Un nuevo día habías llegado, Giovanni abrió los ojos sintiéndo que estaba muy relajado, después de su encuentro con Annette la noche anterior, ella se había marchado para dejarlo dormir, había olvidado lo buena que era Annette, obviamente no era Lara, su adorada Lara, iba más allá del placer carnal, ella lo había hecho sentir amado y adorado, claramente Annette no se podía comparar con ella pero, era una sustituta aceptable, al menos le había hecho pasar un buen rato.
Salió de su cómoda cama para tomar una larga ducha de agua tibia, mientras el agua bajaba por su cuerpo lograba darle una sensación increíblemente cálida. Luego se vistió con uno de sus cómodos trajes de etiqueta y se dispuso a desayunar, el día brillaba y sería bueno acercarse a la empresa, y reanudar con ímpetu la búsqueda
Lara y Angelo, permanecían abrazados el uno al otro, sobre un trozo de tela que estaba sobre la arena, las palmeras sobre ellos le otorgaban sombras, para así impedir que el sol quemara sus cuerpos. Abrazados después de hacer el amor, sus cuerpos permanecían laxos, completamente relajados y un poco adormitados, disfrutándo de la tranquilidad que le precede al placer. Las manos de él, se deslizaban con suavidad sobre el sedoso cabello, mientras que la mano de ella jugaba haciendo círculos en el pecho de él.—Me maravilla que cada vez que hacemos el amor sea tan completo, tan diferente, y a la vez me de esa sensación de seguridad, afirmandome que tus brazos son mi casa, el lugar donde siempre debo estar.—Es lo que sucede cuando el amor, la pasión y el deseo colisionan en el mismo acto— acarició su delgado brazo con lentitud— sigo aprendiendo de tu cuerpo, de lo que le gusta, de los rincones dónde sientes más placer cuando te toco, amarte es una sensación sublime, mi cuerpo te reconoce
Iker, terminaba de firmar algunos documentos cuando su celular timbró un montón de veces, quien fuese tendría que esperar, ya que había decidido terminar con los que estaba haciendo, sea lo qué fuese, seguramente podría esperar un poco. El llamado a la puerta lo hizo contener un suspiro de frustración. —Adelante— concedió, pero no apartó la vista de los documento. —Señor Sokolov. . . —¿Qué sucede?— preguntó sereno. —El señor Nikolay está en el teléfono, asegura que le marcó a su celular y no obtuvo respuesta— Iker, levantó la vista y frunció el ceño, debía ser algo muy importante como para llamar a la oficina. —¿Dijo que sucede?—preguntó aparentemente sereno. —No, señor, solo dijo que es urgente, de mucha importancia. Está en la línea dos. —Bien, puedes retirarte.— cerró la carpeta y tomó la llamada— Nikolay, ¿Qué sucede? —Señor lamento incomodarlo, pero no tengo buenas noticias para usted.— aquello llegaba seguramente para arruinar su dia, sumarle un poco de estrés a sus ya
Giovanni, arrojó su celular hacia el escritorio, completamente enojado.—¡Maldito ruso desgraciado!, ¿Qué diablos le pasa?— se sentó en su cómoda silla, para cerrar los ojos y darse suaves masajes en las sienes— demasiado estrés para este día, últimamente todo va mal— suspiró— desde que Lara se fue, todo está mal para tí, Di Luca— se dijo a sí mismo— La extrañas, es verdad, pero debes superarla, o lo que sientes por esa mujer terminará por acabar contigo— abrió los ojos furiosos— hora de irme a casa.El trayecto fue tranquilo y callado, sus hombres parecían percibir su mal humor ya que eran incapaces de pronunciar palabra, y Alonso, de vez en cuándo lo miraba a través del retrovisor, constantemente vivía con el miedo de que el jefe volviera a exigirle respuestas que él no tenía.Muy mala decisión la de Caruzzo, de escapar con la señora Lara. Llegó a la mansión e inmediatamente subió a su habitación para poder tomar una larga ducha que pudiese refrescar su cabeza, últimamente era más
Iker, mantenía a Miranda abrazada a él, sintiendo su cuerpo delgado y delicado. —¿Estás segura de que estás bien, mi amor?— preguntó preocupado. —Si, estoy bien, siempre estoy bien cuando tu estás cerca— lo abrazó con más fuerza— la verdad si me impresionó muchísimo, debí suponer que en algún momento, algo como ésto ocurriría. Lamento decepcionarte—dijo triste, entonces el ruso le tomó el mentón, elevándolo y obligándola a mirarlo. —¿Quién dijo que me has decepcionado?— preguntó con ternura. —Yo, te esforzaste para que tuviese buen entrenamiento, para que aprendiera a pelear, a disparar y ocurre está situación y me sentí tan expuesta, tan asustada, tan vulnerable, soy tu mujer, se supone que debo ser fuerte, y alli estaba aterrorizada. —No serías humana si no te hubieses sentido asi— le besó la frente— es natural que al verte en peligro, sientas terror. —Pero Irina, ni siquiera se inmutó, de hecho, podría jurar que si hubiese sido por ella, habrían salido a disparar, sencillamen
Miranda, desayunó tranquilamente con Iker, compartiendo un lindo momento matutino, luego lo acompañó hasta la entrada para despedirlo, lo estrechó entre sus brazos y le ofreció su boca, él no la hizo esperar y de inmediato tomó sus labios en un ardiente beso.—Que tengas un excelente día, mi amor.—He comenzado con buen pie— le dijo sonriendo— ¿tienes planes para hoy?—Ninguno, me quedaré en casa para esperarte, quizás podamos tener una cena. . . íntima— le sonrió con picardía.—Si lo deseas, puedo quedarme a tu lado— le besó la punta de la nariz.—Entiendo que tienes muchas obligaciones, no debes preocuparte, estaré bien— sonrió.—De acuerdo, si sucede algo o si me necesitas, no dudes en llamarme— le pidió.—Lo haré— sonrió y volvió a besarlo.Él se marchó, y ella decidió pasar la mañana en la biblioteca, quería leer un poco, pensó en que quizás debía pedirle a Iker, repasar su entrenamiento, no estaría de más recordar las técnicas que había aprendido, el manejo de armas, y todo lo c
—¿Seguro que harás lo que sea? — le preguntó frunciendo el ceño.—Lo que sea— sollozó desesperada— pero le ruego, no mate, no lo haga por favor, se lo juro, haré lo que sea, lo que usted me pida— sus verdes ojos brillaron inundados por las lágrimas, y la maldad inundó el masculino pecho.—Bien— la soltó con fuerza alejándola un poco de él—Muchachos, cubran su cabeza, la llevaremos con nosotros— sus hombres se miraron confundidos, pero ninguno se atrevió a decir nada— desaparezcan los otros cuerpos en ácido— sonrió— he descubierto que sigo teniendo una puntería magistral.La jóven no supo si suspirar de alivio o de horror cuando nuevamente la dejaron sin visión, para luego liberar sus manos de las cadenas, sin embargo, la ataron con lo que parecía ser unas esposas.—Daremos un viaje— escuchó que alguien decía y contuvo un gemido, estaba viva, al menos tenía algo de tiempo, necesitaba idear un plan, no sabía en manos de quién estaba, pero no quería morir.*******************************
La jóven sintió cómo la dejaban sobre algo cómodo que supuso era una cama o un sofá la puerta se cerró con el inconfundible sonido, pero ella se negó a moverse, no sabía si había alguien con ella y no estaba dispuesta a tener nuevamente la pistola frente a su cara. Maldijo internamente, no debió volver sola a casa, si pudiese devolver el tiempo, tomaría otras decisiones, pero no, no podía, ahora estaba a merced de ese hombre.Pareció que transcurrió una eternidad, hasta que la puerta volvió a abriste y un par de segundos después, le quitaban la bolsa de tela de la cabeza, permitiéndole ver el lugar, parpadeó varias veces para acostumbrar la vista a la luz, y se encontró con una mujer que la miraba fijamente.Annette, liberó a la chica de la bolsa sobre su cabeza y la miró directamente a los ojos, comprendiéndolo todo de inmediato, la mujer había sido secuestrada, lo que no tenía muy claro era la finalidad. ¿Suplantar a la señora Lara? Su cabello era largo, rubio como el de ella, sus o
—No— negó mirando sus ojos.— No soy virgen— Giovanni, se sintió un poco decepcionado, si su respuesta hubiese sido positiva, eso la acercaría más en su parecido a su amada Lara.—Entonces, no te comportes como una, mostrándome una falsa inocencia— sus dedos parecían querer quebrar los huesos de su mandíbula— odio que traten de engañarme, es más que claro cual será tu papel aquí— sus ojos mostraban locura y eso la aterrorizó.—Lo siento, lo siento— se disculpó con los ojos llenos de lágrimas.—¡Ya deja de disculparte, maldita sea!— dijo furioso— odio a la gente débil— la arrojó con fuerza, la chica cayó al suelo lastimándose un poco, pero contuvo las lágrimas y lo miró desde el suelo— Está noche vendré y espero que hayas cambiado tu estúpida actitud, de lo contrario me olvidaré del trato y acabaré con tu vida— sin decir nada más, se marchó. Elysa quedó allí, en el suelo, completamente humillada mientras las lágrimas bajaban por sus mejillas.Elysa, no paraba de dar vueltas al asunto, l