-Belmont, idiota- trato de apartar su rostro para poder saltar del carrito y respirar libremente- ¿Qué diablos está pasando aquí? - digo tomando una bocanada de aire y arrodillándome en el césped. Otro susto así y juro que mejor vuelvo a mi habitación.
Mi corazón no puede aguantar tanta intriga, les juro que, si hubiera sido un guardia o peor la cara de mi tío, no me hubieran sacado de ese canasto si no era llorando o suplicando clemencia.
- Unos duques sobornan al equipo de limpieza para dejar los canastos y luego nos toca ir por ustedes, olvide que estás de novata hoy- Lo escuchó decir mientras ayuda a salir a Tamira.
No solo es Belmont, gracias al destino. Hubiera sido algo incomodo el tener solo al ex de mi amiga aquí, pero otros ocho chicos están ayudando a sacar a las demás y
Espero les este gustando mucho, perdón si se topan con algunos errores, estoy editando todo lo mas rápido que puedo para corregirlos y así. Así que no se asisten si de la nada ven que se actualiza un capitulo anterior. Soy yo haciendo mas satisfactoria la experiencia.
Él se queda inmóvil unos segundos antes de continuar buscando en la laguna de chocolate. - ¿Perdón? – Mis instintos me gritan que le arranque la mascara - ¿Estudias aquí? – es lo único que logro articular al tratar de decidirme si quitarle el antifaz o seguir rebuscando en su rostro, me está dando mal espina este chico. - Conseguí tu fresa naufragante- algo en su voz no me termina de cuadrar, es imposible distinguirla con la música haciendo interferencia...quizás si me acerco más a él. No, no es momento de perversidades, Raquel Blake. El intercambia la fresa de un cubierto lleno de chocolate a otro limpio, ofreciendo llevarla hasta mis labios. -Yo puedo alimentarme sola, gracias
Estrujo aun más mis brazos acercando la suave tela a mi rostro. Esta fresca y cómoda. Mis músculos se rehúsan a ser otro movimiento que no sea el estirarse para cambiar de posición. Una suave brisa eriza mi piel, pero la mantiene caliente una manta que me hace debatir cual es más satisfactoria si ella o el colchón.—RaquelEstoy soñando...—RaquelYa va a desaparecer...—Sera la ultima vez que un ser humano pronuncie tu nombre si no te levantas—¿Qué? —reniego ocultando mi rostro en la almohada— Tenemos día libre, d
— ¡RAQUEL, DETENTE YA! —lo escucho gritar, pero no me molestare en fingir en ignorarlo, no. Que mire como me rio ante sus chillidos— ¡QUÍTENME A ESTA LOCA DE ENCIMA!— ¿COMO QUE LOCA, PEDAZO DE IDIOTA? —¿Ósea que ahora yo soy la loca? Estaba pensando cuidadosamente mis movimientos, por la escaza compasión que le tenía, al no saber defenderse bien de mí, pero se esfumo —A mí solo me llama loca mi padre ¿Cómo la vez? —y con toda la seguridad del mundo, me tiro del sofá para caer sobre el cuerpo de Belmont. Hoy si veras lo que puede hacer esta locaÉl se retuerce para tratar de quitarme de encima, mientras yo apretó más la almohada en su cara y no me molesto en poner
—Raquel debes de salir de ahí— dice Dareh desde el otro lado de la puerta.—Técnicamente debemos de salir de este país ahora mismo—le responde Belmont, ayudándome a bloquear la puerta.¿Por qué me esta ayudando? Pues porque lo amenace en decirles donde carajos había dejado a Tamira si no cooperaba.—El país donde estamos ahora mismo es Francia y no podemos porque arruinaste todo— habla esta vez Steph— ¡Abran la estúpida puerta!—Al menos ya tienes buen aliento— bromea Belmont a mi lado, hombro a hombro.—Te vuelves a burlar y juro por mi vida que despertara
—Sigan corriendo—nos apura Steph, tomando la adelantara.Después de cruzar unos arbustos y seguir a toda velocidad por un jardín mas cuidado que las plantas de mi madre, estamos llegando a un muro no tan alto que, supongo yo, es el limite del hotel.—Como haremos para saltar eso, ni Dios lo sabe— les grito, siendo yo la ultima de los cuatro, estoy dando todo de mí. Pero el estar descalza me lo complica todo. Esperen. Admiro mis pies dejando huellas en el cálido césped— ¡Mis zapatos! —me paro de inmediato al darme cuenta de que los olvide en la habitación. Maldita costumbre de pasearme descalza por las mañanas—Debo de regresar.—¿Qué? —deja de corr
Fresita de pie, frente a mí y con sus ojos claros viéndome expectantes solo provoca que quiera darle un puñetazo o un empujón para despistarlo y salir corriendo. Está esperando a que mi mente trate de formular la respuesta correcta y el que lo tenga tan cerca no me está ayudando a actuar con normalidad. ¿Cómo le digo que fue puro impulso a lo tonto?—¿Algo que decir, Raquel? —enarca una ceja y con el dedo pulgar acaricia mi piel de la muñeca, un tacto tan suave y lento. ¡Que no me deja pensar bien!—Tengo hambre—inspiro hondo con mi nariz tocando mi estomago con mi mano libre— Se me antojan unas papitas o algo delicioso de Francia ¿A ti no?Y es cierto, sé
¡QUE EMOCION!—Literalmente, nací para esto— chillo con el auricular de la cabina telefónica, tan descuidada como mi aspecto en estos momentos. Es que no puedo esperar a presionar los botones.— ¿Raquel, estas segura de lo que estás haciendo? —habla seriamente Belmont al lado mío, mira el aparato y luego mi rostro buscando rastros de broma en él. Se muy bien que esta ansioso pero preocupado a la vez. Lo peor que nos puede pasar es que reconozcan mi voz, algo que me empeñare en ocultar.—Relájate, tengo todo bajo control— intento relajar de igual manera mis ánimos de realizar ya la bendita llamada— Primerizos.—&nb
—También me secuestraron a mi— No se porque estoy mas preocupada, por la llamada de mi tío o de que cualquiera de los tres se dé cuenta que estoy hablando con el. Ojalá y me crea.—Algún día, sobrina—se escucha agitado y creo que no hace falta que diga que hasta sarcástico— Oh, espera. Ese día es aparentemente hoy.—¿Collette me expulsara? —Se la respuesta, pero el confirmarlo quizás me evite el crearme esperanzas.—Ella no lo sabe—¿Qué?—Pon atención— ojeo rápidamente para verificar que ninguno es