—Hola, Giusseppe. . .Giovanni, se sorprendía de que no sintiera nada hacía aquel hombre, no había dolor, no había amargura, no había llanto o arrepentimiento; nada, simplemente no sentía nada, hacía mucho había dejado de sentir algo por su gemelo.—Quisiera decir que es un placer verte, hermanito, pero lo cierto es que. . . No, no me genera placer, de hecho, no me haces sentir nada. — Supuso que un ser normal sentiría arrepentimiento por sus malas acciones, un ser normal lloraría y le suplicaría perdón pero, él no era un ser normal, no funcionaba como lo hacía el resto del mundo, y la imágen de su hermano frente a él tampoco lo hacía sentir ese natural amor fratenal, dicen que los gemelos son una sola alma dividida en dos cuerpos, que el dolor de uno puede afectar a otro, que pueden compartir angustia, pesares, y hasta personalidades, pero él no había tenido esa suerte, no había tenido un gemelo igual a él, dispuesto a todo, como él. Giusseppe era débil, y después un traidor con much
—¡Qué alegría que hayas vuelto, Mi amor!— dijo Miranda, poniéndose en pie de inmediato y corriendo hacia él, quién abrió los brazos para recibirla y estrecharla contra su pecho en un cálido abrazo, trasmitiéndole en ese sencillo gesto tanta fuerza y seguridad, los brazos de Iker, eran su lugar en el mundo.—¿Qué sucede, Miranda?— le preguntó con preocupación, al notar su estado, la estrechó cariñosamente, besándo su frente.—Bien, en vista de que ya Iker llegó, creo que es momento de marcharme.—¿Qué?, ¿Por qué?, ¿Qué está pasando? — indagó Iker sintiéndose bastante inquieto, de la actitud de ambas mujeres.—Miranda, de contará— respondió Irina con rostro muy serio— ustedes, necesitan tiempo a solas para conversar de lo que sucede y descubras como lo vas a solucionar, hermano, porque estoy confiando en ti para que lo soluciones.—¿Solucionar el qué?— cada vez estaba
Un nuevo día habías llegado, Giovanni abrió los ojos sintiéndo que estaba muy relajado, después de su encuentro con Annette la noche anterior, ella se había marchado para dejarlo dormir, había olvidado lo buena que era Annette, obviamente no era Lara, su adorada Lara, iba más allá del placer carnal, ella lo había hecho sentir amado y adorado, claramente Annette no se podía comparar con ella pero, era una sustituta aceptable, al menos le había hecho pasar un buen rato.Salió de su cómoda cama para tomar una larga ducha de agua tibia, mientras el agua bajaba por su cuerpo lograba darle una sensación increíblemente cálida. Luego se vistió con uno de sus cómodos trajes de etiqueta y se dispuso a desayunar, el día brillaba y sería bueno acercarse a la empresa, y reanudar con ímpetu la búsqueda
Lara y Angelo, permanecían abrazados el uno al otro, sobre un trozo de tela que estaba sobre la arena, las palmeras sobre ellos le otorgaban sombras, para así impedir que el sol quemara sus cuerpos. Abrazados después de hacer el amor, sus cuerpos permanecían laxos, completamente relajados y un poco adormitados, disfrutándo de la tranquilidad que le precede al placer. Las manos de él, se deslizaban con suavidad sobre el sedoso cabello, mientras que la mano de ella jugaba haciendo círculos en el pecho de él.—Me maravilla que cada vez que hacemos el amor sea tan completo, tan diferente, y a la vez me de esa sensación de seguridad, afirmandome que tus brazos son mi casa, el lugar donde siempre debo estar.—Es lo que sucede cuando el amor, la pasión y el deseo colisionan en el mismo acto— acarició su delgado brazo con lentitud— sigo aprendiendo de tu cuerpo, de lo que le gusta, de los rincones dónde sientes más placer cuando te toco, amarte es una sensación sublime, mi cuerpo te reconoce
Iker, terminaba de firmar algunos documentos cuando su celular timbró un montón de veces, quien fuese tendría que esperar, ya que había decidido terminar con los que estaba haciendo, sea lo qué fuese, seguramente podría esperar un poco. El llamado a la puerta lo hizo contener un suspiro de frustración. —Adelante— concedió, pero no apartó la vista de los documento. —Señor Sokolov. . . —¿Qué sucede?— preguntó sereno. —El señor Nikolay está en el teléfono, asegura que le marcó a su celular y no obtuvo respuesta— Iker, levantó la vista y frunció el ceño, debía ser algo muy importante como para llamar a la oficina. —¿Dijo que sucede?—preguntó aparentemente sereno. —No, señor, solo dijo que es urgente, de mucha importancia. Está en la línea dos. —Bien, puedes retirarte.— cerró la carpeta y tomó la llamada— Nikolay, ¿Qué sucede? —Señor lamento incomodarlo, pero no tengo buenas noticias para usted.— aquello llegaba seguramente para arruinar su dia, sumarle un poco de estrés a sus ya
Giovanni, arrojó su celular hacia el escritorio, completamente enojado.—¡Maldito ruso desgraciado!, ¿Qué diablos le pasa?— se sentó en su cómoda silla, para cerrar los ojos y darse suaves masajes en las sienes— demasiado estrés para este día, últimamente todo va mal— suspiró— desde que Lara se fue, todo está mal para tí, Di Luca— se dijo a sí mismo— La extrañas, es verdad, pero debes superarla, o lo que sientes por esa mujer terminará por acabar contigo— abrió los ojos furiosos— hora de irme a casa.El trayecto fue tranquilo y callado, sus hombres parecían percibir su mal humor ya que eran incapaces de pronunciar palabra, y Alonso, de vez en cuándo lo miraba a través del retrovisor, constantemente vivía con el miedo de que el jefe volviera a exigirle respuestas que él no tenía.Muy mala decisión la de Caruzzo, de escapar con la señora Lara. Llegó a la mansión e inmediatamente subió a su habitación para poder tomar una larga ducha que pudiese refrescar su cabeza, últimamente era más
Iker, mantenía a Miranda abrazada a él, sintiendo su cuerpo delgado y delicado. —¿Estás segura de que estás bien, mi amor?— preguntó preocupado. —Si, estoy bien, siempre estoy bien cuando tu estás cerca— lo abrazó con más fuerza— la verdad si me impresionó muchísimo, debí suponer que en algún momento, algo como ésto ocurriría. Lamento decepcionarte—dijo triste, entonces el ruso le tomó el mentón, elevándolo y obligándola a mirarlo. —¿Quién dijo que me has decepcionado?— preguntó con ternura. —Yo, te esforzaste para que tuviese buen entrenamiento, para que aprendiera a pelear, a disparar y ocurre está situación y me sentí tan expuesta, tan asustada, tan vulnerable, soy tu mujer, se supone que debo ser fuerte, y alli estaba aterrorizada. —No serías humana si no te hubieses sentido asi— le besó la frente— es natural que al verte en peligro, sientas terror. —Pero Irina, ni siquiera se inmutó, de hecho, podría jurar que si hubiese sido por ella, habrían salido a disparar, sencillamen
Miranda, desayunó tranquilamente con Iker, compartiendo un lindo momento matutino, luego lo acompañó hasta la entrada para despedirlo, lo estrechó entre sus brazos y le ofreció su boca, él no la hizo esperar y de inmediato tomó sus labios en un ardiente beso.—Que tengas un excelente día, mi amor.—He comenzado con buen pie— le dijo sonriendo— ¿tienes planes para hoy?—Ninguno, me quedaré en casa para esperarte, quizás podamos tener una cena. . . íntima— le sonrió con picardía.—Si lo deseas, puedo quedarme a tu lado— le besó la punta de la nariz.—Entiendo que tienes muchas obligaciones, no debes preocuparte, estaré bien— sonrió.—De acuerdo, si sucede algo o si me necesitas, no dudes en llamarme— le pidió.—Lo haré— sonrió y volvió a besarlo.Él se marchó, y ella decidió pasar la mañana en la biblioteca, quería leer un poco, pensó en que quizás debía pedirle a Iker, repasar su entrenamiento, no estaría de más recordar las técnicas que había aprendido, el manejo de armas, y todo lo c