Observar a Ishmalkahama en una situación incomparable de poder y lucha. ¡Era realmente aterrador! ¿Quién podría osar enfrentar a un dios creador todo poderoso por más que no fuese digno de poseer los tronos de la ciudad santa?Sin embargo, los gobernadores que sobrevivían en la ciudad santa y que delante de ellos se encontraba el más semejante a Helel, lleno de odio, rencor e ira hacia el mismo Ishmalkahama por la manera en la que trató a las creaciones de los dioses antiguos, es que ahora de igual manera mediría sus fuerzas con los gobernadores y se enfrentaría a una verdadera contienda por el control y dominio de la ciudad.Siendo esta la fuente inagotable de gloria y poder que les otorgaba a los Dioses en sus tronos cuando sus ángeles y todas sus creaciones los alababan y llenaban de gloria hasta el mismo cansancio de los coros angelicales que de momento guardaban silencio y se resguardaban en las murallas y aposentos de las setenta y dos ciudades dentro de la enorme y cuantiosa ci
Abaddon aumentó de tamaño ante la presencia y mirada de todos los ángeles y arcángeles que se encontraban presentes. ¡No sucedía algo similar en aquella ciudad en la que el pecado y la oscuridad no eran bienvenidos en ningún sentido!De pronto se encontraron con el inmenso poder que Abaddon era capaz de liberar con su oscuridad. Ishmalkahama se vio obligado a aumentar su gracia, dejando cegados a sus hijos presentes que estaban ante un hecho histórico que por más que desearan borrarlo de la historia, siempre existiría un ser que recordara la batalla entre un dios supremo y parte de sus creaciones que se rebelaron en su contra por la tiranía y forma de actuar.Helel observaba atentamente la forma en la que su padre atacaría a Abaddon para aprender de sus fortalezas y debilidades, eso sin lugar a duda le ayudaría a confrontar a su padre en el momento más oportuno que se le presentara en la batalla. Todo parecía indicar que no era lo que realmente estaba planeado, ya que el plan original
Ishmalkahama estaba completamente seguro por ser el único dios todopoderoso que alguno lo retara y le hiciera frente ante su inigualable poder, solo que de gran manera se estaba olvidando que el dios todopoderoso de la antigüedad de igual forma dotó de poderes similares a los de un dios a los que ahora estaban enfrentando su deidad y se atrevieron a irrumpir en su gracia.Ya habían rasgado parte de las vestiduras de Ishmalkahama de la manera más inmunda posible, mientras que Hera ahora poseía el control de los cielos tras haber aprisionado a sus arcángeles y avanzado por los nueve cielos hasta llegar a la ciudad con su oscuridad, pero Hera no iba a entrar en acción de no haber necesidad de hacerlo. Deseaba con todo su ser el hecho de ver a Ishmalkahama destruido y acabado, pagando por sus propios pecados y crimines del pasado.Habiendo exclamado desde el noveno cielo en silencio para que Ishmalkahama no se percatara de su presencia a pesar que la oscuridad estaba comenzando a inundar
Helel tomando a su padre por la espalda, a un principio aparentaba que se dirigía en su ayuda por lo que estaba sucediendo. Helel no dejó duda alguna al instante que colocó la daga en la que se convirtieron sus alas, daga que era más cortante y penetrante que cualquier otra clase de arma conocida dentro de la ciudad santa y de los nueve cielos, por lo que al instante Ishmalkahama sintió una fría corriente atravesar todo su ser divino y santo tras la postura de su hijo.¿Cómo era posible que su hijo finalmente terminó traicionándolo? podría mencionarse que nunca llegó a considerar que esa situación realmente sucediera después de haberlo perdonado tras haber descubierto que su traición era inminente en los planes que le fueron dados a conocer por parte de Jofiel, pero que tras la intervención de Hariel y tras haberle demostrado que estaba de vuelta a la ciudad santa con su padre tras haber derrotado y destruido cuatro esencias malignas. Ishmalkahama consideró que Helel había vuelto a su
La diosa Hera sintiendo una gran emoción al instante que su amante e hijo de Ishmalkahama, desterró a su padre a las profundidades del abismo condenándolo así a un eterno sufrimiento y sin una aparente oportunidad para liberarse de la presión a la que había sido enviado.Su felicidad era inmensa y no se comparaba con nada existente. La diosa y quien ahora se convertiría en la suprema en el instante que tomará el trono que le pertenecía al padre de Helel, de alguna manera dejando con claridad y certeza que era el lugar que le correspondía desde mucho antes de la misma creación de los dioses.Era el lugar que se le había negado al instante que el padre de Helel la desterró juntamente con los otros dioses que en ese instante se encontraban cada uno a la espera de lo que de ahí en adelante llegará a suceder con lo con lo que parecía ser un nuevo reinado, así como también una nueva forma de vida.Hera no podría dejar por fuera a su amante y quién había sido el precursor de lo que ahora era
Tras haber quedado establecido el nuevo reino bajo los términos y las circunstancias que había decretado la nueva diosa. Helel después de haber sido un serafín se había convertido en un dios pagano.Hera la suprema sentándose en su trono qué había diseñado a partir de una estrella de cinco lados, teniendo a su amante a su disposición las ocasiones que ella así lo deseara. Hera la fuente inagotable e infinita de la misma oscuridad que daba lugar a la noche, preferiría permanecer en la oscuridad por su naturaleza y Helel no era completamente ajeno a la oscuridad en su totalidad si ésa fuera la decisión de parte de su amante.Considerando que Helel era la estrella de la mañana y por lo tanto llevaba en su interior la luz que irradiaba desde lo más profundo de su ser de forma natural sin que esta pudiera llegar a ser opacada por la misma oscuridad, sin embargo, a Hera esa situación no le preocupaba aun sabiendo que, al permanecer con su amante en esa situación de entrelazar sentimientos,
Hera la diosa suprema guardaba en su interior la intriga de averiguar, ¿Qué era lo que Helel deseaba más que a ella? Por lo que la pregunta no se quedaría sin respuesta. A pesar que Hera no sabía con exactitud los deseos de su amante, ella deseaba averiguar si Helel sería capaz de arrebatar el trono que ahora ella gobernaba.Helel sin despegarse de la intimidad con su amada Hera, le respondió la pregunta sin descuidar sus labios del cuerpo de Hera. —Lo único que deseo es que gobernemos juntos por la eternidad y que nos amemos hasta que el mismo infinito deje de existir.Hera satisfecha con la respuesta de Helel, le susurró con el deseo de su cuerpo divino. —¡Ámame tanto que no pueda mantenerme estable en este cuerpo divino! Deséame tanto que no soporté tu deseo en mi interior, bésame hasta que mi piel se desgaste y quede atrapada en tus labios. Poséeme hasta que mi ser divino quede arraigado a tu lujuria.Helel y Hera se encerraron en el gran salón y los siglos continuaron su curso mi
Ishmalkahama encontró a un ser condenado a profundidades más tenebrosas de las cuales no contaba con el conocimiento de esa existencia. Esa voz e información sorpresa causó intriga en saber, ¿Quién era ese personaje y cuál era su nombre o descendencia?Todo indicaba que Hera pertenecía a esa raza de seres existentes que no pertenecía a la raza de Ishmalkahama, pero, ¿cómo era eso posible? ¿En qué momento ellos existieron sin que Ishmalkahama estuviera informado?Resultó ser una aparición extraña y completamente sorprendente lo que estaba ocurriendo en la celda donde se encontraba el prisionero de Helel. ¡Así como también hacía suponer que ninguno de los gobernadores que pasaron el resto de su existencia en ese lugar, tampoco sabían de la existencia de ese ser extraño!Helel no conocía gran parte de las tinieblas más que solo la anterior profundidad de donde sus gobernadores fueron liberados. Existía mucho camino que desenterrar y secretos que salieran a luz en medio de una eterna oscu