― Me enteré que te casaste y que tienes un matrimonio feliz ― Comentó mientras le daba un sorbo al café. ―.
No pensé que nuestro encuentro en la calle terminará en una conversación dentro de una cafetería. Si algún amigo de Santiago me veía conversado con Leonardo los rumores de que estoy saliendo con otro hombre llegarán rápidamente a sus oídos.
― Sí hace seis años que me case, tuve una hija, bueno, la niña con la que me viste entrar al colegio es mi hija. Lo de matrimonio feliz era cierto hasta hace unos días, es un tema que actualmente… me tiene mal porque descubrí que el mejor esposo del mundo me fue infiel con otra mujer.
― ¿Te fue infiel? ― Me preguntó sorprendido. ―.
― Sí.
― ¿Y cómo lo sabes?
― Mintió, es todo lo que puedo decirte, Leonardo.
― No tie
— Hace unos días me encontré con Leomar ¿lo recuerdas? — Giró la cabeza para mirarme y fijo nuevamente su atención en la carretera. —. — ¿Leomar? ¿el caos de la clase? cómo olvidar a ese necio. — Jajajajaja sí ese mismo, el irremediable. Te enteraste que luego de haber negado y rechazado que se iba a enamorar terminó casado con la hija del profesor Raúl. — ¿Espera? ¿qué? Se caso con Yeny ¿Cómo es posible? Si los dos se odiaban a muerte y Leomar ni en sus sueños la miraba. — Conocerás el famosísimo refrán que dice del odio al amor hay un pequeño paso. Yo quedé sin palabras cuando lo escuché salir de su boca y entre en shock cuando me mostró la fotografía de sus dos hijos. — Yo agregaría que del amor al odio también hay un pequeño paso. Me alegra por ellos quien se iba imaginar que dos personas que no tenían nada en común terminarán uniéndose. — La vida es sorprendente ¿Cierto?. Ayer no se me pasaba por la cabeza cruzarme contigo, hoy te encuentro y me ofrezco llevarte a casa.
— No me malinterpretes. Este es un lugar perfecto para calmar tu mente. — Comentó observando como fluia el agua —. — No puedo creer que me hayas traído al... — Si cierras tus ojos y centras tú atención en el sonido del agua corriendo sobre las rocas te relajaras y te sentirás mucho mejor. — Leonardo, creo que estar aquí contigo a solas no es correcto. — Lo miré nerviosa. —. — No va a pasar nada que tú no quieras. Así que puedes estar tranquila. — Me sentiría más tranquila si me llevarás a mi casa. Cuando ví el reloj eran las 8:43 a.m debía recoger a Tifany al colegio a las 11:30 a.m. No entiendo como a Leonardo se le ocurrió la brillante idea de traerme al río para distraerme. — Dudo que estés más tranquila en tu casa. Si estás sola tus pensamientos solo se enfocarán en hacerte recordar lo ocurrido y es imposible que así te puedas sentir tranquila . ¿Prefieres que te lleve a tu casa o que te invite almorzar luego de pasar por tu hija al colegio?. — No quiero hacerte sentir
Decidí no volver a confiar en ningún hombre, era definitivo. Leonador quiso pasarse de listo y no le iba perdonar el mal momento que casi me hacía morir de un infarto. — Solamente estaba bromeando. No me creerías capaz de abandonarte ¿O sí?. —Se rascó la cabeza. —. — Leonardo esa broma estuvo muy pesada. — Me cuesta aceptar que en serio hayas creído a mi persona capaz de hacer semejante cosa. Óyeme bien, Kiara, ni en mis sueños te haría algo para perjudicarte, por el contrario vería en todo momento por tu bienestar. — Eso debiste haberlo pensado antes de hacer tu bromita pesada. Al llegar a la casa me fijé que el auto de Santiago estaba estacionado mire de hito en hito para sersiorarme que todavía no se hubiese bajado del coche. En esos milisegundos que transcurrieron no sé porqué se vino a mi cabeza una estrategia infalible para darle un ataque de celos. — Leonardo. Te disculparé por lo que hiciste solo si me haces un favor. — ¿En qué te puedo ayudar? — Me pregunto sonriendo.
— Puedes entender que fue él quien hizo que todo se fuera a la borda.— Kiara, sino le diste la oportunidad para que se expresará fue un grave error el que cometiste. No es correcto que hayas dado todo por sentado sin siquiera escucharlo. — Argumentó Luisa. —.Luisa es una gran compañera de trabajo, una viuda de cuarenta y nueve años que vivía sola. Al fallecer su esposo juró ante Dios que no abriría las puertas a un nuevo amor, aunque este le tocará una y mil veces. Su unión la consideró sagrada decía que Dios le había puesto a su esposo en la vida para formarse como una mejor mujer y evolucionar espiritualmente y por ese motivo sería fiel a su promesa de amarlo hasta la eternidad aunque Dios se lo haya llevado muy pronto. Luisa se veía muy feliz a pesar de que la vida le había golpeado con todas sus fuerzas, su mayor deseo era
Tome un taxi para dirigirme a la casa de la señora Manuela y el señor Cristobal. Les debia una disculpa por mis compartiendos ante lo sucedido porque ellos no habían fallado. Siempre han sido unos suegros muy atentos y como abuelos Tifany los adora inmensamente. El matrimonio de mis suegros no es que haya sido fácil o que el éxito en su matrimonio sea nato, han sido prudentes en sus desiciones y sabios en su actuar como pareja, a pesar que en sus comienzos se encontraron con un camino lleno de espinas donde sufrieron y sus corazones se hicieron pedazos, pero cuando el amor es verdadero cualquier obstaculo es superable sin importar su complejidad y lo doloroso que pueda ser.— ¿Señor, acepta pago movil?.. — Le pregunte al taxista —. Revisando la cartera noté que ya no tengo efectivo, disculpe debi haber revisado antes.— No se preocupe, señorita. Puede cancelar tranquilamente con un p
— ¿Cómo que se ha ido de viaje? — Me frote la cabeza desesperada. —.— Así como estas escuchando, Kiara, se ha ido de viaje, Cristobal y yo le insistimos que nos diera una fecha para saber cuando regresaria y nos pidio que respetaramos su desición, que estaría bien y cuando se sintiera seguro de volver a la ciuidad vendría a vernos. — Encogió lo hombros. —.Se habra enojado por la broma que le hice con Leonardo. Jamás pensé que esa acción lo haría marcharse de la ciudad por tiempo indefinido, quiza para desquitarse y olvidarse de lo que sentía. No cavidad para las dudas, Lucia dió en la llaga, él también estaba sufriendo y yo era la única que se negaba a creerlo.¿Y su celular?, ¿Por qué no lo llaman a su celular para preguntarle si se encuentra bien? Le ruego que le digan que estoy aquí e
Era un sabado por la mañana hacia un día lluvioso y frío, seguía acostada en mi cama abrazando una almohada. Relativamente el fin de semana llego en un parpadeo. Santiago, no se habia comunicado con sus padres y eso me tenía muy mal. Durante esos días confirme que es real ese mal hábito de valor a las personas cuando las perdemos, no había podido dormir bien esas noches y la cama se sentía más sola y vacia desde que él no estaba. Revisaba constantemente mi celular con la esperanza de encontrar un mensaje o ver una llamada de Santiago, pero nada. Parecía que la tierra se lo hubiese comido. — ¡Kiara! — Escuche la voz de Leonardo. —. Muy temprano para recibir visitas así que pensé que eran alusinasiones mías lo de imaginarme su voz. No quería levantarme de la cama, ni cambiarme de ropa para recibirlo. La bata transparente de encaje que tenía puesta permitía que se viera en un ochenta por ciento las partes de mi cuerpo. Di un sobresalto cuando escuche mi telélfono sonar pensando que po
— Santiago no es lo que estás pensando, no malinterpretes las cosas. — Intenté calmarlo. —. — ¿Me estás pidiendo que no malinterprete? Estás sola en la casa con él ¿Qué esperás que me imagine? Que no pasa nada y ya, ¿Qué están conversando como dos buenas amigas?. — No cometas el mismo error que yo. Escúchame. Comenzaba a llover más fuerte, nuestras ropas estaban empapadas. — Estoy muy enfadado, la rabia no me está dejando pensar, siento necesidad de partirle la cara a ese m*****o —Apretó los puños y la mandíbula. —. — Aguarda un minuto, le pediré que se vaya para que hablemos tranquilos. — Aquí el que sé va seré yo. — Santiago, espera tenemos hablar. — Lo tome de sus manos para detenerlo. —. Las cosas iban en ascenso de problemas me negaba aceptarlo, pero era innegable: los problemas llaman a más problemas. —Déjame sí, no me siento bien y aunque esté manteniendo el control, este exceso de rabia en cualquier momento podría hacerme cometer una locura. ¡Aléjate! Se encamino h