Lara, marcó y espero la respuesta de su hermana.-¿Lara?-Hola, Miranda- dijo feliz, en un tono bastante entusiasta- no lo creerás, ya llegaron los muebles, las camas, los electrodomésticos, está resultando muy agotador ésto de organizar nuestra propia casa, pero estoy muy feliz, será nuestro espacio. Te he dejado la habitación más cercana a la sala, te encantará ya verás.-Me alegra mucho que estés tan contenta Lara, aunque yo. . . no sé si pueda irme contigo, no lo creo- dijo con voz temblorosa.-¿Qué?. . . Pero, ¿Por qué, Miranda?, no puedes hacerme esto, se supone que lo haríamos juntas. Te necesito- rogó.-Padre. . . él no se ha tomado nada bien que te hayas marchado.-Pues me importa muy poco- dijo enfadada- tenemos derecho a hacer nuestras vidas, no es justo, hermana.-Me ha golpeado muy fuerte, Lara- los ojos de ella se llenaron de lágrimas de forma instantánea y su corazón se llenó de tristeza.-No puede ser- gimió.-No la estoy pasando bien- la escuchó llorar ahogadamente,
Aquella noche Lara había dormido mucho mejor, aún habían cosas que acomodar y comprar para el departamento, pero estaba segura de que pronto tendría ese envidiable calor de hogar. Decidió desayunar un vaso con café con leche, un par de rebanadas de pan tostados con mantequilla, y deliciosos huevos revueltos, luego tomó una larga ducha, decidió usar unos Jeans que no estaban tan gastados y una linda blusa roja, peinó su cabello y lo dejó suelto, tomó un pequeño bolso guardó dinero, su celular y un papel donde anotó la dirección que Gio le había enviado, con el corazón latiendo con mucha fuerza salir de casa, guardó las llaves en su bolso y salió en busca de un taxi, ansiando volver pronto con Miranda, y sin ninguna complicación.El taxi se detuvo frente a un enorme edificio, pagó la tarifa y salió, era un lujoso edificio, entró y se encontró con el portero, al cual le dió su nombre, según las instrucciones de Giovanni, además le dijo que Alfonso estaría esperándola. Un par de minutos d
Miranda, miró a su hermana con las lágrimas bailando en sus ojos.-¡Oh, Santo Dios, no puedo creerlo!- gimió mientras se abrazaba a Lara.- pensé que nunca lo. . . lograría, pensé que moriría allí- sollozó- en manos de mi propio padre.-Sentémonos- señaló el mueble y ambas fueron hasta allí, y se sentaron una junto a la otra. Lara, le tomó ambas manos y la miró con dulzura- estoy tan feliz de que estés aquí, Miranda, llegué a pensar que. . . te perdería- acarició los morados de su rostro- Leonardo, es un salvaje- dijo refiriéndose a su padre- mira nada más como te dejó.-Eso no es importante ahora- secó sus lágrimas- estamos juntas y somos libres.-Asi es Miranda, libres- sonrió con ternura.-Giovanni, debe estar muy interesado en ti- sonrió- mira nada más como te consiente.-Sin él no lo hubiésemos logrado. En cuánto le pedí ayuda, no dudo ni por un instante hermana, ni siquiera había dicho lo que necesitaba y ya él me habia asegurado que lo tendría, me dijo que no debía preocuparme,
Lara, abrió la puerta y, efectivamente allí estaba Giovanni, de pie, y detrás de él, tres de sus hombres. Hubiese querido controlarse un poco, sin embargo se lanzó a sus brazos, estrechándolo con fuerza, su deliciosa loción inundó sus sentidos, y cerró los ojos un momento para disfrutar de su calidez. El sonrió y la estrechó también.-Estoy feliz de que estés aquí- le dijo, aún contra su pecho.-Estaba ansioso por llegar- ella elevó su rostro hacia él y sus miradas se encontraron, Giovanni, no quiso contener el impulso y bajando un poco hacia ella, depositó un tierno beso en sus labios- Ya estoy aquí.-Es un gusto verte nuevamente, Di Luca- le dijo Miranda.-Tambien es un gusto para mí- le dijo con una dulce sonrisa.-Te agradezco mucho lo que hiciste por mí- dijo con sinceridad.-Estoy feliz de que ambas estén bien.- aseguró.-Pasa y tomamos un café- dijo Lara.-En otra ocasión, por ahora, estoy ansioso por secuestrarte.-No es secuestro si voy de mi propio pie- dijo riendo- bien, va
El beso parecía quemarle la piel, las ansias se estaban apoderando del ella. Giovanni, abandonó la femenina boca y fue haciendo un camino de besos hasta llegar al lóbulo de la oreja, ella suspiró cuando fue besada justo debajo de la oreja, su cuerpo parecía estar en contacto con las llamas, pues el calor no dejaba de crecer dentro de su ser. Él, le besó el cuello, corrió la tela para dejar besos en su hombros, un leve gemido escapó de su boca, ella abrió la boca para respirar mejor, pues sentía que se estaba ahogando, las manos de Gio, comenzaron a ascender en busca del cierre del vestido, el cuán descendió con lentitud, permitiendo que a cada segundo, cada roce incrementara las sensaciones en su cuerpo, él deslizó el vestido de los hombros y pronto esté estaba atascado en las femeninas caderas, Giovanni, gimió del placer al descubrir la redondez de sus montìculos expuestos.-Eres hermosa, eres perfecta- le decía. ella, aprovecho el momento para deshacerse de la chaqueta de él, y come
-Bien. . basta nena- tiró de ella con delicadeza, para hacerla subir, Lara lo miró con ojos enormes, mientras deslizaba la lengua por sus labios, sus ojos brillaban y sus mejillas se llenaron con un poco de color.-¿Lo he hecho bien?- le preguntó nerviosa.-Bastante bien para ser la primera vez, ya aprenderás- la tomó del cabello y la acercó para apoderarse de sus labios en un ardiente beso, el roce de piel con piel, amenazaba con enloquecerla, sentía que se acercaba vertiginosamente al borde del abismo, mientras las manos de Gio la acariciaban - Me encantas, Lara, me encantas demasiado, que fortuna haberte encontrado- le dijo mientras besaba el mentón.-Y tú a mí, me encantas, Giovanni.-Es hora Lara, si no lo hago voy a enloquecer- la hizo girar colocándose sobre ella acomodando su cuerpo para que pudiese acoplarlo al de ella. Tomó dos almohadas y las colocó debajo de las caderas de ella, dándole un poco de altura, facilitando así el momento de tener acceso- No debes temer, mi dulc
La cena mandada a preparar por Giovanni, fue algo muy hermoso, colocaron una hermosa mesa, con velas, rosas, todo fuera de la casa, en la pequeña terraza.Lara, se giró hacia él, en cuánto llegó al lugar, lo miró con ojos enormes.-¿Te gusta?- le preguntó sonriendo.-Por supuesto que sí, es precioso y ese detalle de la cama de pétalos bajo la mesa, por Dios Gio, es demasiado hermoso.-Es solo un poco de lo mucho que te mereces, dulce querida mía. Un pequeño detalle.-Éste detalle no es nada pequeño- le dijo con una sonrisa, sentándose en la silla que abria para ella, como un perfecto caballero, luego se sentó frente a ella- es hermoso, me encanta ésto de cenar a la luz de las velas y, me encanta lo hermosa que se ve la luna y las estrellas desde aquí.-Sin duda una vista espléndida- destapó la botella de vino, sirvió una copa y se la entregó, luego, hizo lo mismo para él, dejando nuevamente la botella en su lugar.-¿Celebramos algo especial? - preguntó con una enorme sonrisa.-No hace
Su boca por fin llegó para quedarse y mientras la tomaba con fuerza de las caderas, para impedirle moverse.-¡Gio. . . por amor a Dios!- él se sentía satisfecho al ver y escuchar cuánto estaba disfrutando ella de su encuentro- ¡Oh, Giovanni!. gritó, cuando el placer explotó dentro de ella, los espasmos recorrieron su cuerpo con violencia, catapultándola, se quedó sin respiración y abrió la boca, buscando oxígeno para luego comenzar a respirar violentamente.- Eres exquisita- La observó recuperar el aliento, la mismísima diosa Venus, estaba en su habitación, en su cama.-Gio. . . - la exquisita voz cargada de temblor, no hizo más que motivarle- espera. . . un momento- le dijo girando su rostro de un lado a otro- aún no me he recuperado, necesito. . . - sus palabras fueron silenciadas por el grito que salió de su boca, en cuanto lo sintió deslizarse de una sola estocada, firme, fuerte y casi violentamente. Ella, se arqueó un poco y tiró de sus manos, mientras sentía que moriría de pla