Valeria se estiró sobre las sábanas de algodón egipcio de la cama de Franco. la tarde caía y el sol entraba, con un resplandor anaranjado, a través de la ventana del piso treinta del lujoso edificio en el que vivía el hombre con el que acababa de hacer el amor. Franco regresaba de la cocina, con una gran bandeja en la que había servido la pizza que acababa de ordenar, junto con una botella de vino y dos copas. —Dormiste un poquito, mi osita preguntó Franco a Valeria luego de haber dejado la bandeja sobre la cama y mientras servía Las Dos copas con el vino que había traído. —Dormí delicioso —respondió Valeria luego de recibir la copa que le ofreció Franco, que aprovechó la cercanía para besar los labios de su amada. —Me imagino que tú y los ositos deben estar hambrientos — ijo Franco al acercar el plato con pizza de anchoas y pepperoni a Valeria. —¿Los ositos? —preguntó Valeria luego de recibir la pizza y mientras se tocaba la pancita— ¿y qué tal si son unas ositas, o una com
Valeria y Franco llegaron juntos a trabajar, tomados de la mano y decididos a que nadie se interpondría en el camino y la construcción hacia su felicidad. sentían en ese momento que el mundo estaba a sus pies y que nada ni nadie podía dañarlos siempre que se amasen y enfrentaran juntos cualquier adversidad. al bajarse del ascensor en el piso 70, mostraron a todos los empleados de La Firma de la suya era una relación fuerte, que ninguna habladuría sería capaz de amedrentarlos, mucho menos de separarlos, y ahora que Magda ya no estaba,Y el señor carrizosa había quedado sin palabras en la reunión que él mismo había convocado con la pareja en su despacho, solo les quedaba pendiente una pequeña mosquita, que se escondió Tan pronto vio a la imponente y feliz pareja atravesar el pasillo de los cubículos de los asistentes judiciales.Franco estaba convencido de que, a partir de ese día Valeria, era de nuevo su asistente y Ya incluso habían planeado ir juntos a la notaría En la que el Señor
La diligencia de reconocimiento de los trillizos de Carmina fue mucho más rápida pero que Franco Valeria hubieran pensado y cuando vieron a Mauricio Corrales firmar el acta de nacimiento de los tres pequeños, respiraron tranquilos, porque se habían evitado el dolor de cabeza que hubiera significado que el padre de los trillizos se hubiera dado cuenta de los errores que contenía el acta que había firmado hacía dos días y aprovechando que se encontraban en la notaría, Franco sugirió una formalización del compromiso al que Mauricio Corrales se había suscrito, también hacía dos días y mientras compartía un whisky con Franco.— solo es una declaración Mauricio — explicó Franco—, en la que reiteras lo que ya habías dicho, sobre el dinero y le vas a pasar a tus hijos.Aunque notó cierta renuencia en Mauricio, Franco se adelantó a cualquier objeción Y le recordó al padre los trillizos lo que podrían ser las consecuencias de una madre que peleaba por los derechos de sus pequeños. —La mala
Valeria y Franco habían decidido no compartir con nadie la noticia que les había dado el señor carrizosa Hasta que el nombramiento no fuera oficial, lo que debía suceder en las últimas horas de la tarde. Franco se dirigió a su despacho para adelantar el trabajo de los casos pendientes con su nueva asistente jurídica, que ya lo estaba esperando sentada frente al escritorio, con las carpetas de los casos apoyadas en sus bronceadas y perfectas rodillas, como algún día no hacía mucho tiempo había hecho también Valeria, y decidido, Después de algunas bromas que le hubiera hecho su novia, hacer un poco menos condescendiente con la asistente novata, Franco se puso la máscara de jefe tirano que había usado hacía un mes.— has tenido tiempo ya de estudiar todos los casos preguntó Franco resistiéndose al encanto de la sonrisa de Estefanía, Que resplandecía con más fuerza a contraluz de las ventanas que rodeaban la oficina.— sí señor Ya lo hice, de todos y cada uno de los casos — respondi
A las 4:30 de la tarde estaban todos los empleados de la firma carrizosa y Asociados reunidos en la sala de juntas, atendiendo a la solicitud que hubiera hecho el presidente. Todavía siento objeto de las miradas y cuchicheos, Valeria y Franco estaban sentados muy cerca de la cabecera de la mesa central, tomados de la mano, soportando con estoicismo los comentarios y opiniones que se suscitaban a su alrededor y que pese al disimulo intentado, resultaba evidente que no hacían otra cosa sino condenar lo que se asumía era una relación de conveniencia.«Cómo estará tomando Franco es esto?», se preguntó Valeria al saber que un grupo de asistentes, al fondo de la sala, hablaban sobre la paternidad putativa de Franco. « para ningún hombre debe ser sencillo algo así, tener que criar a los hijos de otro, que ni siquiera tuvo la cara o la entereza para encargarse de sus hijos». A medida que los cuchicheos se referían a esta circunstancia, las palabras de Mauricio Corrales herían más a Valeri
Después de prometerle a Sofía que celebrarían su meteórico ese fin de semana, y pasar algo más de media hora hablando con Jaime al teléfono Para actualizarlo de todos los sucesos de las últimas casi 48 horas, Valeria acostarse a dormir, Pero antes de que los dulces sueños cerrara sus ojos, sabía que todavía le quedaban dos grandes asuntos pendientes por resolver, entre otros quizá más pequeños: Contarle a sus padres sobre el embarazo e indagar algo más sobre el pasado de Franco,Pero por el momento, le bastaba con saber que al día siguiente estrenaría la oficina de Magda.Lo primero que hice vale cuando recibió su nuevo despacho, puedes deshacerse todas las pequeñas cosas que Magda no se había llevado. Las dejó rejuntadas en una caja que ubicó en la esquina más septentrional del baño Privado al que ahora tenía derecho y era un alivio muy importante para su condición de embarazada. Jaime aprovechó un espacio que tenía libre para ayudar a su amiga a ubicarse en su oficina y ayudarl
El vehículo llevó a las dos jóvenes a un Club campestre en el que Valeria ya Antes había estado con sus padres. Pese a que durante el trayecto no habían hablado casi nada entre ellas, Cuando estuvieron recostadas boca abajo en la cama de masajes, los labios de Andrea se comenzaron a abrir con más regularidad.— Nunca creí que vendría un club o recibiría un masaje en compañía de un jefe de área — dijo la asistente mientras las manos de una experta masajista retiraban los nudos que tenía en la espalda.—Y yo nunca habría creído que mi próximo masaje lo recibiría estando embarazada — contestó Valeria mientras sentía los milagros que el aceite obraba en su cuello.—¿No te incomodas si hablamos sobre eso? — preguntó Andrea después de unos segundos.—Para nada Andrea, de hecho, me gustaría mucho que tú y yo habláramos Cuanto más mejor.—Entonces puedo preguntarte si lo que me dijiste es cierto, ya sabes, que Franco…—Sí, lo que te dije es cierto —Contestó Valeria decidida ya a no ser esclav
Valeria y Franco habían decidido no compartir con nadie la noticia que les había dado el señor carrizosa Hasta que el nombramiento no fuera oficial, lo que debía suceder en las últimas horas de la tarde. Franco se dirigió a su despacho para adelantar el trabajo de los casos pendientes con su nueva asistente jurídica, que ya lo estaba esperando sentada frente al escritorio, con las carpetas de los casos apoyadas en sus bronceadas y perfectas rodillas, como algún día no hacía mucho tiempo había hecho también Valeria, y decidido, Después de algunas bromas que le hubiera hecho su novia, hacer un poco menos condescendiente con la asistente novata, Franco se puso la máscara de jefe tirano que había usado hacía un mes.— has tenido tiempo ya de estudiar todos los casos preguntó Franco resistiéndose al encanto de la sonrisa de Estefanía, Que resplandecía con más fuerza a contraluz de las ventanas que rodeaban la oficina.— sí señor Ya lo hice, de todos y cada uno de los casos — respondi