Akira
2 meses después—Quiero estar en el tratamiento con ella, no la voy a dejarla más sola.—Que estés con ella en este proceso puede tomar más tiempo, Sr. Akira— dijo el doctor.—No la dejaré más tiempo sola. Sé que le ayudará el tenerme cerca, aunque ella se niegue, se siente mejor estando a mi lado. Una carga compartida es más liviana. El proceso lo pasaremos juntos. Nos puede ayudar también en nuestro matrimonio. Sé que ella aún me guarda remordimiento por todo lo que le conté.—Es el primer caso que tengo donde la paciente ha vivido ciertos traumas, y aún sigue tan activa. Por lo regular, guardan silencio o se muestran agresivos; ella es todo lo contrario, eso puede ayudar de mucho. Ella está muy dispuesta hablar y a expresar lo que siente, muy pocos lo están.Akira—¿Ya preparon todo?— pregunté al empleado.—Sí, señor.—¿Cuánto tiempo más me tendrás encerrado aquí, cabrón? —preguntó Takeshi.—¿Cuál es el afán? Hoy es tu día de suerte, vas acompañar a tu sucio padre al infierno— reí.—Mátame de una vez.—Me darás la información que necesito, ya luego te puedes morir tranquilo.—No te diré nada de lo que preguntes.—Ya estamos empezando mal, cabrón. No sé si has escuchado que soy un hombre de poca paciencia.—No me importa, no te diré nada. Tendrás que matarme sin responder tus preguntas.—Ya veo, tráeme la antorcha— le pedí a mi empleado.
—No le haga nada a mi novio, se lo ruego— suplicó Elena.—¿Vas a sacrificarte por él?—Déjala ir a ella— pidió Takeshi.—No estás en posición de dar órdenes.—¡Ella está embarazada!—No es hijo mío, ¿Por qué me debe importar eso a mí?—Sabía que no tenías escrúpulos, pero meterte con una mujer embarazada, es de lo peor.—Somos de la misma clase. Mi mujer estaba embarazada, o eso creímos cuando ustedes la secuestraron. ¿Por qué tendría que tener lástima de tu engendro? — jalé por el pelo a Elena, y la llevó a una distancia prudente de Takeshi.—¡No le hagas eso, imbécil! — gritó Takeshi.—Debiste
LisaUna semana despuésNo soportaba un minuto más aquí, me tenían drogada todos los días. Las enfermeras solo vienen a forzarme para inyectarme. Mis brazos ya no aguantaban una inyección más. ¿A esto le llaman ayuda? Te mantienen todo el maldito día con medicamentos fuertes que te impiden pensar con claridad, la comida es un asco, y el trato seco no me agrada. He tratado de mantenerme calmada, esperando que me saquen de aquí, pero Akira no quiere. Me arrepiento de haberle dicho todo eso, ahora será mucho peor conmigo. No importa lo que intente, o diga, él no me hace caso. Todos me tratan como loca. Me abandonó en este lugar, y mientras siga aquí, no podré ver a mis hijos. Tengo que buscar la forma de salir, aunque me maten en el intento. No puedo aguantar un segundo más en este miserable lugar.—Srta. Lisa, ¿Cómo
—¿Así vas a tratar a tu mujer, Akira?—Serás mi mujer, pero si quieres te recuerdo lo que dijiste la otra vez de mi, si es que tienes amnesia y te has olvidado. ¡Muévete!— me agarró el brazo y me haló por el pasillo hasta llegar al cuarto, me empujó de mala forma dentro.—Vayánse afuera. Llévense a las enfermeras también, ya saben que hacer con ellas— le ordenó a sus empleados.—¿Las vas a matar?—Vieron demasiado; además es tu culpa por no controlarte. Te advertí que no sería bueno esta vez contigo, y aún así, trataste de escaparte. Que niña tan desobediente eres.—Yo no iba a matar a nadie, solo quería salir de aquí.—¿Y creíste que ibas a poder salir de aquí, sin derramar una sola gota
Akira me sacó de ese infierno; al fin pude lograr lo que quería, aunque el costo fue muy caro. Hasta sentarme en el asiento del auto me dolía. Tal parece que en vez de tener un esposo, tengo un padre. No puedo negar que la idea no me desagrada.—¿Necesitas ayuda para levantarte, linda?— sonrió con malicia.—No, yo puedo sola— salí del auto.Fuimos a la casa para bañarme y cambiarme, para ir a la casa de Mr. Jefferson. Tan pronto llegué, escuché los gritos de Kaori y Lin. Corrieron hacia mí y me abrazaron fuertemente.—Mis niños, ¿Cómo han estado? ¿Cómo se sienten? — les daba besos a ambos, y los abrazaba con todas mis fuerzas. Tal parecen años que no los veía. Estaban mucho más grandes y hermosos. Kaori mucho más alta, y el parecido de Lin a Akira era cada vez m&aac
—Son hermoso los dibujos, Kaori, vas a ser una excelente dibujante.—No quiero ser dibujante, mamá.—¿Y qué quieres ser, querida?—Alguien como tú— eso no sería para nada bueno.—Lo serás, mi amor —¿Qué se supone que deba decir en un momento como este?—Yo tengo decidido lo que quiero ser, mamá— dijo Lin.—¿Qué sería, Lin?—Doctor.—Esa es una buena profesión. Sé que te gusta ayudar a los demás, serías un excelente doctor.—No dije que sería para ayudar a los demás.—Entonces, ¿Para qué quieres serlo?—Serviría de mucho para papá y nuestra familia.—¿Qué quieres decir, L
Pasaron varios meses, estuve buscando médicos cirujanos que pudieran atender el caso de mi madre. Nadie ha estado de acuerdo, por la idea de tener que viajar. La paciencia la he ido perdiendo cada vez que se niegan. Nuestra única opción que nos quedaba era un médico que está en el estado de Nueva York, pero este, ya se había negando porque Mr. Jefferson fue muy cortante con él por la situación que está enfrentando. Estaré viajando hoy mismo con Akira a Nueva York. Este médico va a tener que aceptar, porque no le daré más opción. Estoy cansada de que a nadie le importe la salud de mi madre, sigue pasando el tiempo y ella sigue empeorando. La visito solo mientras está dormida, es muy poco el tiempo que dura despierta. No he querido que me vea, ya que eso le podría ocasionar un shock muy fuerte y ella está muy débil.Regresé hace unas semanas
Según llegamos a nuestro destino, emprendimos camino a la clínica.—Mi mamá está en una clínica privada. Todo lo que necesite lo va a tener, solo debe pedirlo.—¿Realmente tienen que llegar tan lejos?—Sí, es la salud de mi madre la que está en juego; así como usted atesora a sus pacientes y a su esposa, así atesoro la vida de mi madre. Si alguien no la ayuda la puedo perder, y no voy a dejar que eso pase.—Existen muchos doctores que puedan ayudarlos. ¿Por qué tienen que obligarme a esto?—Vine en paz, pero fue usted quién no aceptó mi oferta.—¿Luego que termine, me van a dejar regresar?—Sí, tiene mi palabra. Si hace su trabajo bien y ayuda a mi madre, estaremos eternamente agradecidos con usted. No somos malas personas, pero como ve, mi m