Una semana pasó con velocidad, en la cual se realizó el funeral de los soldados de la manera más honrosa posible; a pesar de que Roksana debía mantener su perfil bajo, sus compañeros, los tenientes Taylor y Nathan, fueron los responsables de dar las palabras que Roksana habría dicho en esa ocasión si pudiera. El dolor entre los familiares de los soldados estaba más que presente, Roksana nunca podría olvidar el sonido de los gritos desgarradores de esas mujeres y de sus hijos… sin duda, sería una mancha que no se borraría nunca del pasado de ellos; pero que, se volvería un motivo más grande para dar por terminada su lucha, conseguirían sus objetivos en nombre de esos diez valientes hombres.
La ciudad se encontraba en alerta, la noticia de que el presidente había sido hallado, se veía contra
Las manos de Roksana estaban sudorosas y su corazón latía con fuerza, se estaba anticipando a lo que se avecinaba, sin tener claridad de lo que podría tratarse; si llegaba a ser algo relacionado con su padre, no llegaría a sorprenderle del todo, debido a que ese hombre no conocía los límites.La puerta se abrió revelando a un par de hombres armados, sus ojos recorrieron la habitación hasta que estos se posaron sobre Roksana. Eran personas desconocidas para ella; sin embargo, no podía hacer nada para acercarse, no tenía ningún tipo de arma en su poder y, no debía dejar a un lado a sus pequeños niños.—¿Quiénes son? — preguntó la joven sin moverse ni un solo centímetro. Los pequeños estaban escuchando lo que sucedía, y lentamente se fueron dando cuenta de que no se trataba de un juego, sino que todos ellos estaban en peligro.Los hombres no se dispusieron a hablar, uno de ellos con una señal en su mano le indicó que se acercara, esa escena se le hacía bastante similar; a diferencia de l
—¿Saben? Será una lástima desperdiciar municiones con ustedes… Además, hay mucho que deben decir, no estoy muy segura de que resistan los métodos de interrogación que se hacen en la Madre Rusia, ¿No? — susurró muy cerca de su interlocutor, una sonrisa de lado se hizo presente. Irguiéndose observó a sus compañeros —hay que curarlos, nos encargaremos de ellos después de asegurarnos que se encuentren estables — ellos asintieron y los tomaron para llevarlos lejos —Yo me encargaré personalmente de ellos — añadió en árabe, asegurándose de que solo los individuos lograran entenderla.—¿Qué acaba de pasar? — preguntó Isabella sin salir de su asombro, se acercó a su compañera y comenzó a revisar cada rincón de su cuerpo —¿estás bien? ¿No estás herida? Vamos a la enfermería — ordenó rodeando a su amiga por la espalda, a pesar de que Isabella intentara ser de ayuda y estuviera preocupada por su amiga, ella no dejaba de temblar.La enfermera se dedicó a revisar el cuerpo de Roksana, pero no hubo
—¿Regresarás a Rusia? — preguntó Taylor sintiendo cómo un nudo se formaba en su garganta, no resistiría sufrir una nueva separación a pesar de que nada se hubiera formalizado entre ambos. —¿De verdad lo harás? — cuestionó por segunda vez sin despegar su mirada de la joven.—No, no deseo irme… quiero encontrar mi camino, sin olvidar quién soy realmente. Porque, no importa cuantas veces cambie mi identidad, la verdad es que en ninguna de ellas podré borrar verdaderamente mi pasado — una melancólica sonrisa se posó en su rostro, ella no sabía exactamente qué sería de ella; sin embargo, haría las cosas lo mejor que pudiera, además de eso, debía centrarse en detener a su propio padre.A un par de metros, Nathan observaba a la pareja de tórtolos, sin la intención de querer interrumpirles. Había notado que, después de que Roksana regresara, no habían pasado el suficiente tiempo juntos ¿Debería hacer algo para poder ayudarles? Sentía que estaba viviendo una película de acción romántica, pero
No había manera de que Petrova cambiara el punto en el que se encontraba el presidente si haberlo conversado anteriormente con el equipo, además de que Kyra permanecía aún en Rusia, ninguno de ellos estaba en la posición adecuada para hacer un cambio semejante. A menos de que se tratara de una real emergencia.—¿Están pensando lo mismo que yo? — cuestionó Roksana leyendo una vez más la nota. Había una palabra clave en el texto, señaló a esta y se la enseñó a Nathan, el cual comprendió de inmediato lo que estaba sucediendo. —¿Sabes qué es lo que debemos hacer, no es así? — él asintió. Los dos restantes no comprendían el código que ellos dos estaban empleando. —Les explicaré en el camino, por ahora, debemos ir al lugar en el que escondimos al presidente — las palabras que salieron de Roksana fueron bastante claras, lo suficiente para que los que se encontraban en recuperación lograran escucharlo; habían sido tan claras, que la enfermera que estaba encargada de la recuperación de los ter
Tanto Nathan como el comandante habían sido encontrados libres de micrófonos, al parecer, el único que había sido puesto en Nathan, había sido descubierto a tiempo. Roksana misma se había encargado de dejarlo en el mismo uniforme de la enfermera, se había percatado de la manera en la que ella interactuaba con su compañero, además del momento en el que ella aparentó haberse estrellado con él, con la intención de incrustarle el mismo. Todo eso lo había visto a través del reflejo de la ventana.—¡¿Por qué fui yo el único que lo tenía?! — se quejó Nathan de manera extremadamente infantil, lo que tomó a Taylor y al comandante por sorpresa, no habían llegado a ver esa faceta del teniente.—Querido… — susurró Roksana dándole unas palmaditas en el hombro intentando «animarlo» —justamente porque fuiste el único que se dejó manosear por la enfermera — gruñó Roksana negando con su cabeza —eres demasiado… demasiado… — masculló —no sé lo que eres, pero igual le diré a Vero, a ver si de esa manera
—¿Qué es eso? — preguntaron con un gesto de sorpresa. Por un momento pensaron que se trataba de un animal; sin embargo, era demasiado grande como para que un animal de ese tamaño se dejara encerrar en un bulto, por lo menos presentaría resistencia ¿No era de ese modo?—Esperen aquí, veré de qué se trata — expuso Roksana con un poco de curiosidad, desabrochó su cinturón de seguridad y abrió la puerta. «Es-espera, uno de nosotros debería ir, eres una mujer ¿Recuerdas?» masculló Taylor intentando detener a su compañera. —Tienes razón, yo soy la mujer aquí, por lo tanto, debo ir — sonrió de manera serena mientras retiraba con cuidado el brazo de Taylor del suyo, el cual le estaba impidiendo dejar el vehículo.Con pasos seguros y precavidos al mismo tiempo, la joven se acercó al revisar lo que había en el interior de la bolsa, era demasiado larga como para ser un cuadrúpedo ¿Podría tratarse de alguna serpiente? No, no lo era, parecía tener extremidades. Tomando una vara algo larga se aprox
—Lo mismo que hace un viejo como usted, tomando aire — gruñó ella rodando los ojos y retomando su camino, su paciencia había llegado a su límite minutos atrás, si no se controlaba, posiblemente cometería un crimen en medio del sitio abandonado. Ella esperaba a que el hombre comprendiera la indirecta y continuara con su propio camino, lo cual no fue así, sino que se acercó con mayor velocidad a Roksana.—Déjeme acompañarla, así me aseguraré de que nada le suceda — aceleró sus pasos para ir a la par de la chica.—Hace un par de metros encontré el cuerpo de una mujer, estaba completamente golpeado, y debo ir por ayuda, de casualidad ¿Usted es el causante de eso? — indagó intentando calmar su ira; por otro lado, y con una intención diferente, estaba esperando a que él confesara de la manera más descarada posible de que efectivamente lo había hecho él, de manera que, Roksana podría golpearlo libremente sin sentirse culpable después.—Acompáñeme, tengo algo que mostrarle — sugirió el hombre
Taylor quedó helado frente a las palabras de Roksana, no había llegado a imaginar que esa simple comparación hubiera hecho que ella reaccionara de esa manera. —No, no lo eres — susurró sentándose a su lado.—No mientas. No importa cuánto lo intente, siempre seré su hija y su reflejo — su voz estaba completamente ahogada, tanto que era difícil comprender lo que ella estaba diciendo. —He deseado tanto poder borrar lo que pasó con anterioridad, pero esa sombra me persigue, lo hace a pasos tan veloces que no puedo encontrar las fuerzas para enfrentarla; ni por más que corra podré escapar de ella, cada vez, se hace más y más grande.—Roksi, lo siento, no debí haber dicho eso… yo…—Simplemente dijiste la verdad. Hay aspectos de mí que yo misma quisiera borrar, desearía olvidar todo mi pasado y poder comenzar de nuevo, creí que lo lograría, hacer que todo esto terminara; ni siquiera al dormir puedo encontrar paz… Soy el monstruo que mi padre quiso crear y yo no mostré resistencia. Mis manos