Irónicamente el único lugar donde lograban entenderse, era en la cama, su mente lo odiaba, pero su cuerpo respondía a sus apasionados toques, aunque al terminar, se despreciara por ello, hacían unos seis meses, los encuentros se volvieron difíciles, cuándo él casi la mata, la dejó inconsciente y no se reconocía al mirarse al espejo, pasó mucho tiempo antes de que pudiese sanar por completo, todo aquello se debió a que ella había saludado a Martín, uno de los de seguridad. Giovanni, comenzó a volverse paranoico asegurando que el tono en el que lo había saludado era muy íntimo, y al llegar a la habitación comenzó a golpearla sin piedad. Sé sintió tan mal, cuando al recuperar la conciencia, Giovanni le había gritado a la cara.-¡POR TÚ CULPA TUVE QUE MATAR A MARTÍN, ERA UN BUEN HOMBRE! - Angelo, le había confirmado que él había salido de aquella habitación furioso, fue hasta donde Martín le dió un disparo en la cabeza, y cuándo el hombre estuvo en el suelo, descargó todas las municiones
-Lo sé- respondió ella con tristeza mirando al suelo- estoy conciente que no podré librarme jamás de él, es un imposible, algo a lo que no puedo aspirar, aunque intentara escapar, nadie me ayudaría, no creo que alguien esté dispuesto a enemistarse con Giovanni, y aunque lograse escapar, tú lo has dicho, no hay un lugar en el mundo, donde pueda esconderme de él, aunque decidiera meterme bajo las piedras, allí me buscaría, y creo que no es por amor, sino por orgullo.-Pero tú si le amas- la miró a los ojos.-Le amaba mucho, si, pero. . . ¿ cómo podría seguirlo amando después de todo lo que me ha hecho vivir?, con cada golpe, cada bofetada, cada grito, el amor se ha ido desgastando, se deterioró por completo. No lo amo y jamás podría volver a amarlo.-Esta situación es muy delicada,
Lara, caminaba por el hermoso bosque cargado de flores de diversos colores, Angelo a su lado le sonreía y le decía lo mucho que la amaba, caminaban tomados de la mano, cuándo de frente apareció Giovanni, con su pistola apuntando a Angelo, dos detonaciones se escucharon, las dos impactaron en su pecho, el cayó al suelo sin vida.Lara, despertó cubierta de sudor, su respiración agitada y sus ojos llenos de lágrimas, había sido un sueño horrible, el peor de todos, pasó las manos por su cabello peinándolo un poco y buscándo tranquilizarse, se giró, pero se encontró con que Giovanni, no estaba a su lado, se sorprendió, quizás él se hubiese levantado a beber agua, ella también lo necesitaba. Se vio tentada a salir en busca de Angelo y asegurarse de que estaba bien, desde lo que había ocurrido en el yate, h
Lara, se quedó con la vista fija en él, quién comenzó a reír como demente.-¿A qué estás jugando, querida?- le preguntó con burla.-¿Te parece que estoy jugando?, ¿Ah?- Claro que estás jugando- dijo en tono de fastidio.- A mí no se me hace ningún juego que te metas a la cama con ésta perra.-Señor. . . por favor, dígale que no mate- lloró ella- No quiero morir.-Ese es un grave error Rosetta, todos nacemos para morir algún día, al parecer llegó el tuyo- Lara se percató de que cinco hombres la apuntaban, fijamente sin dejar de hacerlo ni por un instante. Era obvio que ella no estaba pensando matarla, y era aún más obvio que la pobre mujer no significaba nada para Giovanni, al contrario, él parecía disfrutar mucho
Angelo, después de bañarse, vestirse y tomar un rápido desayuno, decidió hacer la primera ronda de la mañana, pasaba junto a la habitación principal cuando escuchó el llanto, cerró los ojos entristeciendose, realmente ella merecía algo más que lo que estaba viviendo, decidió pasar de largo y no inmiscuirse por mucho que le doliera debía mantenerse distante y con posición firme y fría, pero después de haber dado unos pasos, se detuvo y volvió frente a la puerta, giró la perilla con lentitud y la abrió un poco.No podía creer lo que estaba viendo, Lara, sentada en el sofá con el cañón del arma dentro de la boca.¡Iba a suicidarse!-¡No, Lara!- dijo, entrándo rápidamente y tomándo la pistola alejándola de ella-No lo hagas,
"Seremos perseguidos y cazados. ¡Giovanni Di Luca, va a matarnos!"Lara, al escuchar esas palabras lo miró aterrorizada, pero sobre todo entristecida, no sabía cómo interpretar sus frías palabras. ¿Realmente pensaba que Giovanni iría tras ellos?-¿Te arrepientes?- preguntó sin poder creerlo.-No, no podría arrepentirme de arrebatarte de su lado, pero sí de cómo sucedieron las cosas, aunque hace mucho que estaba deseando librarte del yugo de Giovanni Di Luca. Por mucho tiempo te he visto sufrir, llorar, soportar golpes y malos tratos, mientras he tenido que contenerme para no asesinar a Di Luca, con mis propias manos. No me arrepiento Lara, pero debes comprender que ésto. . .no será fácil.-Con Giovanni, nada es fácil- dijo irónicamente- nada podría
Lara, fue directamente a la cama, dónde subió y se hizo un ovillo, estaba realmente preocupada, solo rogaba porque Giovanni, no los encontrara, quería disfrutar de una vida tranquila junto a Angelo, y olvidar de los horribles momentos vividos junto al hombre que creyó, sería el amor de su vida. Sus emociones estaban divididas; Estaba feliz de poder estar junto a Angelo, y pensar en qué podría empezar a aflorar todo lo que sentía por él, durante esos meses había llegado a desarrollar sentimientos muy fuertes hacía él, pero, estaba aterrada, completamente asustada, temiendo la venganza de Gio, era obvio que no los dejaría vivir felices y tranquilos, aquello no sucedería, no sabía cuánto tiempo podrían estar juntos antes de ser encontrados por él, pero solo le rogaba a Dios que nunca los consiguiera, sí, sabía de arm
En cuánto hubo pronunciado aquellas palabras, uno de los hombres llegó hasta él.-Señor, acaba de llegar el bote que pedimos por radio- decía con voz sería.-Bien, recogan todo lo necesario porque nos vamos. Bernardo y Ricardo estarán al frente de la operación, quiero que me traigan a Angelo y a Lara, los quiero vivos, tráiganme a esos traidores, recuerden que pueden usar en rastreo de GPS de las joyas de Lara, aunque a estas alturas, Caruzzo, sería muy tonto si aún ella las tuviese, pero confirmen, vayan y traiganmelos- los miró con frialdad- lo quiero de rodillas ante mi- dijo tenso- esos malnacidos van a darme la cara.-Si, señor- dijo Bernardo.-En cuánto a tí- miró a Alonso- de momento te mantendrás en la mansión, hasta que pueda asegurarme de tu lealtad- lo miró a los ojos- Car