Los días de Lara, estaban siendo demasiado deprimente. Agradecía las dos conversaciones que había tenido con su hermana y estaba feliz de que ella ya se encontrara instalada en Rusia, se escuchaba tan feliz. Pero, ¿Qué había sucedido con Giovanni?, siempre que le marcaba, la enviaba directamente al buzón, hacía ya tres días y medio que no tenía ningún tipo de noticia de él.Sólo rogaba porque estuviese bien, muy ocupado, pero bien.Agradeció cuando recibió una llamada, era del celular de Gio, pero no era él quien estaba realizando la llamada.-¡Giovanni, mi amor! - respondió emocionada.-Buenas noches, señorita Lara, soy Alonso.-Oh, Alonso, ¿cómo estás?-hubiese querido sonar animada, pero realmente su tono estaba cargado de una profunda decepción.-Muy bien, espero que usted también se encuentre bien.-Lo estoy, pero también estoy muy preocupada por Gio, hace ya mucho que no me deja saber de él y realmente comienzo a ponerme nerviosa por no tener noticias suyas- dijo con voz tembloro
Los ojos de Lara, se abrieron enormes, por unos segundos dejo de respirar, para luego sentir como su pecho subía y bajaba, buscando desesperadamente controlar la respiración.-¿Estás loco?-¿Por desearte?, si es así, si lo estoy- dijo en tono tierno- acarició sus cabellos y luego su mejilla- no puedo controlar este deseo que me quema el pecho, estoy ardiendo por ti.-Esto no puede ser- dijo con voz temblorosa, entonces la mano de él se deslizó por el femenino cuello, arrancándole un gemido suave.-Sé que te excita mi toque, también me deseas aunque intentes controlarlo.-Esta conversación debe terminar aquí- se puso en pie con la intensión de alejarse, pero él la tomó de la muñeca y tiró hacia él, Lara giró bruscamente y fue a tener sobre las piernas de él, sentada en su regazo intentó levantarse pero Gael la abrazó de la cintura.-¿Por qué huyes de mi?- le preguntó.-Porque. . . quiero mantener la poca cordura que me queda- dijo sincera- porque me asusta todo este deseo que me despier
A pesar de que eran altas horas de la madrugada, Lara seguía sentada en la cama, con la espalda recargada en el espaldar y una sábana cubriendo su cuerpo, mientras observaba el inmovil cuerpo de Gael, quién dormía plácidamente junto a ella, su pecho subía y bajaba de forma rítmica, delatando la profundidad de su sueño.Y allí estaba, mientras él dormía, ella seguía allí llena de culpa. Negar que había disfrutado de aquella noche sería una hipocresía de su parte, le había encantado, su cuerpo estaba muy satisfecho, dolorido, pero satisfecho, ahora que todo había pasado, que la lujuria se había apagado y el libido volvía a la normalidad, la culpa la estaba consumiendo.Era una tonta, ¿cómo pudo hacerle eso a Giovanni?, mientras él estaba lejos, dedicado a sus negocios, trabajando de manera extenuante, ella le había sido infiel con su vecino.¿En qué estaba pensando?¡Era obvio que no había pensado!Y no, no lo había hecho, no había pensado en lo más mínimo, hasta se había olvidado de la
Lara, se decidió a limpiar y cambiar de lugar algunas cosas, era medio día cuando llamaron a su puerta, resultó ser Gael, quién le decía que debían hablar pero ella le pidió que se marchara sin abrir la puerta, al día siguiente llamó muy temprano, invitándola a correr juntos, ella se negó sin abrirle la puerta. Por la tarde salió a hacer algunas compras, merendó un poco de cereal.Su teléfono timbró y corrió a atenderlo, era Giovanni.-Hola- dijo dudando, la última vez había llamado Alonso, quizás fuese él de nuevo.-Mi dulce y amada Lara, que alegría escuchar tu voz- el tono afectuoso de él generó que una ola de vergüenzala recorriera y agradeció que no estuviese para verla.-¡Oh Giovanni, al fin!- le dijo a modo de reproche.-Lo siento tanto, querida, han sido días duros, he estado muy ocupado- se excusó.-Tan ocupado como para llamarme, yo. . . te he extrañado mucho, mi amor.-Lo siento, lo siento cariño, discúlpame.-¡Oh, Gio!-Pero tengo buenas noticias, mañana podré volver, muero
El auto se detuvo después de cruzar la reja de seguridad y avanzar un par de minutos, Angelo se estacionó y bajo, abriendo la puerta de la camioneta.-Señorita- le dijo con voz gruesa a la vez que extendía una mano hacia ella para ayudarla a bajar, en cuánto sus manos se tocaron, Lara tuvo la necesidad de apartarla, pero la reprimió, apresurándose a salir del auto.-Gracias- dijo con voz tímida, luego Giovanni salió y colocándose junto a ella, le rodeó la cintura, acercándola con cariño.-Hemos llegado, mi querida Lara.-Giovanni- fue casi un gemido lo que dejó salir al contemplar la fachada de la enorme casa- es enorme, y preciosa- dijo ignorando a los cuatro hombres que estaban en la puerta- me encanta la fachada.-Te gustará aún más, en cuánto veas el interior- sonrió orgulloso- tiene espacios encantadores.-Estoy ansiosa por verla- dijo sonriendo.-Entonces, entremos- él tenía razón, la casa era enorme, preciosa, no había en ella ni una gota de humildad pues desde la entrada y en
El reencuentro fue maravilloso, la manera pasional en la que Giovanni, se adueñaba de su cuerpo, la forma en la que besaba cada rincón de su piel, logrando arrancarle gemidos largos y lastimeros, enloqueciendola con su rose, cuando Giovanni se deslizó en ella, Lara arqueó la espalda mientras un grito abandonaba su ser, en clara muestra de satisfacción absoluta. Más tarde, cuando alcanzóla cima, no pudo evitar las lágrimas que llenaron sus ojos, sintiendo que con aquello purificaba su cuerpo, el mismo que Gael había profanado con sus caricias, ahora Giovanni la llenaba de él, haciendo vibrar los rincones de su ser.Lara, permecia con la cabeza sobre el hombro de él, acariciando tiernamente su pecho, con delicados movimientos circulares.-Nada cómo volver a casa- le dijo él con voz adormilada- no hubo un día que no te extrañará querida, solo soñaba con volver a hacerte el amor- ella sonrió.-Yo también te extrañe mucho.-Lara, ahora que estás sola en tu departamento, que Miranda se ha i
-Morelli, Morelli, ¿No sabes que es de mala educación sentarse sin ser invitado?-Vamos, Di Luca, no te enojarás porque le dé a la dama un poco de atención. Dime algo Lara, ¿Cuántos años tienes?, pareces muy jóven.-Mi edad es irrelevantel- sonrió- no es muy caballeroso que lo pregunte.-Lo lamento, hermosura. Supongo que tienes la edad suficiente para estar aquí.-Supone usted, muy bien- sonrió.-Cuentame de ti, Lara Adam.-No hay nada importante que contar, soy lo que ve.-Yo solo veo una mujer preciosa- Giovanni, entrecerró los ojos, su mirada se llenó de maldad, mientras observaba como aquel estúpido hombre coqueteaba con Lara, y ella sonreía muy amablemente. Silvano Morelli, acababa de firmar su sentencia de muerte. El hombre acercó su mano al brazo de ella, Lara sonrió y de manera muy cordial retiró su brazo del toque del hombre.-Silvano, puedo comprender que estés algo ebrio, pero dime - aunque Giovanni, sonreía su voz era fría como un iceberg- ¿Qué se siente tocar a mí muje
-Te lo ruego, mi amor- lo miró con ojos vidriosos - no me castigues, no estoy preparada- respiró con dificultad, la expresión facial de él se relajó un poco- No así vida mía, no lo soportaría. Sabes que te amo a ti, solo a tí- él sonrió y sus ojos se iluminaron con dicha ante su confesión- jamás pondría mis ojos en alguien como Morelli- la expresión se endureció nuevamente y la locura volvió a sus ojos. Había sido un error nombrar nuevamente a ese hombre. Las manos de Giovanni, presionaron con fuerza sus muñecas contra la cama- por favor, por favor.-No vuelvas a nombrarlo jamás- sonrió de una manera tan malvada que a Lara se le erizó la piel- tú tendrás tú castigo, por qué él ya recibió el suyo.-¿De. . .que hablasi?-Está muerto- escupió con desprecio- el desgraciado está muerto por atreverse a tocarte- ella lo miró sorprendida sin poder creer lo que escuchaba.- muerto como lo estará cualquiera que te mire, cualquiera que te toque, muerto como lo estarías tú- Lara gimió de terror al