Miranda, despidió a Iker, como todas las mañanas, después de desayunar con él y tener una agradable charla matutina.—¡Que tengas buen día, amor mío!— le dijo prendiéndose de su cuello y ofreciendo sus labios como tributo de amor, él aceptó la ofrenda, rodeándole la cintura y estrechándola con calidez hacía él. —Volveré temprano para que cenemos fuera— besó la punta de su nariz— tendremos una agradable cita. —Oh, me vestiré muy guapa para tí— lo besó ligeramente. —Tu siempre estás guapa, guapísima. Pasaremos un noche agradable. Pasó la mañana repasando su ruso, aunque hablaba de manera fluida el nuevo idioma, aún tenía palabras que lograban confundirla a la hora de pronunciarla, encerrada en el despacho fue interrumpida por el ama de llaves. —Señora, lamento interrumpirla, ha llegado la madre del señor.—¡Oh qué alegría, siempre es bueno recibir a Annika, vamos!— Fue apresuradamente a encontrarse con su suegra.—¡Hija mía!— le dijo Annika en cuanto la vio llegar, acercándose a el
Seis meses habían transcurrido desde que Angelo y Lara, habían llegado a la isla, seis meses de paz, seis meses de amor desenfrenado, de estar amándose sin medidas o control, el amor y la pasión cobraban vida en cualquier lugar de la isla, bien fuese dentro de la casa, en la cascada, en la entrada de la casa, en la orilla del mar, dentro de las aguas saladas, cualquier lugar era bueno para amarse.Dos días antes Lara, había pasado un susto terrible, Angelo había viajado por provisiones, por lo cual ella se había quedado sola en la isla y todo parecía muy normal, ella se aburría mucho en la eterna espera de su amado, pero la angustia había llegado a ella al descubrir que comenzaba a oscurecer y él no llegaba y lo que parecía ser peor aún, se aproximaba una tormenta que se veía como avanzaba rápidamente hacía la isla.Afortunadamente, Angelo había vuelto, llegó antes que la tormenta, la había encontrado en medio de un ataque de pánico, una crisis nerviosa que se había apoderado de ella
—Aleja las manos de la pistola, de forma lenta, las quiero arriba dónde pueda verlas— retiró el seguro de la pistola, el hombre lentamente obedeció, Angelo tomó el arma de la cintura.—Que malagradecido, Billy del mar, comes en nuestra mesa y planeas entregarnos, debiste llamarte Judas— le dijo con desprecio.—Ya me habían advertido de tu inteligencia, Angelo Caruzzo— lo miró burlón— lo que no me dijeron era que la dama también era de temer— comenzó a reír.—Bien, Billy del mar— dijo Lara— prepara el pico para que comiences a cantar.—La verdad sea dicha, no hay mucho qué decir— dijo el hombre observándo fijamente a Angelo, quién permanecía serio e inmutable.—¿Giovanni, te contrató?— preguntó Lara, aunque por fuera estaba muy tranquila, internamente temblaba ante la posibilidad de que Giovanni, pudiese aparecer en cualquier momento.—No directamente— dijo serio Billy— me contrató un hombre, dijo ser uno de los muchos investigadores privados que contrato Giovanni Di Luca, para dar con
Iker, despertó después de su siesta, en cuando abrió los ojos se encontró con la tierna mirada de Miranda sobre èl, amaba la forma en la que ella lo miraba, era una extraña mezcla de amor, añoranza, deseo, admiración, su mujer lo miraba con absoluta adoración como si no existiese en el mundo otro ser más importante que él, y eso lo hacía amarla mucho más, la paz, el amor y la entrega que veía en sus ojos lo hacían sentir tan afortunado de haberla encontrado, de hecho, lamentaba no haberla encontrado mucho antes.. Él, un ruso frío, dedicado a negocios turbios, con un corazón helado para todo aquel que no perteneciera a su familia, había encontrado el amor en una extranjera, de apariencia dulce, pero de sangre ardiente. —¿Descansaste?— le preguntó ella con ternura, acariciando su frente y luego su mejilla. —Desde que estás en mi vida puedo asegurar que ahora descanso, siempre duermo como un bebé, con el calor de tu cuerpo junto al mío, me trasmites una paz que no había encontrado en
Después de haber realizado todo tal y como lo habían planeado, Lara subió a la embarcación de ellos, dispuesta a navegar y alejarse de la Isla. Angelo, había levantado al hombre con esfuerzo, lanzándolo a la embarcación, subiendo luego él y dándole vida al motor para alejarse. Angelo solo rogaba porque Giovanni no diera con ellos, podía permitirle matarlo, pero sabía que Lara no soportaría ser torturada por ese macabro ser. Lara, aún no asimilaba el hecho de que habían asesinado a un hombre y estaban a punto de deshacerse de su cuerpo en alta mar, con el deseo de que los animales comieran su cuerpo. Si, era horrible, el instinto de supervivencia te lleva a realizar actos impensado. Después de haber navegado por más de una hora y media, Angelo le hizo señas para que se detuviera, ella obedeció y él hizo lo mismo.—Lo siento viejo Billy, no te podía permitir vivir después de dar con nosotros— Lo elevó haciendo uso de mucha fuerza y lo arrojó al mar, gracias al peso otorgado por las pi
Angelo observó a Lara y sonrió satisfecho.— La verdad te ves bastante diferente, me gusta mucho. —Me miré al espejo y no me reconocí, ¿puedes creerlo?— acarició su cabello, que pasó de ser rubio, a un negro intenso, y de ser largo hasta media espalda, a rozarle a penas los hombros. —Te cortaron muchísimo, no creía cuando me decías que ibas a cortar una buena parte, además el flequillo te da un aire dulce— acarició su mejilla con ternura. —Parezco niña buena— comenzó a reír— además de mis lentillas negras, me veo al espejo y sí parezco otra, me esforzaré por mantener esta imagen, me gusta. Llevo unos tonos de pintura en el bolso, así yo misma podré darme retoques y conservar el color.—Genial— la abrazó— descansemos un poco, mañana haremos un viaje muy largo en la embarcación que nos llevará a la isla.—Estoy ansiosa— la miró con preocupación— quisiera que pudiéramos estar completamente seguros de que jamás seremos encontrados.—Es difícil mi amor, pero no imposible. Lo lograremo
Giovanni, llegó a la habitación maldiciendo a gran voz después de tirar la puerta con fuerza. Su noche había sido buena, su mañana comenzaba de la manera más espantosa. Lo último que hubiese querido hacer, era quitarle la vida a Elysa, no la amaba, ni siquiera tenía sentimientos por ella, pero era muy buena en la cama, le encantaba torturarla, azotarla con fuerza hasta que su piel se abría, luego podía lamerla y besarla para consolarla.—Pero no. . . la palomita quería abandonar el nido— dijo furioso al saber que desde ese momento estaba privado de su cuerpo, pero de todo aquello lo más importante era que sobre ella descargaba su frustración, dolor, indignación por no tener a Lara, y ahora resultaba que no tenía a Lara, y tampoco tenía a Elysa, para desahogarse.Caminó hasta el pequeño bar, se sirvió un trago
Lara y Angelo, tomaron un larga ducha, seguido de un merecido descanso, cuando despertaron comenzaba a caer la tarde y el estómago les crujía de hambre, se alistaron y fueron en busca de María, quién les aseguró que no había querido llamarlos porque suponía que estarían descansando.—Imagino que han tenido un viaje largo y agotador, por eso he querido dejarlo descansar un poco.—Te lo agradecemos mucho, María. La verdad es que hemos dormido como reyes, la cama es muy cómoda y deliciosa.—Le dije que es una de nuestras mejores habitaciones— dijo orgullosa— ahora, vamos para que puedan comer un poco.Comieron esa deliciosa comida hecha por ella, la alabaron por la sazón y lo delicioso que estaba todo.—Oh, María, que buenas y prodigiosas manos tiene— dijo Lara— cocina usted muy bien.—E