Azrael no era un ser fácil de convencer o de hacer caer a los deseos de otros seres espirituales, por lo que Samael desde el inicio de la conversación cuidaba sus palabras, por lo que Azrael queriendo adelantar la conversación, preguntó de inmediato y afirmando en su conversación lo que aún no era de su conocimiento.—Entiendo, ¿Eres parte de la rebelión de Helel? Sabía que algo no estaba bien contigo desde que Miguel te envió con Kedoshim y te envió a destruir a Helel cuando se encontraba con Hera y ahora de pronto son muy hermanos cercanos, ¿Ciertamente es muy sospechoso de tu parte Samael o me equivoco?Samael respondió sediento de gracia. —¡No deberías de pensar así Azrael!Azrael le susurró al odio a Samael. —¿Entonces que debo pensar? No me dejas alternativa Samael.Entonces Samael con la malicia jugando en medio de ellos, exclamó con burla. —Recuerda que es pecado juzgar a los demás sin saber la verdad de lo que suceda por muy sospechoso que se pueda ver el asunto.Azrael con m
El arcángel Miguel se posiciono al frente de la batalla, sabiendo que sería su oportunidad para enseñorearse ante sus hermanos mayores y menores, aún por encima de Helel que era el más admirado sobre los serafines y querubines, pero que no se ganaba el respeto de los arcángeles por el misterio que rodeaba a Helel y por la relación amorosa que llevaba en secreto con Hera la Diosa de la nada.Belcebú se aproximó hacia las puertas de la ciudad santa, observando a quien en ese momento era su enemigo y toda hermandad quedo botada por el suelo, la única intención de Belcebú era arrasar con todo a su paso y no le importaba un segundo la existencia de cualquier ser espiritual que se encontrara en su camino.Belcebú le pregunto a un Miguel que se encontraba lleno de orgullo y envidia por la fuerza que observaba de Belcebú, por lo que Belcebú exclamando con voz de trueno que hizo estremecer el resto de cielos destruidos. —¿Pretendes detener mi marcha con ese destello en tus manos?Miguel respon
Belcebú se estaba dejando consumir por la soberbia de su poder, misma de la cual presumía y no tenía reparo en demostrar en lo absoluto. No le importaba que se tratara de un Arcángel o un Serafín. Belcebú los trataba como igual por ser superior a sus gracias y dejando claro ¡Porque es que en la antigüedad fue depositado en una prisión eterna de la cual solo un Dios lo podría liberar!De momento Helel se encontraba con Ishmalkahama brindándole alternativas para demostrar su lealtad hacia su padre y la ciudad santa, debido a que Ishmalkahama incitó que Helel fuese precisamente responsable de detener el avance de Belcebú y sus gobernadores. ¡Pero aún existía alguna esperanza para Helel al instante que Abaddon fuera liberado!Todo debido a que al instante Ishmalkahama no tendría alternativa para intervenir la situación, por Seraphiel que asumió ser el responsable directo de defender la ciudad santa que estaba a punto de caer en desgracia, por la caída de quien se creía que era el serafín
Belcebú de alguna manera no creía que Helel llegara a estar en contra de los gobernadores, después de haber organizado todo desde el reino de las tinieblas. Resultaba ser algo prácticamente inconcebible para Belcebú esta situación que se estaba presentado de inmediato y sin ser de alguna manera coherente a los supuestos intereses de Helel de apoderarse del trono de Ishmalkahama.Lo cierto es que Helel siempre estaba velando por sus propios intereses sin necesidad de alguna manera de consultarlo con alguien en específico, pero Belcebú era una de las gracias que por más furioso que se encontraba o que llegara a sentirse traicionado, ¡no revelaría lo que en secreto se conversó con Helel por debajo de los cielos!De esa manera es que Helel se encontraba más que seguro de lo que tendría que suceder, solo que Helel lo que estaba creando o intentando hacer, era específicamente ganar el tiempo necesario para que Kedoshim liberara a Abaddon. ¡De esa manera Ishmalkahama no se detendría a actuar
Kedoshim y Elohim liberarían a Abaddon en el momento que Helel estaba en batalla con los gobernadores de las tinieblas. El asunto en concreto se trataba que Helel no tocara a más de cuatro gobernadores para con ello asegurarse que Abaddon y Belcebú encontraran la oportunidad de atacar efectivamente a Ishmalkahama y con ello lograr el objetivo principal en primera instancia en agotar la luz del padre de Helel para que este tuviese la máxima oportunidad de ser posible en vencer y derrocar a su padre y de esa manera obtener la victoria y hacerse con los tronos de la luz para entregárselos a Hera y Hariel después de desterrar a Ishmalkahama. ¡Tarea en lo absoluto muy difícil de llegar a conseguir o siquiera llegar a pensar que podría suceder!A pesar que los arcángeles se encontraban en el lugar y la mayoría de los serafines que sobrevivían, así como los querubines, pero al ver derrocado a Ishmalkahama no tendrían oportunidad alguna y solo les quedaría rendirle tributo y obediencia al nue
Ante la mirada atónita de los arcángeles y la sorpresiva mirada de Belcebú, que, aunque Ishmalkahama no deseaba que se notara que también se sorprendió en el instante que apareció Abaddon. La verdad era que de igual manera llegó a sorprenderse que Abaddon se encontrara a sus espaldas ahí presente de una forma inesperada y sin haber sido detectado por su gracia, con el único claro objetivo de buscar al igual que su hermano Belcebú, ¡venganza! Por lo que Ishmalkahama les provocó en el pasado.La presencia de Abaddon confirmaba el hecho que era explícitamente por causa de los gobernadores del inframundo y no porque Helel así lo hubiese planeado. ¡Aunque la verdad era exactamente el plan de Helel!Helel era el que estaba provocando todo lo anterior por medio de la manipulación y forma de controlar la situación que ahora se estaba dando frente a su padre y los demás seres celestiales que los acompañaban y no daban crédito a lo que acontecía, muchos de ellos no contaban siquiera con el cono
Observar a Ishmalkahama en una situación incomparable de poder y lucha. ¡Era realmente aterrador! ¿Quién podría osar enfrentar a un dios creador todo poderoso por más que no fuese digno de poseer los tronos de la ciudad santa?Sin embargo, los gobernadores que sobrevivían en la ciudad santa y que delante de ellos se encontraba el más semejante a Helel, lleno de odio, rencor e ira hacia el mismo Ishmalkahama por la manera en la que trató a las creaciones de los dioses antiguos, es que ahora de igual manera mediría sus fuerzas con los gobernadores y se enfrentaría a una verdadera contienda por el control y dominio de la ciudad.Siendo esta la fuente inagotable de gloria y poder que les otorgaba a los Dioses en sus tronos cuando sus ángeles y todas sus creaciones los alababan y llenaban de gloria hasta el mismo cansancio de los coros angelicales que de momento guardaban silencio y se resguardaban en las murallas y aposentos de las setenta y dos ciudades dentro de la enorme y cuantiosa ci
Abaddon aumentó de tamaño ante la presencia y mirada de todos los ángeles y arcángeles que se encontraban presentes. ¡No sucedía algo similar en aquella ciudad en la que el pecado y la oscuridad no eran bienvenidos en ningún sentido!De pronto se encontraron con el inmenso poder que Abaddon era capaz de liberar con su oscuridad. Ishmalkahama se vio obligado a aumentar su gracia, dejando cegados a sus hijos presentes que estaban ante un hecho histórico que por más que desearan borrarlo de la historia, siempre existiría un ser que recordara la batalla entre un dios supremo y parte de sus creaciones que se rebelaron en su contra por la tiranía y forma de actuar.Helel observaba atentamente la forma en la que su padre atacaría a Abaddon para aprender de sus fortalezas y debilidades, eso sin lugar a duda le ayudaría a confrontar a su padre en el momento más oportuno que se le presentara en la batalla. Todo parecía indicar que no era lo que realmente estaba planeado, ya que el plan original