—Vaya, vaya… ¿de donde te robaste ese auto?— me pregunta Casidy con ese veneno implícito.
—¿De dónde te robaste el tuyo?— le guiño un ojo mientras saco de la cajuela mi mochila.
—¡Ja! Yo, cariño, tengo dinero, pero tu… vamos, ya dinos de donde lo sacaste— se baja con todo su sequito de arpías ponzoñosas. —Déjame adivinar, ¿te lo dio tu sugar daddy? Si no de que otra forma podrías tener un auto así—. Se cruza de brazos y me ve fijamente esperando cualquier signo de molestia de mi parte.
—De seguro ya le abrió las piernas las suficientes veces para conseguirse un auto así— dice una de sus chicas en voz baja, pero bastante audible.
—Jajajajajajaja que graciosas, en serio, deberías de ir a un stand up.
—¿Qué se siente andar con un viejo?—
—Honrarlo sacrificando también tu vida— le digo sin voltear a ver, con escuchar su voz triste tengo para hacerme a la idea de lo que contarme esto causó en él.—Sacrificarme por un ideal— escucho como se abre la puerta del carro y él se dispone a salir. —Si tienes más información, por favor, no te la guardes, podríamos hacer una diferencia, una gran diferencia, sobre todo para esos niños.Con eso último cierra la puerta y me deja sola en el interior del carro, siento como una lágrima escurre por mi mejilla hacia mi mentón y me la limpio de inmediato; yo fui una de esas niñas rescatada de ese evento, mi padre y mi madre adoptivos también estuvieron ahí, yo iba a ser una rusalka si no fuera por ellos, por ellos y por los padres de Kurt, ¿será que esta es una forma de pagar el favor?Llego al departamento y lo encuentro solo,
—¿Samantha? tranquila— empiezo a acariciar su rostro, pero parece impasible. —No quiero…— empieza a balbucear y por curiosidad me mantengo callado, evito despertarla. —No quiero… no por favor… no…— con forme pronuncia esas palabras ella se pone peor y me decido entre despertarla o dejar que siga con su pesadilla. —Me duele… no quiero... — sus palabras empiezan a asustarme, más que pesadilla creo que está recordando algo. De repente se levanta abruptamente sentándose en la cama. —No quiero bailar— termina diciendo ya con los ojos abiertos y su cuerpo temblando. ¿Escuche bien? ¿Dijo que no quería bailar? —¿Sam? ¿Estás bien?— me acerco a ella y pongo mis manos en sus hombros, ella pega un brinco, pero en cuanto me ve se abraza a mi pecho, busca consuelo y no me niego en dárselo, la abrazo con ternura y beso su cabeza. —Tuve una pesadilla— dice escondida entre mis brazos y después levanta su rostro, puedo ver sus pupilas dilatadas entre la penumbra, en verdad fue
—Necesitan llenar estos requisitos para que pueda ser válida la adopción, irán trabajadores sociales a verificar que todo lo que apunten en el formulario sea compatible— le extiende una hoja a Edward quien la toma sin quitarle la mirada de encima a la señora. —Una vez que todo sea comprobable podrán ver a los niños que están en adopción y continuar con los tramites.—¿No podemos verlos antes?— pregunto con algo de angustia, en verdad me gustaría verlos y hablar con algunos.—Lo siento, pero sin que sus ingresos sean comprobables así como su domicilio, no es posible, sería cruel que se encariñaran con alguno y no pudieran llevarlo con ustedes, lo hacemos más por salud mental— me ve con ternura la directora, como su pudiera comprender mi necesidad.—¿Cómo cuanto se tarda todo el papeleo?— le pregunto
—¿Perdón? ¿Insinúa algo señor?— pregunta la directora con algo de molestia.—No, nada— sonríe Ed de forma sarcástica siendo la gota que derrama el vaso de la paciencia de la directora.—Insisto… ¿Son reporteros? ¿Quieren encontrar alguna anormalidad? ¿Son policías?— Verónica está nerviosa y parece a punto de estallar.—Peor— le guiño un ojo y de forma rápida me siento en el escritorio y resbalo por encima de él para acortar la distancia entre ella y yo mientras que Edward se levanta y cierra las puertas dándonos privacidad. Tomo el abre cartas que descansaba a centímetros de ella y lo apoyo en su cuello, justo en la yugular. —Necesitamos hablar con más fluidez y sinceridad, ¿no cree?— le guiño un ojo.—¿Qué quieren de m&iacut
—Últimamente te veo… rozagante, lleno de vida— el comentario de Dusha me hace sonreír y de nuevo lo único en lo que pienso es en Samantha. —Y me sorprende que no hayas ido tras de Megan, siempre que podías aprovechabas para revolcarte con ella en algún rincón de este teatro, ¿Quién se ha adueñado de tu cabeza?—Si te lo digo, no me creerías Dusha— le guiño un ojo y no puedo evitar sonreírle de oreja a oreja. Ella se acerca lentamente y me toma del rostro, me ve fijamente y después me da un manazo en la frente sacudiéndome las ideas.—Se ve que te traen, pero bien pendejo, espero que la afortunada sea de confianza porque si no te llevará a la ruina.—Dusha, por favor… no te pongas así, todo estará bien, eres como una abuela para mí y sé que tus consejos son… de buena fe,
—¿Cat? Hola… ¿te puedo pedir un favor?— le llamé a Cat, claramente me quiero quedar con Nikolai, pero también estoy consciente que si mis papás no me ven en la mañana colapsarán.—¡Sam! ¿Qué pasó?— me pregunta tranquilamente, suena algo cansada y no quiero saber por qué, a lo lejos se escucha la voz de Óscar y sinceramente no voy a preguntar.—Le dije a mis padres que pasaría la noche en tu casa…—Wow no, ¿vienes para acá? No… lo siento Sam, pero no, no puedo, estoy… estoy muy ocupada, tengo cosas que hacer y…—Jajajajajaja solo apóyame, me quedaré con Nikolai— un silencio se hace profundo hasta que de nuevo Cat vuelve a hablar.—Ah… entiendo, entiendo… jajajajaja ¡Sam! Eres una… pervertida lujuriosa jajajajaja
Salimos del departamento tomados de la mano y vamos en su auto hacia la plaza comercial más cercana, durante todo el camino el besa mi mano de vez en vez cuando tiene la oportunidad, me siento feliz, me siento plena. En cuanto llegamos al cine escojo una película de miedo y él parece darle mucha gracia que preferí algo así en vez de alguna película romántica; después en la dulcería pido palomitas y un sinfín de golosinas.—¿En verdad te vas a comer todo eso?— me pregunta algo escéptico viendo la charola llena de comida.—Estoy en crecimiento— me justifico de forma muy infantil mientras parece reírse de mi ocurrencia.—Claro, en crecimiento, se me olvida que eres una niña— se acerca y me acaricia la mejilla con ternura y aunque aún es algo complicado lo de nuestra diferencia de edades, ya no
—Hoy no quiero más que… dormir junto a ti…solo quiero dormir a tu lado, sentir tu cuerpo al despertar y durante toda la noche, hoy no quiero simplemente follar o… hacer el amor, solo… quiero sentirte acurrucada en mis brazos— cuando dice eso me deposita en la cama con delicadeza mientras el termina de quitarse la ropa una lágrima corre de mi ojo por mi mejilla y se precipita en mi barbilla, por qué cada vez que siento que debería de endurecer mi corazón y concientizarme de lo que se trata nuestra “simbiosis” como diría Cat, hace algo que vuelve a quebrarme, que me hace ilusionarme con que el sienta lo mismo que yo.Nos recostamos juntos y mientras yo me acurruco en su pecho y me concentro en los latidos de su corazón, el acaricia mi cabello, juguetea con él y con su otra mano acaricia mi brazo con ternura, siento como el arrullo de su corazón me empieza a d