Llegó la hora de viajar y como lo han hecho otras veces, Tyler y Fred se encuentran en el aeropuerto para no levantar sospechas, así mismo compran el ticket de avión por separado. Ellos, siempre se han cuidado de ser vistos en situaciones fuera de lo común, pues no quieren ser juzgados o criticados, además, les gusta el toque de misterios que le da a su vínculo amoroso. La pareja siempre va de viaje a una playa nudista para homosexuales, pues allí se siente libre de demostrarse su amor, allí son hombres completamente diferentes. Por lo que buscan disfrutar al máximo el tiempo que están allá. Por su parte, Ross se queda en la ciudad, por lo que decide salir a pasear con sus hijos, tiene tiempo que no salen en familia, con tantas cosas que han vivido, ella ha descuidado un poco ese tipo de actividades.— Robert, Andrea, ¿quieren un helado? —grita Ross para llamar la atención de sus hijos que se encuentran entretenidos en el parque, ella se siente feliz de compartir de esa forma con
Al llegar al hospital, Ross reacciona y se altera mucho, es por ello que le colocan calmantes. Buscan localizar a un familiar para que la acompañe, al primero que tiene es Tyler, por desgracia, este no contesta. El siguiente número de contacto es Elon, así que lo llaman. El hombre contestó casi de inmediato. — Señor Elon, somos del hospital, nos comunicamos con usted, porque aquí se encuentra la señora Ross, tratamos de contactar a un familiar y usted sale registrado entre los contactos de emergencia, es por ello que lo estamos llamando. Necesitamos que venga alguien a hacerle compañía, ¿puede venir? —expresó la persona que habla por teléfono.— Sí, claro que puedo, solo dígame la dirección y estoy en seguida allá —dijo el hombre mientras se dirigía al vehículo, él quiere llegar lo antes posible a donde se encuentra la mujer. Después de dar la dirección, le cuelgan el teléfono —«¿que le paso?, ¿por qué está en el hospital?, ¿dónde está Tyler?», se pregunta Elon con preocupación.
— Elon, menos mal te encuentro —expresa Liz, quien interrumpe de manera brusca la conversación que están teniendo Anya con Elon—. Ya está todo listo para nuestro matrimonio, vengo de hacerle unos arreglos al vestido, pues la barriga me ha crecido y ya me quedaba apretado. Sabes, necesito que me acompañes a revisar unos detalles, es importante.— ¿Tan rápido, está listo todo? —expresó el hombre sorprendido, pues no ha pasado mucho tiempo desde que le dijo que comenzará con los arreglos—. ¿Para cuándo se va a realizar el matrimonio?, debo de cuadrar todo para no tener ningún pendiente ese día.— ¡Claro que no debes de tener compromisos!, ¡va a ser nuestra boda, Elon!, espero que me dedique el día a mí, eso por lo menos, ya que no vamos a tener luna de miel —expresó la mujer molesta por la actitud tan despreocupada del hombre.— Liz —expresa el hombre mientras se acerca a ella—. Tú sabes bien bajo qué condiciones me estoy casando contigo, por favor, no te vayas a poner exigente, por qué
Cuando Ross reacciona, empuja a Elon con fuerza y comienza a limpiarse los labios. Los ojos parecía que le iban a echar fuego de la rabia que tenía, no podía creer que Elon siempre hace que su voluntad se doblegue.— No lo vuelvas a hacer, Elon —dijo y comenzó a respirar con dificultad, puesto que se encuentra sobresaltada—, estoy cansada de decírtelo, tú y yo no tenemos ni volveremos a tener nada, esto se acabó, tú te encargaste de matar todo lo bonito que había entre nosotros.— ¡Ross!, ¿te pasa algo?, te veo muy agitada, ¿ye siente mal?, ¡dime! —expresa el hombre con preocupación mientras intenta agarrarla, omitiendo lo que la mujer le acaba de expresar.— No me pasa nada, lo único que deseo es que te vayas y me dejes en paz —gritó la mujer desesperada—, es lo que quiero, eso es mucho pedir —dijo y los ojos se le humedecieron, en el fondo ella deseaba que todo volviera a ser como antes, sin embargo, el orgullo no se lo permitía.— Lo que me estás pidiendo es muy duro para mí, —dij
El día de la cita médica llegó, así que las mujeres acudieron con todo el material recogido por el detective, esa es la única manera que tienen para chantajear al médico. Al entrar, el médico las estaba esperando como es su costumbre, con una gran sonrisa y la amabilidad que lo caracteriza.— Buenas tardes, señoras, díganme, cuál es su situación, ¿por qué acuden a consulta el día de hoy? —expresó el médico mientras toma lápiz y el formulario que llena con las nuevas pacientes.— Verá doctor, nosotras venimos por un caso muy particular —expresa Anya y se mueve hacia el frente y cruza los dedos—, queremos proponerle un negocio, un trato o un acuerdo, realmente no sé cómo llamarlo.— Disculpe, no le estoy entendiendo —expresó Fred frunciendo el ceño, puesto que la mujer no ha dicho nada en concreto, no sabe de qué acuerdo esta hablando.— Ya le explico, ella —señalando a Liz— se va a casar con mi sobrino, porque le dijo que está embarazada. Es por ello que, necesitamos que usted nos ayu
Ross se encuentra en los tribunales, en una lucha por la custodia de los niños. Alex, acudió en compañía de un abogado con renombre, lo que dejó a la mujer con la boca abierta, «¿De dónde sacó Alex dinero para pagar a un abogado de esa magnitud?», pensó Ross y se puso muy nerviosa, porque no quería alejarse de sus hijos, ellos son el motor de su vida. Al entrar a los tribunales, el abogado del hombre se acerca a hablar con el juez, estos parecen ser grandes amigos. Esto hizo que los nervios de la mujer se incrementaran, pues no quiere alejarse de sus hijos. Al iniciar el juicio, los abogados comenzaron a debatir y exponer las razones del porqué los niños se deberían quedar con uno o con el otro. La pelea es un poco fuerte, puesto que ambos tienen aspectos positivos y negativos en su función como padres. Dentro de las razones que dio el hombre para irse de la ciudad y abandonar a sus hijos, expuso que fue por amenaza del novio de Ross, de aquel momento. De allí que le devolvió la
La mujer se encuentra apenada con Fred, puesto que, está ocupando a su novio. Sin embargo, trata de minimizar las cargas por lo que responde con cortesía, lo que molesta aún más a Fred.—Sí doctor ya estoy bien, será que me puedo ir no quisiera dejar a mis hijos solos en la casa —expresó la mujer sinceramente bajando la cabeza— no quiero ser una carga.— Tranquila, Ross, yo me quedo con los niños. Te puedes quedar tranquila aquí —expresa Tyler inocentemente, por lo que Fred se molestó.—Si ya te encuentras mejor, no veo motivos para que te quedes. En este momento te voy a dar de alta, de esa manera descansas en tu casa, con mayor comodidad y no te preocupas por tus niños —expresó el médico y luego se retiró de la habitación, dejando a la familia a sola, él trata de disimular la rabia, pero se le es imposible, el único que no se da cuenta es Tyler.— Gracias, doctor —alcanzó a decir la mujer esbozando una sonrisa de tranquilidad, quiere limar las asperezas con el hombre.— Esta es una
Esa tarde, cuando va a buscar a los niños, se encuentra con Alex, quien la estaba esperando para hablar con ella.— ¿Qué haces aquí?, no te es suficiente con todo el daño que me estás haciendo, no quiero hablar contigo, ni verte, así que largo —expresa Ross con dolor, mientras ve el cinismo de aquel hombre.— Nunca ha sido mi intención hacerte daño, Ross. Te amé demasiado y tú elegiste la separación —miente con naturalidad el hombre—. En este momento, yo solo quiero a mis hijos cerca, desde que decidiste divorciarte de mí, todo se me ha complicado y lo único bonito que me quedan son ellos y no los quiero perder —expresó dándose la vuelta y fingiendo dolor.— Y tú crees que para mí ha sido sencillo, tener que lidiar con un exesposo infiel, que se ha encargado de arruinarme la existencia, además de trabajar mientras cuido a mis pequeños. Aun así, no he hecho nada malo en tu contra, por el contrario, he tratado de apoyarte en todo lo que has necesitado —cada palabra dicha manifestaba el