P.O.V Anabela Ya han pasado dos meses; mi estómago se comienza a ver. Bueno, no es tanto, pero cada vez que me baño siempre veo mi pequeño bulto. En un mes más sabré que es si es niño o niña; la verdad no sé si quiero saber que es. En cada una de mis citas Vladímir ha estado conmigo. Siempre se refiere a mi bebé como su bebé. Hasta me ha dicho nombres de bebés. Es un hombre muy sorprendente. Mi hermano me ha contado cosas de él. Me ha dicho que siempre fue un hombre muy frío, distante y solitario. Que hasta pensaba que era homosexual, porque dice que nunca lo ha visto con una mujer. Pero yo no he tenido la oportunidad de preguntarle ese tipo de cosas; siento que si le pregunto ese tipo de cosas es que no sé meterme en su vida privada, no sé si siento algo por él y tengo miedo a que me vuelvan a lastimar. En estos dos meses él ha afectado algo en mí; siento felicidad cada vez que lo veo. —Hey, hermanita —escucho la voz de mi hermano. —Sí, qué pasa —le digo. —Te estoy hablan
Anabela Veo que se sigue acercando, cierro mis ojos, siento sus labios en los míos. Mis labios se mueven respondiéndole a su beso. Me besa muy tiernamente; siento como sus manos hacen que me pegue más a él. Pongo mis manos en su cuello y nos seguimos besando. Me comienza a recostar en el sillón sin dejar de besarnos. No sé si sean las hormonas del embarazo, pero comienzo a sentir como mi cuerpo se comienza a calentar. Siento las manos de Vladímir acariciando una de mis piernas. Deja de besarme los labios y va besando mis mejillas hasta llegar a mi cuello. Siento cómo me besa; eso me gusta mucho; después regresa a mis labios y me vuelve a besar. Escucho como su respiración se torna agitada igual que la mía. Me separo de él y veo como me mira algo confundido. Se quita de encima de mí y se sienta a un lado; noto que está algo incómodo. —Perdón, me dejé llevar —se disculpa. —Está bien, solo que me quedaba sin aire —le digo. Me levanto y pongo mi mano en su hombro y me acerco a
MateoDesde que me enteré de que Anabela está embarazada, la he estado buscando.Me llegaron rumores que estaba con su hermano en Andorra.Viajó hasta el lugar y siempre me mantenía en las sombras a las afueras de su casa.Pero no la miraba por ningún lado. Sigo dudando si es que está aquí.Pero tengo que regresar; si no, Dante es capaz de mandar alguien a seguirme y darse cuenta.Estoy de nuevo en esta casa; sigo viendo cómo la pareja se pelea; en ocasiones hasta se avientan cosas.Entro en la casa con cuidado de no ser golpeado por algún objeto que ellos se estén aventando.Pero no, hoy está muy tranquilo; todo parece tan raro; ¿qué pasa aquí?Voy hacia el despacho de Dante y ahí está sentado en su silla, tomando como siempre.—Hey, y ese milagro que no escucho gritos —le digo.—No me lo recuerdes —dice de mala gana.—¿Qué pasa? —le preguntó.—Solo porque eres mi amigo, te lo contaré. Ava fue a una revisión con su doctor; fui con ella y él dijo que ella no puede tener hijos —me cuen
Vladímir Estos días que he estado aquí en Rusia he tenido tiempo para preparar mi sorpresa para Any. Francisco me dijo que la llevaría a esa playa mexicana; yo iré; no pienso dejar a Any sola. Estoy alistando mi maleta para irme y veo que mi madre se me acerca. —Tienes que irte, hijo, tan pronto —me dice mi madre; noto tristeza en su voz. —Sí, madre, no puedo dejar a Any y a mi hijo solos. Veo que mi madre saca una pequeña cajita de su espalda. —Ten cuando la veas, entregadle esto de nuestra parte —menciona. Tomo el regalo y lo pongo en mi maleta. Me doy la vuelta y le doy un abrazo a mi madre. —Gracias, madre, por aceptarla —le agradezco. —Si tú eres feliz, yo también lo soy, hijo. Pero ya sabes, aquí puedes ser bueno con nosotras; sin embargo, sabes que en el mundo en el que estás debes de ser frío y sanguinario para que no conozcan tu debilidad —me recuerda mi madre. —Gracias por recordármelo, madre. Me tengo que ir —me despido de ella. Me separo de ella, to
Siento como chupa mi pecho con mucho cuidado y ternura. —Mmmm —sale ese sonido de mi boca. Suelta ese pecho, se va hacia el otro; hace lo mismo y siento como la temperatura de mi cuerpo sube cada vez más. Sus besos siguen bajando por mi estómago; veo que llega a una de las cicatrices que me hicieron aquellos hombres y le da un beso, llega hasta mi vientre y deposita varios besos. —Hola, mi nena —escucho que dice. Sus besos siguen bajando; siento que llega a mi parte privada. Le da unos tiernos besos, le da un beso a un lado de mi muslo; veo que se detiene, observa la otra marca y le da otro beso. Se detiene y me mira. Se sube de nuevo arriba de mí; siento que pone su amiguito en mi entrada. —¿Estás realmente segura de querer hacer esto?, todavía es tiempo para arre… —Me dice, pero le doy un beso. —Si estoy segura —le digo. —Seré tierno, no quiero lastimarte y menos a mi nena. Él me mira a los ojos y yo lo veo a él. Comienzo a sentir como su miembro entrar. Abro
MarthaDesde que salí de la casa de mi hijo he estado buscando Anabela.Debo de encontrarla; ella lleva a un Ferrara en su vientre; ella es parte de esta familia, aunque mi hijo sea un idiota y no quiera admitirlo.Pero debo mantenerla alejada del hijo de puta de Dante.Mande investigar qué fue lo que pasó a Anabela, después de salir de la casa de mi hijo.Hoy debo encontrarme con uno de mis ojos y oídos dentro del club de Abdel.Llego a unos metros cerca del club; estoy en un callejón oscuro.Estoy totalmente cubierta; no quiero que nadie me reconozca.Escucho pequeños pasos acercándose a mis espaldas.—Espero que tengas toda la información —digo.—Claro, cuando le he quedado mal —aceptó.Me giro para verla, está cubierta y lleva unos lentes puestos.—Entonces dime todo lo que sea —le exijo.—Ella sí estuvo en el club; yo le ayudé a que se acoplara al lugar —me cuenta.—¿Cómo fue tratada? —le preguntó.—Fue tratada muy mal, hasta la violaron —me dice.—Y respecto al otro asunto que s
Vladímir La veo dormir muy tranquilamente; se ve tan tierna. Pongo mi mano en su estómago abultado. "Siempre he anhelado con ser papá". Amo demasiado a Any; no pensé que esto podría pasar y más en el mundo en el que estamos. Veo como los rayos del sol entran por la ventana. Ya es momento, me muevo muy suavemente, me libero de ella. Salgo de la cama; estoy totalmente desnudo. Tomo mi short, me lo pongo y salgo de la habitación. Me dirijo a mi habitación, me visto y salgo de ahí. En la sala están todas las flores que le quiero poner en su habitación. Una por una y con ayuda de Francisco las metemos a su cuarto. Ella sigue durmiendo, duerme mucho y eso es por el bebé. Salemos los dos del cuarto y vamos hacia la entrada. —¿En serio estás enamorado de mi hermana? —me interroga Francisco. —Claro que lo estoy. Pero debo de preguntarte algo —le confirmo. —Dime —dice. —Quiero pedirte la mano de tu hermana en matrimonio —le cuento. —Hablas en serio —expreso con asombro. —Sí, ¿p
Siento mi cara caliente; sé a qué se refiere mi hermano; creo que nos escucharon por lo de anoche. —Bueno, vamos, necesitas descansar y mi hijo también —me dice. Los dos empezamos a caminar, llegamos a mi habitación y entramos los dos. Escucho como se cierra la puerta, llego hasta el espejo y me siento frente a él. Tomo uno de los algodones, hecho un poco de líquido para desmaquillarme y comienzo a limpiarme la cara. Me lo quito por completo; tiro el algodón a la basura. Observa a Vladímir por el espejo que me mira atentamente. Veo que se quita la camisa y miro por el espejo su trabajado abdomen. Se comienza a acercar a mí. Lo siento en mi espalda. Si la mano comienza a subir por mi hombro, llega a mi cuello y aparta mi cabello a un lado. Toma de mi cuello los cordones de mi vestido y los desata. La parte de arriba del vestido cae dejando al descubierto mis pechos. Con su mano baja hasta uno de mis pechos y lo comienza a acariciar. Cierro mis ojos, siento sus labios en mi