Marko Romano.Aún no logro asimilar la magnitud de lo que he perdido debido a una mentira. Mauro, con toda su vileza, y mi propia inseguridad me arrebataron todo cuanto amaba. No puedo concebir cómo pude perderme los primeros años de mi Gabriel, y ahora él me mira con odio, reconociendo a ese despreciable Miguel como su padre.Cada día es una lucha interna, una batalla entre el dolor y la rabia, mientras veo cómo intentan arrebatarme el lugar que me pertenece por derecho. Es una herida abierta que no cicatriza, una sensación de vacío que no puedo llenar, un dolor que se agrava con cada mirada despectiva de mi propio hijo.—Estás completamente fuera de ti — pronuncia Alan, sacándome de mis pensamientos.— Estoy decidido a recuperarla.— Me doy cuenta, pero recuerda que debes ir con cuidado, amigo. Sé que estás fascinado con la idea de recuperar a Alma, pero sigues siendo un hombre casado y con una hija.— Me recuerda.— No te preocupes, lo tengo todo planeado.Ya le encargué a mi secre
AlmaMiguel no formuló ninguna palabra durante todo el camino. Simplemente nos recogió en la entrada del cine y se dedicó a conducir. No me ha dedicado siquiera una mirada, yo sé que está molesto, muy molesto y no me quiero imaginar las ideas que cruzan su cabeza.—Papi quiero pizza — Le pide Gabriel.—Llegando a casa ordenamos, campeón. Alma, si lo deseas, te dejo aquí y tomas un taxi para alcanzar a Marko. — Me sugiere centrando su fría mirada en el camino — Yo puedo cuidar a Gabriel esta noche.—Claro que no. — Negué con la cabeza.No entiendo cómo puede sugerir que deje a Gabriel para irme con Marko. ¿Acaso ha enloquecido?. Definitivamente Miguel es extraño. En ocasiones es dulce y en otras demasiado frío, tan frío que incluso a mí me asusta.Condujo durante aproximadamente media hora sin formular ninguna palabra hasta que llegamos a mi departamento. Él me ayudó a cargar a Gabriel debido a que él se durmió durante el camino.Ya es demasiado tarde y únicamente Pía se encuentra aquí
Marko Romano.Me siento sumergido en un completo estado de perplejidad. Aún no puedo creer todo el mal que nos causó Patricia Montesinos. Ella acabó con nuestra vida, la posibilidad de ser felices y formar una familia. Nos separó cruelmente.—Por favor, se lo suplico — Me ruega entre lágrimas el hombre mientras mis escoltas le apuntan con sus armas, no tiene forma de defenderse porque está amarrado.Lo he golpeado hasta el cansancio al maldito infeliz. Lo mataría con mis propias manos, pero lo necesito.— Debería matar a tu esposa y tus hijas — Lo amenazo, por supuesto no lo haría, pero él no lo sabe.—No, por favor, solo son niñas — Él me ruega mientras tose sangre — Te lo ruego.— Mi hija también era tan solo una bebé cuando la arrebataste del lado de su madre y se la entregaste a Patricia Montesinos. ¿O lo seguirá negando Doctor Durán? ¿Negará que su nombre figura en el acta de disfunción de mi hija?— Yo solo seguía órdenes. — Alega — Patricia me necesita, yo sé muchas cosas de e
Alma Aún no puedo creer que permití que Marko me besara me siento muy mal por Miguel. Me siento una infiel.En este momento me estoy dedicando a abrazar a Gabriel mientras él duerme. Era todo lo que necesitaba. Desperté en la madrugada convertida en un mar de lágrimas y abrazar a mi niño es lo único que logra reconfortarme.Desearía que todo sea como antes de regresar a México. Solo Gabriel, Brian y yo, pero siento que todo se ha complicado, que ya nada será lo mismo.Dormí lo que pude, pero el día no tardo demasiado en llegar y mi bebito comenzó a despertar de su sueño.—Mami ¿Cuando llegaste?— Me pregunta en un bostezo—Bebé solo quería abrazarte un poquito.— Le respondí.Después de recordar a Juliana me quedé completamente destrozada y mi único consuelo es Gabriel.—No quiero que estés triste.¿Te enojas porque no llamo papi al señor Marko?— Inquiere.— Por supuesto que no, mi vida. Yo entiendo que Marko te lastimó mucho.— Deposité un beso en su frente — Él se equivocó y solo te p
Alma.Durante la mayor parte de la tarde, me había dedicado a charlar con Maddy sobre asuntos sin relevancia. Ayudaba muchísimo a mi humor charlar con mi amiga de tonterías; adoraba su particular sentido del humor.—Estás como ida, Alma — me dice ella.—No es nada...—Te veo muy triste desde tu discusión con Marko y rechazarlo nuevamente.Mi esposo me ha dicho que él también está muy mal.Rodé los ojos. — No me interesa él.—Eres adorable, Alma. Nunca entenderé por qué no te lanzas a los brazos de Marko y lo besas si es lo que deseas. Se te caen las bragas desde que lo conociste. Debo admitir que al principio me caía mal, pero después de todo lo que nos ha ayudado a Iván y a mí, me he dado cuenta de que es una buena persona.—Por supuesto que no — espété molesta. — Yo estoy con Miguel. Será un buen ejemplo para Gabriel. Él es estable, no como Marko.Maddy ríe. — ¿Dónde queda lo que tú sientes?—Yo lo amo — afirmé.—Soy yo, Madeline, tu amiga. Puedes decirme la verdad. No me hables de lo
Alma.Enfadada y con el corazón aún latiendo con furia, subí a la habitación con Barto y Gael. La maldita fiesta se estaba convirtiendo en una pesadilla. Patricia era un monstruo, pero al menos había confiado en ella para cuidar de Isa. Sin embargo, la sombra de Maura y su esposo acechaba en mi mente, y no podía permitir que Barto estuviera en peligro. Había oído rumores sobre su conexión con el narcotráfico, y eso me ponía los nervios de punta.—¿Mami, estás enojada con Barto?— Pregunta Gabriel mientras lo ayudo a vestirse.—No, corazón, no estoy molesta. Pero la violencia no es la solución —respondí con firmeza, tratando de ocultar mi preocupación.Gabriel sonrió con confianza. —Cuando sea más grande quiero ser como él, valiente para defenderte a ti y a Isa. Su determinación me conmovió, y le di un beso en la mejilla. —Te amo mucho, Gabriel. Eres muy valiente, mi bebé hermoso, y hiciste muy bien en decirme lo que estaba pasando.Nuestra conversación se vio interrumpida por la entr
Alma.Fue una noche muy movida con los pequeños, están llenos de energía y no paraban de pedirme que les leyera cuentos. Mis dos bebés son adorables y me encantó dormir con ellos.Estrenamos mi nuevo departamento porque finalmente decidí mudarme. Marko compró una casa para mí, pero no la acepté. Con mis ahorros y parte de las ganancias que tengo como socia de la empresa, pude comprarme un departamento muy lujoso con una hermosa vista. Además, ya pagué todas mis deudas y compré algunas cositas más para Gabriel y para mí, además de algunos regalos para Isabella.Me desperté temprano, el sol apenas comenzaba a asomarse por las cortinas entreabiertas de la cocina. Decidí aprovechar la tranquilidad de la mañana para preparar el desayuno. Mientras cortaba frutas y colocaba pan en la tostadora, el aroma reconfortante del café recién hecho llenaba la pequeña estancia.Sin embargo, apenas había comenzado a preparar la mesa cuando escuché el sonido insistente del timbre resonando en la casa. Me
Alma.Me levanté temprano esa mañana, el sol apenas comenzaba a iluminar el cielo cuando me senté a desayunar con Gabriel. Sus risas y energía juvenil llenaban la cocina, y su compañía era todo lo que necesitaba para empezar el día con buen ánimo.Después del desayuno, tomé la mano de Gabriel y nos dirigimos juntos a la oficina de Marko. Caminar con mi hijo de la mano era reconfortante, una sensación de conexión y amor que me llenaba el corazón. Al llegar a la oficina de Marko, la sorpresa se reflejó en el rostro de mi ex. Sus ojos se abrieron con asombro al vernos entrar juntos. Podía percibir la confusión en su mirada mientras intentaba procesar nuestra presencia allí. — ¡Qué sorpresa ver aquí a mis amores! ¿Cómo estás, Gabriel?— Pregunta Marko.— Estoy bien, ayer fui a pescar con papá Miguel.— Informa Gabriel.— Vaya, qué sorpresa.— Marko, Gabriel y yo queremos invitarte al museo. Tenemos muchas ganas de ir, pero hoy es lunes y si estás ocupado...— Por supuesto que no estoy ocu