¿Donde te fuiste?

¿Dónde te fuiste?

Catalina, sentía que el estómago lo tenía oprimido por los nervios , pero el autocontrol que siempre tenía sobre sí misma la ayudaba a parecer relajada. 

Evan se decía que aquella chica tenía los ojos más bellos que hubiera visto en su vida, había algo en ella que lo animaba a ser tierno, esto no le gustaba, siempre hacía ver a la chica que lo acompañaba que él solo quería  placer y no enredo, para que ellas no se hicieran ilusiones, pero con ésta, sentía un extraño sentimiento, jamás había experimentado lo que ahora ella le inspiraba; para contrarrestar lo que la muchacha le inspiraba dijo de manera ruda. 

— Espero que ésta noche, hayas venido dispuesta a todo conmigo, cariño. 

— Intentaré cubrir sus expectativas señor — respondió ella.

— ¿Siempre eres así tan formal en tus citas? ¡Relájate!— dijo él persuasivo.

En ese momento se abrió el ascensor y entraron, al cerrarse la puerta él la tomó entre sus brazos exigiendo de la boca de ella, un apasionado beso. Al principio la muchacha se tensó, pero el olor embriagante de éste hombre y las tres copas que ya había ingerido, hacían un efecto desinhibidor en el cuerpo de Catalina, respondiendo a aquella caricia tan deliciosa.

Un beso como aquel, ella jamás había recibido, así que lo disfrutó, cuándo nuevamente se abrió la puerta estaban directamente en la habitación. Él tomó la mano de ella y la atrajo suavemente.

— ¡Ven conmigo cariño, enséñame como llegar al cielo!— pidió él con voz seductora.

Obviamente que Catalina tenía experiencia a nivel de pareja, de hecho fue su novio Peter, su primera experiencia, pues no era ninguna niña, pronto cumplirá veintisiete años, pero que este hombre le pidiera de manera directa, sexo, fue nuevo para ella, aunque su mirada y gestos corporales no mostraban lo nerviosa que se sentía.

— ¡Me encantan tus ojos, mi Lotty! ¡Me gustas increíblemente! ¡Creo que a partir de hoy me volveré adicto a tí!

Una ola de calor recorrió la espalda de ella, le gustó escuchar aquellas promesas, que sabía que no eran ciertas, pues después de aquella noche, nunca más vería a éste hombre tan guapo.

— ¿¡Siempre eres así de callada, mamita!?—

—¡Me gusta más la acción que las palabras!— respondió osadamente.

No entendía porque aquel hombre le hacía decir cosas que jamás en su más sano juicio hubiera dicho, con Peter todo era tan normal, el solo pensar en su ex novio la hizo sacudir sus pensamientos y la osadía aumentó al bajar hasta las caderas de él arrancando gemidos de placer.

— ¡Oh me encantas mujer!— dijo Evan— ¡Sigue así por favor!

Ella disfrutó el experimentar juegos sexuales con aquel hombre desconocido, a medida que la llama de la pasión subía, más intensas eran las caricias entre ambos, se entendían perfectamente en la cama, él tocó los puntos exactos para que ella explotara de pasión, ella se movía de manera que lo hizo enloquecer de excitación.

Fue intensa aquella noche de sexo y pasión, fueron varias las veces que  hicieron el amor, hasta quedar exhaustos y satisfechos, después se quedaron dormidos como dos angelitos, con él rostro plácido por el momento vivido.

— ¡Eres magnífica mi Lotty!— dijo él con la voz adormilada, fue lo último que escuchó de aquel hombre esa noche. 

Se despertó desorientada eran las cuatro de la mañana, pronto su cerebro se puso en acción, se levantó sin hacer ruido, buscó su vestido y salió de aquella habitación, llegó al lobby y un recepcionista medio dormido le ayudó a pedir un taxi, cuando llegó a su casa apenas iban a ser las cinco de la madrugada.

Se quitó “aquel disfraz” como se dijo a sí misma, después de limpiar su rostro, se metió en su cama, increíblemente soñando con aquel desconocido, Peter no había venido más a sus pensamientos.

Se quedó dormida de inmediato, cuando despertó fue porque el llamador de su puerta sonaba insistentemente, vio su teléfono móvil, eran más de las nueve de la mañana.

Se levantó lo más rápido que pudo y fue a abrir la puerta, allí estaba su amiga Lotty con la naríz enrojecida por el resfriado.

— ¡Buenos días dormilona! ¡Me imagino que estuvo intensa tu noche cariño! Te llamé muy temprano, pero estabas dormida, supongo.

Catalina que aún estaba con la mente confusa por el dolor de cabeza que tenía le costó agarrar el hilo de la conversación.

—¡Lotty, ¿no podías esperar a que fuera más tarde? ¡Me duele la cabeza horriblemente!

—¡Cariño! No te das cuenta que muero por saber que pasó anoche y como fue todo? De eso depende que vuelvan a requerir mis servicios.

Catalina suspiró resignada, empezó contando a grandes rasgos lo sucedido, omitiendo los detalles íntimos, no era su estilo ser tan abierta a estos temas tan personales .

— ¡Entonces, fue todo un éxito! Pues el hombre apenas salió el sol, mandó el importe del pago, eso me extrañó, pues siempre se hace de manera personalizada, ¿Por qué no esperaste el pago, señorita?

— Porque éste no es mi trabajo, es el tuyo yo solo te sustituí, pero ya no volveré a hacerlo, es demasiado comprometedor hacer ese tipo de trabajo— dijo Catalina con el rostro contrariado.

— ¡Ay amiga! ¿No me digas que te gustó el hombre y terminaste en la cama con él.

Era solo acompañarlo a e la reunión de negocios, no tener sexo, amiga yo no me acuesto con todos mis clientes, no soy prostituta, solo acompañante de hombres de negocio.

—  Todo este tiempo, entendí que dormías con ellos— dijo Catalina avergonzada.

— No, querida, cuando te dije: “si se dan las cosas, te acuestas con él” era literal,no estás obligada a tener sexo, Caty! Por eso vine a saber porque éste hombre estaba tan entusiasmado conmigo, me llamó varias veces, hasta que le pedí el pago por mi trabajo, esto lo enojó y dejó de molestar, al parecer fue mutuo el gusto del uno por el otro— dijo Lotty con picardía 

— Yo no deseo volver a verlo, solo fue un error haber cedido a la seducción de ese hombre— dijo Catalina enojada.

— ¡Ay mamita, ya olvídalo, generalmente eso pasa una vez cada mil años, hasta ahora,me he acostado con uno que otro y todo muere allí, nunca más  buscan un acercamiento, así que duerme tranquila, imagino que usaste protección.

— No, no lo hice, pero están próximos  mis días, hasta ahora nunca Megan sucedido con Peter— dijo ella.

— Bueno lo importante es que te divertiste y olvidaste al patán de tu ex novio, aquí está tu parte, es justo lo que te prometí, la mitad de lo que pago el millonario.

Ella vió el fajo de billetes y abrió los ojos sorprendida:

— ¿Tanto?

— Si cariño, eran cuatro mil dólares, dos para tí, dos para mí, mil Garcías por salvarme, me voy, no quiero contagiarte con esta gripe— dijo Lotty levantándose para salir de allí.

—¡ Entonces no debiste venir!— la reprendió Catalina.

Se quedó mirando aquel fajo de billetes, suspiró, de haber sabido, ¿se hubiera negado? No supo que responder, si su amiga tenía razón, ella lo había disfrutado de principio a fin, de alguna manera sintió un extraño sabor amargo en su boca y una punzada de dolor en su pecho.

Se dijo a sí misma:

— ¡Adiós extraño desconocido! Ni siquiera me enteré de tu nombre.

Reflexionó y se dijo: 

—« Mejor así, olvidar esto que nunca debió suceder.

Esa mañana Evan había despertado a las seis y treinta de la mañana, buscó inconscientemente con su mano el lugar donde debería estar su chica, pero estaba vacío, quizás está en el baño; «pensó».

Esperó unos minutos, Pero no salió nadie del baño, se levantó con el ceño fruncido.

— ¿A dónde  se había ido Lotty?

Buscó su celular y llamó a su amigo.

— ¡Hey Mike! Pásame el número de la chica de anoche.

— ¡Oye, podrías haber esperado a que me despertara por completo, ¿Acaso te robo algo?

— ¡Sí, creo que el corazón!— respondió Evan

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