Keita me trajo a una casa, pero jamás había venido a aquí.
—Este casa le pertenecía a Akira, señorita. La puso bajo su nombre por si sucedía algo— estacionó el auto.—Regresa, por favor. ¿Por qué lo dejaste tirado ahí? Hay que volver— intenté abrir la puerta del auto, pero Keita le puso seguro.—¿Por qué, Keita? ¿Acaso no sientes nada? Fue tu jefe durante muchos años y lo dejaste ahí tirado— reproché en llanto.—Señorita, mis órdenes fueron llevarla a un lugar seguro si las cosas se ponían mal. Estoy siguiendo las órdenes de Akira.—¡Eres un imbécil, Keita! ¡Lo dejaste!—Lo siento, señorita.—¡Te odio! ¡Déjame ir ahora! ¡Yo voy a volver! &mJefferson—El estado de Akira es muy crítico. Ha perdido mucha sangre por lo que le hicimos una transfusión. La bala perforó uno de sus pulmones y desafortunadamente necesitará un trasplante lo más pronto posible.—¿Se va a poner bien?—Eso no se lo puedo decir todavía, todo depende de cuan fuerte sea. Lo tengo en observación, esperemos durante unas 24 horas para saber cómo reacciona a la transfusión y a los medicamentos. La herida fue grave, unos centímetros más y no estaría vivo.—¿Puedo verlo?—No se supone, pero por ser tú, te lo permitiré.—Gracias, en tus manos te dejo a mi hijo.Entré a la habitación de Akira y se veía muy pálido.—Mira lo que han hecho contigo, Akira. Debes luc
Lisa—Le traje algo de comer, señorita. No puede estar tanto tiempo sin comer nada, le hace daño al bebé.—¿Realmente aprecias a Akira?—Sí, señorita.—¿Y nuestra amistad?—Sí, aunque no entiendo el porqué de la pregunta.—Entonces, llévame con él— lo miré.—¿Aún sigue pensando en eso, señorita?—Keita, si realmente valoras o te importa un poco mi bienestar, quiero que me lleves a la casa.—Señorita…—interrumpiendo cualquier palabra que pudiera decir, añadí algo más:—De la manera que estás actuando es muy sospechosa, Keita. No quiero pensar que tuviste algo que ver con lo que sucedió.—¿Qu&
LisaAl entrar a la habitación Yuji estaba despierta.—¿Cómo te sientes, Yuji?—Lisa, ¿estás bien? — lágrimas bajaban por sus mejillas—. Tenía tanto miedo.—Yuji, ¿Qué fue lo que pasó? ¿Qué pasó con todo el mundo?—No sé, luego de los disparos corrí a esconderme. Todo pasó muy rápido—sus manos temblaban.—¿No sabes nada de mi mamá o de Akira?—No sé. No se escondió nadie conmigo. En la fiesta solo recuerdo que estaba con las empleadas cuando escuché los disparos. No tuve opción que esconderme.—Le dispararon a Akira—mencionarlo y recordarlo me duele.—¿Qué? Pero ¿Está bien?—Está muerto, Yuji
Jefferson—Señora, ¿qué ha pasado con Akira? — le pregunté a la madre de Lisa.—Tuvo un paro cardíaco, pero el médico pudo estabilizarlo.—Esta situación es cada vez mucho más difícil.—¿Pudo saber algo de mi hija? — preguntó preocupada.—Nada, pero le prometo que la encontraré.—¿Cómo estará mi hija? ¿Se estará alimentando bien? ¿Cómo estará el bebé?—Señora, no se aflija más. Le prometo que la encontraré.—Gracias por todo lo que ha hecho, señor.—Esto que les tocó no es justo, pero me encargaré de hacer pagar a quien les hizo este daño.—Usted hace lo mismo que el Sr. Akir
Al ver a Mr. Jefferson sentí un gran alivio. —Por favor, dígame que sabe algo de Akira. —Vamos a otro lugar, por favor—me sujeté de Mr. Jefferson y caminamos a una de las oficinas. —Srta. Lisa, ¿Cómo llegaste aquí? —Es el único lugar que creí poder encontrarlo. —¿Estás con alguien más? —Sí, con un empleado de Akira y una amiga. —Es muy importante que me respondas varias preguntas antes de hablar sobre Akira. —¿Por qué? Pero ¿Sabe algo sobre Akira? — pregunté asustada. —No dudo de ti ni mucho menos, pero necesito saber todo lo que sepas sobre Akira, para poder saber quién lo traicionó. —Me está preocupando. —¿No te obligaron a venir aquí? ¿No tienes ningún dispositivo encima o algo? Lo hago por tu seguridad y la de Akira. —Claro que no, ¿Qué pregunta es esa? —Confío en usted, señorita. Akira está vivo, aunque muy delicado.
Lisa—Quisiera hacer algo por ti, me siento frustrada viéndote de esta manera y no poder hacer nada— besé su mejilla y le sujeté la mano, cuando sentí que la movió—. Akira, aquí estoy. ¿Me escuchas? —no hubo respuesta ni más ningún movimiento—. Akira, si me escuchas mueve tu mano —luego de un tiempo sentí un leve y débil movimiento en su mano—. Mi amor, tienes que recuperarte. Nuestro hijo y yo te estamos esperando —no podía soportar la tristeza al verlo tan débil.JeffersonAbrí la puerta de la oficina del doctor y vi a la madre de Lisa.—¿Qué hace aquí, señora?—Mr. Jefferson...—dijo el doctor.—¿Son pruebas de rutina, señora? —le pregunté.
Me divertí todo lo que pude con ella; al final de cuentas, debo matarla según averigüe sobre lisa. Me levanté del suelo para subirme el pantalón.—¡Eres un ser despreciable! — gritó en lágrimas.—Creo que he sido muy bueno contigo. ¿Ahora qué? ¿Vas a decir que no te gustó?—Eres lo peor, Keita— lágrimas bajaban por sus mejillas.—Eres muy aburrida, niña. Ni siquiera me excitas como ella.—¿De quién mierda hablas, maldito enfermo?—De lisa, por supuesto.—Acaso tú… ¿Le hiciste esto a lisa también? ¡Eres un enfermo!—No creo que me agrade escuchar algo así de una estúpida que se dejó violar tantas veces de su padrastro. Creo que le has tomado el gusto a esto, &iq
JeffersonA la mañana siguiente acompañé a la madre de lisa a la preparación de la cirugía.—Por favor, no permita que mi hija sepa que estoy aquí.—No se preocupe, señora, no lo haré. Estaré al pendiente de ella y de usted. Espero todo salga bien. Gracias por lo que está haciendo.—Gracias a usted. Ha sido una bendición para ellos.Lisa—Llegó el momento más esperado, mi amor. Por favor, sé fuerte. No veo la hora de que despiertes. Quiero escucharte, aunque sea para que digas cosas vergonzosas. Solo espero que todo salga bien. Te estaremos esperando con ansias. Te amo, mi amor — besé su frente y le sujeté la mano—. Doctor, ¿cuánto va a tardar esa cirugía? —pregunté.—Todo de