Estrujo aun más mis brazos acercando la suave tela a mi rostro. Esta fresca y cómoda. Mis músculos se rehúsan a ser otro movimiento que no sea el estirarse para cambiar de posición. Una suave brisa eriza mi piel, pero la mantiene caliente una manta que me hace debatir cual es más satisfactoria si ella o el colchón.
—Raquel
Estoy soñando...
—Raquel
Ya va a desaparecer...
—Sera la ultima vez que un ser humano pronuncie tu nombre si no te levantas
—¿Qué? — reniego ocultando mi rostro en la almohada— Tenemos día libre, d
— ¡RAQUEL, DETENTE YA! —lo escucho gritar, pero no me molestare en fingir en ignorarlo, no. Que mire como me rio ante sus chillidos— ¡QUÍTENME A ESTA LOCA DE ENCIMA!— ¿COMO QUE LOCA, PEDAZO DE IDIOTA? —¿Ósea que ahora yo soy la loca? Estaba pensando cuidadosamente mis movimientos, por la escaza compasión que le tenía, al no saber defenderse bien de mí, pero se esfumo —A mí solo me llama loca mi padre ¿Cómo la vez? —y con toda la seguridad del mundo, me tiro del sofá para caer sobre el cuerpo de Belmont. Hoy si veras lo que puede hacer esta locaÉl se retuerce para tratar de quitarme de encima, mientras yo apretó más la almohada en su cara y no me molesto en poner
—Raquel debes de salir de ahí— dice Dareh desde el otro lado de la puerta.—Técnicamente debemos de salir de este país ahora mismo—le responde Belmont, ayudándome a bloquear la puerta.¿Por qué me esta ayudando? Pues porque lo amenace en decirles donde carajos había dejado a Tamira si no cooperaba.—El país donde estamos ahora mismo es Francia y no podemos porque arruinaste todo— habla esta vez Steph— ¡Abran la estúpida puerta!—Al menos ya tienes buen aliento— bromea Belmont a mi lado, hombro a hombro.—Te vuelves a burlar y juro por mi vida que despertara
—Sigan corriendo—nos apura Steph, tomando la adelantara.Después de cruzar unos arbustos y seguir a toda velocidad por un jardín mas cuidado que las plantas de mi madre, estamos llegando a un muro no tan alto que, supongo yo, es el limite del hotel.—Como haremos para saltar eso, ni Dios lo sabe— les grito, siendo yo la ultima de los cuatro, estoy dando todo de mí. Pero el estar descalza me lo complica todo. Esperen. Admiro mis pies dejando huellas en el cálido césped— ¡Mis zapatos! —me paro de inmediato al darme cuenta de que los olvide en la habitación. Maldita costumbre de pasearme descalza por las mañanas—Debo de regresar.—¿Qué? —deja de corr
Fresita de pie, frente a mí y con sus ojos claros viéndome expectantes solo provoca que quiera darle un puñetazo o un empujón para despistarlo y salir corriendo. Está esperando a que mi mente trate de formular la respuesta correcta y el que lo tenga tan cerca no me está ayudando a actuar con normalidad. ¿Cómo le digo que fue puro impulso a lo tonto?—¿Algo que decir, Raquel? —enarca una ceja y con el dedo pulgar acaricia mi piel de la muñeca, un tacto tan suave y lento. ¡Que no me deja pensar bien!—Tengo hambre—inspiro hondo con mi nariz tocando mi estomago con mi mano libre— Se me antojan unas papitas o algo delicioso de Francia ¿A ti no?Y es cierto, sé
¡QUE EMOCION!—Literalmente, nací para esto— chillo con el auricular de la cabina telefónica, tan descuidada como mi aspecto en estos momentos. Es que no puedo esperar a presionar los botones.— ¿Raquel, estas segura de lo que estás haciendo? —habla seriamente Belmont al lado mío, mira el aparato y luego mi rostro buscando rastros de broma en él. Se muy bien que esta ansioso pero preocupado a la vez. Lo peor que nos puede pasar es que reconozcan mi voz, algo que me empeñare en ocultar.—Relájate, tengo todo bajo control— intento relajar de igual manera mis ánimos de realizar ya la bendita llamada— Primerizos.—&nb
—También me secuestraron a mi— No se porque estoy mas preocupada, por la llamada de mi tío o de que cualquiera de los tres se dé cuenta que estoy hablando con el. Ojalá y me crea.—Algún día, sobrina—se escucha agitado y creo que no hace falta que diga que hasta sarcástico— Oh, espera. Ese día es aparentemente hoy.—¿Collette me expulsara? —Se la respuesta, pero el confirmarlo quizás me evite el crearme esperanzas.—Ella no lo sabe—¿Qué?—Pon atención— ojeo rápidamente para verificar que ninguno es
—Comes tan desagradable— escuchó a Belmont, pero no me importa. Tengo hambre. Seguiré masticando y tragando como si mi vida dependiera de ello. Y es que ¿Cuántas veces en tu vida te levantas y comes un delicioso pan francés y de gratis?—Déjala, está disfrutando su croissant— Steph me abraza por los hombros robándome un bocado. A ella sí, ningún otro pedazo a Belmont, que se muera de hambre.—Parece una ardilla apuntó de explotar.—Las ardillas son adorables— me defiende Dareh, limpiando una comisura de mi boca con su dedo pulgar— Al menos no se está atragantando con agua— ¡GRACIAS!Guardare s
—¿Es algo malo y horripilante donde tendré que actuar como si todo estuviera bien o bueno tipo podría abrazar a cada habitante de este planeta?—Si no me dejas hablar nunca lo...—Es que solo quiero saber si querré decir la respuesta o tendré que idear una excusa tonta para evadir la situación.—Eso mismo me preguntaré yo— inclina su cabeza mirándome con un poco de exasperación. Quizás debería de guardar silencio y dejarle hablar.—Adelante, apresúrate— le digo cerrando mis ojos. Entre más rápido esto, mejor será mi excusa.—Cu