Al día siguiente, Liz y Anya salen muy temprano para comenzar con los preparativos del matrimonio. Se encuentran entusiasmadas y quieren que la boda quede perfecta, por lo que recorren varias agencias de decoraciones buscando una que se adecue a sus gustos.— Liz, salir con alguien que tiene buenos gustos es lo mejor que puede pasar, para la pobretona cualquier lugar era bueno y todo lo que le mostraba, le gustaba —dijo Anya menos preciando a Ross.— Los pobres no saben nada de moda o buen gusto, puesto que se deben de conformar con cualquier cosa —respondió Liz y se rieron a carcajadas.— Liz, querida, creo que invitar a trescientas personas es mucho, Elon quiere algo sencillo, ¿no crees que se va a molestar?— Él no se va a dar cuenta, hasta ese día, así que no me importa —dijo muy segura y con un tono de arrogancia—. No creo que se arriesgue a formar un escándalo después de lo que pasó en sus matrimonios anteriores ¿te imaginas?, el tercer matrimonio frustrado, ¿no creo que se arr
Al llegar a la consulta, saludaron al doctor, este se encontraba molesto, puesto que cada paciente tiene su tiempo establecido y él le hizo ese espacio a la chica sin previo cita y de paso llega tarde. A pesar de que trató de ser cortés, se le notaba la molestia y el desagrado al atender a la mujer, y en especial, cuando Tyler mostraba afecto a su esposa por el embarazo. Una vez que ha llenado los datos de la paciente y realizado las preguntas concernientes al embarazo y la salud de la mujer, van a realizar los estudio sonográfico.— El bebé se encuentra saludable, está en buena posición —expresó el doctor mientras ve el monitor— usted tiene un tiempo de doce semanas y tres días, tardó mucho en venir a llevar a cabo el chequeo —musito mientras continúa revisando al niño mediante el aparato.— ¿Doce semanas, doctor?, ¿eso es mucho tiempo? —expresa Ross sorprendida, pues ella consideraba que tendría como máximo ocho semanas.— Pues, no. Aquí se muestra que lleva doce semanas, por fo
Llegó la hora de viajar y como lo han hecho otras veces, Tyler y Fred se encuentran en el aeropuerto para no levantar sospechas, así mismo compran el ticket de avión por separado. Ellos, siempre se han cuidado de ser vistos en situaciones fuera de lo común, pues no quieren ser juzgados o criticados, además, les gusta el toque de misterios que le da a su vínculo amoroso. La pareja siempre va de viaje a una playa nudista para homosexuales, pues allí se siente libre de demostrarse su amor, allí son hombres completamente diferentes. Por lo que buscan disfrutar al máximo el tiempo que están allá. Por su parte, Ross se queda en la ciudad, por lo que decide salir a pasear con sus hijos, tiene tiempo que no salen en familia, con tantas cosas que han vivido, ella ha descuidado un poco ese tipo de actividades.— Robert, Andrea, ¿quieren un helado? —grita Ross para llamar la atención de sus hijos que se encuentran entretenidos en el parque, ella se siente feliz de compartir de esa forma con
Al llegar al hospital, Ross reacciona y se altera mucho, es por ello que le colocan calmantes. Buscan localizar a un familiar para que la acompañe, al primero que tiene es Tyler, por desgracia, este no contesta. El siguiente número de contacto es Elon, así que lo llaman. El hombre contestó casi de inmediato. — Señor Elon, somos del hospital, nos comunicamos con usted, porque aquí se encuentra la señora Ross, tratamos de contactar a un familiar y usted sale registrado entre los contactos de emergencia, es por ello que lo estamos llamando. Necesitamos que venga alguien a hacerle compañía, ¿puede venir? —expresó la persona que habla por teléfono.— Sí, claro que puedo, solo dígame la dirección y estoy en seguida allá —dijo el hombre mientras se dirigía al vehículo, él quiere llegar lo antes posible a donde se encuentra la mujer. Después de dar la dirección, le cuelgan el teléfono —«¿que le paso?, ¿por qué está en el hospital?, ¿dónde está Tyler?», se pregunta Elon con preocupación.
— Elon, menos mal te encuentro —expresa Liz, quien interrumpe de manera brusca la conversación que están teniendo Anya con Elon—. Ya está todo listo para nuestro matrimonio, vengo de hacerle unos arreglos al vestido, pues la barriga me ha crecido y ya me quedaba apretado. Sabes, necesito que me acompañes a revisar unos detalles, es importante.— ¿Tan rápido, está listo todo? —expresó el hombre sorprendido, pues no ha pasado mucho tiempo desde que le dijo que comenzará con los arreglos—. ¿Para cuándo se va a realizar el matrimonio?, debo de cuadrar todo para no tener ningún pendiente ese día.— ¡Claro que no debes de tener compromisos!, ¡va a ser nuestra boda, Elon!, espero que me dedique el día a mí, eso por lo menos, ya que no vamos a tener luna de miel —expresó la mujer molesta por la actitud tan despreocupada del hombre.— Liz —expresa el hombre mientras se acerca a ella—. Tú sabes bien bajo qué condiciones me estoy casando contigo, por favor, no te vayas a poner exigente, por qué
Cuando Ross reacciona, empuja a Elon con fuerza y comienza a limpiarse los labios. Los ojos parecía que le iban a echar fuego de la rabia que tenía, no podía creer que Elon siempre hace que su voluntad se doblegue.— No lo vuelvas a hacer, Elon —dijo y comenzó a respirar con dificultad, puesto que se encuentra sobresaltada—, estoy cansada de decírtelo, tú y yo no tenemos ni volveremos a tener nada, esto se acabó, tú te encargaste de matar todo lo bonito que había entre nosotros.— ¡Ross!, ¿te pasa algo?, te veo muy agitada, ¿ye siente mal?, ¡dime! —expresa el hombre con preocupación mientras intenta agarrarla, omitiendo lo que la mujer le acaba de expresar.— No me pasa nada, lo único que deseo es que te vayas y me dejes en paz —gritó la mujer desesperada—, es lo que quiero, eso es mucho pedir —dijo y los ojos se le humedecieron, en el fondo ella deseaba que todo volviera a ser como antes, sin embargo, el orgullo no se lo permitía.— Lo que me estás pidiendo es muy duro para mí, —dij
El día de la cita médica llegó, así que las mujeres acudieron con todo el material recogido por el detective, esa es la única manera que tienen para chantajear al médico. Al entrar, el médico las estaba esperando como es su costumbre, con una gran sonrisa y la amabilidad que lo caracteriza.— Buenas tardes, señoras, díganme, cuál es su situación, ¿por qué acuden a consulta el día de hoy? —expresó el médico mientras toma lápiz y el formulario que llena con las nuevas pacientes.— Verá doctor, nosotras venimos por un caso muy particular —expresa Anya y se mueve hacia el frente y cruza los dedos—, queremos proponerle un negocio, un trato o un acuerdo, realmente no sé cómo llamarlo.— Disculpe, no le estoy entendiendo —expresó Fred frunciendo el ceño, puesto que la mujer no ha dicho nada en concreto, no sabe de qué acuerdo esta hablando.— Ya le explico, ella —señalando a Liz— se va a casar con mi sobrino, porque le dijo que está embarazada. Es por ello que, necesitamos que usted nos ayu
Ross se encuentra en los tribunales, en una lucha por la custodia de los niños. Alex, acudió en compañía de un abogado con renombre, lo que dejó a la mujer con la boca abierta, «¿De dónde sacó Alex dinero para pagar a un abogado de esa magnitud?», pensó Ross y se puso muy nerviosa, porque no quería alejarse de sus hijos, ellos son el motor de su vida. Al entrar a los tribunales, el abogado del hombre se acerca a hablar con el juez, estos parecen ser grandes amigos. Esto hizo que los nervios de la mujer se incrementaran, pues no quiere alejarse de sus hijos. Al iniciar el juicio, los abogados comenzaron a debatir y exponer las razones del porqué los niños se deberían quedar con uno o con el otro. La pelea es un poco fuerte, puesto que ambos tienen aspectos positivos y negativos en su función como padres. Dentro de las razones que dio el hombre para irse de la ciudad y abandonar a sus hijos, expuso que fue por amenaza del novio de Ross, de aquel momento. De allí que le devolvió la