Ambas mujeres se preparaban para sus respectivas salidas, colocándo especial cuidado en su aspecto, Lara, para complacer a Gio. Miranda, con la finalidad de encontrar un buen cliente.Lara, llamó a la habitación de su hermana.-Ya me voy, Giovanni me espera abajo- dijo abriendo la puerta.-Que te diviertas, cariño. Pásala bien.-¿Irás a trabajar hoy?, ¿al menos prométeme pensar en la propuesta de Gio?-Lo haré, te prometo que lo haré. Ahora, márchate, no le hagas esperar.-Bien, cuídate, te quiero hermana.- le dijo en tono cariñoso.-Tambien te quiero.Lara, se marchó, bajó en el ascensor y salió del edificio para encontrarse con tres camionetas estacionadas, ambas negras. Alonso estaba de pie esperando.-Buenas noches, señorita Adam.-Buenas noches, Alonso- le dedicó una tierna sonrisa. El hombre abrió la puerta para que ella entrara, y así lo hizo, se giró para encontrarse con la tierna sonrisa de Giovanni-Hola, querido- le dijo acercándose a él.-Hola, mi dulce Lara, siempre es un
¿Qué estaba sucediendo?¿Quiénes eran aquellas personas?¿Qué pretendía el ruso?¿Era del tipo de personas que tenían fetiches raros? ¿Querría sexo grupal?¿Qué diablos estaba sucediendo?-Yo. . .-Silencio, muñeca. Sólo disfrútalo- le dijo señalándo a la pareja, ellos comenzaron a besarse y acariciarse, mientras las prendas que vestían comenzaban a desaparecer de sus cuerpos ignorándolos por completo, literalmente es como si ellos no estuviesen allí. Miranda, se removió incómoda en el lugar dónde estaba sentada, se giró para verlo pero el mantenía la sonrisa en su rostro.Bien, se dijo, aquello era extraño y diferente.La pareja delante de ellos, comenzó con su fiesta sólo para ellos, realmente se sentí cohibida, el ruso tenía gustos muy extraños. Miranda, se sintió acalorada e incómoda, nunca había participado de interacción grupal, siempre se había negado y para su fortuna, los clientes no habían exigido o insistido mucho más, así que no había tenido ni la necesidad, ni la curiosid
El ruso rodeó su cintura y salieron del lugar, al abrir la puerta de la habitación, se encontraron con varios de los hombres allí esperando.-Nos vamos al hotel- con sólo decir aquella frase, los hombres asintieron y se distribuyeron para rodearles. Le recordó a Di Luca, con sus guardaespaldas, así que supuso que aquel hombre sería igual de importante.Salieron en silencio sin mirar o despedirse de absolutamente nadie, en cuanto estuvieron fuera del Piacere, se encontró con cuatro camionetas negras estacionadas. Miranda, se sintió incómoda, había tenido clientes importantes; Músicos, artistas, empresarios, y hasta un aspirante a presidente, y ninguno tenía tanta seguridad como aquel.¿Quién era realmente?Las camionetas empezaron a deslizarse por las silenciosas y nocturnas calles, mientras la mano del ruso, acariciaba su pierna, por encima de la tela del vestido.****************************Lara, caminaba junto a Giovanni, quién mantenía una de sus manos en la parte baja de su espal
Miranda, dejó de respirar por un momento, sus ojos estaban muy abiertos en una clara expresión de pánico y horror, su cerebro no lograba procesar lo que estaba pasando.¿Qué había sucedido?¿La mataría?¿Por qué la apuntaba?, quería moverse pero si cuerpo estaba completamente inmóvil, paralizado por el terror que estaba recorriendo su cuerpo.-¿Qué. . qué sucede?-¿Quién eres?- su tono era neutral.-¿Quién soy?- lo miró con ojos cargados de lágrimas, ¿es que acaso el hombre sufría de perdida de memoria a corto plazo?- ¿ Cómo que. . . quién soy?- dijo con voz temblorosa- soy Miranda- estaba realmente asustada - ¿ Por qué estás apuntándome?, ¿Vas a matarme?- preguntó gimiendo.-¿ Con quién hablabas?, ¿a quién llamabas cariño?- su voz mostraba enojo y una fría determinación.-Yo. . . estaba hablando con mi hermana- él empequeñeció los ojos- lo juro.-¿Por qué dijiste que tenías todo bajo control?-Mi hermana está preocupada por la hora y porque no he regresado a casa, le dije que tenía
Giovanni observó a Miranda, unos minutos en completo silencio.-Olvidaba que Sokolov llegaría ayer, afortunadamente no teníamos planes sino hasta hoy, el mundo puede ser muy pequeño- sonrió- trataremos algunos negocios buenos para ambos, me alegra que tú hayas sido su compañía. Ahora sí me disculpan- se giró hacia Lara- debo marcharme, querida.-Qué tengas un buen dia- se puso de puntillas y le dió un beso en los labios, y así se marchó, dejándolas a solas.Miranda, arrojó su bolsa hacía el mueble.-¿Café o Chocolate caliente? - preguntó Lara caminando hacia la cocina.-Chocolate- le respondió ella siguiéndola, hasta llegar a los taburetes de la cocina y sentarse. Pronto Lara colocó dos tazas, de chocolate.-¿Sandwich?-No, cariño, está muy bien solo con el chocolate. ¿Qué tal la noche con Giovanni?- bebió del contenido de su taza.-Muy bien- sonrió- me encanta cuando despertamos juntos. Pero de Gio, podemos hablar después. ¿Cómo está eso de que te encontraste con un socio de Giovann
Ambas mujeres, tanto Lara como Miranda, se sorprendieron al redescubrir que Iker y Giovanni, habían reservado todo el restaurante para ellos solos. Entraron al lugar guiadas por ellos, era extremadamente sorprendente ver tantos hombres de seguridad, parecía algun evento de celebridades o algo por el estilo, lo que si era claro,era que los hombres del ruso, superaban, en número a los del Italiano.Fueron ubicados en una hermosa y elegante mesa para cuatro personas. Miranda, se sentía como en un sueño, había salido con un par de hombres importantes, pero tenía el presentimiento de que ninguno superaría al ruso. Durante el trayecto al restaurante, el hombre se había dedicado a besarla, y a decirle que no podía dejar de pensar en sus encuentros de la noche anterior, aquello le encendía la piel, y con cada beso que recibía de él, su sangre se calentaba un poco más.Lara, se sentía en la mejor etapa de su vida, no sólo estaba experimentando la sensación de sentirse deseada, sino que su amo
Lara, reposaba su cabeza en el hombro de su amado, mientras trazaba delicadas líneas en su pecho. Lo sentía respirar con normalidad, disfrutando de esa sensación de tranquilidad.-¿Gio?-Si, mi dulce Lara- le acarició la frente con dulzura.-¿Porqué nunca me has llevado a tu casa?- su tono demostraba tristeza - ¿No confías en mí?-No es eso, Lara- la tomó del mentón para que lo mirara- nunca lo había pensado así, pensé que como Miranda se está quedando con Sokolov, tu preferirías tenerme aquí contigo, en tu casa.-No me malinterpretes, mi amor- le dijo con dulzura- me encanta tenerte aquí, en mi casa, en mi cama, y agradezco mucho que sin importar tus ocupaciones, vuelvas a mí cada noche.-Lara, yo confío en tí- le dijo- confío más de lo que he confiado en cualquier otra persona jamás- acarició el contorno de su boca- tanto, que quizás pronto pueda mostrarte nuevas cosas de mi, jamás dudes de mi confianza hacia ti, mi dulce Lara. Si deseas ir a mi casa, por mi está bien, he venido aq
Cuatro días habían transcurrido desde que Giovanni se marchó a Italia, Lara estaba sumamente aburrida en el departamento, ya que su hermana pasaba la mayor parte del tiempo con el ruso y era evidente que ella no le haría ningún reclamo, porque cuándo ella misma tenía tiempo con Gio se dedicaba exclusivamente a él.Aquella mañana despertó temprano, decidió que sería un buen día para correr un poco, quizás algo de ejercicio le ayudaría a distraerse. Se vistió adecuadamente, tomó un poco de agua en un envase para llevar, esperaba que Giovanni no le llamase en ese preciso instante porque dejaría el celular en casa, ató su cabello en un moño alto y salió. Al llegar a la entrada del edificio se encontró con Gael.-Hola, Lara- le dijo con una sonrisa encantadora.-Gael, que bueno verte, hace muchos dias que no coincidíamos.-Asi es. También voy a correr- le dijo riendo- lo digo por tu ropa, podemos hacerlo juntos, si gustas.-Si, claro. Será bueno tener algo de compañía- iniciaron primero c