Las tres mesas son hermosas; no sé cuál escoger; las tres me gustan mucho. —Bien, ¿cuál te gusta más? —Me gusta más la tercera, pero me gustaría que en vez de la pecera con una sola flor pusiera un lindo ramo grande con rosas blancas y rositas —le digo. —Está bien entonces que así sea. Mañana veremos lo del vestido —menciona; lo anota en su libreta y se va. Me voy también y me encuentro con mi hermano en el corredor. —¿Estás bien, hermana? —me interroga. —Si solo son los nervios y algo de tristeza porque no estarán nuestros padres —le digo. —Lo sé, pero estaré contigo en todo momento —me consuela. —Gracias, hermano; ¿sabes dónde está Vladímir? —Creo que está ocupado por todo lo de la boda; su madre no lo deja tranquilo —me dice mi hermano. —Bueno, entonces iré a descansar, mañana tengo que probarme vestidos y pues te tienes que llevar mañana a Vladímir, sabes que no puede verme con el vestido —le digo a mi hermano. —Sí, mañana lo llevaré a su despedida de soltero
VladímirMi madre ha sido un tanto estricta; no me deja pasar mucho tiempo con mi Any; siempre me dice que es malo.Pero aquí estoy en el altar esperando a mi Any. Escucho como la música cambia; sé que eso significa que la novia se acerca.Me doy la vuelta y la veo a lo lejos acercándose a mí; trae un lindo vestido y veo cómo el velo cubre su rostro.Pongo una enorme sonrisa en mi rostro. Veo que se acerca a mí; mis hermanas hacen un camino de pétalos.Cuando está cerca de mí extiendo mi mano y ella pone su mano en la mía.—Te entregó el tesoro más importante; cuídala con tu vida si es necesario —me dice Francisco.—Claro que la cuidaré. Ahora ella es mi tesoro; ella es mi alma, mi vida —le digo.Él solo asiente con la cabeza y se va. Any se acerca más a mí y quedamos parados frente a frente.Con mi mano tomó el velo y se lo quitó de su rostro. Veo sus hermosos ojos azules.Los dos miramos al juez y él comienza.—Queridos amigos presentes, nos hemos reunido hoy en este día para unir a
Mateo Lo he calculado bien en estas dos semanas. He planeado bien cómo decirle. Espero que todavía Anabela no se case con ese hombre. Quiero arruinarles la boda. Llego a la casa de Dante con un sobre con toda la información de lo que ha pasado este último tiempo. Espero que no sospeche de mí. Entro a su despacho y lo veo como siempre sentado tomando. —Hola, desaparecido hasta que te dejas ver —me dice en forma de regaño. —Hola, he estado un poco ocupado —le respondo. —Espero que lo que te tuviera ocupado no me cause problemas —mencionó. —Pues por lo que estuve ocupado va a hacer completamente un problema o felicidad; no sé cómo lo quieras tomar —le mencionó. —¿Qué carajos estás diciendo? —me preguntó. —Ten, míralo con tus propios ojos —le respondió y entregó el sobre. Él lo abre y saca las fotos. Las comienza a ver; veo como sus ojos se abren como platos. —Esto no puede ser verdad —expresó. —Pues es verdad; ahí está tu Anabela —le confirmo. —Pero no es ella, ¿cómo estoy
MarthaDespués de salir de la casa de mi hijo con más desesperación he buscado a Anabela.Mande al investigador a vigilar la casa que Mateo vigilaba.Y si lo investigaron, me ha informado que en la casa las últimas dos semanas ha habido muchos movimientos…Me ha informado que la chica que le manda vigilar no ha salido de la casa.Pero también he estado al pendiente de todo lo qué pasa en la casa de Dante.Escucho cada conversación que tiene; a veces habla solo de su desesperación por encontrar Anabela.Hoy es un día igual que los demás; escucho a mi hijo y sus lamentos. Pero de repente escucho la voz de Mateo. Escucho que hablan.—Mierda, Mateo ya le dijo todo a Dante, sabía que esa rata no tenía las agallas para provocar una guerra y aprovechó la locura y desesperación de mi hijo —me digo a mí misma.Escucho que Dante le pide la ubicación de donde está Anabela y Mateo le dice que se la obtendrá.Mi teléfono comienza a sonar. Es una llamada del investigador.—Diga, —escucho la voz del
Dante Tengo en mis manos la ubicación de donde se encuentra mi niña. Y tengo un plan; no quiero empezar una guerra sin antes estar seguro de que mi niña sigue viva. Tengo todo mi armamento listo y preparado por si lo llego a necesitar. Tenemos dos días que llegamos aquí en Andorra. He mantenido bien vigilada la casa, pero lo extraño es que no hemos mirado ningún movimiento. Mateo es el que me ha motivado más a hacer esto. Pero necesito ver a Anabela, verla con mis propios ojos y saber si está embarazada. Esta desesperación me vuelve cada vez más loco. No sé cómo se convirtió en mi obsesión. —Dante, es el momento, debemos entrar a esa casa —me avisan. No sé, pero siento algo raro en Mateo. Mi instinto de desconfianza se pone alerta; sé que le gusta a mi niña. Pero quien fue el que me dijo la verdad de todo es mi mano derecha. —¿Estás seguro de que si atacamos no nos caerá una lluvia de plomo? —le preguntó. —Estoy seguro, además iremos por uno de los conductos secretos de la c
Francisco Después de recibir la llamada de Vladímir, deje a su familia sana y salva en Rusia. Han pasado dos días desde que dejé la familia de Vladímir en Rusia, pero antes de salir del que era nuestro hogar puse una mini cámara sensible al movimiento, para saber si Dante va por Anabela. Estoy en el jet con rumbo a París a encontrarme con mi familia y recibo una alerta en mi teléfono; la cámara detecta movimiento. Enciendo la cámara y solo veo algunos hombres tapados y sí, ahí está el hijo de puta de Dante, pero está otro hombre con él. Su rostro se me hace muy familiar. No sé dónde lo he mirado antes. Debo de investigar quién es ese hombre… Llego a París y de inmediato subo al auto y me voy con rumbo al hotel donde se están quedando. Entro por la puerta; voy pasando la recepción y mis ojos captan algo que les llama la atención. Me detengo en seco y observo bien. Es una joven muy hermosa, de cabello casi rubio, ojos hermosos, piel blanca y una boca no tan grande ni tan pequeñ
Aarón Es increíble, hoy nos vamos y no he tenido la oportunidad de ver a Anabela. Siempre que voy a su cuarto, sus guardias me impiden entrar o es ese hombre Vladímir. Necesito encontrar la forma de verla antes de irnos. No me puedo ir sin verla. Estoy sentado en la recepción esperando a que ella salga o vea a esos hombres salir. No sé cuánto tiempo llevo aquí, pero la espera valió la pena. Veo que Anabela viene caminando y se va hacia el restaurante. Me voy detrás de ella, veo que toma asiento y me acerco a ella con cuidado. —Hola Anabela —le saludó. Ella rápidamente voltea asustada. —Hola, Aarón, me asustaste; pensé que era otra persona —me dice. —¿Quién pensaste que era? Dante —Le preguntó. —Si es que tu voz tiene uno parecido a la de él —me cuenta, aunque no sé si ver eso como un insulto. —¿Puedo sentarme? —No lo sé. Pero está bien —duda, pero al final acepta. Me siento en la silla enfrente de ella. —Me da muchísimo gusto verte —le digo. —Bueno, no sé si puedo decir l
AnabelaEstamos en la pista de aterrizaje; el jet está listo para despegar. Estamos esperando a mi hermano.—¿A dónde iremos? —le preguntó a Vladímir.—Te llevaré al único lugar donde Dante necesitaría todo un ejército para entrar —me dice.—¿Me llevarás a un castillo?—No se parece mucho a un castillo, pero si quieres te construyo uno —menciona.—No, yo quiero una casa sencilla; lo importante es estar juntos —declaró con felicidad.—Está bien; tendrás tu casa sencilla. ¿Dime que piensas si nuestro bebé nace en Rusia? —me cuestiona.—No me importa donde nazca; mientras estés conmigo en ese momento, lo demás no importa —mencionó.Se me acerca y me da un beso en los labios. Me mira a los ojos y me da otro en la frente. Pone su mano en mi vientre.Escuchamos que un auto se acerca; Vladímir saca su arma y los dos vemos por la ventana. Vemos que mi hermano se baja del auto.Los dos bajamos y nos acercamos a él.—Ya podemos irnos —dice mi hermano.—Bien, entonces subamos —habla Vladímir.Lo