S I N O P S I S
Ella
Desde pequeña mi familia me inculcó una actividad y es la competitividad. Esa adrenalina que corre por la sangre solo cuando me enfrento a mi rival. ¡Vamos! Que a ustedes les gusta ganar, pero ¿Quién sabe perder?, yo me considero una buena perdedora, para vergüenza de mi familia. Como dice mamá: nada de segundos lugares, esos son para los primeros perdedores, y como hija que quiere agradar a sus padres lo intenté todo para ser la mejor ganadora, claro jugando limpio, no como Beth.
Todo empezó hace años, mi madre y su amiga competían por todo. Y eso que eran amigas. Si, es un lindo legado. En el colegio, luego la universidad y luego su empresa. Las dos, junto con sus esposos formaron su empresa. Y no sabes qué: Son empresa de la misma industria. Publicidad.
La competencia no terminaba.
Nací yo y también la hija de la amiga de mamá y desde chiquitas nos endoculturizarón, así que éramos amienemigas, yo la quiero pero la influencia de nuestra familia nos acorrala a hacer lo que digan. Un consejo: nunca hagan algo que no quieren, pero ten cuidado, por hacer lo que quería ahora tengo un rollo.
Y así sucedió: en el cole, las competencias educativas, bachillerato, universidad y ahora en el trabajo.
Ejerzo en la empresa de mi familia y ella en la de la suya.
Nuestra competencia era firmar un contrato con la misma empresa cliente para su publicidad.
Marketing, publishing, relaciones industriales e internacionales, todo se resumen a: Business.
Estudié y me fajé a ser buena en lo que me dedico.
Pero todo se fue al cuerno cuando en un club fuera de sí me acosté con un hombre que estaba fuera de sí y ahora me encuentro fora disso. pregnant
La ética de un negociador sería no relacionarse con el posible cliente: ¡upps!, Pero no termina allí, bueno sí, todo terminó allí pero comenzó una nueva historia. Una donde el príncipe, parece príncipe pero me salió sapo, bueno eso creo, besar sapo no es lo mío pero es que él no es sapo, es... un príncipe, tenéis que conocerlo, les juro que si fuera sapo cantarías la canción de Salga sapo salga rana.
Si tu príncipe azul vive en mi
dame un beso y refúgiame en ti
dame un beso y dime que si...
Ya me puse estúpida con cursilerías, diría que como Tiana si le diera el beso me convertiría en sapa.
Mi competencia era laboral pero el empresario era un hombre en toda la palabra: guapo, responsable, trabajador, y con una sonrisa que desequilibra; "era" laboral pero ella le puso el ojo como a todo lo que a mi me interesa y pasó lo que pasó, pero él no me quería a mí, la quería a ella y contra eso no se puede competir y así perdí sin haber antes enfrentado a mi rival, la primera batalla y ya la guerra la tenía perdida.
¡Vamos! ¿Quién competiría con la rubia ojiazul?
—Que descabellado... Fue el grito que echó mi madre y por poco mi padre me deja sin cabello. Una cachetada, las maletas a la calle y la despedida de su empresa.
«Que has hecho Becky» no hay vuelta atrás.
Él
No tengo nada de que quejarme en la vida. Desde pequeño he amado la forma en que mis padres me criaron, fui bendecido en nacer en esta familia aunque tenga altos y bajos, como todos ¿no?.
Me gustaba participar de todo en el colegio, en el teatro siempre fui el protagonista de las obras, el mas activo en proyectos recreativos y me gustaba participar en todo, fui un buen estudiante, no por presumir.
Recuerdo que al principio mis padres discutían en secreto, no soy tonto, pequeño pero no tonto y escuchaba a escondidas sus discusiones y me preguntaba si era por mi por quien discutía, luego eso se acabo y no hubo razón de discusiones excepto las veces que mamá le decía a papá que trabajaba mucho y debería cuidar su salud, desde chiquito me enseñaron que la familia es lo primero, mi madre Rachel es la mejor en todo, creo que todos decimos eso de nuestras madre, me enseñó a como ser y comportarme con mujeres, papá fue otro que me dio consejos, ya saben de que, mamá decía que saque la picardía de mi padre y que mis ojos brillantes la meterían en problemas y que antes de me salieran canas le daría nietos. Soy un hombre inteligente y por lo tanto, madre te has equivocado.
Mi filosofía siempre será trabajar por lo que queremos, nuestras metas. No hay excusa para ser excepcional en algo que solo se necesita esfuerzo, por eso soy el relevo de mi padre en la empresa, estudie ingeniería biomédica en la mejor universidad de Massachusetts, la MIT y unos que otros cursos de farmacología.
Seguí los pasos de mi padre y sigo con la intensión de ampliar el negocio familiar.
—Deberás casarte con ella, Cris. —bufé, esta situación me irritaba.
—Mamá ¿de qué hablas? Estamos en el siglo XXI, puedo mantener al niño sin casarme con ella.
—¿Qué dirán las personas? ¿Qué no crié bien a mi hijo?
—Madre sabes qué lo que digan las personas no me importan. –estaba irritado por el problema, ella aun más, de un portazo me dejó solo en mi oficina. ¡Como amo a esta mujer!, sonreí al recordar su cara cuando le dije que seria abuela, fue épico. La puerta volvió abrirse y mi madre seguía con su rostro crispado por la pequeña discusión madre e hijo.
—¡Eres igual a tu padre!... –y con esa frase lanzada al aire salió con otro portazo mas fuerte y no aguanté, esa es la única mujer que puede preocuparme su manera de pensar, riéndome me levanté y tomé mi saco que había estirado en el espaldar de la silla y me la coloqué para salir tras ella, tengo que buscar la manera de contentar a mamá ...¡Casarte con ella, Cris! lo siento mamá.
La música electrónica estaba resonando, sus ondas se sentía en mi pecho, al poner mi mano en el muro de la calle se sentía las vibraciones que provenía del interior. El lugar estaba repleto, no es cualquier club, Neptuno es un club innovador y muy visitado, pues tuve que esperar en la fila para pasar.Lo siento pero no soy tan famosa para estar de primera o pasar sin que un gorila me detenga.Vi cómo Elizabeth Houston alias Beth entró sin hacer cola, solo habló algo al oído del vigilante que es un mastodonte y pasó. Más tarde seguía en la fila y vi llegar a un hombre que estuve tiempo detrás de él para que firmara un contrato pero pasó de mí y firmó con los Houston. ¿Por que fue eso? por la rubia de lindos ojos. Usar las cualidades femeninas para los negocios era su as bajo la manga, es que coquetear con un hombre me era difícil, no puedo hacerle ojitos si que pareciera que estoy reteniendo un cólico, o tener la picardía de regresar un beso con mi ordinaria actitud parecería una muec
No había ido a consulta, algunos me decían anda y hazte un chequeo y revisa a tu bebé y otros decían espera a los tres meses. Pues para ser clara y muy honesta me aterraba la idea de ir al medico, toda madre acompaña a su hija al hospital, a sus chequeos, la orienta y pues me sentía sola, es una sensación extraña y mas cuando estoy en mi trabajo y llegan chicas con sus madres y son tan unidas... tan amigas y me pregunto: ¿de verdad ellos son mis padres?, las únicas veces que me sentía en familia era con mi tía Victoria, es tan cool ser su sobrina, es la mas joven de mis tías y eso suma puntos en nuestra relación, pero rara vez la veo, y pues ahora no estoy de humor de hablar con ella, la verdad es que tengo miedo a que me rechace como lo hicieron mis padres. De tantas observaciones de mis compañeros en el trabajo, tome un día para hacerme el chequeo.Estaba asustada, angustiada, y no sabía a quién preguntar mis dudas, creo que es importante la relación de una madre porque ellas ya pa
Tenía tres meses de embarazo y me iba bien en el restaurante, agarré el hilo y con experiencia de servicio al cliente trataba a todos con su debido respeto.No sabía de mi madre, de mi familia para ser exactos. solo me había centrado en mi salud y el bienestar de lo que se estaba formando en mi, compre libros para informarme de como ser una madre, como cuidarme, alimentarme y que debo y no hacer. Tenía una nueva responsabilidad y me sentía a gusto, mi jefe se portaba como un padre y siempre estaba al pendiente de como me sentía, mis antojos y de todo. Mis compañeros de trabajo, todos se portaban muy bien conmigo y cada vez que le pedía un favor no pasaba el tiempo cuando ya lo hacían, eran súper geniales. Anabelle era la hija del señor Eriksson, chef del local. Estudió en Italia y ahora es buscada por sus platillos aquí en el restaurant Bon Appétit.Me ha enseñado algunas recetas y me ha instruido, de quemar huevos pasé a saber hacer omelette.— Beck, podrías venir por favor —habló e
— He revisado el registro de esta empresa, sus logros, proyectos y todo y me sorprende que desperdicien material por no saber cómo llevar la batuta. —hablé al hombre que está desayunando en el restaurante.No quería perder tiempo y vino de visita para que hablemos del asunto.— Eso lo sabemos. Esperamos que si compras las acciones y formas parte de la directiva de la empresa así la sacaremos a flote.Asentí y vi la determinación en los ojos del tipo. Es rubio ojiazul con una piel bronceada. Guapo, pero no de mi estilo.— Entiendo. La pregunta es la siguiente: ¿Los otros inversionistas aceptarán que una aparecida cambie algunas cosas?.— Es eso o irnos todos a bancarrota y creo que hemos invertido no sólo tiempo sino dinero.—asentí. Una cosa hace a un businessman y es la determinación y el buen ojo en el negocio claro está.— Entiendo. Quiero formar parte del grupo pero no quiero que el grupo sepa que formo parte de ellos, es difícil aceptar a la hija de una de las competencias. Y no q
No confíes en nadie sólo en Dios; siempre he escuchado y en tu madre que quiere lo mejor para ti. Pero en mi mente vienen pensamiento que me decían que ellos no son mis padres. Y es que... ¡Dios!, un padre quiere lo mejor para su hijo no lo peor. Eso me carcomía mi cerebro pero el sabio Eriksson me explicó algo importante, según él en estos tiempos tan avanzados en ciencias, tecnologías, conocimiento y experiencia el amor de muchos se enfriaría, padres enfrentando y lastimando a sus hijos y viceversa y sumándole el hecho que el principio de la maldad es el amor al dinero.Quizás ellos temen que yo les arruine su reputación o que una revistas de farándula me entreviste y los ponga a ellos en una mala posición.Pensé: ya nada peor puede pasar.Pero pasó, Elizabeth Houston de una u otra forma se enteró que me acosté con él, no me digan cómo. Llegó al restaurante y pidió hablar en privado.Afuera hacía la salida de un callejón quedé con Elizabeth, el corazón me bombeaba muy rápido.— Ya s
Semanas atrás Cristopher Geizzelez-Tenemos dos grandes empresas detrás de nosotros, son las mejores en publicidad, te daré la tarea de que escojas según bien veas. -papá me veía con orgullo, era una mirada que me gustaba ganarme. mi familia confiaba en mi y yo quería el bien futuro para ellos.-bien papá, hablare con ellos, los invite a la cena de hoy –reviso mi reloj- es mas, voy tarde. Y sabes que la responsabilidad va por delante.-Ese es mi hijoSalí apresurado de la empresa, no tardé mucho en llegar al sitio, y fui al restaurant donde deberían estar esperando algunos accionistas y los posibles publicista.Entre al local y uno de los empleados me atendió, Bon Appétit es uno de los restaurantes con variedad de platillos y por supuestos mis preferidos.Me ubicaron en mi mesa y en ella había tres hombres conocidos en la empresa y imagino que las dos mujeres que nos acompañan son las publicistas, bueno mi vista paso de la una a la otra y allí se quedó, hablamos de proyectos y futuro
— Beck. Te buscan —dice una de las chicas.Salgo con titubeo y veo a un hombre de espalda con traje gris viendo a todos a su alrededor.— ¿Quién es? —pregunto juntando mis cejas— Un hombre.— No me digas... —dije con sarcasmo— Pero ¿cómo se llama el hombre?— No le pregunté... se veía guapo y pensé que quizás sea un noviecito —niego con gracia.— Olvídalo Graciela... no tengo novio.— No es Graciela... es Franchesca. —lo hacia apropósito, es divertido ver la cara de la gente cuando la llamas por otro nombre.Camino hacia el hombre castaño y éste voltea al tiempo que me acerco.— Hola.— ¿Qué haces aquí? —me crucé de brazos al instante.— Es un restaurante. Vine a comer ¿no? —no deja de ver mi barriga apretada por el pantalón y la camisa.— Entonces debería estar sentado en una de las mesas y no haberme llamado. —me cubro con mis manos la barriga— Cuando te conocí no eras odiosa. ¿Qué pasó contigo? ¿Dónde está la dulce Becky?¿Será: porque me tratas como a zorra o tu noviecita como a
Al restaurant había entrado un grupo grande, desde antes habían ordenado unir varias mesas para un almuerzo de negocios.El grupo era de publicistas que hablaban con un empresario de la industria de tecnología. Lo conocí de lejos ¿quién no? Sí es multimillonario.Fui una de las tantas meseras que ayudaría a servir, estaba los Houston y Graham allí, para vergüenza de mi familia.Hice mi trabajo y no levanté el rostro, no quería encontrarme con la mirada de uno de ellos.Estaba Safe Market Magazine y me reconoció, me sonrió y continuó con lo que hacía.Me fui a la cocina y me entretuve con Anabelle, pensaba en la decepción que deben pasar mis padres pero es muy exagerado de su parte fingir que no me conocen.Salí de nuevo a trabajar y esta vez apareció Cristopher. Se sentó y fue atendido yo miraba desde una mesa alejada, estaba sentada, mis pies dolían y eso que sólo tengo tres meses y medio.— ¿Puedo sentarme aquí? —lo vi y con flojera, respondí— No.— Gracias —se sentó y más que todo