Giovanni, esperaba pacientemente, se había retirado su camisa, quedándo con el dorso descubierto y unos pantalones cortos. Bebía de su copa de champagne, mientras ansiaba el regreso de las mujeres, moría por ver el cuerpo de Lara, aunque los vestidos insinuaba su hermosa silueta, él quería apreciar todo lo que se escondía debajo, la noche anterior no pudo quedarse con ella, había tenido asuntos que atender, a aquel soplón que le había hecho perder mucho dinero en aquella mercancía confiscada, sus órdenes fueron la de torturarlo toda la noche para matarlo la mañana siguiente, en ésta ocasión el ácido, había sido un buen aliado para desaparecer a aquel infeliz.Si, él no sólo debía pagar su dinero perdido, sino el hecho de no poder disfrutar más junto a Lara.Qué dulce mujercita, su inocencia era un premio para él, podía arrebatarsela y alimentar así su necesidad y su competitividad de ser el primero en todo. Era difícil ser el primer hombre para una mujer, sin embargo, él había encontr
Lara, sintió el primer contacto de aquella boca sobre la suya, sus labios suaves, llenos, carnosos, le dieron un ligero beso, luego otro, y otro. . . Sintió cómo su cuerpo en pleno era sacudido por oleadas de profundo placer, su pecho se agitaba, mientras la temperatura comenzaba a ascender en su cuerpo, hacía calor, sí, mucho calor, y no era precisamente el calor del sol. Giovanni, tiró con más fuerza de su cabello, y ella llevó la cabeza atrás para evitar el dolor, logró con esto, arquear su cuerpo, momento que él aprovecho para descender y acariciar con la nariz el valle entre sus pechos, con movimientos suaves y delicados. La masculina y húmeda lengua, lamió el valle existente entre aquellos dos montículos y ella gimió de satisfacción.-Ssshhh, preciosa- la silenció- no querrás que nos escuchen- ella negó con su cabeza, la mano en su abdomen ascendió y liberó uno de sus pechos de su prisión de tela, la piel estaba sumamente sensibles al tacto, y cada poro visible. Debía aceptar qu
Lara, sintió como poco a poco fue recuperando la respiración hasta que se normalizara, Giovanni acariciaba sus cabellos y le susurraba al oído lo hermosa que era y todo lo que causaba en él.Le decía palabras muy reconfortante.-Eres muy hermosa, Lara, la mujer más hermosa que he conocido. . . Me encantas. . . voy a cuidarte y protegerte, no tienes que preocuoarte de nada, confía en mi, dulce Lara. . . todo está bien, ahora estás conmigo. . . Yo me haré cargo de ti, no debes preocuparte por nada. . . Tú serás mía, yo seré tuyo.-Me gustó mucho- dijo un poco apenada, si quería que aquello resultara, ella debía poner también de su parte. Giovanni se estaba comportando muy bien con ella, no paraba de hablar y halagarla, mientras que ella se había quedado laxa, y muda, ante la exploción de satisfacción que la recorría.-Yo también lo disfruté, por ahora no debemos llegar a más, pero te prometo que pronto, pronto te enseñaré mucho placer, Lara, será increíble, te prometo que será una exper
Un nuevo día llegó y Lara, despertó motivada, iría en busca de un departamento para ella y para su hermana, dónde pudiesen vivir lejos del yugo de sus padres, dónde pudiesen iniciar una nueva vida juntas.Preparó el desayuno, afortunadamente su padre salió de casa muy temprano, iba encaminado al club a pasar el día con sus amigos. Lara, se alegró, eso le daría todo el día libre para encontrar el departamento, volver por sus cosas y por Miranda, cuando Leonardo regresará a casa, ellas ya no estarían.-¿Ya te vas?- le preguntó su Miranda.-Si, intentaré volver pronto, ya empaqué mis cosas. ¿Y tú?-También, tengo todo listo Lara, aunque me quedo un poco preocupada, madre ha amanecido sintiéndose mal y con un poco de fiebre.-Dale medicamento, nada puede detenernos, no ahora, Miranda.-Si, eso haré.Salió de casa, tomó un taxi y le pidió al hombre que la llevara a algún conjunto residencial que estuviese retirado. El hombre la llevó a un lugar bonito, lleno de muchos edificios, no era un
Lara, despertó justo con el alba, la verdad no había dormido nada bien ya que el suelo había resultado más incómodo y frío de lo que había imaginado, el cuerpo le dolía mucho, y su espalda se quejaba continuamente, a pesar de eso, ni siquiera el dolor podía impedirle sentirse feliz de la libertad que podía disfrutar.Tomó una larga ducha, después de regular la regadera para obtener agua tibia. Se vistió con unos jeans, y un suéter, se cubrió con una bufanda, tenía muchísimas hambre, así que decidió ir y caminar un poco, necesitaba encontrar un lugar donde pudiese desayunar, sus nuevas cosas para la casa llegarían después de medio día, así que tenía un poco de tiempo para explorar el lugar. Desayunó en un pequeño café que estaba cerca, dónde le sirvieron un exquisito mocca que despertó todos sus sentidos.Después de su deliciosa comida, caminó observando algunas tiendas, dónde quizás pudiese comprar algunas prendas nuevas con el dinero que le quedaba, si iba a estarse reuniendo con Gio
Lara, marcó y espero la respuesta de su hermana.-¿Lara?-Hola, Miranda- dijo feliz, en un tono bastante entusiasta- no lo creerás, ya llegaron los muebles, las camas, los electrodomésticos, está resultando muy agotador ésto de organizar nuestra propia casa, pero estoy muy feliz, será nuestro espacio. Te he dejado la habitación más cercana a la sala, te encantará ya verás.-Me alegra mucho que estés tan contenta Lara, aunque yo. . . no sé si pueda irme contigo, no lo creo- dijo con voz temblorosa.-¿Qué?. . . Pero, ¿Por qué, Miranda?, no puedes hacerme esto, se supone que lo haríamos juntas. Te necesito- rogó.-Padre. . . él no se ha tomado nada bien que te hayas marchado.-Pues me importa muy poco- dijo enfadada- tenemos derecho a hacer nuestras vidas, no es justo, hermana.-Me ha golpeado muy fuerte, Lara- los ojos de ella se llenaron de lágrimas de forma instantánea y su corazón se llenó de tristeza.-No puede ser- gimió.-No la estoy pasando bien- la escuchó llorar ahogadamente,
Aquella noche Lara había dormido mucho mejor, aún habían cosas que acomodar y comprar para el departamento, pero estaba segura de que pronto tendría ese envidiable calor de hogar. Decidió desayunar un vaso con café con leche, un par de rebanadas de pan tostados con mantequilla, y deliciosos huevos revueltos, luego tomó una larga ducha, decidió usar unos Jeans que no estaban tan gastados y una linda blusa roja, peinó su cabello y lo dejó suelto, tomó un pequeño bolso guardó dinero, su celular y un papel donde anotó la dirección que Gio le había enviado, con el corazón latiendo con mucha fuerza salir de casa, guardó las llaves en su bolso y salió en busca de un taxi, ansiando volver pronto con Miranda, y sin ninguna complicación.El taxi se detuvo frente a un enorme edificio, pagó la tarifa y salió, era un lujoso edificio, entró y se encontró con el portero, al cual le dió su nombre, según las instrucciones de Giovanni, además le dijo que Alfonso estaría esperándola. Un par de minutos d
Miranda, miró a su hermana con las lágrimas bailando en sus ojos.-¡Oh, Santo Dios, no puedo creerlo!- gimió mientras se abrazaba a Lara.- pensé que nunca lo. . . lograría, pensé que moriría allí- sollozó- en manos de mi propio padre.-Sentémonos- señaló el mueble y ambas fueron hasta allí, y se sentaron una junto a la otra. Lara, le tomó ambas manos y la miró con dulzura- estoy tan feliz de que estés aquí, Miranda, llegué a pensar que. . . te perdería- acarició los morados de su rostro- Leonardo, es un salvaje- dijo refiriéndose a su padre- mira nada más como te dejó.-Eso no es importante ahora- secó sus lágrimas- estamos juntas y somos libres.-Asi es Miranda, libres- sonrió con ternura.-Giovanni, debe estar muy interesado en ti- sonrió- mira nada más como te consiente.-Sin él no lo hubiésemos logrado. En cuánto le pedí ayuda, no dudo ni por un instante hermana, ni siquiera había dicho lo que necesitaba y ya él me habia asegurado que lo tendría, me dijo que no debía preocuparme,