Aún seguían a una peligrosa distancia cuando la puerta se abrió de golpe, Katherine agradeció que se tratase de su asistente quien difícilmente comentaría con otras personas aquella comprometedora situación, su presencia bastó para que él se alejara y sabía que él también peligraba, si alguien se enteraba de que uno de los hombres más influyentes de la región visitaba un lugar como ese sería suficiente para enterrar su reputación.
-Lo siento caballero, pero Monique no forma parte de la clase de entretenimiento que usted busca-. Soltó Leia viendo como un discreto tono rojizo cubría las mejillas del hombre.Leia reconocía que inicialmente le causó cierta impresión la cercanía entre ellos, la electrizante química que ambos desprendían era tan evidente que borraba la posibilidad de que se tratase de un interés unidireccional, prácticamente lucían como dos antiguos amantes que habían dejado su relación inconclusa.Aunque se tratara de un encuentro consensuado la simple presencia del hombre en el camerino era una violación a las normas del lugar y podía perder su membresía como castigo, "Eres un hombre muy afortunado" pensó mientras cerraba la puerta, porque ella no tenía intenciones de causar revuelo y mucho menos si manchaba el nombre de Monique.-No quería causar ningún problema, soy un viejo amigo de Monique-. Sebastian no podía creer la capacidad que tenía aquella mujer de crear una nueva persona totalmente diferente, era incluso aterrador como hasta el aspecto físico de Monique difería del de Katherine.Cuando la conoció llevaba su cabellera ondulada de un tono rubio oscuro que no sobrepasaban sus hombros, su figura era mucho más esbelta que ahora "Por si volvía al ballet" recordó con amargura lo que ella le había dicho en aquel entonces, sus ojos brillaban con dulzura y benevolencia todo lo contrario a la mujer frente a él, su pelo azabache caía en capas hasta la mitad de su espalda, jamás se imaginaría que unos kilos extra pudieran generar tales curvas, sobre todo sus caderas y piernas, parecía que había entrenado para convertir su cuerpo en un arma de seducción y vaya que era efectiva.-Él estaba a punto de marcharse, solo quería darme un mensaje importante que no podía esperar-. Mencionó Katherine manteniendo sus ojos fijos en los de él, estos brillaban de la ira y podía verse reflejada en sus dilatadas pupilas.Sebastian no bromeaba al respecto y estaba dispuesto a involucrarse en su vida convirtiendo su presencia en una amenaza que estaba a punto de obstaculizar su trabajo y lejos de asustarse le pareció cautivante esa nueva faceta desafiante de Sebastian.-No lo olvides querida, estaré muy pendiente de todo lo que pase-. Dijo él mientras volvía a colocarse la máscara, ocultando así los atractivos rasgos de su rostro.-No lo dejaré pasar por alto, disfruta del resto de atracciones de la casa roja-. Mencionó Katherine con un tono juguetón, cuando deparó a profundidad en la idea de que él estuviese allí por motivos sexuales le causó algo que pronto entendió que eran celos.Lo vio salir del lugar en total silencio, con pasos cuidadosos y calculados tal y como había entrado, cuando lo perdió de vista regresó la mirada al espejo y se detuvo en su aspecto y optó por rápidamente retirarse el resto del maquillaje, encontrarse con su rostro totalmente descubierto le cerró la garganta impidiéndole respirar y su mente empezó a llenarse de aquellos horribles recuerdos.-No creo que te haya hecho mucha gracia verlo-. Se atrevió a decir Leila después de tanto pensarlo, le extrañaba el silencio que había mantenido Monique, algo que no era de esperarse en una persona tan expresiva como ella.-Honestamente no me imaginaba que volvería a encontrarme con él otra vez, aún estoy saliendo de la impresión-. Fue lo único que respondió Katherine, la presencia de Sebastian fue un factor que no había tomado en cuenta en todo ese tiempo y una respuesta vaga era lo único a lo que podía recurrir si quería seguir pasando desapercibida.-Es una peculiar forma de referirse a que no terminaron en muy buenos términos-. Leila solía ser algo indiscreta y tan pronto soltó el comentario se cuestionó su falta de autocontrol especialmente delante de Monique que solía ser muy reservada con su vida personal.-Nunca encuentro la manera de hablar sobre mi vida amorosa, lo único que me sale bien es hablar de comida-. Había esbozado una sonrisa al final de la respuesta para asegurarse de que la conversación se fuera desviando por ese camino.-Debes estar hambrienta, hoy sirvieron mariscos ¿Te apetece?-. Preguntó Leila tras recordar el menú de la noche de hoy.-Claro es lo más cerca que estaré del mar por estos días y si logras tomar prestada una de las botellas de vino de Simon sería espectacular-. Mencionó Katherine luchando por tener un momento a solas para poder recobrar la compostura.-Eso tomará algo de tiempo, pero lo haré posible-. Aseguró Leila mientras una sonrisa aparecía en su rostro, no tendría que esforzarse mucho, sabía las palabras exactas que convencerían a Simon, con tal de perder la menor cantidad de tiempo posible se dispuso a salir del camerino.-Gracias Leila, eres mi salvadora-. Dijo antes de que la joven cerrara la puerta y tan pronto como desapareció borró la sonrisa del rostro.No era capaz de procesar aún lo que había sucedido aquella noche, Sebastian dio con ella, había encontrado la manera de entrar a aquel lugar solo con el objetivo de cobrar venganza y eso no pintaba nada bien para su misión, necesitaba saber lo que se escondía entre las paredes de la casa roja pero con Sebastian cuidando cada paso que daba sería sumamente desafiante.Se llevó las manos hacia la nuca y recorrió la zona buscando el cierre del vestido, la pieza cayó, los detalles metálicos hicieron ruido al contacto con el suelo, ella se agachó para tomarlo y desabrocharse los tacones, se sintió mucho más cómoda una vez se deshizo del atuendo, recorrió con su mirada todo el camerino en búsqueda de una bata para cubrir su cuerpo expuesto.Encontró la prenda cerca del área del bar a un paso de donde estuvo sentado Sebastian, el resplandor de un objeto capturó su atención inmediatamente, tan pronto lo tuvo entre sus manos sintió un nudo formarse en su garganta, "Es imposible que haya sido casualidad" se repitió varias veces mientras tenía los ojos clavados en su antigua sortija de matrimonio.El anillo de oro blanco seguía intacto como si se tratase del primer día, los detalles ramificados alrededor mantenía sus bordes prolijos y limpios, parecía que los últimos cinco años no le habían afectado y volvió a sentir como la culpa le quemaba las entrañas.-No pierdes el tiempo-. Susurró para sí misma percatándose de la rapidez con la que él había dado inicio su venganza.Una media sonrisa se asomó en su rostro por la fehaciente convicción de Sebastian, no había otra forma de dejar más claro el mensaje, que él la desafiara despertaba en ella una emoción singular que solo había sentido cuando entró en la vida de los Pratt.Escuchó su teléfono vibrar dentro de su bolso algo que le resultó bastante extraño nadie solía llamarla los domingos después de la media noche, teniendo en cuenta sus escasas opciones no tardó en concluir que se trataba de Sebastian.Decidió entretenerse un rato y tomar la llamada.-Voy a molestarme mucho si no me agregaste a tu lista de contactos como bombón-. Katherine se estaba refiriendo al apelativo cariñoso que él solía usar para dirigirse a ella.Se estaría mintiendo a sí misma si dijera que no extrañaba aquellos momentos a su lado, pero esos recuerdos formaban parte del pasado y debía enterrarlos antes de que despertaran en ella los sentimientos que tanto se esforzó por erradicar.Escuchó su risa del otro lado del teléfono hasta que lo escuchó decir.-Siendo honesto aún no he tenido la oportunidad de añadirte a mis contactos, tengo cierta ambigüedad no sabría si llamarte Katherine, Monique o Vanessa, no sabía que además de cantante fueses instructora de yoga-.Estaba sorprendida de que él hubiese descubierto una de sus identidades y la curiosidad la llevó a preguntarse que tanto conocía Sebastian de ella, a estas alturas estaba en peligro su misión dentro de la casa rosa y la investigación de Sara Brown.El juego empezaba a ponerse serio y ya tendría la oportunidad de investigar por su cuenta las intenciones de su ex esposo, por lo que optó por juguetear un poco más.-Personalmente prefiero Monique, suena más sensual, pero tú puedes llamarme como prefieras, todo suena mejor cuando sale de tus labios-. Dijo Katherine sentándose lo más cerca posible de la luz para seguir apreciando los hermosos detalles del anillo.-Tengo en mente algunas palabras que no creo que te resulten tan agradables-. El Sebastian que conocía jamás sería capaz de decir aquello, notaba que cada vez quedaba menos del hombre que alguna vez fue y ahora se enfrentaba a un gran enigma.-Suenas muy tenso, no tengo ningún problema con darte unas lecciones de yoga, los jueves podría hacerte un espacio, ya sabes, por los viejos tiempos-. Katherine no hablaba en serio, llevar a Sebastian a territorio enemigo era una decisión demasiado osada y de muy alto riesgo para la misión.-Descuida tengo otra manera de aliviar la tensión-. El tono serio que usó él para pronunciar aquellas palabras le daba a entender que él se encontraba tramando algo y eso no le agradó mucho.-Ya veo, creo que confundiste mi número con el de la línea de llamadas eróticas, pero no me quejo estamos teniendo una linda charla-. Continuó Katherine mientras al mismo tiempo se colocaba el anillo en su dedo anular.-Disfrutas evadir el tema pero pronto encontraré la manera de sacarte información-. Hablaba entre dientes por lo que pudo intuir que se encontraba enojado.-No tienes porqué esforzarte tanto, lo único que debes saber sobre mí es que tengo 28 años, soy pelinegra natural y detesto cantar, pero no se lo cuentes a nadie me pagan muy bien por lo que hago-. Habló Katherine, había una parte en específico de lo que dijo que tenía un significado especial para ella y que despertaba recuerdos de su infancia que no había logrado borrar.-Tus dotes actorales permiten disimular bastante bien, incluso lograste convencerme de tu amor por mí, que interpretación tan espectacular-. El dolor en sus palabras no pudo ser disimulado aún con todo el coraje que salía disparado de sus labios.-Hay emociones que soy capaz de simular pero debo darte el crédito por haberme hecho sentir algo verdadero en mi vida-. Fue la única frase de toda la conversación que había salido de su corazón, era su forma de decirle que lo amaba y expresar sus sentimientos después de tantos años la hizo sentir aliviada.Hubo un silencio sepulcral del otro lado del dispositivo, por primera vez lo había dejado sin palabras y casi prefirió que le gritara mentirosa una y otra vez que la indiferencia detrás de aquel frío silencio. El sonido de los zapatos de Leila alertaron de su presencia por la intensidad del eco podía concluir que se encontraba al final del pasillo por lo que tenía pocos segundos para dejar de hablar.Se apresuró en pensar en algo y tomó una decisión imprudente de la que pronto se arrepentiría.-No te has equivocado en ninguno de tus puntos, soy una mala persona Sebastian, lo reconozco, pero existen monstruos mucho más aterradores de quienes debes cuidarte la espalda-.Aquella era la última oportunidad que tenía para alertarlo del peligro que corría, esperaba que él fuese lo suficientemente suspicaz para entrever que los monstruos a los que se refería se encontraban en su propia familia, pero sabía que estaba siendo ingenua al creer que él sospecharía de la gente a la que amaba solo porque ella se lo decía.-Katherine...-. Él no fue capaz de concluir la frase posiblemente estaba empezando a desgastarse emocionalmente y era perfectamente comprensible que sintiese furioso y traicionado al ver como todo lo que vivió era una vil mentira.-Gracias por dejarme la sortija, es lo más cerca que estaremos de los viejos tiempos, ten una linda noche, querido-. Tras decir aquellas palabras no esperó su respuesta y colgó la llamada, no contaba con la suficiente energía para seguir y no podía seguir pretendiendo que la culpa de verlo sufrir no la afectaba.Escuchó la línea caerse al otro lado del teléfono y tuvo que contener el deseo de lanzar el teléfono al otro lado de la sala de estar, como si eso bastara para alejar a Katherine de su mente, "Tú no eres así, esto es lo que ella busca sembrar en ti nuevamente la duda" se repitió hasta cansarse como si en cada intento disminuía la ira que flameaba en su interior. Enfrentarse a ella fue realmente el resultado de una decisión precipitada y apenas podía creer la conversación que había sostenido con Katherine, a cada paso que intentaba avanzar ella lo obligaba a retroceder dos, cuando empezó a sentir el dolor en los nudillos fue entonces que se percató del gesto que inconscientemente estuvo haciendo y cuando al fin sus manos recobraron su color las movió un poco para aminorar el malestar. "Sabías desde un inicio que ella daría pelea, así que no pienses en retroceder" se dijo así mismo, apenas había movido la primera pieza del juego por lo que no debía apresurarse en concluir que ya todo
Llegó a su departamento poco después tras haber cenado algo en compañía de Leia, quien para su fortuna no volvió a mencionar nada sobre Sebastian. Encendió inmediatamente la luz de la habitación y se quitó el cárdigan gris que llevaba puesto, debía colocarse algo más cómodo para empezar adelantar en la misión, pero su mente estaba tan agotada que le hacía imposible continuar con todo lo que debía investigar; ya había terminado de recopilar toda la información personal e itinerario de su nuevo objetivo Cole Ellis, solo quedaba el encuentro con los demás miembros para decidir lo que harían.Siguió al pue de la letra su rutina de dormir, se lavó el rostro, cepilló sus dientos, se colocó una bata de satén rojo, se hidrató con dos vasos se agua y tomó su pastilla para dormir, esperaba que eso bastara para poder descansar pero no guardaba muchas esperanzas de que funcionara, sin embargo cerró los ojos y se sumergió en el mundo de los sueños."M*****a sea, mírame" vociferó una voz gutural, p
Bastó estrechar la mano de Audrey James para recordar cuando su vida solía ser más sencilla y divertida, habían sido buenos amigos durante su época de secundaria y ahora, doce años después eran dos completos desconocidos. -Escuché que te casaste-. Aquella fue la frase que capturó su atención y se sintió culpable por no haber escuchado nada de lo que había precedido a aquellas palabras. -Así es, pero ella falleció en un accidente años atrás-. Le costó pronunciar aquello, sobre todo porque nada había sido real. -Lo lamento tanto, no tenía idea, mi más sentido pésame-. Mencionó Audrey llena de culpa. Tan pronto mencionó su matrimonio notó la expresión de desolación en el rostro de Sebastian, colocó su mano derecha sobre su hombro en señal de apoyo y al sentir la calidez que desprendía su piel no pudo evitar que se despertaran en ella sentimientos que creía olvidados. -Descuida, no es algo que me guste recordar-. Esas palabras fueron totalmente honestas. Sebastian luchaba cada día p
Las palabras de Chuck hicieron eco en su cabeza "¿Katherine sería capaz de hacer algo como eso?" Se preguntó mientras observaba la foto del hombre nuevamente, sus manos estaban temblorosas y su corazón latía desbocado como si luchara por salir de su pecho "Katherine nunca haría algo así, pero no puedo decir lo mismo de la desconocida que interpretaba aquel personaje" sintió como si un objeto pesado presionara su pecho y le faltaba el aire. -¿Sabes dónde está? -. Preguntó él en un tono bajo y con la fuerza que le quedaba hizo a un lado las imágenes. -Sebastian no estás en condiciones de enfrentarte a ella-. Chuck sabía lo que hacía y con lo que acababa de decir esperaba lograr exasperarlo hasta el punto que exigiera la respuesta que tanto quería obtener. -Me parece que este es el momento ideal para hacerlo así que dímelo en este mismo instante-. Rugió Sebastian con tanta violencia que no podía reconocerse así mismo, lamentaba tener que pagar con Chuck la ira que Katherine producía en
Sentía como una marea de fuego ardiente recorría su lecho vascular dejando a su paso una sensación intolerable que iba empeorando a medida que regresaba por el camino que anteriormente había usado para llegar a Katherine. Todo a su alrededor se iba disipando mientras más se hundía en las palabras que Katherine había sido capaz de decir sobre su hermana "¿Cómo se atreve a colocar a mi familia al mismo nivel de la suya” pensó furioso tan solo de recordar las insinuaciones que había hecho sobre su hermana Cadie? "Si alguien se atreviera a indagar y juzgar los actos de mi familia, estoy seguro que no podrían obtener nada de Cadie" su mente estaba negada a aceptar la sandez que había salido de ella y estaba seguro que el único objetivo con el que ella había dicho aquello era para generar esa clase de reacción en él y nuevamente le había dado el gusto. Cuando regresó a su vehículo no había señal alguna de Chuck, hecho que le generó cierto alivio ya que tal y como él había recalcado no es
Pasó el resto de la mañana con la mente turbada, siendo atormentada en cada instante con los recuerdos del infierno que había vivido cuando era una Ward, en otras palabras, cuando era una prisionera dentro de su propia familia, se había prometido no abrir ese cajón escondido en un recóndito rincón de su memoria, pero las palabras de Sebastian se repetían una y otra vez, sacudiendo el cajón ‘‘¿Tu madre no estaba ahí cuando más la necesitabas?’’ y una risa irónica se escapó de sus labios mientras una lágrima descendía por su mejilla.-Hasta en eso saliste victorioso, Pratt-. Se dijo en voz baja mientras las lágrimas seguían humedeciendo sus mejillas, las palabras de Sebastian dolían el doble porque aunque Emmaline y Candance eran malas personas, al menos una de ellas cumplía con su rol de madre.Observó las fotos que él había colgado en su sala de estar y como era de esperar solo eran sobre los miembros de la perfecta familia Pratt, ‘‘Es cuestión de tiempo para que te des cuenta que no
‘‘Deplorable, infame, desleal’’ Katherine no contaba con el mismo nivel de imaginación que Lukas para las injurias pero sí para leer bien su expresión corporal, Luka no había desviado ni un segundo su mirada tras escuchar como Reese emitía aquella última frase, a diferencia del resto, las acciones de Lukas rara vez se veían incentivadas por los sentimientos, como si sus emociones hubiesen muerto el mismo día que perdió a su familia dejando en él solo rabia y rencor.Había entre ellos más puntos comunes que divergencias, eran los miembros más jóvenes al momento que formaron la alianza y la diferencia de tres años entre ambos facilitó el contacto, hasta el punto que ella representaba a la hermana mayor que él había perdido y Katherine veía en él facetas que le recordaban a Evelyn.-Lo siento, pero no pienso entretenerme en este absurdo juego de cazar fantasmas-. Se puso de pie con rapidez haciendo que la silla se tambaleara hacia un lado en el proceso, no le importaba quedarse ahí para
Pasó cada minuto del trayecto insultando entre dientes el terrible tráfico de Santa Helena, el calor y la humedad no hacía más que empeorar su intolerancia a los claxones de los demás vehículos, estaba empezando a convencerse que incluso la gran metrópoli de New Castle representaba un desafío menor para su paciencia.-Cambia esa cara, pronto te acostumbrarás a este lugar, por más que te resistas todos acabamos haciéndolo-. Escuchó que decía su amigo Lincoln con su característico tono apaciguador.Era fácil para él decirlo, se había adecuado tanto al despreocupado estilo de vida de la costa que parecía oriundo de Santa Helena, incluso su piel se había tornado del tono trigueño que predominaba en la gente del lugar resaltando sus ojos celestes y cabellera cobriza.-Me encantaría saber cuánto tiempo te tomó controlar las ganas de atropellar a estos conductores imprudentes-. Replicó Sebastian con acidez viendo como nuevamente otro vehículo obviaba la señal de alto provocando que tuviera q