Lisa
—¿Cómo se siente, señorita?—Bien.—No se ha estado alimentando bien durante estos días, debe cuidar su salud por el bien de su bebé.—Han sido muchas las cosas que han estado ocurriendo, doctor.—Pero no debe olvidar que está esperando un bebé y debe alimentarse y descansar bien. Tiene una moderada deshidratación, el suero le ayudará mucho y el descanso también.—¿Todo está bien con mi bebé?—Sí, pero no puede estar desarreglándose de esa forma. Tiene que pensar en su bebé. ¿Está tomando sus vitaminas?—Si, desde que me enteré de mi embarazo.—Entonces debe seguirlas tomando.—¿Cómo está Akira?—Bien, loHan pasado 3 semanas desde el incidente. Akira ha puesto de su parte, por suerte. Le dieron de alta a la semana. Al llegar a la casa se mantuvo tranquilo, pero hoy está decidido a visitar a su padre. Aún no ha querido dar información del paradero de mi hermana, no sé si para este tiempo ella esté aún viva. En las condiciones que se encontraba, me da escalofríos nada más de recordarla. Akira me juró que haría que confesara. No he hablado del tema con mi madre, de hecho, no la veo desde la última vez que tuvimos esa diferencia. Mr. Jefferson ha estado al pendiente de todo, pero se ha mantenido la mayor parte del tiempo vigilando al padre de Akira.—No pensarás ir solo, ¿Verdad?—¿Por qué la pregunta?—Quiero ir, tengo que saber dónde tiene a mi hermana.—Ya habíamos hablado sobre esto, corderi
—No, continúa. No te detengas por mi— sacudí mi cabeza, rechazando su propuesta. No quería interferir ni decir nada, pero mi rabia era más. Será mejor que guarde silencio. Akira me miró fijamente y con un guiño siguió sus preguntas.—Respondiste la pregunta, pero no con lo que quiero— le pegó en la espalda, mientras contaba lentamente hasta el 20. Su padre escupía sangre en el suelo, Akira le golpeaba con mucha fuerza. La sangre que tenía el látigo salpicaban a la pared, su espalda estaba desgarrada, se podía ver su piel abierta y sangre saliendo de sus heridas. Su padre gritaba con todas sus fuerzas. Si Akira continúa haciéndolo tan fuerte lo matará antes de tiempo, pero no iba a ser yo quien le diga nada—. Bien, segunda vez que pregunto. ¿Dónde está la chica? Piensa bien en la respuesta.—
LisaEscuché los pasos de Akira y retomé mi postura.—Lo siento, no quería interrumpirte. Puedes continuar, yo me quedaré afuera. No te molestes conmigo, por favor— Akira intentó acercarse a mi, pero me sentía tan asqueada que no quería que me tocara—. No me toques ahora, por favor— le pedí. Él se recostó de la pared y cruzó sus brazos.—¿Realmente estás pensando que me molestaré contigo por eso?— preguntó seriamente.—Prometí no interrumpir y lo hice por segunda vez.—Quiero que te vayas a la casa, lisa. En primer lugar, yo no quería que estuvieras aquí, fue una imprudencia traerte. Eres muy necia y bajé la guardia contigo. No quiero que estés presenciando este tipo de cosas, ya he permitido que lo hagas muchas veces
—¿Mi bebe?— mis lágrimas comenzaron a bajar.—Señora, comprendo su dolor. Necesito que me diga si tuvo algún malestar o dolor extraño durante estos días.—Si, había sentido una punzada en el vientre, pero creí que sería normal, ya que con mi primer bebé sucedía. ¿Por qué sucedió esto? Yo me estaba cuidando.—Señora, pueden ser muchas las causas. ¿Ha consumido alcohol, cafeína, consumido drogas, ha estado bajo estrés, no se ha desarreglando haciendo algún tipo de fuerza o algo parecido, durante estos últimos días?—Todo estaba bien doctor. Me estaba cuidando— mi voz estaba temblorosa, casi no se entendía lo que decía.—Necesito saber si ha expulsado todo el tejido, debo examinarla mejor. Sé que es un proceso
—No tienes que quedarte, solo necesito descansar y quedarme quieta por un rato. Tienes trabajo que hacer.—No, no me voy a ir.—Pero, ¿y tú padre?—Tu eres más importante, de ese me encargaré luego, no tengo prisa.—Siento mucho que hayas interrumpido todos tus planes por mi.—Eres una tonta, por esas cosas me dan ganas de matarte. Tu eres mi mujer y eres mucho más importante que nada. Ahora mismo la venganza me importa un huevo. Solo quiero estar junto a ti, así que no digas pendejadas y descansa—no debí decirlo.—Lo siento— bajé la cabeza.—¡Tonta! — besó mi cabeza. Nos quedamos por un rato así. Todo ha sido inesperado y doloroso para los dos. Estoy luchando dentro de mi por aguantar la tristeza que siento y no mostrarla, porque sé que Akira se
—¿Te sientes bien, Akira?— preguntó Jefferson—Si, me voy para la casa.—Akira, no tienes que ocultar lo que sientes conmigo.—No siento nada. Quiero que cerremos el capítulo de mi padre por hoy.—Tengo algo que decirte, si vamos a cerrar el capítulo y no mencionarlo más debo decírtelo.—¿Qué pasa?—Yo no hubiera querido decirlo todavía, no sé cómo lo tomes y quiero pedirte disculpas por ocultarte la verdad todos estos años. Yo soy primo de Eva, lo que nos lleva a ser familia de sangre, y peor aún, estaba enamorado de tu madre, aún sabiendo que era algo imposible— me quedé en silencio, y lo miré fijamente.—¿Era eso?—pregunté, en un tono despreocupado.—Perdóname, no querí
LisaAkira regresó a la casa, se veía algo distinto. No me atrevía a preguntar si ya terminó con el trabajo.—Ya todo termino, lisa, ¿Quieres bañarte conmigo?— estaba actuando raro.—Claro — me uní en el baño con él, pero no ha querido pronunciar una palabra más. Sé que está pasando por un momento muy difícil y no quiero molestarlo con preguntas innecesarias. Me acerqué a él y lo abracé, y cerró sus ojos correspondiendo el abrazo. Podía escuchar su respiración agitada, se que necesitaba descargar lo que siente. Quisiera poder hacer algo para hacerlo sentir mejor, aunque sé que no es mucho lo que puedo hacer.—Te amo, ya todo pasó —me sujeté de su cuello para acercarlo más a mi. Se veía muy mal y no me gusta verlo así. Estuvi
Akira—Perdónenme las dos, pero no quiero que sufran más por mi culpa. Tengo mucho que hacer, luego regresaré por ustedes. Lo prometo.LisaDebo llamar a Mr. Jefferson, él no puede permitir esto. Llamé y llamé, pero nadie respondió. Él también debe estar de acuerdo, ¿Por qué? ¿Por qué nos haces esto, Akira? ¿Cómo fui tan tonta y no me di cuenta antes? ¡Que estúpida fui!Jefferson—Perdóname, lisa, no puedo responderte.Recuerdos:—¿Por qué no me disparaste a mi, Akira?—Ya fue suficiente. Ya maté a ese cabrón, no voy a acabar contigo también hoy.—¿Te das cuenta? Has cambiado. Si esto hubiera ocurrido hace años, no hubieras dudado en dispararme. ¿Aún as&