-Lo sé- respondió ella con tristeza mirando al suelo- estoy conciente que no podré librarme jamás de él, es un imposible, algo a lo que no puedo aspirar, aunque intentara escapar, nadie me ayudaría, no creo que alguien esté dispuesto a enemistarse con Giovanni, y aunque lograse escapar, tú lo has dicho, no hay un lugar en el mundo, donde pueda esconderme de él, aunque decidiera meterme bajo las piedras, allí me buscaría, y creo que no es por amor, sino por orgullo.
-Pero tú si le amas- la miró a los ojos.
-Le amaba mucho, si, pero. . . ¿ cómo podría seguirlo amando después de todo lo que me ha hecho vivir?, con cada golpe, cada bofetada, cada grito, el amor se ha ido desgastando, se deterioró por completo. No lo amo y jamás podría volver a amarlo.
-Esta situación es muy delicada,
Lara, caminaba por el hermoso bosque cargado de flores de diversos colores, Angelo a su lado le sonreía y le decía lo mucho que la amaba, caminaban tomados de la mano, cuándo de frente apareció Giovanni, con su pistola apuntando a Angelo, dos detonaciones se escucharon, las dos impactaron en su pecho, el cayó al suelo sin vida.Lara, despertó cubierta de sudor, su respiración agitada y sus ojos llenos de lágrimas, había sido un sueño horrible, el peor de todos, pasó las manos por su cabello peinándolo un poco y buscándo tranquilizarse, se giró, pero se encontró con que Giovanni, no estaba a su lado, se sorprendió, quizás él se hubiese levantado a beber agua, ella también lo necesitaba. Se vio tentada a salir en busca de Angelo y asegurarse de que estaba bien, desde lo que había ocurrido en el yate, h
Lara, se quedó con la vista fija en él, quién comenzó a reír como demente.-¿A qué estás jugando, querida?- le preguntó con burla.-¿Te parece que estoy jugando?, ¿Ah?- Claro que estás jugando- dijo en tono de fastidio.- A mí no se me hace ningún juego que te metas a la cama con ésta perra.-Señor. . . por favor, dígale que no mate- lloró ella- No quiero morir.-Ese es un grave error Rosetta, todos nacemos para morir algún día, al parecer llegó el tuyo- Lara se percató de que cinco hombres la apuntaban, fijamente sin dejar de hacerlo ni por un instante. Era obvio que ella no estaba pensando matarla, y era aún más obvio que la pobre mujer no significaba nada para Giovanni, al contrario, él parecía disfrutar mucho
Angelo, después de bañarse, vestirse y tomar un rápido desayuno, decidió hacer la primera ronda de la mañana, pasaba junto a la habitación principal cuando escuchó el llanto, cerró los ojos entristeciendose, realmente ella merecía algo más que lo que estaba viviendo, decidió pasar de largo y no inmiscuirse por mucho que le doliera debía mantenerse distante y con posición firme y fría, pero después de haber dado unos pasos, se detuvo y volvió frente a la puerta, giró la perilla con lentitud y la abrió un poco.No podía creer lo que estaba viendo, Lara, sentada en el sofá con el cañón del arma dentro de la boca.¡Iba a suicidarse!-¡No, Lara!- dijo, entrándo rápidamente y tomándo la pistola alejándola de ella-No lo hagas,
"Seremos perseguidos y cazados. ¡Giovanni Di Luca, va a matarnos!"Lara, al escuchar esas palabras lo miró aterrorizada, pero sobre todo entristecida, no sabía cómo interpretar sus frías palabras. ¿Realmente pensaba que Giovanni iría tras ellos?-¿Te arrepientes?- preguntó sin poder creerlo.-No, no podría arrepentirme de arrebatarte de su lado, pero sí de cómo sucedieron las cosas, aunque hace mucho que estaba deseando librarte del yugo de Giovanni Di Luca. Por mucho tiempo te he visto sufrir, llorar, soportar golpes y malos tratos, mientras he tenido que contenerme para no asesinar a Di Luca, con mis propias manos. No me arrepiento Lara, pero debes comprender que ésto. . .no será fácil.-Con Giovanni, nada es fácil- dijo irónicamente- nada podría
Lara, fue directamente a la cama, dónde subió y se hizo un ovillo, estaba realmente preocupada, solo rogaba porque Giovanni, no los encontrara, quería disfrutar de una vida tranquila junto a Angelo, y olvidar de los horribles momentos vividos junto al hombre que creyó, sería el amor de su vida. Sus emociones estaban divididas; Estaba feliz de poder estar junto a Angelo, y pensar en qué podría empezar a aflorar todo lo que sentía por él, durante esos meses había llegado a desarrollar sentimientos muy fuertes hacía él, pero, estaba aterrada, completamente asustada, temiendo la venganza de Gio, era obvio que no los dejaría vivir felices y tranquilos, aquello no sucedería, no sabía cuánto tiempo podrían estar juntos antes de ser encontrados por él, pero solo le rogaba a Dios que nunca los consiguiera, sí, sabía de arm
En cuánto hubo pronunciado aquellas palabras, uno de los hombres llegó hasta él.-Señor, acaba de llegar el bote que pedimos por radio- decía con voz sería.-Bien, recogan todo lo necesario porque nos vamos. Bernardo y Ricardo estarán al frente de la operación, quiero que me traigan a Angelo y a Lara, los quiero vivos, tráiganme a esos traidores, recuerden que pueden usar en rastreo de GPS de las joyas de Lara, aunque a estas alturas, Caruzzo, sería muy tonto si aún ella las tuviese, pero confirmen, vayan y traiganmelos- los miró con frialdad- lo quiero de rodillas ante mi- dijo tenso- esos malnacidos van a darme la cara.-Si, señor- dijo Bernardo.-En cuánto a tí- miró a Alonso- de momento te mantendrás en la mansión, hasta que pueda asegurarme de tu lealtad- lo miró a los ojos- Car
Bernardo observó la pantalla del aparato en sus manos.—¿Se mueve?— le preguntó su compañero.—Se detuvo, esperemos un momento.—¿Realmente crees que sean ellos?— la voz de Ricardo daba muestra de lo obvio.—No. Caruzzo, es muy inteligente, demasiado preparado, para mí es obvio que no son ellos.—Entonces deberíamos intentar buscar en otro lugar.—Debemos descartar las posibilidades, por muy tontas o absurdas que parezcan— dijo Bernardo— Al menos tendremos un informe que darle al diablo.—El jefe no quiere informes, los quiere a ellos— declaró— me preocupa llegar a él con las manos vacías y sin información. No estará feliz.—No, no lo estará — suspiró— Caruzzo, es un idiota, ¿ cómo se dejó envolver en ésto por esa mujer?—La señora es muy hermosa— argumentó Ricardo— es una mujer que haría perder la cabeza a cualquier hombre.—Si lo sabré yo, que fui de los primeros en conocerla, pero jamás me atrevería a poner los ojos en alguna mujer propiedad de Di Luca, eso es un suicidio, ahora, m
La mujer en la recepción los miró asombrada, se giró para comprobar que faltaba poco para que fuesen las cinco, ni siquiera había salido el sol.—Se van ustedes muy temprano, señores Smith.—Solo necesitábamos descansar un poco— sonrió él. — recuperar fuerzas para continuar con nuestro viaje, iremos a Australia por nuestra luna de miel.—¿Australia?, nunca he ido allá— la mujer sonrió de forma soñadora, como imaginandose viajando a Australia en aquel mismo instante.—Debería ir algún día, es un lugar precioso, aprovecharemos de visitar a mi familia. Gracias por la atención y el buen lugar de descanso.—¿Necesitan un taxi?—No hace falta— él sonrió y ella también— que esté muy b