MateoVeo atentamente la escena que estoy viendo; sé que están hablando.Me gustaría saber qué le está diciendo, pero en un instante veo que él la está besando. Él le pone el anillo en su mano.—Mierda, ella aceptó casarse con ese hijo de perra —me digo a mí mismo.Sigo tomando fotos de todo lo que estoy viendo—.Necesito hacer algo, ella es mía. Ya sé qué voy a hacer.Me voy del lugar y detesto estar viendo cómo ese hombre la toca.Ya no necesito ver más ni saber más que lo que pasa entre ese hombre y ella.Llego hasta la moto del agua, me marcho de ese lugar y llego al lugar donde tomé la moto y el señor está sentado en una silla dormido.Le aviento las llaves a la cara y el hombre despierto muy se confundió.Me voy antes de que el hombre me diga algo.Llego hasta el hotel; tomo todas mis cosas y salgo hacia la pista de aterrizaje donde está el jet.Subo en él y el jet despega. En unas horas estoy de regreso en España.Me subo al auto y llego a mi casa. Entro en mi habitación y veo to
Anabela Comienzo a despierta, empiezo abrir mis ojos. Siento un brazo en mi estómago que toca mi vientre. Escucho la respiración relajada de Vladímir; me muevo lentamente para verlo a la cara. Logro moverme sin despertarlo; veo su hermoso rostro; es tan hermoso. Mi mirada baja a su pecho; tiene algo de vello en él. Pongo mi mano en su pecho; lo acaricio despacio y suavemente. Comienzo a bajar mi mano lentamente; llego a su abdomen. Siento su abdomen bien marcado, se siente tan bien.Sigo bajando mi mano. Comienzo a sentir el vello de su parte. Agarro su parte con mi mano; empiezo a acariciarla. En mi mente llegan los recuerdos de las dos veces que he estado con él. Comienzo a sentir en mi mano como su amiguito empieza a despertar. —Te gusta lo que estás tocando —es la voz de Vladímir. Retiro mi mano de inmediato de su parte y veo que abre los ojos. Siento como mi cara se empieza a poner caliente. —¿Desde qué momento estás despierto? —Desde que te empezaste a mover —me di
Vladímir Estamos los tres en el jet a punto de despegar; estoy tomando la mano de mi Any. El jet se comienza a mover, despega y siento como Any aprieta mi mano. Y me ve a los ojos; se ve algo asustada. —¿Pasa algo, mi amor? —le preguntó. —No solo me llegan malos recuerdos —me comenta. —Olvida todo eso, ahora estás conmigo y yo te voy a proteger, incluso si tengo que dar mi vida por ustedes dos —le digo y pongo mi mano en su vientre. Ella solo asiente con la cabeza y la pone en mi hombro. Veo que comienza a quedarse dormida. Dejo que descanse, sé que ahora que está embarazada duerme mucho; pongo mi mano en su vientre. "Debes de portarte bien; consumes toda la energía de tu mamá. Espero que te parezcas mucho a tu mamá, tan linda, buena y fuerte", digo en mi mente. Después de unas horas de viaje llegamos a España. Mi Any ha despertado y vuelto a dormir durante todo el trayecto. —Amor, ya llegamos —le digo. Ella comienza a despertar. —Me cargas —me dice y me estira los brazos
Mateo Se ha terminado el tiempo que mi amigo me pidió para saber quién es ese hombre. Voy directo a su casa, entro sin tocar y lo veo en su computadora. —Espero que me tengas la información que te pedí —le digo. —Sí, pero te vas a meter problemas muy grandes si piensas hacerle algo a ese hombre —me advierte. —¿Qué mierdas estás diciendo? —le preguntó confundido. —Todo lo que pude investigar de ese hombre es que él está al mando de la mafia rusa y que su padre era Grigori Antonov —me cuenta. —¿Estás seguro de que ese hombre está al mando de la principal y más poderosa mafia rusa? —le vuelvo a preguntar. —Si su nombre es Vladímir Antonov. Así que si piensas hacerle algo, piénsalo dos veces; si algo le pasa a ese hombre, toda la mafia rusa vendrá contra ti —me advierte nuevamente. —Ya cállate, hijo de perra; eso no es de tu incumbencia lo que yo piense hacer —le digo enojado. Tomó de mi saco tres pacas de billetes y se los arrojó en la cara. Veo que los toma y empieza a contarl
Anabela Despierto, veo por la ventana que sigue lloviendo con un poco de nieve… Este clima es muy diferente al de España. Siento el brazo de Vladímir en mi cintura. Me comienzo a mover para verlo a la cara y se empieza a despertar. Poco a poco veo que abre sus hermosos ojos verdes. —Estás despierta, amor —me dice. —Si ya es de día, se ve por la ventana —le digo. —En Rusia hay una temporada que las noches son blancas, o sea que no se pone el sol del todo, aunque ya sea muy tarde —me cuenta. —¿En serio, eso pasa aquí? —le preguntó sorprendida. —Sí, todavía es temprano; duerme a menos que nos entretengamos en otra cosa —dijo en tono juguetón. Veo que me comienza a pegar más a su cuerpo, me da un beso en los labios y siento como su mano comienza a bajar por mi trasero. Me pega a su amiguito que está despierto, deja de besar mis labios y baja a mi cuello. —Vladímir, aquí en la casa de tu mamá, no, si nos escucha —le recuerdo. —No tiene nada de malo —me dice y me con
Las tres mesas son hermosas; no sé cuál escoger; las tres me gustan mucho. —Bien, ¿cuál te gusta más? —Me gusta más la tercera, pero me gustaría que en vez de la pecera con una sola flor pusiera un lindo ramo grande con rosas blancas y rositas —le digo. —Está bien entonces que así sea. Mañana veremos lo del vestido —menciona; lo anota en su libreta y se va. Me voy también y me encuentro con mi hermano en el corredor. —¿Estás bien, hermana? —me interroga. —Si solo son los nervios y algo de tristeza porque no estarán nuestros padres —le digo. —Lo sé, pero estaré contigo en todo momento —me consuela. —Gracias, hermano; ¿sabes dónde está Vladímir? —Creo que está ocupado por todo lo de la boda; su madre no lo deja tranquilo —me dice mi hermano. —Bueno, entonces iré a descansar, mañana tengo que probarme vestidos y pues te tienes que llevar mañana a Vladímir, sabes que no puede verme con el vestido —le digo a mi hermano. —Sí, mañana lo llevaré a su despedida de soltero
VladímirMi madre ha sido un tanto estricta; no me deja pasar mucho tiempo con mi Any; siempre me dice que es malo.Pero aquí estoy en el altar esperando a mi Any. Escucho como la música cambia; sé que eso significa que la novia se acerca.Me doy la vuelta y la veo a lo lejos acercándose a mí; trae un lindo vestido y veo cómo el velo cubre su rostro.Pongo una enorme sonrisa en mi rostro. Veo que se acerca a mí; mis hermanas hacen un camino de pétalos.Cuando está cerca de mí extiendo mi mano y ella pone su mano en la mía.—Te entregó el tesoro más importante; cuídala con tu vida si es necesario —me dice Francisco.—Claro que la cuidaré. Ahora ella es mi tesoro; ella es mi alma, mi vida —le digo.Él solo asiente con la cabeza y se va. Any se acerca más a mí y quedamos parados frente a frente.Con mi mano tomó el velo y se lo quitó de su rostro. Veo sus hermosos ojos azules.Los dos miramos al juez y él comienza.—Queridos amigos presentes, nos hemos reunido hoy en este día para unir a
Era un día muy especial para Anabela, una chica pequeña de piel blanca, cabello castaño oscuro, ojos grandes de color azul, labios carnosos, hermoso rostro. Para una joven que acaba de cumplir los 18 años se ha desarrollado perfectamente bien. Estaba tan entusiasmada porque después de meses rogándole a su padre para que la llevara a la gran fiesta de máscaras, por fin había aceptado llevarla. Ese día tan esperado era hoy, ella estaba sentada frente al gran espejo maquillándose, se ponía en sus labios un labial color red vuelve, se dio los últimos retoques. Se puso un vestido color rouge acentuado en la parte de arriba de sus pechos, con un hermoso escote que dejaba al descubierto su espalda y sus pechos, el vestido era largo porque le llegaba hasta los pies y tenía un hermoso corte en la pierna. Ella se miró en el espejo, se puso unas hermosas zapatillas con tacón y tomó su máscara de encaje al mismo color que el vestido. Salió de su habitación bajo las escaleras de la enorme