presencia del hombr
Escuchó la línea caerse al otro lado del teléfono y tuvo que contener el deseo de lanzar el teléfono al otro lado de la sala de estar, como si eso bastara para alejar a Katherine de su mente, "Tú no eres así, esto es lo que ella busca sembrar en ti nuevamente la duda" se repitió hasta cansarse como si en cada intento disminuía la ira que flameaba en su interior. Enfrentarse a ella fue realmente el resultado de una decisión precipitada y apenas podía creer la conversación que había sostenido con Katherine, a cada paso que intentaba avanzar ella lo obligaba a retroceder dos, cuando empezó a sentir el dolor en los nudillos fue entonces que se percató del gesto que inconscientemente estuvo haciendo y cuando al fin sus manos recobraron su color las movió un poco para aminorar el malestar. "Sabías desde un inicio que ella daría pelea, así que no pienses en retroceder" se dijo así mismo, apenas había movido la primera pieza del juego por lo que no debía apresurarse en concluir que ya todo
Llegó a su departamento poco después tras haber cenado algo en compañía de Leia, quien para su fortuna no volvió a mencionar nada sobre Sebastian. Encendió inmediatamente la luz de la habitación y se quitó el cárdigan gris que llevaba puesto, debía colocarse algo más cómodo para empezar adelantar en la misión, pero su mente estaba tan agotada que le hacía imposible continuar con todo lo que debía investigar; ya había terminado de recopilar toda la información personal e itinerario de su nuevo objetivo Cole Ellis, solo quedaba el encuentro con los demás miembros para decidir lo que harían.Siguió al pue de la letra su rutina de dormir, se lavó el rostro, cepilló sus dientos, se colocó una bata de satén rojo, se hidrató con dos vasos se agua y tomó su pastilla para dormir, esperaba que eso bastara para poder descansar pero no guardaba muchas esperanzas de que funcionara, sin embargo cerró los ojos y se sumergió en el mundo de los sueños."M*****a sea, mírame" vociferó una voz gutural, p
Bastó estrechar la mano de Audrey James para recordar cuando su vida solía ser más sencilla y divertida, habían sido buenos amigos durante su época de secundaria y ahora, doce años después eran dos completos desconocidos. -Escuché que te casaste-. Aquella fue la frase que capturó su atención y se sintió culpable por no haber escuchado nada de lo que había precedido a aquellas palabras. -Así es, pero ella falleció en un accidente años atrás-. Le costó pronunciar aquello, sobre todo porque nada había sido real. -Lo lamento tanto, no tenía idea, mi más sentido pésame-. Mencionó Audrey llena de culpa. Tan pronto mencionó su matrimonio notó la expresión de desolación en el rostro de Sebastian, colocó su mano derecha sobre su hombro en señal de apoyo y al sentir la calidez que desprendía su piel no pudo evitar que se despertaran en ella sentimientos que creía olvidados. -Descuida, no es algo que me guste recordar-. Esas palabras fueron totalmente honestas. Sebastian luchaba cada día p
Las palabras de Chuck hicieron eco en su cabeza "¿Katherine sería capaz de hacer algo como eso?" Se preguntó mientras observaba la foto del hombre nuevamente, sus manos estaban temblorosas y su corazón latía desbocado como si luchara por salir de su pecho "Katherine nunca haría algo así, pero no puedo decir lo mismo de la desconocida que interpretaba aquel personaje" sintió como si un objeto pesado presionara su pecho y le faltaba el aire. -¿Sabes dónde está? -. Preguntó él en un tono bajo y con la fuerza que le quedaba hizo a un lado las imágenes. -Sebastian no estás en condiciones de enfrentarte a ella-. Chuck sabía lo que hacía y con lo que acababa de decir esperaba lograr exasperarlo hasta el punto que exigiera la respuesta que tanto quería obtener. -Me parece que este es el momento ideal para hacerlo así que dímelo en este mismo instante-. Rugió Sebastian con tanta violencia que no podía reconocerse así mismo, lamentaba tener que pagar con Chuck la ira que Katherine producía en
Sentía como una marea de fuego ardiente recorría su lecho vascular dejando a su paso una sensación intolerable que iba empeorando a medida que regresaba por el camino que anteriormente había usado para llegar a Katherine. Todo a su alrededor se iba disipando mientras más se hundía en las palabras que Katherine había sido capaz de decir sobre su hermana "¿Cómo se atreve a colocar a mi familia al mismo nivel de la suya” pensó furioso tan solo de recordar las insinuaciones que había hecho sobre su hermana Cadie? "Si alguien se atreviera a indagar y juzgar los actos de mi familia, estoy seguro que no podrían obtener nada de Cadie" su mente estaba negada a aceptar la sandez que había salido de ella y estaba seguro que el único objetivo con el que ella había dicho aquello era para generar esa clase de reacción en él y nuevamente le había dado el gusto. Cuando regresó a su vehículo no había señal alguna de Chuck, hecho que le generó cierto alivio ya que tal y como él había recalcado no es
Pasó el resto de la mañana con la mente turbada, siendo atormentada en cada instante con los recuerdos del infierno que había vivido cuando era una Ward, en otras palabras, cuando era una prisionera dentro de su propia familia, se había prometido no abrir ese cajón escondido en un recóndito rincón de su memoria, pero las palabras de Sebastian se repetían una y otra vez, sacudiendo el cajón ‘‘¿Tu madre no estaba ahí cuando más la necesitabas?’’ y una risa irónica se escapó de sus labios mientras una lágrima descendía por su mejilla.-Hasta en eso saliste victorioso, Pratt-. Se dijo en voz baja mientras las lágrimas seguían humedeciendo sus mejillas, las palabras de Sebastian dolían el doble porque aunque Emmaline y Candance eran malas personas, al menos una de ellas cumplía con su rol de madre.Observó las fotos que él había colgado en su sala de estar y como era de esperar solo eran sobre los miembros de la perfecta familia Pratt, ‘‘Es cuestión de tiempo para que te des cuenta que no
‘‘Deplorable, infame, desleal’’ Katherine no contaba con el mismo nivel de imaginación que Lukas para las injurias pero sí para leer bien su expresión corporal, Luka no había desviado ni un segundo su mirada tras escuchar como Reese emitía aquella última frase, a diferencia del resto, las acciones de Lukas rara vez se veían incentivadas por los sentimientos, como si sus emociones hubiesen muerto el mismo día que perdió a su familia dejando en él solo rabia y rencor.Había entre ellos más puntos comunes que divergencias, eran los miembros más jóvenes al momento que formaron la alianza y la diferencia de tres años entre ambos facilitó el contacto, hasta el punto que ella representaba a la hermana mayor que él había perdido y Katherine veía en él facetas que le recordaban a Evelyn.-Lo siento, pero no pienso entretenerme en este absurdo juego de cazar fantasmas-. Se puso de pie con rapidez haciendo que la silla se tambaleara hacia un lado en el proceso, no le importaba quedarse ahí para