Gael
Me detengo frente a mi escritorio, apoyo mis manos en el borde de este y lo aprieto con fuerza tratando de aliviar la rabia que inunda cada partícula de mi cuerpo. No estoy enojado.
¡Estoy furioso!
Mi respiración es irregular, mis manos no dejan de temblar, mi corazón martillea con fuerza en mi pecho, por la ansiedad de querer hacer daño a algo... o alguien.
Levanto la cabeza y sonrío.
—Estás en mi territorio, cretino —digo en voz alta.
Observo los trofeos que hay sobre mi escritorio, algunos son de los campeonatos que hemos ganado con el equipo, otros son de los torneos de karate que había ganado cuando era un niñato.
Mi padre siempre me dijo que no era bueno golpear a mis compañeros del preescolar para descargar mi ira, por eso se había empeñado en hacerme entrar a esos estúpidos torneos de karate; aún recordaba el último al que hab
Pienso que aún estoy en una pesadilla de la cual me está costando mucho trabajo despertar. Mi respiración vuelve a ser irregular, pero ahora por razones completamente diferentes a cuando mi novio me besa con pasión. Mi pecho se siente pesado, y poco a poco el aire en el lugar ya no me es suficiente para respirar.La mirada de Aaron aún sigue clavada en la mía, no deja de asentir hacia el profesor, aunque sé que no le presta la más mínima atención a lo que éste le está hablando; pues ahí estaba... esa maldita y arrogante sonrisa dibujándose en sus labios lastimados, mostrándome que aún él poseía ese poder sobre mí que tanto me intimidaba. Por impulso bajo mis manos a mis costados y clavo mis uñas a mis muslos descubiertos. Solo quería despertar... pero ese jodido ardor que sentía en mis piernas gracias al daño que estaba ocasionando con mis uñas, me recordaron que no estaba soñando.Mis piernas y mis manos comenzaron a cosquillear, comencé a
Los cálidos rayos de sol del atardecer se estrellaban contra mi rostro, ocasionando con ello que cerrara los ojos ante la molestia que estos le provocaban a mi visión. Gael se echó a reír, llevando una mano hasta mi cabello para acariciarlo.Sonreí, soltando lentamente la respiración. Mantenía mi cabeza en sus piernas, y mis dedos entrelazados sobre mi abdomen, el agua se oía correr suavemente entre los postes que sostenían el viejo muelle en el que estábamos sentados. Ahora entendía por qué a Gael le gustaba tanto este lugar, pues la tranquilidad que transmitía no se comparaba con nada.—Podría quedarme aquí para siempre —dije en voz baja, abriendo los ojos.Fruncí el ceño al ver su expresión; mantenía su mandíbula apretada y su mirada hacia un punto fijo en el lago.—¿Gael? —repetí, levantando una mano para acariciar su mejilla.Un suspiro se escapa de sus labios, lleva su otra mano hasta la
Estiré mi mano, palpando el lugar a mi lado, pero no encontré nada; recordaba que Gael se había dormido a mi lado, lo que se me hacía extraño que ya no estuviera. Los rayos del sol comenzaban a colarse entre mis cortinas abiertas, y una fría corriente de aire me hizo esconderme aún más entre las cobijas.Debía de ir a la escuela, pero mi cuerpo se oponía a que lo sacara de la cama. Sabía que la gran flojera que sentía era debido a Aaron... simplemente no quería ir y encontrarme con él. Más bien deseaba poder esconderme en la comodidad de mi pequeña cama para toda la vida.Abro los ojos lentamente, mientras los froto con las palmas de mis manos, para alejar toda pesadumbre de la noche anterior. Me siento encorvada en la cama, observando a la alta figura que estaba de pie frente a mi ventana, vistiendo únicamente sus pantalones, los cuales los llevaba desabrochados. En su mano derecha mantenía su móvil, con el cual parecía estar muy distraído,
—¡Entiende! ¡Me muero de los celos! —volvió a gritar Gael, golpeando con fuerza el volante con ambas manos. Me estremecí, agarrándome fuerte del cinturón de seguridad.Su rostro estaba rojo de la cólera, sus nudillos estaban blancos por la presión que ejercían en el volante, su labio inferior temblaba sin cesar, mientras trataba de contener su rabia. Y yo... yo solo estaba imaginando que estaba en una película de Rápidos y Furiosos. No había dejado de gritar desde que habíamos salido de la escuela, él simplemente quería regresar y continuar golpeando a Aaron.—Gael, bebé. Trata de calmarte.—¿Qué me calme? ¿Crees que es agradable que un bastardo me diga frente a todos lo bien que se la pasaba con mi novia?1, 2, 3... 1, 2, 3. 1, 2, 3, 4, 5, 6... No voy a gritar...Simplemente debo de enfocarme en la tranquilidad...
Dee estaba sentada frente a mi cómoda, con un lápiz labial color rosa en su mano. Sky trataba de decidir si llevar tenis o tacones al baile. Yo solo estaba mirando fijamente a Dee, con el ceño fruncido y los brazos cruzados a la altura de mi pecho.La chica no dejaba de mover los labios frente al espejo, tarareando la empalagosa canción del Titanic. Yo me iba a encargar de hundirla en lo más profundo del océano si no terminaba por contarme sobre su raro espécimen de novio.Al percatarse de mi nada agradable atención en ella, deja de maquillar sus labios y se gira hacia mí.-¿Sucede algo? -pregunta, levantando las cejas.-No lo sé, dímelo tú. ¿Por casualidad hay algo de lo que quieras hablar?Su mirada repara en mi vestido, y luego en mi cabello, al final termina por mirarme directamente al rostro.-¿Me gusta tu vestido, pero no tu peinado?Pongo los ojos
Debía de admitir que el comité de fiestas de la escuela había hecho un gran trabajo con la actividad; inclusive sacaron al rey y la reina de San Valentín.Y al escuchar quienes eran los favorecidos de tan hermosas coronas, lágrimas amenazaban con salir de mis ojos ante el ataque de risa que me había dado.Gael empujaba a Sky mientras esta se resistía y maldecía al mismo tiempo. Y Audrey se reía a carcajadas señalando a Caleb, quien simplemente lo fulminaba con la mirada. Aún no entendía como habían ganado, si para ello alguien debió de haberlos nominado... mi mirada vagó un poco más allá de Sky, solo una persona estaba tratando de no reírse mientras fingía no estar interesado en los chicos que no querían pasar a la tarima donde los llamaban una y otra vez.Thomas... él debió de haber sido el causante de tan perfecta broma.—¿Cómo es que ahora soy la reina? —se quejó Sky—. ¡Ni siquiera me anoté en esa mierda! ¡
GAELNo bajes la mirada....Podía sentir como una vena resaltaba en mi garganta gracias a la presión que estaba ejerciendo para no moverme de mi sitio.Me encontraba estático. Era la primera vez que no sabía qué hacer. Mantenía la mirada fija en la de ella, aguantando la tentación de no ver hacia abajo.Frankie estaba de pie frente a mí, solo con su ropa interior puesta y yo me preguntaba como carajos estaba aguantando tanto para no habérsela arrancado y poseerla ahora mismo. Un pequeño rubor se adueñó de sus mejillas al notar mi estado de embobamiento.No bajes la mirada —me repetí.¡Con un demonio! ¿Quién iba a soportar tanto no ver ese escultural cuerpo que ahora tenía en frente?Me encontraba observándola; mi mirada se desplazó lentamente po
Abrí los ojos por las interminables ganas que sentía de hacer pipí. Mi vejiga parecía que estallaría en cualquier momento. Salí del abrazo de Gael, quien dormía placenteramente a mi lado. Caminé de puntitas para salir de la habitación sin hacer ruido. No se me apetecía despertarlo.Salí al pasillo y miré a ambos lados, una última puerta color blanco parecía ser el baño. Fui ahí y me encerré enseguida. A penas había llegado a tiempo. Cerré los ojos, sintiendo el delicioso placer que se siente al desocupar la vejiga cuando esta parecía estallar... creo que eso fue mucha información... Acomodé mi ropa interior y jalé de la cadena. Me detuve frente al espejo, mojé mi rostro con agua fría para espantar el sueño y luego miré mi reflejo. Levanté mi cabello y moví mi cuello, revisando cada parte de este por manchas visibles. Sonreí cuando miré una mancha morada bajo mi oído izquierdo.A pesar de no haber hecho el amor con Gael, habíamos compartido m