Pasaron varios meses, estuve buscando médicos cirujanos que pudieran atender el caso de mi madre. Nadie ha estado de acuerdo, por la idea de tener que viajar. La paciencia la he ido perdiendo cada vez que se niegan. Nuestra única opción que nos quedaba era un médico que está en el estado de Nueva York, pero este, ya se había negando porque Mr. Jefferson fue muy cortante con él por la situación que está enfrentando. Estaré viajando hoy mismo con Akira a Nueva York. Este médico va a tener que aceptar, porque no le daré más opción. Estoy cansada de que a nadie le importe la salud de mi madre, sigue pasando el tiempo y ella sigue empeorando. La visito solo mientras está dormida, es muy poco el tiempo que dura despierta. No he querido que me vea, ya que eso le podría ocasionar un shock muy fuerte y ella está muy débil.
Regresé hace unas semanasSegún llegamos a nuestro destino, emprendimos camino a la clínica.—Mi mamá está en una clínica privada. Todo lo que necesite lo va a tener, solo debe pedirlo.—¿Realmente tienen que llegar tan lejos?—Sí, es la salud de mi madre la que está en juego; así como usted atesora a sus pacientes y a su esposa, así atesoro la vida de mi madre. Si alguien no la ayuda la puedo perder, y no voy a dejar que eso pase.—Existen muchos doctores que puedan ayudarlos. ¿Por qué tienen que obligarme a esto?—Vine en paz, pero fue usted quién no aceptó mi oferta.—¿Luego que termine, me van a dejar regresar?—Sí, tiene mi palabra. Si hace su trabajo bien y ayuda a mi madre, estaremos eternamente agradecidos con usted. No somos malas personas, pero como ve, mi m
—Lo siento, no sabía que tenías un nuevo juguete.—¿Quieres ver el nuevo juguete que tiene? Lástima que está entre mis piernas, pendejo— respondió Akira. Por Dios, otra vez él y sus malditos celos.—¿Se pueden callar los dos? Estamos hablando de algo muy serio, y ustedes dos están pendientes a otro tipo de temas innecesarios. ¿Por qué no se sientan y hablamos sobre lo que realmente importa?—Ya escuchaste lo que dijo la señorita. Baja tu actitud, jovencito, a Leiko no le gustan los niños ignorantes, estás perdiendo puntos con ella— comentó el oficial.—¿Crees que a mi mujer le va a gustar un viejo cerdo como tú? La actitud la tendrás que bajar tú, no sabes con quién estás hablando.—Parece que tú tampoco— sac&oacut
Ha pasado una semana desde que el doctor ha estado evaluando a mi madre. En dos días estará operándola, y ella aún no sabe de mi existencia, y es mejor así; no es el momento adecuado. Me he mantenido algo distante para no arriesgarme a ser vista por ella. Su condición es muy delicada. Mr. Jefferson no se ha separado de ella en ningún momento, eso es lo que me mantiene algo relajada.Por la oficina las cosas no andan muy bien, desde el incidente de la última vez las cosas han estado algo complicadas. Han venido varios agentes para hacer la investigación. Kanji regresó hoy del viaje, pero todo ha recaído sobre mi por ser dueña de la empresa. A pesar de que no han encontrado nada, no han detenido la investigación. Akira me ha acompañado en todo el proceso, pero no es mucho lo que se pueda hacer. Él ha estado atendiendo directamente a los agentes, tenemos que permitir qu
A la mañana siguiente nos presentamos a la corte, la cita era en una hora, aún teníamos tiempo demás. Estaba acompañada de Akira y Kanji, esperando el momento para encarar a los Huswan. Cuando llegaron no podían acercarse, se mantuvieron a lo lejos, viéndonos con una sonrisa llena de malicia, que en una hora se les borraría.Vi al agente de la policía que estuvo en la empresa realizando la investigación, y sentí curiosidad al ver que cuando nuestras miradas se cruzaron, cambió su semblante a uno serio. Sonreí como si nada estuviera pasando.La hora llegó y como dijo Kanji, todo salió como tenía que salir. Abrirán una investigación a la empresa de los Huswan. Fueron sancionados por una suma muy alta de dinero. Les tocará pagar todo lo que hicieron, ahora las cosas se pondrán color de hormigas. No encontraron pruebas de n
—Nada, querido. Debes recordar que él es el agente encargado de la investigación de los Huswan— me levanté y caminé hacia Akira.—Eso fue todo por hoy, Srta. Tsukino. Gracias por su cooperación. Permiso— el agente se levantó y salió de la oficina.Akira se veía algo incrédulo, y eso me estaba preocupando.—¿Podemos ir a almorzar? — le pregunté, tratando de convencerlo y que se olvidara del asunto.—Sí, corderito. Arreglaré unos asuntos con Kanji y ya regreso.—Esta bien, te espero— me quedé en mi oficina y Akira salió.Estoy segura que no se creyó ni una sola palabra. Engañar a Akira es casi imposible.Salimos a almorzar a un restaurante privado luego de lo sucedido, y se veía más tranquilo. Quería pens
—¿Se encuentra bien, Señorita?—Sí, lo estoy. Gracias por haber interferido, aunque lo más probable tengas problemas ahora con Akira.—No podía permitir que sucediera eso. Permítame ayudarle—me ayudó a levantar.—Llévame a la casa, por favor.—Como ordene, señorita.Dio el día de la operación de mi madre. No había visto a Akira en la oficina, ni por ninguna parte. Le he dejado el espacio que quiere, sé que cuando está molesto siempre hace lo mismo, y estoy consciente que lo mejor es dejarlo solo. No puedo negar que siento las ganas de correr a su lado y besarlo. Quisiera arreglar las cosas con él, aún sabiendo que él fue quien se pasó de la raya.El médico nos informó que la operación fue todo un éxito. Me encontraba mu
Quería irme de ahí, pero al verlo desmayarse, no tuve la fuerza de hacerlo. Arreglé mi ropa interior y caminé lentamente hacia él. Tenía miedo de que despertara y me atacara otra vez. Estaba en lágrimas por el dolor que sentía, jamás me había hecho algo como esto. No creo que el alcohol lo haya puesto tan agresivo. Otras veces ha tenido razones para molestarse, pero no creo que esto lo haya hecho ponerse así. Parecía el diablo en persona.Me arrodillé quejándome de dolor y toqué su frente. Estaba hirviendo, su cuerpo estaba muy caliente. Se veía sudoroso y pálido. Estar tan cerca me tenía nerviosa, mis manos estaban temblando. Debo llamar a una ambulancia o al chófer, Akira no puede estar bien. Abrió sus ojos y me puse más nerviosa. Me arrastré tratando de alejarme de él. Escuché cuando se levantó
Mis piernas estaban temblando al verlo ahí parado mirándome fijamente. No sabía ni qué hacer, los niños están en el jardín, tengo que mantenerlo lejos de ellos.—¿Qué haces aquí, Akira? Vete, por favor— se quedó en silencio y caminó hacia mí, así que fui retrocediendo lentamente. Sentía ganas de correr, pero no tengo a donde ir.—Vamos al cuarto— me cogió la mano y me hizo caminar a su paso. Sus manos están muy calientes, este no es el Akira que conozco.—No, por favor.—Camina— me llevó al cuarto y me empujó a la cama.—Te lo suplico, no hagas esto otra vez — se abalanzó sobre mí y se acomodó entre mis piernas, evitando que pudiera cerrarlas—. No más, por favor— le pedí en lá