Ambas mujeres, tanto Lara como Miranda, se sorprendieron al redescubrir que Iker y Giovanni, habían reservado todo el restaurante para ellos solos. Entraron al lugar guiadas por ellos, era extremadamente sorprendente ver tantos hombres de seguridad, parecía algun evento de celebridades o algo por el estilo, lo que si era claro,era que los hombres del ruso, superaban, en número a los del Italiano.Fueron ubicados en una hermosa y elegante mesa para cuatro personas. Miranda, se sentía como en un sueño, había salido con un par de hombres importantes, pero tenía el presentimiento de que ninguno superaría al ruso. Durante el trayecto al restaurante, el hombre se había dedicado a besarla, y a decirle que no podía dejar de pensar en sus encuentros de la noche anterior, aquello le encendía la piel, y con cada beso que recibía de él, su sangre se calentaba un poco más.Lara, se sentía en la mejor etapa de su vida, no sólo estaba experimentando la sensación de sentirse deseada, sino que su amo
Lara, reposaba su cabeza en el hombro de su amado, mientras trazaba delicadas líneas en su pecho. Lo sentía respirar con normalidad, disfrutando de esa sensación de tranquilidad.-¿Gio?-Si, mi dulce Lara- le acarició la frente con dulzura.-¿Porqué nunca me has llevado a tu casa?- su tono demostraba tristeza - ¿No confías en mí?-No es eso, Lara- la tomó del mentón para que lo mirara- nunca lo había pensado así, pensé que como Miranda se está quedando con Sokolov, tu preferirías tenerme aquí contigo, en tu casa.-No me malinterpretes, mi amor- le dijo con dulzura- me encanta tenerte aquí, en mi casa, en mi cama, y agradezco mucho que sin importar tus ocupaciones, vuelvas a mí cada noche.-Lara, yo confío en tí- le dijo- confío más de lo que he confiado en cualquier otra persona jamás- acarició el contorno de su boca- tanto, que quizás pronto pueda mostrarte nuevas cosas de mi, jamás dudes de mi confianza hacia ti, mi dulce Lara. Si deseas ir a mi casa, por mi está bien, he venido aq
Cuatro días habían transcurrido desde que Giovanni se marchó a Italia, Lara estaba sumamente aburrida en el departamento, ya que su hermana pasaba la mayor parte del tiempo con el ruso y era evidente que ella no le haría ningún reclamo, porque cuándo ella misma tenía tiempo con Gio se dedicaba exclusivamente a él.Aquella mañana despertó temprano, decidió que sería un buen día para correr un poco, quizás algo de ejercicio le ayudaría a distraerse. Se vistió adecuadamente, tomó un poco de agua en un envase para llevar, esperaba que Giovanni no le llamase en ese preciso instante porque dejaría el celular en casa, ató su cabello en un moño alto y salió. Al llegar a la entrada del edificio se encontró con Gael.-Hola, Lara- le dijo con una sonrisa encantadora.-Gael, que bueno verte, hace muchos dias que no coincidíamos.-Asi es. También voy a correr- le dijo riendo- lo digo por tu ropa, podemos hacerlo juntos, si gustas.-Si, claro. Será bueno tener algo de compañía- iniciaron primero c
Gael, abandonó la boca, que se delizó con tiernos besos por el mentón hasta llegar a su cuello, Lara poco a poco se iba perdiendo en un mar de sensaciones, que ya no eran ajenas a su cuerpo. Las manos de Gael fueron a su cintura y como si no pesara la levantó colocándola sobre la encimera de la cocina.-Ga. . . Gael. . . - quería que aquello fuese una queja, un reclamo, pero había sonado exactamente como un gemido de absoluto placer.-Lara. . . - gimió también él, volviendo a besarla, las manos de ella se enredaron en el cuello de Gael y acariciaron su espeso cabello, las manos de él que estaban en su cintura, ascendieron por el cuerpo llevándose la tela, y apoderándose de sus firmes pechos, Lara tomó un puño del cabello de él, a la vez que gemía ahogadamente dentro de la boca masculina. Pero en ese preciso instante algo hizo clip dentro de ella, abrió los ojos de golpe volviendo a la realidad.¿Qué rayos estaba haciendo?Estaba permitiendo que otro hombre la tocará, su cuerpo estaba
Iker dejó a Miranda, en la entrada del edificio, se despidió con dos largos besos, asegurándole que a las diez en punto pasaría por ella para emprender el viaje. Subió en el ascensor sintiendo la emoción del momento, esperaba que su hermana no lo tomara mal, ni lo sintiera como un abandono, a fin de cuentas Giovanni, en cualquier momento querría llevarla a Italia y ella quedaría sola, debía pensar en ella, ser un poco egoísta, había tenido una vida muy dura y no podía desperdiciar ahora la oportunidad de estar con Iker. Introdujo la llave y giró la cerradura.-¡Estoy en casa!- dijo en tono animado.-Estoy viendo una película- le dijo su hermana, Miranda caminó hasta llegar al sofá dónde se dejó caer junto a la rubia quién tenía un enorme envase lleno de crispetas, mientras disfrutaba de una película.-¿Terror?- le preguntó en tono de burla.-Romance- respondió la menor de los Adam, con una sonrisa- pensé que te quedarías con Iker.-No, hoy no- dijo en tono neutral.-¿Sucede algo?- pre
Iker, pasó por Miranda a las diez de la mañana, asegurando que debían pasar por el hotel primero y recoger sus cosas, antes de seguir al aeropuerto.-Por favor Iker, cuida bien de ella- le dijo Lara- la voy a extrañar mucho, pero me quedo tranquila sabiendo que está bajo tu protección.-Te aseguro de que no tienes motivos para preocuparte, me ocuparé bien de ella, la cuidaré, la protegeré, y estaremos felices si vienes a nuestra casa a visitarnos, serás bien recibida en Rusia- tanto Lara, cómo Miranda, se sintieron conmovidas por el gesto de él, "nuestra casa", él no se preparaba para darle la bienvenida a Miranda, él ya se hacía a la idea de que su hermana era una más de la familia, aquello las enterneció en sobremanera.-Yo estaré encantada- luego se giró estrechando fuertemente a su hermana, luchando porque su voz no temblara y las lágrimas no se hicieran presente- cuídate mucho y por favor, avísame cuándo estén llegando.-Por supuesto que sí, cuídate. Te amo.-Tambien te amo, Mira
Los días de Lara, estaban siendo demasiado deprimente. Agradecía las dos conversaciones que había tenido con su hermana y estaba feliz de que ella ya se encontrara instalada en Rusia, se escuchaba tan feliz. Pero, ¿Qué había sucedido con Giovanni?, siempre que le marcaba, la enviaba directamente al buzón, hacía ya tres días y medio que no tenía ningún tipo de noticia de él.Sólo rogaba porque estuviese bien, muy ocupado, pero bien.Agradeció cuando recibió una llamada, era del celular de Gio, pero no era él quien estaba realizando la llamada.-¡Giovanni, mi amor! - respondió emocionada.-Buenas noches, señorita Lara, soy Alonso.-Oh, Alonso, ¿cómo estás?-hubiese querido sonar animada, pero realmente su tono estaba cargado de una profunda decepción.-Muy bien, espero que usted también se encuentre bien.-Lo estoy, pero también estoy muy preocupada por Gio, hace ya mucho que no me deja saber de él y realmente comienzo a ponerme nerviosa por no tener noticias suyas- dijo con voz tembloro
Los ojos de Lara, se abrieron enormes, por unos segundos dejo de respirar, para luego sentir como su pecho subía y bajaba, buscando desesperadamente controlar la respiración.-¿Estás loco?-¿Por desearte?, si es así, si lo estoy- dijo en tono tierno- acarició sus cabellos y luego su mejilla- no puedo controlar este deseo que me quema el pecho, estoy ardiendo por ti.-Esto no puede ser- dijo con voz temblorosa, entonces la mano de él se deslizó por el femenino cuello, arrancándole un gemido suave.-Sé que te excita mi toque, también me deseas aunque intentes controlarlo.-Esta conversación debe terminar aquí- se puso en pie con la intensión de alejarse, pero él la tomó de la muñeca y tiró hacia él, Lara giró bruscamente y fue a tener sobre las piernas de él, sentada en su regazo intentó levantarse pero Gael la abrazó de la cintura.-¿Por qué huyes de mi?- le preguntó.-Porque. . . quiero mantener la poca cordura que me queda- dijo sincera- porque me asusta todo este deseo que me despier