Miranda, despertó muy temprano, agradeciendo el nuevo día, saltó de la cama para tomar una rápida ducha, lavarse los dientes y todo lo relacionado con las necesidades físicas de su cuerpo, cuando estuvo lista, se vistió con ropa deportiva ligera y fue a la cocina, montó la cafetera, nada como empezar el día con una buena taza de café, por un momento pensó en sus padres. ¿Qué estarían haciendo?, ¿habrían conseguido algún trabajo?, ¿tendrían de comer?. Sabía perfectamente que no merecían ninguna misericordia de su parte. Nunca entendió porqué no las amaron, porqué desde que entró en la adolescencia se intensificó el desprecio y en ocasiones la fría indiferencia. ¿No la amaban?, ¿No amaban tampoco a Lara?, ¿Fueron acaso hijas no deseadas?, ¿Por qué la despreciaban tanto?. No lo sabía, no podía entender cómo su madre, que la llevo en su vientre, que le dió la vida, mantenía silencio e indiferencia ante los tratos crueles de su padre, tampoco entendería porqué su padre abusaba de su fuerz
-¿El arte?- lo miró confundida- no sabría decirte, Gio- dijo muy apenada- lo cierto es que no es algo que conozca como para. . . dar una opinión.-Nunca es demasiado tarde para aprender, te enseñaré de todo. Ésta noche me han invitado a una galería, habrá una exposición y estoy deseando ir, estaré feliz si decides acompañarme.-Por supuesto que sí- respondió contenta de poder pasar más tiempo con él.-Te prometo que será interesante- un llamado a la puerta reclamó su atención, Gio suspiró- No hay paz para los malvados- dijo burlón- se supone que di órdenes de que no nos molestaran- dijo frustrado- Adelante- quien entró fue su secretaria.-Lamento la interrupción, señor Di Luca, pero su próxima reunión es dentro de quince minutos.-Bien, puedes retirarte.-Si, señor- la mujer salió, cerrando la puerta tras ella.-Lo lamento, cariño- le dijo con voz cargada de pesar- el tiempo pasó muy rápido.-No te preocupes- le sonrió- estaba muy consiente de que tenías obligaciones- se puso en pie y
Ambas mujeres se preparaban para sus respectivas salidas, colocándo especial cuidado en su aspecto, Lara, para complacer a Gio. Miranda, con la finalidad de encontrar un buen cliente.Lara, llamó a la habitación de su hermana.-Ya me voy, Giovanni me espera abajo- dijo abriendo la puerta.-Que te diviertas, cariño. Pásala bien.-¿Irás a trabajar hoy?, ¿al menos prométeme pensar en la propuesta de Gio?-Lo haré, te prometo que lo haré. Ahora, márchate, no le hagas esperar.-Bien, cuídate, te quiero hermana.- le dijo en tono cariñoso.-Tambien te quiero.Lara, se marchó, bajó en el ascensor y salió del edificio para encontrarse con tres camionetas estacionadas, ambas negras. Alonso estaba de pie esperando.-Buenas noches, señorita Adam.-Buenas noches, Alonso- le dedicó una tierna sonrisa. El hombre abrió la puerta para que ella entrara, y así lo hizo, se giró para encontrarse con la tierna sonrisa de Giovanni-Hola, querido- le dijo acercándose a él.-Hola, mi dulce Lara, siempre es un
¿Qué estaba sucediendo?¿Quiénes eran aquellas personas?¿Qué pretendía el ruso?¿Era del tipo de personas que tenían fetiches raros? ¿Querría sexo grupal?¿Qué diablos estaba sucediendo?-Yo. . .-Silencio, muñeca. Sólo disfrútalo- le dijo señalándo a la pareja, ellos comenzaron a besarse y acariciarse, mientras las prendas que vestían comenzaban a desaparecer de sus cuerpos ignorándolos por completo, literalmente es como si ellos no estuviesen allí. Miranda, se removió incómoda en el lugar dónde estaba sentada, se giró para verlo pero el mantenía la sonrisa en su rostro.Bien, se dijo, aquello era extraño y diferente.La pareja delante de ellos, comenzó con su fiesta sólo para ellos, realmente se sentí cohibida, el ruso tenía gustos muy extraños. Miranda, se sintió acalorada e incómoda, nunca había participado de interacción grupal, siempre se había negado y para su fortuna, los clientes no habían exigido o insistido mucho más, así que no había tenido ni la necesidad, ni la curiosid
El ruso rodeó su cintura y salieron del lugar, al abrir la puerta de la habitación, se encontraron con varios de los hombres allí esperando.-Nos vamos al hotel- con sólo decir aquella frase, los hombres asintieron y se distribuyeron para rodearles. Le recordó a Di Luca, con sus guardaespaldas, así que supuso que aquel hombre sería igual de importante.Salieron en silencio sin mirar o despedirse de absolutamente nadie, en cuanto estuvieron fuera del Piacere, se encontró con cuatro camionetas negras estacionadas. Miranda, se sintió incómoda, había tenido clientes importantes; Músicos, artistas, empresarios, y hasta un aspirante a presidente, y ninguno tenía tanta seguridad como aquel.¿Quién era realmente?Las camionetas empezaron a deslizarse por las silenciosas y nocturnas calles, mientras la mano del ruso, acariciaba su pierna, por encima de la tela del vestido.****************************Lara, caminaba junto a Giovanni, quién mantenía una de sus manos en la parte baja de su espal
Miranda, dejó de respirar por un momento, sus ojos estaban muy abiertos en una clara expresión de pánico y horror, su cerebro no lograba procesar lo que estaba pasando.¿Qué había sucedido?¿La mataría?¿Por qué la apuntaba?, quería moverse pero si cuerpo estaba completamente inmóvil, paralizado por el terror que estaba recorriendo su cuerpo.-¿Qué. . qué sucede?-¿Quién eres?- su tono era neutral.-¿Quién soy?- lo miró con ojos cargados de lágrimas, ¿es que acaso el hombre sufría de perdida de memoria a corto plazo?- ¿ Cómo que. . . quién soy?- dijo con voz temblorosa- soy Miranda- estaba realmente asustada - ¿ Por qué estás apuntándome?, ¿Vas a matarme?- preguntó gimiendo.-¿ Con quién hablabas?, ¿a quién llamabas cariño?- su voz mostraba enojo y una fría determinación.-Yo. . . estaba hablando con mi hermana- él empequeñeció los ojos- lo juro.-¿Por qué dijiste que tenías todo bajo control?-Mi hermana está preocupada por la hora y porque no he regresado a casa, le dije que tenía
Giovanni observó a Miranda, unos minutos en completo silencio.-Olvidaba que Sokolov llegaría ayer, afortunadamente no teníamos planes sino hasta hoy, el mundo puede ser muy pequeño- sonrió- trataremos algunos negocios buenos para ambos, me alegra que tú hayas sido su compañía. Ahora sí me disculpan- se giró hacia Lara- debo marcharme, querida.-Qué tengas un buen dia- se puso de puntillas y le dió un beso en los labios, y así se marchó, dejándolas a solas.Miranda, arrojó su bolsa hacía el mueble.-¿Café o Chocolate caliente? - preguntó Lara caminando hacia la cocina.-Chocolate- le respondió ella siguiéndola, hasta llegar a los taburetes de la cocina y sentarse. Pronto Lara colocó dos tazas, de chocolate.-¿Sandwich?-No, cariño, está muy bien solo con el chocolate. ¿Qué tal la noche con Giovanni?- bebió del contenido de su taza.-Muy bien- sonrió- me encanta cuando despertamos juntos. Pero de Gio, podemos hablar después. ¿Cómo está eso de que te encontraste con un socio de Giovann
Ambas mujeres, tanto Lara como Miranda, se sorprendieron al redescubrir que Iker y Giovanni, habían reservado todo el restaurante para ellos solos. Entraron al lugar guiadas por ellos, era extremadamente sorprendente ver tantos hombres de seguridad, parecía algun evento de celebridades o algo por el estilo, lo que si era claro,era que los hombres del ruso, superaban, en número a los del Italiano.Fueron ubicados en una hermosa y elegante mesa para cuatro personas. Miranda, se sentía como en un sueño, había salido con un par de hombres importantes, pero tenía el presentimiento de que ninguno superaría al ruso. Durante el trayecto al restaurante, el hombre se había dedicado a besarla, y a decirle que no podía dejar de pensar en sus encuentros de la noche anterior, aquello le encendía la piel, y con cada beso que recibía de él, su sangre se calentaba un poco más.Lara, se sentía en la mejor etapa de su vida, no sólo estaba experimentando la sensación de sentirse deseada, sino que su amo