—Srta. Lisa, le traje su desayuno —me dijo la empleada a través de la puerta.
—Puede pasar y dejarlo encima de la mesa — traté de hacer contacto visual con ella, pero fue en vano.
—Estaré esperando por su llamada, Srta. Lisa — la empleada se dirigió a la puerta.
—Espera, no te vayas. ¿Por qué no me hace algo de compañía?
—Señorita, los empleados tenemos prohibido tener cualquier tipo de contacto con los visitantes de esta casa. Le ruego me perdone — salió de la habitación sin decir más.
Es una regla muy estúpida. ¿Cómo podría pedirle a sus empleados tal cosa? ¿Será que habrá alguna información en esta habitación? ¿Por qué mi padre le tiene tanto respeto y miedo a esta persona? Es un hombre aterrador. Busqué en cada parte de la habitación y no pude encontrar nada acerca de él.
—Srta. Lisa, tiene una llamada del Sr. Akira—me notificó la empleada a través de la puerta.
Salí a responder la llamada.
—¿Sr. Akira?
—Esta noche habrá una fiesta. Te pondrás el vestido que te envié y pasaré a recogerte a las 7:00.
—Pero, Sr. Akira... — no permitió que terminara de hablar, cuando ya había colgado la llamada.
—Este es el vestido que el Sr. Akira encargó para usted —me dijo la empleada, entregándome una caja.
—¿Y si no me queda? — pregunté dudosa.
—Estoy segura de que le va a quedar a su medida, Srta. Lisa.
Era un vestido que debió costar una fortuna. Cada detalle era en diamantes y, aunque el color negro no es mi preferido, realmente me quedaba muy bien, pero ¿cómo es que supo mis medidas? No entiendo el propósito de esta fiesta, pero trataré de saber más del Sr. Akira; quizás así, pueda sacar algo bueno de todo esto.
—Yo me encargaré de su maquillaje y de arreglar su vestido. Deberá estar radiante esta noche, Srta. Lisa. Después de todo, fueron órdenes del Sr. Akira —me dijo el estilista.
—¿Contratar a un estilista solo para una fiesta, no es demasiado? —pregunté tímidamente.
—Todas las mujeres que asisten a algún evento con el Sr. Akira deben estar a su altura. Esa es la razón por cual siempre me contrata.
Al finalizar, la empleada entró a la habitación.
—El Sr. Akira ha venido por usted, la está esperando en el auto—me avisó la empleada.
¿Por qué me siento tan nerviosa? Necesitaba relajarme; si el Sr. Akira me ve de esta forma, se molestará.
—Srta. Lisa, por aquí— el chófer abrió la puerta del auto para que subiera.
Esto de estar en un auto tan lujoso, era demasiado llamativo para mi gusto. Él estaba vestido diferente, no parecía la misma persona que conocí anoche.
—Escúchame bien; vas a hacer todo lo que yo te diga sin ninguna objeción. Actuarás casual como una mujer de alta clase. Si alguien te invita a bailar lo aceptarás, sin importar quien sea. ¿Fui claro? — me miró serio, y se quedó esperando mi respuesta.
—Sí, Sr. Akira, haré lo que me pide —asentí con mi cabeza.
—Estaré vigilándote y, como intentes huir o hacer una estupidez, te cortaré el cuello — dijo sin titubear, ni desviar esa escalofriante mirada de mí.
No me quedaba de otra que aceptar su petición.
—Seremos total desconocidos en esta fiesta. Evita las preguntas a toda costa y, si no te queda de otra, respondes. No levantes ningún tipo de sospecha. Accederás a todo lo que te pidan sin cuestionar. ¿Aún estamos claros hasta ahí? — acercó su mano a mi pierna.
Asentí con mi cabeza a todo lo que dijo.
—Bien, serás una niña buena. Si haces todo al pie de la letra, prometo complacerte en lo que pidas.
—De acuerdo.
—Ya llegamos, señor— nos avisó el chófer.
—No me decepciones — se bajó del auto sin decir más.
No sé cuál es la razón detrás de todo esto, pero algo no me gusta de esta situación. No tenía más opción que hacer todo lo que me pida. El lugar era demasiado amplio, jamás había asistido a un lugar así. No reconocía a nadie, tampoco podía localizar al Sr. Akira entre tantas personas. No debo cometer ningún error o ese demonio me hará sufrir las consecuencias. Solo espero que nadie se me acerque.—¿Quiere una copa, señorita?—Por supuesto— accedí, a pesar de que jamás he tomado en mi vida.—Buenas noches, hermosa dama — me dijo un desconocido.—Buenas noches— sonreí tímidamente.A pesar de no saber quién era y, de ser una persona bastante mayor, no podía ignorarlo.—¿Desea bailar esta pieza conmigo, hermosa dama? — ex
—Vístete y baja al estudio, te estaré esperando—ordenó el Sr. Akira saliendo de la habitación.Será mejor que me dé prisa. Quisiera preguntarle tantas cosas, pero no sabía si sería buena idea.Al terminar, fui al estudio y ahí estaba él; sentado con una copa en la mano.—¿Ya tienes pensado lo que quieres? — preguntó, tomándose el trago de golpe.—Sí, Sr. Akira.—¿Qué tienes en mente?—Quiero irme de aquí— bajé la cabeza.—¿Eso es todo? ¿Nada más ni nada menos? — dejó escapar una sonrisa maliciosa.—Sí—asentí con mi cabeza.—Puedes irte— rebuscó en la mesa haciendo visible una foto.Quise dar la vuelta e irme, pero algo me decía que no lo hiciera.
Quisiera poder ver a mis padres. Mi mamá debe estar muy preocupada. Dejé escapar un suspiro, cuando la puerta se abrió de repente.—Me iré en un viaje de negocios por unos días. Te quedarás aquí y no quiero ninguna queja de ti mientras no esté.—Sí, Sr. Akira—asentí con mi cabeza.No encontraba la manera de preguntar, pero no pierdo nada intentando.—Sr. Akira, ¿podría pedirle un favor? — junté mis manos y bajé la cabeza.—¿Qué quieres? — preguntó con un gesto molesto, mientras equipaba su maleta.—¿Me permite ir a mi casa? Prometo no hacer ninguna estupidez.—¿Me ves cara de idiota?—Mi mamá debe estar preocupada por mí. Permítame ir, aunque sea por unos minutos, se lo suplico—me arrodillé suplicá
Han pasado varios días desde que el Sr. Akira se fue de viaje. La casa se ha sentido más cómoda, porque no he tenido que lidiar con sus caprichos, ni tener que fingir estar a gusto en un lugar como este. Por más que he intentado buscar en la casa no he encontrado nada acerca de él. El único lugar que me faltaba buscar era en el estudio, pero es muy arriesgado. Tiene varios guardaespaldas cuidando de ese lugar. No dudarán en matarme si me encuentran ahí. Será mejor que piense en otra manera de entrar sin que me vean. Buscaré una cuchilla que vi en el cuarto y traté de esconderla porque sé que podría ayudarme en algún momento dado. De alguna manera debo recaudar información de este sujeto. Nadie en esta casa se atreve a hablar de él, debe tenerlos amenazados también.Nunca he abierto ninguna puerta, pero todo sea por tratar de salir de aquí. Quizá
Al despertar, no podía ver el ambiente que me hacía sentir seguridad. El olor de las flores desapareció. El sol no iluminaba la habitación, era como estar encerrada en medio de la oscuridad. Mi cuerpo dolía, mi corazón estaba roto. Mi cuerpo era un completo desastre ahora. No podía pensar claramente. Solo quiero salir de este lugar. ¿En qué momento las cosas terminaron así? ¿Por qué me sucede esto a mí? ¿Qué hice para merecer esto? Son preguntas que vienen a mi mente y no encuentro respuesta.—¿Srta. Lisa? — escuché la voz de una mujer cerca de mí, pero aún permanecía con mis ojos cerrados —. Srta. Lisa, despierte—la voz se escuchaba cada vez más cerca—. ¿Srta. Lisa? —alguien colocó su cálida mano en mi frente.—¿Qué quieres de mí? —res
—Quiero trabajar para usted— intenté mostrar seguridad.—¿Trabajar para mí? ¿Qué clase de chiste es este? ¿En qué me puede ayudar alguien como tú? — rio.—En lo que usted me necesite —respondí firme.—¿Qué cosas sabes hacer?No sé qué pueda necesitar de mí, si tiene una persona para todo lo que necesita. Necesito pensar en algo. No puedo bajar mi cabeza ante él.—Puede usarme de carnada en los trabajos que me necesite. Usted mismo dijo que hice un buen trabajo el día de la fiesta, ¿no es así?—¿Aunque eso implique arriesgar tu miserable vida? Eres demasiado tonta si crees que dejaría que alguien como tú eche mis planes a perder— caminó hacia mí.—Le suplico que me lo permita. Puede ponerme a prueba y, si no cump
LisaEl Sr. Akira entró al cuarto y me sentí aterrada, pensé que vendría a terminar lo que había comenzado en el estudio. —Vas a tener trabajo que hacer, corderito.—¿Me necesita?—Tal parece que la suerte está a tu favor hoy. Es el momento demostrar cuán eficiente puedes ser — arqueó una ceja—. Empezarás a estudiar en la universidad. Pagaré todos los gastos y, a cambio, deberás acercarte a un sujeto. No acepto errores.—Entendido.—Solo te diré lo que debas saber, nada más ni nada menos. Te deberás ganar su confianza a toda costa.—Lo haré—respondí con seguridad.—Me encargaré de todo y, si haces una estupidez o cometes un maldito error, ya sabes lo que pasará, ¿verdad?—Sí, señor.—Bue
Sentía como si hubiera dormido demasiado. Suspiré y me estiré. ¿Qué hora será? ¿Qué es esto que me sujeta tan fuerte? Traté de voltearme y grité al ver que el Sr. Akira estaba acostado al lado mío.—Qué mujer tan ruidosa —se sentó en el borde de la cama molesto.Ahora que recuerdo anoche estuve con el Sr. Akira en el baño. Al recordar lo que sucedió, puse mis manos en la cara de la vergüenza que sentía. ¿Por qué tengo que recordar eso en este momento?—¿Por qué tapas tu cara? — preguntó serio.—Por nada. Iré a bañarme.—¿Planeas no invitarme?—Prefiero un poco de privacidad—caminé rápidamente al baño.¿Por cuánto tiempo más planea seguir con esto? Espero poder bañarme tra