Noah–Ella ha tenido estas pesadillas noche tras noche, sé que estoy faltando a su privacidad, pero como médico no puedo dejar que se ahogue en su saliva y termine muerta o qué sé yo… Lo bueno es que se ha quedado dormida luego de contenerla y eso me hace salir de la habitación sin ser detectado –comento a Ely.Hoy sí vine a mi terapia, necesitaba contarle a alguien todo esto que ha estado pasando a ver si puedo encontrar la forma de ayudarle sin parecer un maldito pervertido.–Verás, es normal que se hayan intensificado esos episodios, está recibiendo terapia y el proceso es como el destapar una alcantarilla. Se deben remover todas las cosas que taponan y son asquerosas para que todo pueda retomar su curso.–Entiendo… Pero la veo desnuda y eso…–Te excita. Lo sé y es válido también.–¡Estoy siendo un pervertido que se aprovecha de una mujer en interdicción! –me ofusco porque ella todo lo ve como si nada malo pasara y sí pasa algo malo. –No. Estás siendo un amigo que ayuda a una amig
NoahSus puños golpeaban una y otra vez mi pecho desnudo pero a pesar de ello no sentía dolor, no era que ella impactara sin fuerza, no, al contrario, sino que de alguna manera este era parte de toda la burbuja de placer en la que estaba sumergido.Ella gritaba improperios de todos los calibres mientras yo osaba en pasar la yema de mis dedos por sus brazos que no paraban de pegarme. Entre más intentaba separarme; más quería estar cerca de ella envuelto entre este olor a lavanda y sexo que llenaba el ambiente. Nada me parecía real, era como ver por la ventanilla del auto mientras conduces, todo pasa rápido alrededor y sencillamente pierde importancia.¿Qué diferencia hay entre esos que asaltan mujeres en medio de la calle mostrándoles su verga y yo? Ninguna. Pero aun así no siento la más mínima culpa en estos instantes y sí, mañana iré a ver a Jacobson porque ya estoy de medicación psiquiátrica. Si le hablase de todo lo que he estado haciendo por ella hasta ahora ¿Aceptaría escucharme
Noah Muy empalmado, me lancé sobre Yoyce robándole un beso que no la dejó ni respirar. –¿Por qué la escogiste a ella si tu primera sumisa soy yo? –reclamó en cuanto separamos nuestras bocas y la arrastré al otro lado del salón donde varias personas practicaban el arte del shibari… Lo que más le gusta a ella, que la hagan volar. Recuerdo la primera vez que vi una sesión de shibari… Sentí un cosquilleo en el estómago como pocas veces suele sucederme al presenciar algo. Para todos los que estábamos ahí el tiempo iba corriendo a su normal compás, pero se había difuminado para las dos personas que protagonizaban ese instante. Supe que en algún momento de mi vida tenía que hacerlo, tenía que estar al otro lado. Sé que en estos momentos debo controlar mis emociones, la concentración es primordial, sin embargo, veo pasar a Sole y no puedo evitar ver cómo su cabello cobrizo reluce con cada uno de sus pasos y ese aura de poder que desprende me embelesa. Lleva un vestido largo con un escote
Noah El sol ya había salido y agradezco que aún Luna estuviese encerrada en su habitación, era obvio que aumentaría la seguridad por todo lo que pasamos, pero sé que le debo una disculpa, que andar escondiéndome no va a solucionar este bochornoso asunto y de alguna forma debo iniciar con la siguiente tarea que me dejó Ely, si soy consecuente entonces encararla es mi primer paso. Me doy una ducha y descanso largo y tendido. Agradezco que sea domingo y no tener ninguna responsabilidad que cumplir en la clínica en este largo y divertido fin de semana, creo que es la primera cosa buena que le veo a ser el director de todo y no tener que cumplir turnos a menos que se presente una emergencia. Es pasado el mediodía cuando me levanto y bajo las escaleras encontrando a Luna hablándole animadamente a los peces, me tenso, pero recuerdo que esto es un proceso y debo sí o sí dar la cara. –¿Luna…? –pregunté dubitativo ganándome una mirada hecha de lanzas y fuego –¿Podemos conversar? –No hablo
NoahEl segundo día del festival no tiene nada que envidiarle al primero, los concursos siguen, las jaulas están llenas de personas disfrutando su animalidad, si es que así se le puede llamar, y ella, Sole, disfrutando del espectáculo creado desde su puesto inalcanzable, casi intocable. Es la primera vez desde que asisto al Rabbit Hole que estoy solo. Ni Yoyce pudo llegar por sus múltiples ocupaciones en el mundo real ni Erin quedarse más tiempo del de la ceremonia, cosas de terapeutas… Supongo que no está mal un poco de calma a sabiendas que ya he recuperado el control de mis corridas.–Estás muy solo para ser el centro de atención el día de hoy –Una chiquilla de tez tostada con una máscara de coneja muy… sugestiva a decir verdad, se me acerca. Es mucho más pequeña que yo, pero a leguas se nota su actitud un tanto territorial.–Una de mis tareas como un Dom es apoyar a mis sumisas cuando lo necesiten, su crecimiento personal es de vital importancia y por eso no me molesta para nada e
NoahLa luz del alba marcó el final del segundo día del festival dejando oficialmente a tres sumisas a mi merced. Llego a casa y entrego mi ofrenda a los peces por su silencio. No sé qué cara pondría Oslin si supiera a dónde he ido estas noches teniendo en cuenta lo que pasó… Pervertido sería una palabra linda seguramente.Retomo mi momento de relajación con un buen baño frío, el calor del verano se sigue sintiendo con potencia a pesar de entrar ya en la última de sus etapas y tras un desayuno cargado, me meto a descansar y a reponer energías para esta noche. Al parecer su salida también fue intensa porque no bajó mientras estuve fuera de mi habitación.Eran cerca de las once cuando me levanté y bajé a buscar algo de comer encontrando a Oslin en la cocina muy entretenida con la música a todo volumen. Estaba bailando una canción que no había escuchado hasta ahora, aunque el movimiento de sus curvas fue el que más me embelesó. No sé en qué momento quedé sentado en la silla que estaba en
NoahTercer y último día del Festival. Si soy sincero, no tenía hoy ni la más mínima energía para venir. Lo que pasó esta tarde con Oslin me ha dejado en un estado de estupefacción tan grande solo comparable cuando me enteré de los estados de salud de mi padre y abuelo. Me sentí igual de inútil e inservible a pesar de todos mis conocimientos, contactos y cerebro. ¿Qué carajos me pasó? Busco y busco las justificaciones de mis actos, pero no las encuentro ¿Qué desató esa corriente e impulso en mi cuerpo? ¿Su aroma? ¿Su actitud?… No lo sé…Sentado en la misma silla que el primer día, con Yoyce; Erin y Lina, esperamos el inicio del último día del festival, sin embargo, mi cerebro se encontraba embotado de tanto pensar y pensar. ¿Me está gustando Luna? ¿Estoy sufriendo de síndrome de Estocolmo o algo parecido que me hace verla de manera diferente? –¿Te sientes bien, amo? –La dulce voz de Yoyce me saca de mis pensamientos–. Parece que no estás con nosotras hoy…–Seguro ha de ser un dom dr
Puedo sentir la lentitud de su respiración al momento en que bajo mi cabeza y nuestras narices se topan. Por un instante dudo y trago fuerte porque soy consciente que me puedo meter en la boca del lobo, pero…–Empieza a demostrar lo que vales –murmuró desafiante sobre mis labios incrementando mi deseo por ella… y por Luna…–. Dime qué me harías si yo te dejase…Su aliento mostraba las ganas que tenía pegando fuerte en mi rostro hasta tornarse en un adictivo reemplazo del oxígeno. Tragué grueso, con dificultad, y mi mano temblaba suplicándome un deseo al sentirla a nada de mí.–Tengo ganas de agarrar tu cuello y apretarlo lentamente mientras estoy besando tus labios y recorro toda mi boca hacia abajo… –digo dejándome llevar por este remolino de ganas, provocación y algo más–. Quiero probar cada centímetro de tu piel expuesta, quiero quitarme las ganas que tengo de tocarte toda, de asquerosamente dedearte, chuparte, comerte, probarte… Que te sientes en mi cara hasta que te vengas una y o