Ahora entiendo porque todos le temen al "tenemos que hablar"
Trague.
—Sí, dígame.
Otro silencio.
—Joven, tengo algo de prisa los platos...
—Los platos pueden esperar y no me llames Joven, me molesta. —Fue mi turno de tragarme las palabras —. Dios mío. Lo he vuelto a hacer, discúlpame.
Ahora si todo era terreno desconocido.
—No se preocupe por nada, lo escucho.
—Este es precisamente el problema, Manuela. No puedes perdonar todas
Hoy amanecí enojada con los libros. Si, con los libros; por enseñarme tanta mentira.Sé que Cristóbal está intentando ayudarme tratándome con ternura, pero siento que sólo lo hace por lastima. Ahora entiendo bien lo que sentía al principio. Lo peor de todo es que cada vez me duele mas su cercanía. Lo quiero y no sé cómo sacarlo de mis pensamientos.Estos seis meses no han sido fáciles. Mi madre empeoro; su corazón cada día está más débil. Él cardiólogo nos dijo que la única esperanza sería un trasplante y eso en mi país es misión imposible para nosotros, los que solo tenemos un sueldo que a duras penas nos alcanza para comer por culpa de la grave crisis económi
Luego de una hora de camino llegamos al Santuario Votivo Nacional Nuestra Señora de Coromoto, ubicado a las afueras de Guanare. Constanza corrió e inmediatamente saco una cámara para capturar lo que ella denomino "su momento de libertad" Danny corrió hacia ella y la tomo en los brazos haciéndola reír.Por otro lado, Érica buscaba señal en su celular y Cristóbal miraba a un punto perdido del pavimento. Me gustaría saber en qué está pensando en estos momentos.—Manuela ¿Qué haces ahí parada? Ven, únete a nosotros —gritó Constanza y suspire dando un paso que me fue detenido por una mano en mi antebrazo.Alce la vista.—Primero t
No, no era una broma.—Puyote, Cristóbal otra vez la misma canción... —protestó Danny cuando Hula Hoop de Daddy Yankee volvió a sonar—. Voy a terminar por amarrar mi trasero al asiento para evitar moverlo —dijo bailando.—Calma, tigre que cuando lleguemos podrás moverlo como tú quieras —sugirió Constanza divertida.Érica se mantenía en silencio y con una expresión no muy agradable. Yo mientras tanto me limitaba a mirar las luces parpadear por la ventanilla. Había anochecido y no terminábamos de llegar a la dichosa finca.—¿Estás seguro que sabes dónde es? —pregunt&o
Cristóbal termino por ignorarme toda la noche.Al día siguiente, luego de haber accedido a dormir en una de las habitaciones con la única condición de que hoy me llevaran de vuelta a casa, me levanté y fui al pasillo. Los Chaguaramos de sostenían el techo eran hermosos pues tenían grabadas flores y largos arbustos. Tocando uno de ellos mire hacia la lejanía, donde se podían observar los esteros de la llanura. Todo el lugar grita paz, pero yo no la quiero, porque en el fondo sólo me engañaría a mí misma.Mire mi vestido floreado, Constanza me lo había dejado en la habitación temprano. Ella y Danny habían salido a cabalgar. Me pregunto dónde estarán Cristóbal y Érica; imagino que aun deben
Corrí sin tener ninguna dirección especifica. Cuando el aliento me falto me detuve y apoyándome en un árbol para poder respirar intenté tranquilizarme. ¿Qué quiere ganar Cristóbal con sus acciones? No lo entiendo. Dejándome caer en el suelo mire al suelo y como si fuera innato lleve mi mano a mis labios. Me beso. No había sido ningún sueño, él realmente lo ha hecho.El lugar estaba desolado. Seguramente había corrido hacia uno de los potreros de la finca. A mi derecha había un montón de árboles y se escuchaba el choque de las aguas al correr. Era un rio.Tenía sed y unas ganas de llorar enormes.Caminando y evitando pensar en lo sucedido me
Era media noche y Cristóbal no aparecía.Caminamos por todo el lugar, y terminamos en el rio, guardando silencio.—Estuvo aquí. Encontramos esto —Danny le dio una pequeña pulsera a Constanza.—Tenemos que buscarlo —habló Constanza apretando la pulsera en sus manos.—Lo sé, amor.Suprimí las ganas de llorar y medite mirando a la oscura agua. No debía haberlo tratado de esa manera. Ahogue un sollozo. Yo no tenía idea de nada.—Todo esto es mi culpa —dije temblando.
—En el nombre del padre, del hijo y del espíritu santo. Amen.—Amen —repitieron todos.Me mantuve firme viendo como los ataúdes desaparecían cuesta abajo. Las personas lloraban y declamaban sus lamentaciones y yo me limitaba a solo escuchar. No quería pensar, ni sentir ni nada, no lo merecía.Cuando comenzaron a sellar las tumbas en el viejo Cementerio, me di la vuelta y comencé a caminar. Varias personas fueron tras de mí y los rechace. No quería hablar con nadie.Era como estar presente en un lugar y no saberlo. Así me sentía. No podía llorar, ni gritar como aquella madrugada, cuando en mis brazos sostuve a las únicas personas que me han amado en esta vida.
Cuatro meses después.—No entiendo cómo Cristiano Ronaldo dice ser mejor que Messi. Esa jugada dio asco.—Ey, no cruces la línea. Sabes que R7 es lo mejor. —dijo Danny arrojándole un cojín.Cristóbal y Danny no podían ver un partido Barcelona vs Real Madrid sin caerse a golpes. Parecían niños. Termine de lavar los platos y luego limpie la encimera. Estos meses habían sido duros para mí, hasta tal punto de no hablar si no era necesario; en ocasiones había días en los que solo pronunciaba dos o tres palabras. Constanza siempre me lo reprendía y Cristóbal le pedía que me dejara en paz.&mdas