Alejanda parpadeó. Casi se había olvidado de él.–¿Qué quieres saber?–¿Cómo os conocisteis?–En un bar.–¿En un bar? ¿Sueles ir de bares?–¿Qué es eso de ir de bares? Solo frecuentoun Bar y el ambiente es de lo mejor.–Ir de un bar a otro tomando copas y emborrachándote cada vez más hasta que no te tienes en pie. Alejandra hizo una mueca. Sabía que muchas chicas se metían en serios apuros por hacer eso. Su padre había tenido que aconsejar y consolar por lo menos a tres.–No pensarás que voy a quedarme embarazada de un tipo cuyo nombre no recuerde al día siguiente porque me pase de copas, ¿verdad?–No, ya sé que tú no eres ese tipo de chica.¿Eso era un insulto o un cumplido? Alejandra no se desidio por lo que dejo pasar el cometario.–Lo conocí en un bar cerca de la oficina donde suele ir la gran mayoria de las personas con las que trabajo luego de un dia infarnal de trabajo. Es mas ese dia, iba con mis compañeras de trabajo. Estábamos tomando una copa de vino y de repente, el camare
Dos horas y media después, cuando salieron del restaurante, estaba lloviendo.–¿Cuándo puedo volver a verte?Alejandra miró a David, que estaba demasiado cerca de ella algo que no le gusto ni un poquito, aunque el hecho de que estuviesen asi se podia justificar por parte del hombre muy facil ambos compartian un mismo paraguas. Además, durante la cena no había estado pendiente de él, sino recordando la conversación con Marcelo, teniendo que pedirle a David que le repitiese lo que habia dicho en varias ocaciones por encontrarse distraida. En realidad, no sabía por qué el le insistia por tener otra cita con ella cuando era mas que evidente que casi toda la noche no habia tenido casi interes y se encontraba pensando en otra cosa, a pesar de que David había mostrado tanto interés por todo lo que le contaba aunque en realidad no fue mucho ya que el habia matenido el hilo de la conversacion en todo momento evitando asi que surgieran momentos de incomodos de silencio.–Mañana es
–Como he dicho, no tienes experiencia moviéndote en una ciudad tan grande como esta. Dexter fue despedido de la compañía hace un año y medio. Trabajaba en una de las sucursales de la empresa en le departemento de informatica y lo pillaron intentando pasarle información confidencial a la competencia.–No te creo –dijo Alejandra.–No quieres creerme –replicó él–. Te aseguro que no me hace ninguna gracia tener que contarte esto, pero estoy haciendo de buen samaritano.Naturalmente, después de eso fue despedido sin referencias de ninguna clase y desde entonces no ha trabajado para ninguna compañía importante. ¿Te ha dicho dónde trabaja?–No –Alejandra empezaba a marearse–. ¿Estás seguro de eso, Marcelo? Es Fácil confundir a la gente y... tal vez no sea la misma persona.–Yo no cometo ese tipo de errores, Alejandra tu me conoces esta clase de informacion no es algo que se dice a la ligera.–Todo el mundo comete errores.Marcelo decidió no responder.–Podría averiguar dónde trabaja. Pero p
–¿Te sientes mejor ahora? Es lógico que te enfades, Alejandra. Lo comprendo.–No estoy enfadada.–Si no te enfadas de vez en cuando, la gente te tomará el pelo. Si quieres, buscaré a Dexter y le daré una paliza en tu nombre.Ella parpadeó, sorprendida.–No creo en la violencia.–Siéntate. Voy a hacer un café.–¿Por qué estás siendo tan amable?Marcelo esbozó una sonrisa que aceleró su corazón. Pero se había llevado un disgusto esa tarde y la idea de estar sola le parecía deprimente. Además, aquélla era una faceta de Marcelo que no había visto antes y le apetecia ser mimada un poco aunque solo fuera un simple cafe lo que el estaba haciendo, por lo menos esoreconfortaba a su autestima un poco. Cuando se puso en cuchillas a su lado para ofrecerle una taza de cafe, Alejandra se sintió especial aunque solo fuese por un breve momento.–Tenías razón –admitió por fin–. Mi sitio no está aqui.–¿Porque un tipo te ha engañado? No puedes darte por vencida tan pronto – Marc see sentó frente a ell
–A veces hablar es sexy...Y mientras la tocaba, alabando su cuerpo a medida que la desnudaba, Alejandra descubrió que era verdad. Era muy, pero que muy sexy escuchar todo lo que el le estaba diciendo y como paso a paso iba cumpliendo con cada una de sus palabas. Pero estaba deseando que le quitara los pantalones y ella misma lo ayudó, moviendo las piernas hasta que acabaron en el suelo, junto con el resto de la ropa.–¿Estás húmeda por mí? –susurró Marc–No digas eso, me da vergüenza –Alejandra apenas se reconocía a sí misma, era como si su cuerpo tuviese vida propia y respondiera por instito a las carisias del hombre.–Nunca pensé que tú y yo... –empezó a decir él, acariciando un pezón conlos dedos–. ¿Te gusta?Marcelo no hablar demasiado en la cama y estaba sorprendido consigo mismo del comportamiento que estaba teniendo con Alejandra pero empujo a un lado todas las dudas que esto le estaba generando y se dedico por completo a la mujer que tenia delante suyo.–Más de lo que pu
–Y no estaba usándote para ahogar las penas, no soy esa clase de persona. Además, no entiendo por qué te preocupa cuál haya sido la razón. No es que tútengas precisamente grandes prejuicios cuando se trata de acostarte con una mujer. Ll a larga lista de mujeres que han defiladopr tu vida en el cortotiepo que llevo trabajando para ti, dice mucho.Enfadado, Marcelo la miró mientras se ponía el pantalón.–No puedo creer que esté escuchando esto.–Tú dices lo que piensas y yo también.–¿Quieres explicarme qué has querido decir con eso?Ella no quería explicar nada.Solo queria que el se fuera pero por la forma en la que la miraba a menos que le dijera algo, se quedaria en su apartamento.–Yo me encargo de comprar los regalos para las chicas que ya no te interesan, asi que me parece a mi que no tienes ningun problema en utilizar a las mujeres –le espetó–. –Entre esas mujeres y yo hay un entendimiento mutuo.–Muy bien, como quieras. No me apetece seguir discutiendo.–Desde el principio les d
Alejandra no fue tan estúpida como para pensar que el resto de la velada cambiaría las cosas de una manera milagrosas o que el dia siguiente estaria lleno de optimismo para ir a trabajar. El lunes llegó y ninguna de las conversaciones que tuvo consigo misma la hicieron sentir mejor. Las charlas habituales entre sus colegas de trabajo que se encontraban esperando el ascensor para ir a sus puestpos de trabajo, hoy no fueron una distraccion para ella sabia que pronto tendira que ir a la diminuta oficina, pero algoera seguro para ella no tenia planeado pasar el invierno en esta oficina pensaba terminar los quince días reglamentarios para irse y luego desaparecer de esta ciudad y de la vida de Marcelo.Este comportamiento ha estado sucediendo durante demasiados años,tenía ilusiones y creaba fantasías salvajes, y no quería dejar que dominaran su vida, sabiendo bien que para el ella solo habia sido una aventura de tantas.Tampoco pensaba que sus sentimientos dictaran su vida, tuvo que admi
La oficina de Helena era preciosa, con una puerta con vistas a la oficina del CEO, más grande y aún más lujoso. como secretaria dijo cuál sería su trabajo, Alejandra pensó que tal vez vería a Luc todos los días. Podrá olvidar su fascinación por él durante días. Y lo deseaba con todas sus fuerzas. Durante una semana y media todo parecía ir más o menos bien. El trabajar codo a codo con Marcelo era increibe sin importar la hora que ella llegara ell ya estaba en la oficina, trabajaba sin parar en ocaciones lo encontro con los pies sobre la mesa y la corbata torcida, su mente trabajaba a tal velocidad que apenas podía respirar.– ¿Entendido? Alejandra se levantó y asintió. Pero Marc la miró con una sonrisa. Durante la última semana y media, la había tratado con frialdad. Ahora, mientras el reloj marcaba la hora del almuerzo, por fin estaba mirándola a los ojos y el nerviosismo queapenas había podido contener hasta entonces salió a la superficie.–Parece que estabas escondida –empezó a d