La fiesta comenzó tan sólo la familia comenzó a entrar por la puerta. Diego definitivamente es el hombre más confiado y sociable que conozco, ya que sin que yo lo presentara, él se acercó a cada uno de mis tíos y primos a saludar y empezar una conversación. Mientras lo observo no puedo dejar de pensar en las mil preguntas que me harán sobre él cuando se vaya y todos los pretextos que tendré que inventar sin embargo, debo admitir que verlo así es todo un agasajo y no sólo por la manera que viene vestido, si no por lo encantador que es, y por esa sonrisa, ¡ay esa sonrisa!, que no tiene idea lo mucho que extrañaré.
Mientras estoy sentada en una de las silla admirando como él platica con mi madre y lo mucho que le agrada siento como alguien se sienta a mi lado interrumpiendo mi paz.
Veo a Diego a los ojos y suspiro, en verdad quiero quedarme pero también sé que solo estoy haciendo esta situación más complicada. Él me sonríe, como siempre, y me desarma por completo. Odio el poder que tiene sobre mí, ese que le hace conseguir todo lo que desea.―Sólo un minuto más― le comento y vuelvo a sentarme a su lado―¿Qué haremos? ― pregunto.― ¿Por qué decidiste ser chef? ― me pregunta verdaderamente interesado.― Es una larga historia.― Comento.― Tengo toda la noche ― Dice y me besa tierno en los labios.«Si me sigue besando así no creo que mi visita se quede en un minuto».
Son las siete de la mañana y hemos llegado temprano al estacionamiento del restaurante para recoger su auto ya que él debe regresar al hotel a preparar sus cosas y luego entregar el auto en el lugar donde lo rentó. Me bajo junto con él y sin poder evitarlo me sonríe. ― Vení― Me dice mientras estira los brazos y me invita a sentir su calor de nuevo ― ¿Sí sabes que me la pasé increíble?― Me pregunta como queriendo asegurarse de algo. ― Lo sé, te la pasaste increíble hasta que ya no pudimos ― Respondo sin pena. ― Yo digo en la fiesta con tu familia, qué pervertida sos ― Me susurra ― Son 5 meses Valle,vas a ver que haremos que pasen rápido.― Comenta. ― Tienen que pasar rápido, recuerda que me debes un vestido para el próximo verano ― le reclamo acordánd
Vuelvo a salir con mi familia que ya se encuentra comiendo, así que sin decir nada me siento y vuelvo a sentir sus miradas sobre mí.―¿Entonces? ― dice Carlos― Pues, era el proveedor de pan― respondo trantando de sonar segura.― No Valle, no te hagas ¿el argentino qué? ¿te gusta?, ¿es tu novio? ― dice Beto serio.― Es un amigo.―― Sí claro, un amigo que te ve como si te comiera ― dice Valente de pronto.Ya no sé qué decir, cuando se trata de uno de mis pretendientes mis hermanos se ponen a investigar como si fueran el FBI o la Interpol lo que me hace odiarlos por unos momentos. A
Llevamos cuatro días intensos entre mensajes y fotos. Él, cada día, se encuentra en un lugar diferente y la poca e intensa comunicación que tenemos se da en distintos horarios por lo que ahora traigo el celular conmigo por si en algún punto podemos hablar. Sin embargo, no siempre se puede dar la oportunidad porque o yo estoy ocupada o él lo está.Los mensajes que me envía pueden variar. Algunos son largos, que básicamente son un resumen de su día, y otros muy cortos donde me desea buenos días y buenas noches o simplemente me dice que aunque no me hable tanto siempre piensa en mí, todos hermosos en un nivel distinto.Yo por mi parte contesto lo más rápido que puedo, aunque a veces hay tareas que necesitan mi absoluta concentración y es necesario d
Sonrío al ver cómo llega mi auto. Me subo casi olvidando dar las gracias al chico del vallet y comienzo a manejar lo más rápido que puedo dentro de las velocidades permitidas. No han sido 15 pero he llegado en 20 minutos gracias a que la autopista está vacía, estaciono el auto y entro al hotel. Saco mi móvil para enviarle un mensaje de que ya estoy ahí cuando siento que alguien me toma del brazo.― Tenés razón Nombre, ese traje se ve demasiado ardiente en vos ― me dice con ese acento que me mata.Me volteó de inmediato y sin pensarlo dos veces lo beso. Él me responde sin ponerme ningún impedimento. Nos quedamos así por unos segundos hasta que nos separamos para tomar aire.― Te extrañé ― me murmura al o&ia
Aún en el ascensor me toma la mano fuertemente, como si pensara que estoy a punto de escaparme, pero en verdad no iré a ningún lado «¿quién podría pensar en irse a otro lado cuando se está al lado de él?» Mientras subimos no paro de verlo como una idiota, aún creo que esto se va a acabar mañana por lo que trato de recordar cada detalle de su rostro, de su cuerpo y ahora de sus manos.― ¿Todo bien? ― Me pregunta sonriendo mientras me descubre que lo estoy viendo embobada.― Todo bien ― contesto mientras finjo que mi mirada va para otro lado.― Sí soy real Valle, esto es real, creelo ― me dice con un tono de voz tan sincero que en verdad se la creo.Llegamos a la hab
Abro los ojos cuando siento sus manos acariciando mi cabello, aún está oscuro afuera y no tengo ni idea de que hora es, al verme despierta, Diego se sonríe ― ¿Qué pasa? ¿Qué hora es? ― Murmuro un poco confundida.― Son las 2:00 am, es la hora del insomnio ― me responde de la misma manera ― normalmente en este momento me levanto y como algo, pero esta vez tengo una mejor idea.Diego comienza a pasar sus dedos por las costuras de mis sostén, debo confesar que me alegra traer uno de los nuevos y estrenarlo de esta forma. Después sube sus manos hacia mi cuello y lo acaricia alterando todos mis sentidos.― ¿Cuánto dura este insomnio? ― Averiguo excitada.― No sé, depende de cu&aacu
[DIEGO] Me es muy difícil concentrarme y todavía me faltan varias reuniones con posibles nuevos clientes y algunos otros ya existentes. Después de la última noche que pasé con Valle no he podido dejar de pensar en ella en todo el día. La tengo en la mente día y noche, repitiendo las escenas que vivimos juntos. De pronto los mensajes de texto y las llamadas me parecen nulas, necesito estar con ella más tiempo, necesito conocerla más, necesito decirle que me estoy enamorando. Le mando un mensaje antes de empezar la próxima reunión y me muero de ganas por ver si ya me contestó. Eso de viajar por diferentes países no nos ayuda mucho, porque los cambios de horario comienzan a pesarnos. A veces mientras ella duerme, yo estoy despierto y viceversa. En algunas ocasiones son dos o tres horas de diferencia y los espacios para coincidir son mucho mejores. Pero en este momento no