Después de un año de depresión y de evitar salir a toda costa, hoy por fin era el día de renovarme y empezar una nueva vida. Mis mejores amigas habían planeado este viaje a Ibiza desde hace meses, querían que fuera el mejor de mi vida para olvidarme de todo y hacer nuevos recuerdos.
La verdad, yo no tenía ganas de ir de club a beber y a bailar, porque para mí el verano significaba playa, sol, un libro y posiblemente algún cóctel en la mano, tipo bloody mary, pero al final la gran insistencia de todas ganó y ahora estoy aquí sentada, vistiendo un pantalón blanco y un top rojo, viendo por la ventana y escuchando música electrónica que a todo volumen suena en el auto mientras ellas gritan a los chicos guapos que van pasando por la calle.
― ¿Todo bien? ― interrumpe mi amiga
― Sí claro, sólo estoy viendo Ibiza de noche ― le contesto para luego ignorarla de nuevo y seguir con mis pensamientos.
Es la primera vez que viajo a Europa, después de aquí iremos a Madrid, Paris, Londres, Italia para luego regresar a la rutina, situación que no me desagrada en absoluto. Me gusta mi trabajo, me apasiona, es fácil y no tengo jefe, mi socio y yo nos llevamos bien así que no tengo porque odiar lo que hago. De pronto, los recuerdos de como termine aqui se pasean por mi cabeza.
― Verás que la pasaremos genial ― Me dijo mi amiga Sandra cuando pagó el boleto para Europa ― podrás olvidarte de ese tal ¿cómo se llama? ¿Jairo?―
― Javier ― Respondí con pocas ganas.
― Bueno, bueno, da igual, sólo sé que te la pasarás genial y con lo guapa que estás seguro y te ligas a otro.― Me aseguro.
Javier y yo habíamos tenido una relación de 4 años con planes de boda. Después de regresar de Corea del Sur, de un intercambio estudiantil, a los pocos meses decidió dejarme a mitad de la noche. Cuando desperté encontré una nota que decía.
“Lo siento, no puedo seguir con esto. Me regreso a Corea.”
Tiempo después descubrí que se había enamorado de una chica inglesa allá y que al no tener valor de romper el compromiso decidió abandonarme y dejarme con toda la amargura que sentía. La verdad hubiera preferido un "No eres tú soy yo" antes de quedar como estúpida sin poder hacer ni decir nada, con miles de pendientes por cancelar, mientras el otro se la pasaba de lo más lindo con esa inglesa que de seguro no tiene ni gracia.
«¡Qué idiota!», vuelvo a pensar tan sólo recordarlo.
―¡Hey! Llegamos ― me interrumpe Sandra de nuevo regresándome a la realidad.
Nos bajamos del auto y entramos al club, "uno de los más populares en Ibiza" según nos dijo el chico del hotel cuando le preguntamos por lugares para bailar. Está bastante lleno pero hemos logrado con facilidad, tal vez sea porque Laura trae un escote de infarto, o porque Irina es rubia de ojos azules. Si me pregunta a mí, creo que de mis amigas soy el "patito feo", no soy muy alta, ni rubia de ojos azules, aunque tengo buen cuerpo y me han dicho que tengo bonito tono de piel “bronceado” como lo han llamado por ahi y ojos verdes, herencia de mi abuela.
Entro un poco cohibida, y pareciera que se me ha olvidado cómo comportarme en un club después de cuatro años sin salir a estos lugares. Javier es antropólogo por lo que los bares y clubes nocturnos no eran muy de su agrado, incluso yo lo conocí en una exposición de arte, no sé como hicimos "click" pero algo me hizo porque ahora que estoy en este lugar , un lujoso club en Ibiza, viendo como todo el mundo baila, yo sólo quiero salir de aquí.
― ¡Ven! Vamos a bailar, estamos aquí para eso, no seas aburrida ― me dice Irina mientras me jala hacia la pista.
La canción que suena a todo volumen es una de mis favoritas así que empiezo a mover mi cuerpo al ritmo de ella, primero un poco tímida, pero después de pensar mil veces "¡Qué chingados!" bailo con más ánimo hasta que me dejó llevar completamente. Estoy tan entusiasmada en lo mío que no me doy cuenta que Irina ya no está a mi lado y que me encuentro completamente sola bailando en la pista, algo que ya no me importa, y al terminar la canción, me voy a la barra para pedir una bebida.
― Whisky con agua mineral y hielo ― le digo al chico. Él me sonríe y me da la bebida. Me quedo un rato observando desde la barra a mis amigas que por arte de magia ya tienen chicos al lado. De pronto, siento la mirada de alguien que me ve del otro lado, es un chico alto, de cabello oscuro algo rizado, facciones profundas, ojos negros que parecieran atravesar el alma, y una sonrisa encantadora, por si esto fuera poco, tiene buen cuerpo. Cuando nuestras miradas se encuentran, levanta su vaso en señal de saludo. Yo sólo sonrío y hago lo mismo.
"Ven" me dice con la mano.
"No, tú ven" le digo con el dedo, dejándome llevar por la situación. Él se ríe pero no se mueve así que doy por hecho de que mi pequeño ligue ha concluido. Tomó otro trago de Whisky y nuestras miradas vuelven a encontrase.
"Ven" insiste con la mano mientras sonríe. Yo sólo sonrió y le digo salud mientras levanto el vaso con el whisky que sobra y me tomo lo que falta de un sorbo, nuestras miradas se junta de nuevo y él hace lo mismo con su bebida.
Me volteo a la barra para pagar la bebida, pero el barman en lugar de traerme la cuenta me trae otro Whisky.
―No he pedido nada más ― le digo aclarando la situación.
― El hombre de allá me dijo que te diera otra bebida, supuse que pedirías otro Whisky.
Vuelvo a voltear y él está distraído platicando con sus amigos, al sentir mi mirada se voltea sonriente y vuelve a decir "ven" con las manos.
― Le puede decir al chico de allá que no acepto bebidas de extraños, gracias.―
El bar tender me sonríe ― La bebida no tiene nada, si eso es lo que piensas.― Aclara.
― No importa lo que piense, es una regla que tengo, dile que muchas gracias pero no la aceptaré― Insisto.
― Creo que te llama ― contesta el barman interrumpiéndome.
Volteó de inmediato y me lo encuentro frente a mí haciendo que me sienta increíblemente nerviosa, su bien trabajado pecho se encuentra justo a la altura de mis manos y no puedo evitar tocarlo.
― Creo que la vista está mucho mejor de aquel lado ― me dice mientras sonríe coqueto y me ve a los ojos.
― Para mí la vista estaba mejor de este lado ― le respondo de inmediato.
― ¿No aceptarás mi bebida?―
― No acepto bebidas de extraños ― informo mientras retomo mi compostura.
― ¡Ah! Eso es... entonces podríamos presentarnos, es mi oportunidad de causarle una buena impresión a una mujer hermosa como vos― Dice haciendo que reconozca su acento inmediatamente.
Sonrió mientras siento como mi cara se torna de color rojo, si las luces estuvieran totalmente prendidas él lo notaría de inmediato ― Si te digo que soy difícil de impresionar, ¿me crees?― Hablo segura y ahora si deseo con todo el alma ese whisky.
Él se lleva las manos al corazón fingiendo dolor ― Me rompes el corazón ¿sabes? Pero me gusta eso, quiere decir que sos una mujer interesante, y si hay algo en la vida que me gusta, es exactamente eso ¿cómo te llamas?― Cuestiona finalmente.
― Me llamo "nombre" ― Contesto de inmediato sin saber porqué, tal vez los nervios me están pasando factura en este momento que he perdido mi capacidad de responder decentemente.
― ¿Nombre? ― repitió asombrado ― ¿También sos extranjera?― Cuestiona siguiéndome el juego.
― Así es, no soy de aquí, pero tampoco te diré de donde soy ― respondo entrando en un aire de misterio que no conocía.
― ¡Ah! A “Nombre” le gusta el misterio ― Comenta ― ¿Qué nombre me podrías a mi?―
― Mmmmmm... ― pienso por un momento―¿argentino? ― dije de inmediato por su evidente acento.
― Algo un poco obvio y acertado. Bueno, Nombre, ¿Qué te parece si nos vamos de acá?― Me propone de la nada.
― ¡Guau!, sí que eres rápido ― contesto sin pensarlo― llevamos como diez minutos de conversación y apenas va a empezar el reguetton.―Bromeo.
Él se ríe ante mi comentario― Estamos en Ibiza, este lugar no es para la gente lenta ¿entonces?― Presiona.
Doy vuelta a la barra y vi que el barman había dejado ahí el Whisky, sin dudarlo dos veces me lo tomo de un solo trago sintiendo como me marea un poco.
«Hubiera preferido un tequila», no puedo evitar pensar.
― ¿Eso es un sí? ― Pregunta mientras se ríe al ver la reacción que tuve.
― Es un tal vez, la verdad es que me agradaría salir de aquí.― Confieso.
― Perfecto, pero vamos a salir por la puerta de atrás ¿ok? Mi auto se está estacionado del otro lado― Explica.
―¿¡Qué?!― Pregunto extrañada.
Pero él me toma de la mano y hace que lo siga atravesando la pista de baile. Volteo un poco alerta buscando a mis amigas con la mirada pero no las veo, me han abandonado por completo y ahora, camino fuera del club con un desconocido, muy guapo por cierto, pero desconocido al fin.
«Creo que no debería de ver tanto Investigation Discovery», pienso mientras salímos por la puerta de atrás.
― Te ves asustada ― Dice él interrumpiendo mis pensamientos ― ¿Crees que soy un asesino o secuestrador? ― Pregunta mientras me mira con demasiada sensualidad.
― ¿Lo eres?― Inquiero.
― No sé, lo averiguaremos ¿estás lista? ― Habla y me abre la puerta para que yo me suba al automóvil.
Lo dudo por un momento pero cuando cierra la puerta sé que no hay vuelta atrás. Él se sube del otro lado y arranca dejando el estacionamiento y llevándome lejos de ahí.
―Entonces, Nombre, no me vas a decir como te llamas.― Pregunta mientras sigue conduciendo.― Te puedo dar una pista, pero sé que aún así no lo adivinarás. Es demasiado raro.― Explico.― Pruébame ― Responde de manera sensual.― Mi nombre es femenino que hace alusión a la santidad― Hablo en un tono sabelotodo pero a la vez coqueto. ― ¡Guau! ― Expresa y se ríe con gusto ― Eso es demasiado preciso, pensé que me ibas a decir una letra o no sé algo que rimara con tu nombre― Comenta.― Querías una pista ¿no? Ah&
[principios del otoño, ese mismo año]Gritan mi nombre por todas partes, hoy hemos tenido el restaurante lleno y mis cocineros no se dan abasto. Desde que salió ese artículo en el periódico reconociendo "Casa Sandoval" como uno de los mejores restaurantes de comida mexicana, las reservaciones no han parado y desde que llegué de mi viaje hemos estado a tope. Los meseros entran y salen de la cocina llevándose platos llenos de comida y otros vacíos, dejando más pedidos. Es tanto la carga que mi chef asociado y yo hemos tenido que llevar una sobrecarga de trabajo para dejar que los cocineros tengan sus descansos.― Chef― Escucho la voz de uno de los meseros ― Quieren conocerla en la mesa tres ― Me dice mientras toma otro de los platos y los pone sobre la charola. Llego a mi casa y tan pronto como dejo mis cosas voy a mi laptop y busco en en google el nombre de Diego."Diego D’Angelo, empresario de nacionalidad Argentina nacido en la provincia de Buenos Aires y que radica actualmente en la provincia de Mendoza, es conocido por ser dueño de importantes viñedos en esta parte del país. Fecha de nacimiento 26 de noviembre"Comienzo a leer más datos sobre él lo que me lleva a dar click en su sitio web donde observo detenidamente las fotos como una chiquilla emocionada. Me encuentro una donde se ve guapísimo y me quedo mirándola fijamente, memorizando cada detalle y recordando vivamente la primera vez que la vi de cerca.―Si que eres guapo― murmuro.4. ¿Quién es él?
Una vez más me encuentro con un desconocido, conocido dentro de una situación que no sé de dónde salió. Empiezo a pensar que algo me han hecho que ahora acepto con cualquier pretexto irme con él, o tal vez se deba a que es completamente irresistible y que yo caigo en un tipo de hechizo cuando estoy junto con él. Diego, tomando las riendas de la situación hace que suba a su auto, dejando el mío en el restaurante para que pueda llevarme a casa. Sé las intenciones que tiene y de pronto se hacen también mías, lo que me lleva a caer en una mezcla de emoción y nerviosismo.― ¿Por qué vivís con tus hermanos? ― Me pregunta mientras observa como envió un mensaje en mi celular.― Hace un año terminé con mi ex y vivíamos juntos
«Valle, ¿qué demonios te pasa?, ¿otra vez con ese desconocido?, ¿qué dirá tu madre, tu abuela? ¡Tu padre!, porque ahora no sólo es con un desconocido si no en tu casa…¡En tu casa!», me vienen esas palabras a la mente mientras poco a poco voy recuperando la conciencia y salgo del sueño profundo, de pronto algo más provoca que lo haga más de prisa. ―¿Valle? ¿Estás despierta? ― Mi puerta suena sin parar, abro los ojos y me doy cuenta de que es mi hermano quién toca con tanta fuerza. Volteo al otro lado y veo al guapísimo Diego profundamente dormido, se encuentra boca arriba y las sábanas sólo le cubren la parte baja del cuerpo. «¿Hasta dormido es sensual?» me pregunto.―¿Sí? ― Pregunto en voz alta, tratando de no distraerme
Seguimos de camino al almuerzo familiar, y Diego no deja de mirarme mientras conduzco ― Ahora, hay ciertas cosas que debo contarte de mi familia para que estés prevenido.― Le informo.― Dale, te escucho.― Me dice.― La reunión es familiar, así que no esperes 3 personas, seremos más o menos como unos 50. Vinieron mis primos de Sonora, Ciudad de México, Arizona y probablemente algunos de Chicago así que no te espantes si ves a tanta gente.―― ¿50? ― me dice sorprendido.― Así es, ahora mi familia cercana, la que veo a cada rato, son mis tíos los hermanos de mi papá y a mi tía María Luisa que es la hermana de mi mamá. Estarán mis hermanos.
La fiesta comenzó tan sólo la familia comenzó a entrar por la puerta. Diego definitivamente es el hombre más confiado y sociable que conozco, ya que sin que yo lo presentara, él se acercó a cada uno de mis tíos y primos a saludar y empezar una conversación. Mientras lo observo no puedo dejar de pensar en las mil preguntas que me harán sobre él cuando se vaya y todos los pretextos que tendré que inventar sin embargo, debo admitir que verlo así es todo un agasajo y no sólo por la manera que viene vestido, si no por lo encantador que es, y por esa sonrisa, ¡ay esa sonrisa!, que no tiene idea lo mucho que extrañaré.Mientras estoy sentada en una de las silla admirando como él platica con mi madre y lo mucho que le agrada siento como alguien se sienta a mi lado interrumpiendo mi paz.
Veo a Diego a los ojos y suspiro, en verdad quiero quedarme pero también sé que solo estoy haciendo esta situación más complicada. Él me sonríe, como siempre, y me desarma por completo. Odio el poder que tiene sobre mí, ese que le hace conseguir todo lo que desea.―Sólo un minuto más― le comento y vuelvo a sentarme a su lado―¿Qué haremos? ― pregunto.― ¿Por qué decidiste ser chef? ― me pregunta verdaderamente interesado.― Es una larga historia.― Comento.― Tengo toda la noche ― Dice y me besa tierno en los labios.«Si me sigue besando así no creo que mi visita se quede en un minuto».