—¿Crees que una tonta mujer como tú, podrá detenerme?
—No, pero hay algo que sí—puse el arma en su pierna y le disparé. Si las reglas son inmovilizar a mi atacante, entonces esta es la mejor manera de hacerlo. El viejo se retorció del dolor, pero no puedo dejar que muera tan pronto—. Oh, ¿Por qué no hacemos la perfecta reunión familiar y traemos al verdadero padre de Akira? No sabes la alegría y el placer que tendría de conocerte Jefferson — sonreí inocentemente.—Eres una tonta, eres igual a Eva— dijo fatigado, y quejándose del dolor.—Jamás tuve la dicha de conocer a la madre de Akira, pero estoy segura que era una buena madre y persona. Ella descansará en paz si ve que el hombre que la mató, pagará por sus crímenes — vi que estaba agarrando lentamente el armaAl llegar al hospital, que ya se ha convertido como en nuestro segundo hogar, llevaron a Akira directamente con el médico. Solo espero que todo salga bien. Me quedé esperando en la sala por unas horas hasta que llegó Mr. Jefferson al hospital.—¿Cómo va todo?—Aún no han habido noticias. Estoy tan preocupada.—Cálmate, lisa. ¿Crees que me puedas decir que fue lo que pasó?— entre nervios le expliqué todo lo que sucedió con lujo de detalles. Mi cara quería caerse la vergüenza y humillación por todo lo que hice.—Lisa, no tienes que preocuparte por eso. Lo importante es que están bien. Todo lo hiciste por defenderte, no tienes que sentirte mal por eso. Si no lo hubieras hecho te hubieran matado y a Akira también.—Estaba desesperada, tenía tanto miedo de que les hicieran
Luego de un tiempo en angustia, salió el doctor.—El paciente está estable, por suerte la bala no perforó ningún órgano. Perdió mucha sangre por lo que hicimos una transfusión. Se podría decir que solamente hay que esperar a que se recupere. No es la primera herida que tiene y conociendo la actitud del paciente, será mejor que guarde reposo— ya todos lo conocen por su actitud.—Dios mío, valió la pena todo el esfuerzo— sentí tanto alivio que mi cuerpo se relajó demasiado, me empezé a sentirme algo mareada, la presión y la espera ha sido larga.—¿Te sientes bien, lisa? — preguntó Mr. Jefferson.—Si, solo fue un pequeño mareo. Ya se me pasará. ¿Puedo verlo, doctor?—Si, puede pasar. Espero pueda controlar a su esposo para que se pueda r
Lisa—¿Cómo se siente, señorita?—Bien.—No se ha estado alimentando bien durante estos días, debe cuidar su salud por el bien de su bebé.—Han sido muchas las cosas que han estado ocurriendo, doctor.—Pero no debe olvidar que está esperando un bebé y debe alimentarse y descansar bien. Tiene una moderada deshidratación, el suero le ayudará mucho y el descanso también.—¿Todo está bien con mi bebé?—Sí, pero no puede estar desarreglándose de esa forma. Tiene que pensar en su bebé. ¿Está tomando sus vitaminas?—Si, desde que me enteré de mi embarazo.—Entonces debe seguirlas tomando.—¿Cómo está Akira?—Bien, lo
Han pasado 3 semanas desde el incidente. Akira ha puesto de su parte, por suerte. Le dieron de alta a la semana. Al llegar a la casa se mantuvo tranquilo, pero hoy está decidido a visitar a su padre. Aún no ha querido dar información del paradero de mi hermana, no sé si para este tiempo ella esté aún viva. En las condiciones que se encontraba, me da escalofríos nada más de recordarla. Akira me juró que haría que confesara. No he hablado del tema con mi madre, de hecho, no la veo desde la última vez que tuvimos esa diferencia. Mr. Jefferson ha estado al pendiente de todo, pero se ha mantenido la mayor parte del tiempo vigilando al padre de Akira.—No pensarás ir solo, ¿Verdad?—¿Por qué la pregunta?—Quiero ir, tengo que saber dónde tiene a mi hermana.—Ya habíamos hablado sobre esto, corderi
—No, continúa. No te detengas por mi— sacudí mi cabeza, rechazando su propuesta. No quería interferir ni decir nada, pero mi rabia era más. Será mejor que guarde silencio. Akira me miró fijamente y con un guiño siguió sus preguntas.—Respondiste la pregunta, pero no con lo que quiero— le pegó en la espalda, mientras contaba lentamente hasta el 20. Su padre escupía sangre en el suelo, Akira le golpeaba con mucha fuerza. La sangre que tenía el látigo salpicaban a la pared, su espalda estaba desgarrada, se podía ver su piel abierta y sangre saliendo de sus heridas. Su padre gritaba con todas sus fuerzas. Si Akira continúa haciéndolo tan fuerte lo matará antes de tiempo, pero no iba a ser yo quien le diga nada—. Bien, segunda vez que pregunto. ¿Dónde está la chica? Piensa bien en la respuesta.—
LisaEscuché los pasos de Akira y retomé mi postura.—Lo siento, no quería interrumpirte. Puedes continuar, yo me quedaré afuera. No te molestes conmigo, por favor— Akira intentó acercarse a mi, pero me sentía tan asqueada que no quería que me tocara—. No me toques ahora, por favor— le pedí. Él se recostó de la pared y cruzó sus brazos.—¿Realmente estás pensando que me molestaré contigo por eso?— preguntó seriamente.—Prometí no interrumpir y lo hice por segunda vez.—Quiero que te vayas a la casa, lisa. En primer lugar, yo no quería que estuvieras aquí, fue una imprudencia traerte. Eres muy necia y bajé la guardia contigo. No quiero que estés presenciando este tipo de cosas, ya he permitido que lo hagas muchas veces
—¿Mi bebe?— mis lágrimas comenzaron a bajar.—Señora, comprendo su dolor. Necesito que me diga si tuvo algún malestar o dolor extraño durante estos días.—Si, había sentido una punzada en el vientre, pero creí que sería normal, ya que con mi primer bebé sucedía. ¿Por qué sucedió esto? Yo me estaba cuidando.—Señora, pueden ser muchas las causas. ¿Ha consumido alcohol, cafeína, consumido drogas, ha estado bajo estrés, no se ha desarreglando haciendo algún tipo de fuerza o algo parecido, durante estos últimos días?—Todo estaba bien doctor. Me estaba cuidando— mi voz estaba temblorosa, casi no se entendía lo que decía.—Necesito saber si ha expulsado todo el tejido, debo examinarla mejor. Sé que es un proceso
—No tienes que quedarte, solo necesito descansar y quedarme quieta por un rato. Tienes trabajo que hacer.—No, no me voy a ir.—Pero, ¿y tú padre?—Tu eres más importante, de ese me encargaré luego, no tengo prisa.—Siento mucho que hayas interrumpido todos tus planes por mi.—Eres una tonta, por esas cosas me dan ganas de matarte. Tu eres mi mujer y eres mucho más importante que nada. Ahora mismo la venganza me importa un huevo. Solo quiero estar junto a ti, así que no digas pendejadas y descansa—no debí decirlo.—Lo siento— bajé la cabeza.—¡Tonta! — besó mi cabeza. Nos quedamos por un rato así. Todo ha sido inesperado y doloroso para los dos. Estoy luchando dentro de mi por aguantar la tristeza que siento y no mostrarla, porque sé que Akira se