Noah–¿Hermano? ¿Es decir que comparten genes o solo es la expresión?–Me habían dicho que usted era un genio, pero no lo parece –hijo de su… Cálmate Noah, respira–... A ver si le explico, los padres de Luna son los mismos que me engendraron, así que sí, compartimos genes –contestó soberbio el muy cretino.–Disculpe, es que yo no suelo besar a mis hermanos de la manera en que ustedes se besaron ayer –dije en el mismo tono que él.–Cada familia expresa el cariño a su manera ¿No le parece?No si vas tocando y metiendo la lengua hasta su garganta a lo que quiero para mí… Espera, espera, Noah… ¿Para ti?Drak Oslin es un tipo alto, casi tanto como yo, con los ojos turquesa igual que su hermana pero no tiene la condición de albinismo de Luna, lo que hace que su piel sea rosácea y el cabello blanquecino. Aun así, no puedo negar el parecido que ambos tienen, por mucho que no haya querido verlo al principio.El silencio entre nosotros es cortante, no bajo la mirada y él tampoco lo hace aunque
Luna–Creo que no le gustó el desayuno –comentó Drak con ironía al escuchar cómo Noah tiró la puerta al salir–Drak, sé que tienes planes de quedarte indefinidamente, ¿pero no deberías estar al pendiente del trabajo?–¿Aburrida de mi presencia?–No, sabes que me encanta estar contigo, es solo que llegaste de la nada y ahora estas peleas con Noah…–Meier puede dar las pataletas que quiera, igual no saldré de aquí porque él me lo ordene y si tiene algún problema bien puede decírmelo en la cara o hablar con Oz, aunque no servirá de nada.Esto es una pesadilla. ¿En qué momento las cosas pasaron a ser tan caóticas en mi vida? Es decir, estaba feliz con mi trabajo, tenía una buena vida, una casa propia, no era prisionera ni tenía niñera, de pronto me arrolló un camión de mierda y tras de tener que convivir con un hombre que me vuelve loca aparece mi peor carcelero, que amo pero que no aguanto demasiado tiempo a mi lado tan cerca… Aunque Mao y Falaris son lo mejor que me ha pasado en este ti
LunaNo quería hacerlo, no deseaba recurrir a Noah ni mucho menos actuar de esta forma contra mi hermano, pero esta situación se salió por completo de control y lo peor era que algo me ocultaba Drak, mi intuición me lo dice pero él solo se hace el desentendido tratándome como una tonta.Es por eso que en cuanto Noah llegó a casa ese día después de nuestra rápida reunión en su hospital nos empeñamos a hacer la mejor actuación para mi hermano, nos pusimos melosos, intentamos sacarlo de la cocina para que Noah “recuperase su territorio”. No sé qué clase de estupidez era esa pero me ceñí a sus indicaciones para terminar haciendo la cena entre él y yo como una pareja más… El calor del fuego enrojecía su rostro involuntariamente y esa boca carnosa se tornaba de un tono rosa que… ¡Uff!.. y ni qué decir de cuando me dió a probar… un gemido se escapó de mi garganta de lo delicioso que estaba pero más al sentir su tacto sobre mi barbilla cuidando que no me quemase… pero claro ¿mi sombra me aban
LunaSabía que debía darle espacio a mi hermano y aun cuando asistí el lunes a la cita como siempre, él no se presentó, igual le comenté a Vincent lo ocurrido y dijo que lo mejor era darle tiempo a que se calmara, tampoco debía buscarlo ni presionarlo para evitar dar el mensaje erróneo puesto que aun cuando no fue la manera de hacerlo, sí era necesario que yo colocara límites en mi vida con mi hermano, pero la forma en que me habló y peor, el cómo me observó en ese último instante es algo que no he podido sacarme de la cabeza, tanto así, que incluso seguí durmiendo con Noah para no sentir la horrible sensación de soledad que me dejó el silencio y la partida de Drak.También sabía que no debía hacerlo, pero en mi desesperación, busqué a Drak en varios hoteles de la ciudad sin éxito alguno, también llamé a Oz para saber si estaba con él o conocía su paradero llevándome una negativa, aunque algo me decía que sí lo sabía, solo que sería inútil insistir. Ante esto, fui al trabajo creyendo
Noah–¿Te encuentras bien? Estaba preocupado, más después de recibir esa extraña llamada de tu hermano.–¿Mi hermano? –Sí, Drak me llamó y dijo que se iba o algo así, entre varias amenazas me sugirió que te esperara temprano esta vez, que podrías necesitar algo de compañía.Su sonrisa esta vez no se ve amarga, es fresca y el regreso de esa mirada desafiante que antes se había visto opacada hace que pueda esbozar el mismo gesto en respuesta.–Bueno, ya que estás aquí, entonces creo que puedes ayudarme a abrir esto que traje.De su bolsa saca dos botellas de color verde, el empaque está tallado como una calabera y río ante ello porque sé perfectamente qué es. Debo confesar que la absenta y yo no somos los mejores amigos, pero mi cuerpo está acostumbrado a grandes cantidades de alcohol, no por nada soy uno de los alumnos de Oz.–Es una edición especial que me regaló Oz alguna vez cuando tomé el mando de mi trabajo, uno de mis mayores logros personales… Fue la primera vez que me distanci
NoahEstaba con un terrible dolor de cabeza, el mundo me daba vueltas y ni qué hablar del estómago. Levanté la mirada encontrando a Mao nadar muy feliz en lo que el cínico de Falaris veía a la nada misma con sus enormes ojos amarillos, era extraño verlo tan quieto, pero no iba a enfocarme en sus pataletas de diva con esta resaca.–¿Cómo te sientes?Luna apareció con su melodiosa voz y dulce sonrisa extendiéndome un jugo y unas pastillas que no tardé en tomar.–Gracias, pero estoy como la mierda. ¿Qué pasó anoche?–¿No recuerdas nada?–Lo último que recuerdo fue tener a una increíble y muy sensual mujer entre mis brazos a punto de ser devorada por mí y después nada –su tímida sonrisa borró la preocupación que se había pintado en su faz generando a su vez un cosquilleo en mi estómago.–Digamos que por mi afán diste un mal paso y caíste golpeándote la cabeza, la verdad me asusté mucho, creí que el daño era grave hasta que empezaste a roncar –frunció sus labios conteniendo la risa y yo la
NoahNo me di cuenta en qué momento me quedé dormido. Solo sé que lloré como no recuerdo haberlo hecho antes desde que era niño. Mis lágrimas simplemente no dejaban de salir de mis ojos y mi pecho comprimido no me permitía tragar ni respirar con facilidad. Ayer, entre tanta bruma, solo encontré consuelo en su olor y con sus brazos alrededor mío mientras veíamos al causante de todas mis angustias: Falaris, quien perseguía dichoso a Mao por toda la pecera.Estúpido pez.Pensar en él me hace abrir los ojos con dificultad, la luz es molesta, el dolor de cabeza provocado por el llanto lo es más. El sol despunta con fuerza y pega directo gracias al gran ventanal del salón. Dormí en el sofá con Luna a mi lado y esa incomodidad ha reavivado el dolor de mi espalda baja, estoy envejeciendo en definitiva. Aunque no quiero, tengo que levantarme, primero porque ya no encuentro cómo acomodarme y segundo porque el incesante timbre de la puerta no me deja seguir descansando.Ella sigue aquí, conmigo.
Noah–¿En serio? ¿Qué es lo que quieres?–Tu ayuda… tu consejoEsta mañana que llegué de casa de mi madre Luna no estaba. Me preocupé y marqué varias veces a su teléfono y no hubo respuesta, sé que debe estar muy molesta y con toda la razón, solo que en verdad perdí la noción de las horas, hoy buscaré cómo resarcirme… Y así, con esos pensamientos revueltos, vine a trabajar como todos los días; sin embargo, no he podido sacarla de mi cabeza pensando en qué debería hacer para disculparme o si es prudente contarle la razón de mi desaparición, pero aquí estoy con la concentración más baja de lo normal y para sumarle más a mi cerebro embotado, Henry, mi hermano menor, no ha dejado de llamarme en todo el día, ha sido molesto, por lo que decidí contestarle para sacarlo rápido del camino, si es que es posible. –No soy la persona más indicada para eso, Henry, no entiendo qué haces llamándome.–¡No me cuelgues! Por favor, Noah, no tengo a nadie más a quién acudir…Resoplo y sobo mi sien mientr