Noah Muy empalmado, me lancé sobre Yoyce robándole un beso que no la dejó ni respirar. –¿Por qué la escogiste a ella si tu primera sumisa soy yo? –reclamó en cuanto separamos nuestras bocas y la arrastré al otro lado del salón donde varias personas practicaban el arte del shibari… Lo que más le gusta a ella, que la hagan volar. Recuerdo la primera vez que vi una sesión de shibari… Sentí un cosquilleo en el estómago como pocas veces suele sucederme al presenciar algo. Para todos los que estábamos ahí el tiempo iba corriendo a su normal compás, pero se había difuminado para las dos personas que protagonizaban ese instante. Supe que en algún momento de mi vida tenía que hacerlo, tenía que estar al otro lado. Sé que en estos momentos debo controlar mis emociones, la concentración es primordial, sin embargo, veo pasar a Sole y no puedo evitar ver cómo su cabello cobrizo reluce con cada uno de sus pasos y ese aura de poder que desprende me embelesa. Lleva un vestido largo con un escote
Noah El sol ya había salido y agradezco que aún Luna estuviese encerrada en su habitación, era obvio que aumentaría la seguridad por todo lo que pasamos, pero sé que le debo una disculpa, que andar escondiéndome no va a solucionar este bochornoso asunto y de alguna forma debo iniciar con la siguiente tarea que me dejó Ely, si soy consecuente entonces encararla es mi primer paso. Me doy una ducha y descanso largo y tendido. Agradezco que sea domingo y no tener ninguna responsabilidad que cumplir en la clínica en este largo y divertido fin de semana, creo que es la primera cosa buena que le veo a ser el director de todo y no tener que cumplir turnos a menos que se presente una emergencia. Es pasado el mediodía cuando me levanto y bajo las escaleras encontrando a Luna hablándole animadamente a los peces, me tenso, pero recuerdo que esto es un proceso y debo sí o sí dar la cara. –¿Luna…? –pregunté dubitativo ganándome una mirada hecha de lanzas y fuego –¿Podemos conversar? –No hablo
NoahEl segundo día del festival no tiene nada que envidiarle al primero, los concursos siguen, las jaulas están llenas de personas disfrutando su animalidad, si es que así se le puede llamar, y ella, Sole, disfrutando del espectáculo creado desde su puesto inalcanzable, casi intocable. Es la primera vez desde que asisto al Rabbit Hole que estoy solo. Ni Yoyce pudo llegar por sus múltiples ocupaciones en el mundo real ni Erin quedarse más tiempo del de la ceremonia, cosas de terapeutas… Supongo que no está mal un poco de calma a sabiendas que ya he recuperado el control de mis corridas.–Estás muy solo para ser el centro de atención el día de hoy –Una chiquilla de tez tostada con una máscara de coneja muy… sugestiva a decir verdad, se me acerca. Es mucho más pequeña que yo, pero a leguas se nota su actitud un tanto territorial.–Una de mis tareas como un Dom es apoyar a mis sumisas cuando lo necesiten, su crecimiento personal es de vital importancia y por eso no me molesta para nada e
NoahLa luz del alba marcó el final del segundo día del festival dejando oficialmente a tres sumisas a mi merced. Llego a casa y entrego mi ofrenda a los peces por su silencio. No sé qué cara pondría Oslin si supiera a dónde he ido estas noches teniendo en cuenta lo que pasó… Pervertido sería una palabra linda seguramente.Retomo mi momento de relajación con un buen baño frío, el calor del verano se sigue sintiendo con potencia a pesar de entrar ya en la última de sus etapas y tras un desayuno cargado, me meto a descansar y a reponer energías para esta noche. Al parecer su salida también fue intensa porque no bajó mientras estuve fuera de mi habitación.Eran cerca de las once cuando me levanté y bajé a buscar algo de comer encontrando a Oslin en la cocina muy entretenida con la música a todo volumen. Estaba bailando una canción que no había escuchado hasta ahora, aunque el movimiento de sus curvas fue el que más me embelesó. No sé en qué momento quedé sentado en la silla que estaba en
NoahTercer y último día del Festival. Si soy sincero, no tenía hoy ni la más mínima energía para venir. Lo que pasó esta tarde con Oslin me ha dejado en un estado de estupefacción tan grande solo comparable cuando me enteré de los estados de salud de mi padre y abuelo. Me sentí igual de inútil e inservible a pesar de todos mis conocimientos, contactos y cerebro. ¿Qué carajos me pasó? Busco y busco las justificaciones de mis actos, pero no las encuentro ¿Qué desató esa corriente e impulso en mi cuerpo? ¿Su aroma? ¿Su actitud?… No lo sé…Sentado en la misma silla que el primer día, con Yoyce; Erin y Lina, esperamos el inicio del último día del festival, sin embargo, mi cerebro se encontraba embotado de tanto pensar y pensar. ¿Me está gustando Luna? ¿Estoy sufriendo de síndrome de Estocolmo o algo parecido que me hace verla de manera diferente? –¿Te sientes bien, amo? –La dulce voz de Yoyce me saca de mis pensamientos–. Parece que no estás con nosotras hoy…–Seguro ha de ser un dom dr
Puedo sentir la lentitud de su respiración al momento en que bajo mi cabeza y nuestras narices se topan. Por un instante dudo y trago fuerte porque soy consciente que me puedo meter en la boca del lobo, pero…–Empieza a demostrar lo que vales –murmuró desafiante sobre mis labios incrementando mi deseo por ella… y por Luna…–. Dime qué me harías si yo te dejase…Su aliento mostraba las ganas que tenía pegando fuerte en mi rostro hasta tornarse en un adictivo reemplazo del oxígeno. Tragué grueso, con dificultad, y mi mano temblaba suplicándome un deseo al sentirla a nada de mí.–Tengo ganas de agarrar tu cuello y apretarlo lentamente mientras estoy besando tus labios y recorro toda mi boca hacia abajo… –digo dejándome llevar por este remolino de ganas, provocación y algo más–. Quiero probar cada centímetro de tu piel expuesta, quiero quitarme las ganas que tengo de tocarte toda, de asquerosamente dedearte, chuparte, comerte, probarte… Que te sientes en mi cara hasta que te vengas una y o
Luna–¡Mis pequeñines!Falaris y Mao comenzaron a nadar hacia mí de forma ascendente, eso solo quiere decir una cosa y es que les encienda sus luces, lo que no tardo en hacer. Desde que Oz instaló las nuevas se ponen muy felices y nadan con mayor energía, supongo que en parte es como dice Meier, tal vez tengan un poco de diva y más considerando que fueron escogidos por Oz.–Por cierto, ¿no han visto a Meier? No escuché la puerta de su cuarto cerrarse anoche –les pregunté en lo que les daba algunos insectos semi congelados.De pronto Falaris toma una piedra arrojándola hacia la entrada y da un fuerte coletazo arrojando agua con furia dejándome desconcertada, pero si algo he aprendido en este tiempo es que él no tolera a Meier y viceversa, no obstante, el que tenga esa actitud puede significar una cosa, así que me dispongo a terminar de darles su merienda y subo al cuarto de Noah, toqué, pero no hubo respuesta.Estaba insegura de hacerlo y justo antes de abrir la puerta de su recámara,
LunaEn mi afán por ir al baño había olvidado el abrigo en el consultorio, preferí no recogerlo el mismo día, sino que le avisé a mi sexy doctor que iría ayer por él para encontrarme de nuevo con Meier, obvio armé nuevamente el numerito con Ares quien estaba esperando mi señal y en cuanto supe que iba de salida volví a lanzarme a los brazos de él asegurándome que Meier nos viera. La confusión y el desagrado le salían por los poros y ese era el mejor trago que pude darme por lo que hizo.Para hoy tenía una sorpresa preparada, mi querido doctor dijo que quería tener una sesión activa para el viernes y es justo lo que daré. Sonó el timbre y acomodé mi short dejándolo más corto que, en combinación con mi blusa que marcaba todos mis atributos de la forma más sensual posible, serían la primera arma perfecta. Salí corriendo recibiendo a Ares en un increíble beso y en eso Meier va llegando a casa viendo la escena con una cara de portada.–¿Luna? –Su voz titubeó por unos segundos, pero fue com