Akira me sacó de ese infierno; al fin pude lograr lo que quería, aunque el costo fue muy caro. Hasta sentarme en el asiento del auto me dolía. Tal parece que en vez de tener un esposo, tengo un padre. No puedo negar que la idea no me desagrada.
—¿Necesitas ayuda para levantarte, linda?— sonrió con malicia.—No, yo puedo sola— salí del auto.Fuimos a la casa para bañarme y cambiarme, para ir a la casa de Mr. Jefferson. Tan pronto llegué, escuché los gritos de Kaori y Lin. Corrieron hacia mí y me abrazaron fuertemente.—Mis niños, ¿Cómo han estado? ¿Cómo se sienten? — les daba besos a ambos, y los abrazaba con todas mis fuerzas. Tal parecen años que no los veía. Estaban mucho más grandes y hermosos. Kaori mucho más alta, y el parecido de Lin a Akira era cada vez m&aac—Son hermoso los dibujos, Kaori, vas a ser una excelente dibujante.—No quiero ser dibujante, mamá.—¿Y qué quieres ser, querida?—Alguien como tú— eso no sería para nada bueno.—Lo serás, mi amor —¿Qué se supone que deba decir en un momento como este?—Yo tengo decidido lo que quiero ser, mamá— dijo Lin.—¿Qué sería, Lin?—Doctor.—Esa es una buena profesión. Sé que te gusta ayudar a los demás, serías un excelente doctor.—No dije que sería para ayudar a los demás.—Entonces, ¿Para qué quieres serlo?—Serviría de mucho para papá y nuestra familia.—¿Qué quieres decir, L
Pasaron varios meses, estuve buscando médicos cirujanos que pudieran atender el caso de mi madre. Nadie ha estado de acuerdo, por la idea de tener que viajar. La paciencia la he ido perdiendo cada vez que se niegan. Nuestra única opción que nos quedaba era un médico que está en el estado de Nueva York, pero este, ya se había negando porque Mr. Jefferson fue muy cortante con él por la situación que está enfrentando. Estaré viajando hoy mismo con Akira a Nueva York. Este médico va a tener que aceptar, porque no le daré más opción. Estoy cansada de que a nadie le importe la salud de mi madre, sigue pasando el tiempo y ella sigue empeorando. La visito solo mientras está dormida, es muy poco el tiempo que dura despierta. No he querido que me vea, ya que eso le podría ocasionar un shock muy fuerte y ella está muy débil.Regresé hace unas semanas
Según llegamos a nuestro destino, emprendimos camino a la clínica.—Mi mamá está en una clínica privada. Todo lo que necesite lo va a tener, solo debe pedirlo.—¿Realmente tienen que llegar tan lejos?—Sí, es la salud de mi madre la que está en juego; así como usted atesora a sus pacientes y a su esposa, así atesoro la vida de mi madre. Si alguien no la ayuda la puedo perder, y no voy a dejar que eso pase.—Existen muchos doctores que puedan ayudarlos. ¿Por qué tienen que obligarme a esto?—Vine en paz, pero fue usted quién no aceptó mi oferta.—¿Luego que termine, me van a dejar regresar?—Sí, tiene mi palabra. Si hace su trabajo bien y ayuda a mi madre, estaremos eternamente agradecidos con usted. No somos malas personas, pero como ve, mi m
—Lo siento, no sabía que tenías un nuevo juguete.—¿Quieres ver el nuevo juguete que tiene? Lástima que está entre mis piernas, pendejo— respondió Akira. Por Dios, otra vez él y sus malditos celos.—¿Se pueden callar los dos? Estamos hablando de algo muy serio, y ustedes dos están pendientes a otro tipo de temas innecesarios. ¿Por qué no se sientan y hablamos sobre lo que realmente importa?—Ya escuchaste lo que dijo la señorita. Baja tu actitud, jovencito, a Leiko no le gustan los niños ignorantes, estás perdiendo puntos con ella— comentó el oficial.—¿Crees que a mi mujer le va a gustar un viejo cerdo como tú? La actitud la tendrás que bajar tú, no sabes con quién estás hablando.—Parece que tú tampoco— sac&oacut
Ha pasado una semana desde que el doctor ha estado evaluando a mi madre. En dos días estará operándola, y ella aún no sabe de mi existencia, y es mejor así; no es el momento adecuado. Me he mantenido algo distante para no arriesgarme a ser vista por ella. Su condición es muy delicada. Mr. Jefferson no se ha separado de ella en ningún momento, eso es lo que me mantiene algo relajada.Por la oficina las cosas no andan muy bien, desde el incidente de la última vez las cosas han estado algo complicadas. Han venido varios agentes para hacer la investigación. Kanji regresó hoy del viaje, pero todo ha recaído sobre mi por ser dueña de la empresa. A pesar de que no han encontrado nada, no han detenido la investigación. Akira me ha acompañado en todo el proceso, pero no es mucho lo que se pueda hacer. Él ha estado atendiendo directamente a los agentes, tenemos que permitir qu
A la mañana siguiente nos presentamos a la corte, la cita era en una hora, aún teníamos tiempo demás. Estaba acompañada de Akira y Kanji, esperando el momento para encarar a los Huswan. Cuando llegaron no podían acercarse, se mantuvieron a lo lejos, viéndonos con una sonrisa llena de malicia, que en una hora se les borraría.Vi al agente de la policía que estuvo en la empresa realizando la investigación, y sentí curiosidad al ver que cuando nuestras miradas se cruzaron, cambió su semblante a uno serio. Sonreí como si nada estuviera pasando.La hora llegó y como dijo Kanji, todo salió como tenía que salir. Abrirán una investigación a la empresa de los Huswan. Fueron sancionados por una suma muy alta de dinero. Les tocará pagar todo lo que hicieron, ahora las cosas se pondrán color de hormigas. No encontraron pruebas de n
—Nada, querido. Debes recordar que él es el agente encargado de la investigación de los Huswan— me levanté y caminé hacia Akira.—Eso fue todo por hoy, Srta. Tsukino. Gracias por su cooperación. Permiso— el agente se levantó y salió de la oficina.Akira se veía algo incrédulo, y eso me estaba preocupando.—¿Podemos ir a almorzar? — le pregunté, tratando de convencerlo y que se olvidara del asunto.—Sí, corderito. Arreglaré unos asuntos con Kanji y ya regreso.—Esta bien, te espero— me quedé en mi oficina y Akira salió.Estoy segura que no se creyó ni una sola palabra. Engañar a Akira es casi imposible.Salimos a almorzar a un restaurante privado luego de lo sucedido, y se veía más tranquilo. Quería pens
—¿Se encuentra bien, Señorita?—Sí, lo estoy. Gracias por haber interferido, aunque lo más probable tengas problemas ahora con Akira.—No podía permitir que sucediera eso. Permítame ayudarle—me ayudó a levantar.—Llévame a la casa, por favor.—Como ordene, señorita.Dio el día de la operación de mi madre. No había visto a Akira en la oficina, ni por ninguna parte. Le he dejado el espacio que quiere, sé que cuando está molesto siempre hace lo mismo, y estoy consciente que lo mejor es dejarlo solo. No puedo negar que siento las ganas de correr a su lado y besarlo. Quisiera arreglar las cosas con él, aún sabiendo que él fue quien se pasó de la raya.El médico nos informó que la operación fue todo un éxito. Me encontraba mu