Ha pasado un mes desde la muerte de mi hermana. Por segunda vez la pierdo y esta vez es definitivo. Duele y quema por dentro, pero era lo correcto. No podía permitir que lastimaran a las personas que más amo. Akira preparó un pequeño funeral para luego sepultarla. Fueron días dolorosos. Debía estar retorciéndose en la tumba, las dos personas que más odia fueron las únicas que la visitaron. Me duele saber que se fue odiándome. No es algo que pueda cambiar ahora, solo tengo que aprender a dejarla ir. No tiene caso que siga pensando en esto, pues ella no va a volver aunque lo quiera.
Akira ha estado muy atento a mi, no se ha separado ni un instante. Busca la forma de hacerme olvidar la situación o aliviar la carga a su manera, típico de él. Hoy tenemos planeado ir a la casa de Mr. Jefferson, no sé cómo tomen la noticia. Me preocupa más mi madre. Sufrir la muerteCuando logré calmar mis mareos, nos fuimos a la casa de Mr. Jefferson. Akira lo llamó por teléfono desde el auto, pero no respondió. La casa estaba llena de hombres armados por todas partes.—No responde. Esto es muy extraño.—¿Hace tiempo no lo llamas?—Claro que lo llamo. Quédate aquí— Akira se bajó del auto y se acercó hablar con los hombres para luego regresar al auto.—¿Qué sucede?—Hubo un cambio de planes. Vamos a la empresa— puso el auto en marcha y no dijo nada más.—¿Qué pasó? ¿Qué te dijeron?—No está.—¿Y mi madre? ¿Nuestros hijos?—¡No están, lisa!— alzó la voz.Akira se veía molesto, pero no quiso de
Akira se detuvo en una farmacia y se bajó.—Akira, ¿Qué estas haciendo?—Vengo enseguida— se fue sin decir más.Regresó rápido y me dio una bolsa con dos pruebas de embarazo.—¿Me puedes explicar que estás haciendo?—Quiero que te hagas la prueba, tenemos que salir de dudas.—El mismo médico te lo dijo. Los medicamentos me podían causar mareos, náuseas y vómitos.—¿Te está preocupando algo? — me preguntó.—¿Por qué haces esa pregunta?—No hemos hablado de este tema seguido, pero cuando lo hacemos, lo evades. ¿No quieres tener otro bebé conmigo?—¿Qué dices? No es eso, es solo que sé que no es un embarazo, y tú quieres creer que si.
—¿Qué sucede?— Akira se quedó mirando a todos lados, sin decir una sola palabra.AkiraLlamada telefónica—Oh, veo que estás acompañado. Como quisiera ver tu cara en este momento— rio.—No se te ocurra.—Acabo de cambiar de idea. Hagamos algo más divertido. No sería entretenido verte volar por los aires,y no disfrutar de tu sufrimiento. Te daré 60 segundos para que detengas el avión y te bajes, o de lo contrario, todos van a morir.LisaAkira tiró el teléfono a un lado y salió corriendo a la parte alfrente del avión. No entiendo porque su comportamiento extraño, algo malo tiene que estar pasando. Escuché su grito ordenándole al piloto que detuviera el avión, aún no se había elevado, estaba en la pista todaví
Nos fuimos de vuelta a la empresa, pero Kanji no estaba. Dejó dicho con su secretaria que estaría al pendiente del proyecto del centro comercial; aún el proyecto está en proceso, ya que todo se atrasó luego del accidente. Kanji se ha encargado del manejo absoluto de la empresa mientras no he estado.Al rato de haberlo estado esperado, llegó y entró a su oficina.—No sabía que tenía visita— dijo al vernos.—Oh, ¿No te lo imaginabas?— Akira sacó el arma y le apuntó. Yo no quisiera que haga las cosas así, pero ¿Quién puede sacarle esa idea de la cabeza cuando se pone rabioso y con razón?—¿Me puedes decir qué te pasa? —Kanji se veía relajado y confundido a la vez.—¿Ahora te harás el pendejo?—Soy de todo, menos adivi
Al día siguienteAkira salió bien temprano a solucionar lo del tal John, quería salir de dudas, ya que aún seguimos en misterio de quién pudo haber sido; aunque nadie me saca de la cabeza que Kanji pudo haber tenido algo que ver. No entiendo porqué Akira no acaba con él de una vez. Si fuera por mí, ya él estaría tres metros bajo tierra haciéndole compañía a su puto sobrino y viejo hermano. De alguna manera siento que se está confiando demasiado, solo porque lo está ayudando en la búsqueda de sus hermanos. Jamás he estado de acuerdo con esta idea, tener al enemigo tan cerca, a veces no es algo inteligente. Kanji ha pasado un largo tiempo con nosotros, pero eso no cambia el hecho de que es nuestro enemigo.Tenía que ponerme al corriente con la empresa, luego de tantos meses estaba algo perdida. Akira me dejó con el chófer
Me sentía muy molesta, ese maldito me las va a pagar. Siempre tiene que ser tan hijo de puta, y para completar un maldito burlón. Esa cara de descarado y lo presumido que es, me pone por el techo. Debería decirle a Akira. Lo más que me molesta es que tenga razón en lo que dijo de Akira. Sé que ha cambiado mucho, y últimamente no sé ha estado protegiendo del todo. Me da miedo que le vayan hacer algo por mi culpa. Se supone que estemos más juntos en este momento. Quisiera ser diferente y protegerlo, así como él me a protegido a mí en tantas ocasiones. Soy una inútil, ha sido mi culpa por ser tan terca y descuidada. Debo dejar de seguir siendo esta estúpida con la que todos juegan y utilizan a su antojo. Estoy tan harta de que solo quieran lastimarnos. Quiero que podamos ser felices, y mientras continúen las cosas como van, no vamos a poder salir adelante.Fui a mi ofic
Ya habíamos quedado de acuerdo en lo que haríamos al bajarnos. El tiempo se iba volando, o así se sentía. La angustia nos estaba consumiendo por dentro. Akira estaba pensativo y Kanji también.—Por lo que veo me está declarando la guerra directamente a mí también— comentó Kanji.—Lo peor es que no sé quien pueda ser— dijo Akira.—Esto será un problema muy complicado de resolver, y más ahora que debiste habermatado a John, Akira.—Tenía que salir de dudas, no podía arriesgar más a mi familia.—Eres demasiado impulsivo y eso es un problema, Akira. Tienes que aprender a controlarte o acabarás estropeando todo— le dijo Kanji.—No necesito de tus consejos, Kanji; así terminarás tú también, si sigues colmando mi pac
—Cuantos recuerdos debe traerte este lugar, linda, estás de vuelta a tu segunda casa— reía con tanta ganas, y no podía evitar sentir miedo.El pánico de entrar ahí, me estaba consumiendo. Seguía golpeando con todas mis fuerzas el espaldar del asiento.—¿Cuál es el desespero de bajarte? ¿Tanto extrañas este lugar?— abrió la puerta y traté de moverme del asiento, con la intención de bajarme—. Yo misma te ayudaré— me dio una patada tirándome fuera del auto. El golpe con el suelo, lo recibí en la cara. Traté de arrastrarme con tal de irme, pero ella me jaló la pierna para arrastrarme a la entrada del edificio.Recuerdos:Será tu nuevo hogar de ahora en adelante, espero te sientas cómoda.No quería entrar ahí. Quería gritar, pero