Lisa
—James, será mejor que te encargues de esto y nosotros sigamos al aeropuerto— le pedí.—Yo me encargo, Srta. Leiko. Tenga mucho cuidado, y si me necesita no dude en llamarme.—Gracias, James.Kanji y yo nos subimos al auto. Kaori y Lin se fueron en el asiento de atrás, estaban en silencio y se veían algo distante. No encontraba qué decirle a Kaori. Estan pasando muchas situaciones en este momento, y que ella también se vea arrastrada a esto, no me agrada para nada. Me hace sentir mal todo lo que está diciendo, porque en parte es mi culpa. Si me hubiera dado cuenta de lo que Akira estaba haciendo con él desde pequeño, hubiera podido evitar que se convirtiera en esto. Lo hizo convertirse en un monstruo como él. No culpó a Lin, pues se crió pensando que la forma de cuidar a su familia era esta. Akira y yo hemos sido mal eje—Eres un descarado. ¿Ahora dirás que no es tu hijo? Que mal padre eres.—No me hagas perder la poca paciencia que tengo, mi corderito. Tu necedad te va a llevar a provocarme.—No soporto que seas un infeliz. ¿Has visto la cara de ese niño, y sus ojos? ¿Aún te cuesta creerlo?— Akira suspiró molestó y sonrió.—No tienes que recordarme que el mocoso se parece a mí, es una puta molestia.—No puedo creer que estés hablando de un bebé así— traté de caminar a la cama con el niño, pero Akira me jaló el brazo.—Ese mocoso no es mi hijo, es el hijo de mi hermano.—¿Qué dijiste? ¿Tienes secuestrado a este bebé?—¿Ahora entiendes la situación, preciosa?—Eso no puede ser ciert
Al día siguienteMe fui a la empresa para avisarle a Kanji sobre lo que me dijo Akira. Necesito que se proteja ahora más que nunca. Nunca pensé que Akira me diría eso. Se veía realmente molesto mientras lo decía, y aún así, no actuó como lo hubiera hecho en otras circunstancias.«Porque a la que amo y deseo es a ti, estúpida»Me molesta haber sentido emoción dentro de mí al escuchar eso, siempre tiene su forma de hacerme olvidar todo lo malo que hace, con tan solo sus palabras. Akira es una debilidad que no puedo controlar.—Luego de lo que pasó con el hijo de Huswan, hay que tener más cuidado. Lo más probable manden a más personas — comentó Kanji.—Te dije que ellos serían un problema.—No teníamos de otra, era su cabeza o la nuestra.
—Desde que estábamos en el restaurante vi a esas personas y por lo que veo es con nosotros la cosa.—¿Habrán sido enviados por los Huswan?—¿Los Huswan?—Sí, sufrimos un atentado de camino al aeropuerto y fueron enviados por ellos. El hijo de Huswan esta muerto.—¿No le pasó nada a Kaori?—A ninguno de los dos.—¿Así que esos pendejos aún están dando problemas? Lastima que nos cagaron la cita. Bueno, corderito, tendrás que cooperar conmigo.—¿Qué haremos?—Solo sígueme. Este lugar esta lleno de gente, y es por eso que no han intentado nada. No dejes caer el helado o tendrás un castigo cuando lleguemos.—¿Ya vas a comenzar con tus cosas? —rio, y me jaló la mano para que camin&aacu
—No hagas esto más, Akira— le pedí, y mordió suavemente mi cuello.—¿Por qué tener que seguir separados más tiempo? Aún nos amamos y eso deberán entenderlo nuestros hijos. Para que estés con otra persona, es mejor que estés con el padre de tus hijos.—Detente, por favor— lamió mi oreja y mi cuerpo comenzó a temblar más.—Yo te amo todavía y sé que tú también lo haces, no sé porque te sigues negando, pero no dejaré que ese orgullo termine con esto que nos costó tanto sacrificio y dolor. No es justo que se pierdan todos estos años que hemos estado juntos, solo por esto. Sé que actué mal, cometí muchos errores y lo más probable los siga cometiendo, pero yo los amo como a nadie y no dejaré que nos alejemos más. Te quiero conmig
Me acerqué a mi escritorio y marqué a la extensión de Kanji.—¿Puedes pasar a mi oficina?—Ya voy para allá— colgué la llamada y me quedé vigilándo al extraño.En alguna parte me parece haberlo visto y no puedo estar loca. Las veces que me ha sucedido esto, terminan pasando cosas indeseables. Kanji llegó inmediatamente a mi oficina.—Buenos días, Srta. Leiko.—¿Me dirás quién es él?—Sí, es alguien interesado en el puesto de supervisor. No pude hacerle la entrevista, ya que tengo mucho trabajo pendiente y lo mandé a esperar por ti aquí.—¿Estoy siendo una molestia?— preguntó el desconocido.—No, hagamos la entrevista. Gracias Kanji, eso era todo.—A tu orden—sali&oa
Fui a la oficina de Kanji y estaba ocupado hablando por teléfono, no quería interrumpirlo.—¿Qué te pasa, corderito? ¿Husmeando en la oficina de tu querido Kanji?—No estoy para tus estupideces. Adiós— traté de caminar para otro lado, pero Akira me agarró el brazo.—No me trates tan mal, preciosa.—No hagas una escena aquí, nos pueden ver y pensaran mal.—No estarían pensando mal, porque realmente está pasando algo.—Vamos a mi oficina, tengo que hablar contigo— le pedí.—¿Una propuesta indecente de mi corderito?—No seas imbécil.—¿Te he dicho lo que me gusta verte enojada?—Idiota.Caminé a mi oficina, y Akira vino detrás de mí.&mda
Akira—¿Cómo te están tratando, querida?— le pregunté a Hisa.—Sácame de aquí— me rogó en lágrimas.—Lo haré, pero cuando hagas algo para mí primero.—¿Qué quieres?—Te grabaré para que le confieses a mi hermano que ese mocoso es de él. No es nada difícil, ¿Verdad?—Yo no quiero decirle y tú lo sabes, Akira.—Bueno, ¿Quieres que te deje aquí, y se sigan divirtiendo contigo?—Akira, por favor — me rogó en llanto.—No, hasta que hagas lo que te pido.—¿Solo eso, y me dejarás ver a mi hijo?—Si, lo haré. Te diré todo lo que vas a decir en el vídeo y lo vas a memorizar, ¿Está bi
Me levanté por el timbre del teléfono, según abrí mis ojos me encontré en el pecho de Akira. Me sorprendí al tenerlo tan de cerca. Miré alrededor buscando al bebé, pero no estaba ya en la cama. Me quedé mirando a Akira sin moverme, sabía que si hacía un movimiento, por más pequeño que fuera, él se despertaría y no quería eso. Hace mucho no lo veo dormir, es extraño que no haya despertado por el sonido del teléfono. Por más años que pasen lo sigo viendo de la misma manera. Adoro verlo dormir, aunque sea por unos instantes. ¿Por qué tiene que ser tan lindo y tan malvado a la vez? Me quedé contemplando su lindo rostro por un tiempo. Como extraño esos pequeños momentos con él. Sentía esas malditas ganas de besarlo, pero sé que no debo. Eso quise repetirme en mi mente, pero mi cuerpo deseaba otr